Octubre 2018

Me convertí en lo que hoy soy a los doce años. Era un frío y encapotado día de invierno de 1975. Recuerdo el momento exacto: estaba agazapado detrás de una pared de adobe desmoronada, observando a hurtadillas el callejón próximo al riachuelo helado. De eso hace muchos años, pero con el tiempo he descubierto que lo que dicen del pasado, que es posible enterrarlo, no es cierto. Porque el pasado se abre paso a zarpazos. Ahora que lo recuerdo, me doy cuenta de que llevo los últimos veintiséis años observando a hurtadillas ese callejón desierto.

Mi amigo Rahim Kan me llamó desde Pakistán un día del verano pasado para pedirme que fuera a verlo. De pie en la cocina, con el auricular pegado al oído, yo sabía que no era sólo Rahim Kan quien estaba al otro lado de la línea. Era mi pasado de pecados no expiados.

Cualquiera que conozca el libro ya sabrá de cuál se trata. Puede que sólo con haber visto la película, que existe y muy buena por cierto, ya se haya dado cuenta de la historia que quiero compartir en este octubre de 2018. 
Es la historia de una amistad con la que, a pesar del alejamiento que duró demasiados años, a pesar de la ruptura, a pesar del silencio prolongado, a pesar de todo ello decía, ni la distancia, ni el tiempo, ni la traición, ni la culpa pudieron terminar, aunque si algo pudo hacerlo fue precisamente la culpa. Cuesta menos perdonar a los demás que perdonarse uno a sí mismo.
Se superó el alejamiento, se superaron la ruptura y el silencio y llegó un momento en que la amistad y la lealtad volvieron a resurgir entre las hojas de un calendario que duró veintiséis años, aunque fuera un poco tarde para algunos.
"Cometas en el cielo" de Khaled Hosseini, es una de las más bellas historias que he leído nunca. En contra de mi costumbre, vi primero la película. A decir verdad, ni sabía que existía una novela en la que estaba basada. Me gustó mucho la película, pero cuando leí la novela quedé enganchada al autor de por vida.
Amir y Hassan son amigos en Kabul en 1975. Hassan y su padre, Alí, son los criados de Baba, el padre de Amir, aunque más que como criados son tratados como amigos en la casa. Amir y Baba son pastunes. Hassan y Alí son hazaras. Esas diferencias de etnia y clase social están olvidadas en casa de Baba. O más bien, están escondidas y terminarán saliendo.
Un concurso de lucha de cometas, una escena en un callejón. Amir destruirá la amistad con una traición que muchos años después seguirá tiñendo su vida de culpa y vergüenza.
Hassan y Alí se verán expulsados de casa de Baba igual que Amir y Baba se verán expulsados de Afganistán pocos años después, y es que la novela, además de las historias pequeñas de sus personajes, nos cuenta la gran Historia de Afganistán en el último tercio del siglo XX. Afganistán es un país orgulloso y feliz en sus tradiciones cuando empieza la novela, un país que intenta viajar hacia la modernidad, pero en 1978 será invadido por tropas soviéticas. Nadie ignora que eso fue el pistoletazo de salida en la carrera hacia el desastre de un país que ya no ha logrado levantarse; un país al que, entre unos y otros, no han dejado levantar cabeza: la invasión soviética, la lucha de los muyahidines (ayudados por Estados Unidos) contra el invasor comunista, la terrible caída en el régimen de los talibanes, la guerra civil, los bombardeos previos a la invasión de Estados Unidos... Y toda esa terrible evolución hasta el año 2001 se cuenta en esta novela en la que Afganistán es un personaje más.
Contada en primera persona por Amir, es una historia dura incluida en una Historia más dura aún. La traición de Amir y la expulsión del paraíso de Hassan y Ali, la marcha de Baba y Amir a Estados Unidos, la vuelta a Afganistán de Amir para rendir cuentas con los fantasmas de su pasado y lo que allí le está esperando; todo ello constituye una novela muy hermosa, muy interesante, y que encaja a la perfección en el ambiente y las peripecias políticas, más interesantes si cabe, de Afganistán.

Las novelas que aparecen en esta sección, "Bienvenido nuevo mes literario", no están recién leídas, pero están leídas. Se trata de novelas que empleo para comenzar cada mes, y por eso empieza la entrada con el inicio del libro. No pretende ser una reseña, sino el comentario sobre una historia que me marcó lo suficiente como para poder hablar de ella aunque haga ya muchos años que la leí. Por ello, espero que me perdonéis si incurro en algún error.