"Como la sombra que se va" vs "El invierno en Lisboa" Antonio Muñoz Molina


En mi afán por recuperar algunas entradas que se quedaron sin comentarios allá por los primeros balbuceos del blog, publico hoy esta doble reseña comparativa de dos novelas de Antonio Muñoz Molina. Se trata de una de las primeras (concretamente la segunda), "El invierno en Lisboa", y una de las últimas, "Como la sombra que se va", que en el momento de publicar la entrada, en enero de 2015, contaba con unos meses de vida.
No voy a hacer cambios significativos. Dejo el contenido tal como se publicó en enero de 2015 y únicamente he hecho algún cambio en la forma.



Parece que últimamente las historias me vienen a pares. Si en la entrada anterior fue un libro del que salió una película, en esta ocasión es una novela que evoca otra novela, y así, leyendo el último libro de Antonio Muñoz Molina, "Como la sombra que se va", me he visto en la perentoria necesidad de releer, por tercera vez creo, "El invierno en Lisboa". Eran tantas las referencias a la segunda que se hacían en la primera, que no pude resistirme y las he ido leyendo las dos a la vez.
"El invierno en Lisboa" es una novela de finales de los 80 que nos descubrió a un autor desconocido y nos entusiasmó con una historia de jazz y gánsters, de amor y engaño, de música maravillosa y maravillosos cuadros de origen incierto; con peleas sobre la plataforma de un tren y huidas nocturnas; con un músico alcoholizado que "había ingresado casi al mismo tiempo en la mitología y en el olvido" y toca la trompeta maravillosamente, y otro que se ha "librado del chantaje de la felicidad" y toca maravillosamente el piano. Una historia con un aire tan cinematográfico que por sus páginas deambulan Víctor Laszlo e Ilse, despedidos en el aeropuerto de Casablanca, camino a Lisboa, por Rick Blaine en una noche neblinosa; y aparece Laura bajo el umbral de una puerta, a contraluz, con la gabardina y el pelo mojados de una pertinaz lluvia, en una noche también neblinosa. 

Fue una novela que estaba pidiendo a gritos una película y, cuando por fin la hizo José A. Zorrilla en 1990, la película fue un fiasco; a pesar de Dizzy Gillespie que hizo la música e interpretó a Billy Swann; a pesar de actores de la talla de Eusebio Poncela, Fernando Guillén o Fernando Guillén Cuervo; a pesar, sobre todo, de la cinematográfica historia que Muñoz Molina le había proporcionado.

La historia se ambienta en dos ciudades hermosas bañadas por el mar: San Sebastián ("...hay ciudades a las que se vuelve siempre, igual que hay otras en las que todo termina... San Sebastián es de las primeras...") y Lisboa ("...la patria de su alma, la única patria posible de quienes nacen extranjeros").

Es la historia de un amor imposible entre un músico, Santiago Biralbo,  y la mujer de un estafador de poca monta, Lucrecia. A lo largo de la novela, entre ambos solo hay media docena de encuentros (y creo que exagero), algunos más bien inciertos ("Aquí las cosas ocurren de otra manera, como si estuvieran pasando hace años y uno se acordara de ellas" le dice Billy Swann a Santiago Biralbo que cree haberla visto en un tren con el que se cruza el suyo), pero suficientes para que haya celos, engaños, pasión, olvido y todos los sentimientos que acompañan una buena historia de amor. Tras ésta, toda una trama digna del mejor cine negro de los años cuarenta y cincuenta, de esas que recuerdan "El tercer hombre", "Perdición", "Retorno al pasado" o las mencionadas "Laura" y "Casablanca".

En fin, un libro que releído 26 años después, no ha perdido su capacidad de emocionar y, si en algún momento se encuentra algún fallo de principiante, eso solo hace que aumente su frescura, la que proporcionó al mundo de la literatura en aquel final de la década de los 80, cuando obtuvo el Premio Nacional de Narrativa de España en 1988 y el Premio de la Crítica Narrativa Castellana en 1987.




"Como la sombra que se va" es uno de esos libros de Antonio Muñoz Molina que no se sabe muy bien cómo clasificarlo: novela, ensayo, biografía, autobiografía. Y es que de todo ello tiene esta obra que se lee (al menos yo la he leído) con auténtico placer; que es una de esas obras (no la mejor, ni de las mejores, pero sí una de esas) que hacen que leer sea la manera más maravillosa de pasar el rato, de entretener la impaciencia, de perder el tiempo mientras sentimos que no tenemos ni un minuto que perder si queremos leer más y más. Desde luego, ya no se aprecia en ella ningún error. A estas alturas, Muñoz Molina mezcla historias, tiempos y lugares con una maestría asombrosa; hace que sus historias, contadas como piezas sueltas, acaben encajando y formando un maravilloso puzzle. Y lo más sorprendente es que resulta fácil leerlo. A pesar de la falta total de linealidad, a pesar de los saltos continuos temporales y espaciales, las historias van encajando y nos vamos maravillando de cómo lo hacen a medida que avanzamos en su lectura.

"Como la sombra que se va" es el relato de fragmentos de dos vidas. Por una parte, nos muestra al asesino de Martin Luther King, James Earl Ray, durante los diez días que pasó en Lisboa con pasaporte canadiense y bajo el nombre de Ramón George Sneyd; por otra, el autor recuerda algunos pasajes de su vida y algunos de sus viajes a la misma ciudad (en ningún momento dice que haya habido más viajes que los que describe, pero uno se imagina que han tenido que ser muchos más y que estos, los mencionados, son solo los que por unas u otras razones han dejado más huella o son más pertinentes).

Por lo que se refiere al primer apartado, se nos va mostrando a James Earl Ray deambulando por la ciudad portuguesa en su huida descabellada y sin futuro a la vez que se nos va dando a conocer su vida, una vida de pobreza, abandono y desamor; con una madre que bebía hasta desplomarse en el suelo sin sentido, un suelo al que le faltaban las tablas que su padre quemaba para encender la estufa; una vida que comenzó en Illinois, en lo más profundo del medio oeste americano, y que estaba predestinada a la cárcel como la de su padre y hermanos (de hecho, cuando asesina al Dr. King el 4 de Abril de 1968, era un fugitivo que había huido de prisión en un camión escondido entre los restos del pan). 

Y a pesar de todas estas circunstancias en contra, tenía desde pequeño "... desde que tuvo conciencia de que existía un mundo exterior a su familia", tal ansia por saber y por acumular información, que cualquier soporte con letra impresa era un regalo para él: enciclopedias médicas y manuales de derecho; revistas o almanaques con mujeres desnudas y, especialmente, ejemplares de National Geographic o mapas y cualquier cosa en que se mostraran paisajes y gentes exóticas, desde dirigibles aterrizando en el Polo Norte, hasta "... nativos desnudos y pintados que pertenecían a tribus ya extinguidas, habitantes de selvas de las que no quedaban ni los nombres".

De mayor admiraba a Joe McCarthy y despreciaba a los negros, musulmanes, indios y todo lo que no fuera claramente WASP. Despreciaba especialmente a Martin Luther King "...el negro de raza tan turbia que tenía boca y nariz de negro de África y ojos de asiático, ... el profeta de los trajes de seda cortados a medida y los gemelos de oro y los alfileres de corbata de oro..." y quizás era esto lo que menos podía soportar, que un negro vistiera con elegancia y hubiera disfrutado desde la infancia de todos los lujos que él nunca había conocido.

La segunda parte, cuyos capítulos se van alternando con los de la anterior, llegando a compartir capítulo en algunas ocasiones, nos muestra al propio Muñoz Molina joven, viviendo en Granada dos vidas, la que transcurre entre semana, de trabajo, escritura y farras nocturnas y la de los fines de semana en que viene su mujer (maestra en otra ciudad) con su niño de tres años y embarazada del segundo. 

Nos lo muestra en su primer viaje a Lisboa, desertando de su oficio de padre y marido y dejando a su familia el día de Año Nuevo, en plenas vacaciones y con un hijo de un mes. Sale huyendo hacia Lisboa porque "Tenía esa convicción enfermiza... de que la vida verdadera estaba en alguna otra parte". Se va en busca de sus personajes y de sus escenarios y los va encontrando poco a poco, a medida que deambula por la ciudad, pisando, sin saberlo, los mismos adoquines que veinte años antes habían pisado los pies de un asesino.

Nos va contando sus estados de ánimo (tanto los provocados por su situación personal y familiar, como los que se desprenden del hecho de escribir una novela, una determinada novela), peripecias personales (su nueva vida cuatro años después de escribir "El invierno en Lisboa", cuando ya es famoso y se dedica a la escritura por completo y tiene otra hija; su encuentro con su actual pareja, a la vuelta de su segundo viaje a Lisboa) y, en fin, episodios de su vida relacionados con la ciudad en la que acabó viviendo su hijo pequeño y a la que vuelve varias veces, la última cuando escribía el libro que el lector tiene entre las manos. 

Pero en el libro también aparece el Dr. Martin Luther King como un personaje más en un capítulo memorable que recrea los minutos previos a su muerte, cuando acodado sobre la barandilla en la que le sorprenderá el disparo hace recuento de su vida y de su cansancio, y uno piensa que está escuchando a un hombre viejo, en el final de la vida, no porque sepamos que está a punto de morir, sino porque parece un anciano acabado y agotado, y entonces nos sorprendemos porque se nos recuerda que solo tiene 39 años.

También se nos cuenta un viaje del autor con su pareja a Memphis, Tennessee, buscando los escenarios del crimen, el ambiente húmedo y caluroso a orillas del Misisipi, en otro atardecer, más de 40 años después del asesinato.

Se nos cuentan muchas cosas y al final se confunden en la mente del autor que, de vuelta en Lisboa en 2014, ahora sí consciente de estar en la misma ciudad que su personaje asesino, nos confiesa "...vivo en dos mundos y en dos tiempos, en la misma ciudad... podría ser él... en esa Lisboa conjetural de ahora mismo y de hace cuarenta y seis años en la que tengo atrapada la imaginación"en la que nos tiene atrapados a todos nosotros pues si él, va escribiendo una novela a la vez que descubre una ciudad, nosotros vamos descubriendo una ciudad a la vez que leemos una novela. 

Aunque, como en mi caso, ya se conozca la ciudad, es otra la Lisboa que descubrimos, esa en la que se le iba acabando el dinero a un asesino que no conseguía su visado para Angola o Sudáfrica; esa en la que un escritor, subido a un tranvía en el que ha encontrado asiento, llega a una conclusión definitiva "Sentarse en un tranvía en Lisboa y acodarse en el marco de la ventanilla es uno de los placeres en prosa que le da a uno la vida"


Título del libro: El invierno en Lisboa / Como la sombra que se va
Autor: Antonio Muñoz Molina
Editorial: Seix Barral
Año de publicación: 1990 2014
Año de publicación original: 1987 / 2014
Nº de páginas: 187 / 536

Comentarios

  1. Aún no he leído nada del autor, pero veo que Lisboa lo tiene muy presente es sus libros. La verdad es que los dos resultan bastante atractivos, aunque quizás me ha llamado más la atención el segundo.
    Veo que es un autor que te gusta, e incuso que has hecho relectura.
    Lo tendré en cuenta, aunque como siempre digo...¡tengo tanto por leer!!
    La idea de publicar entradas antiguas que tuvieron menos visibilidad por ser las primeras me parece muy buena idea!
    Un besito guapa!

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    1. Es uno de mis autores españoles favoritos. Lo considero uno de los tres o cuatro grandes de los escritores españoles vivos. No solo he releído "El invierno en Lisboa", también "Beatus Ille", su primera novela, y "El jinete polaco" que siempre digo que es uno de los pocos Premios Planeta que son realmente buenos.
      Tiene novelas muy extensas y otras muy cortitas, pero creo que "El invierno...", de tamaño medio, es una muy buena historia para empezar con él.
      Un beso.

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  2. ¡Tengo que leer el "El invierno de Lisboa!

    Con esas referencias cinematográficas que mencionas (Casablanca, Laura, El tercer hombre) pasa de inmediato a mi lista de pendientes. Qué lástima que la versión de Jose A. Zorrilla no fuera buena. No la he visto, pero me basta tu opinión. Entiendo por lo tanto que aquí nos encontraríamos con el verdadero sentido del remake. Es decir, hacer algo nuevo, y mejor para mejorar un fiasco.

    Buen día Rosa, gracias por las dos recomendaciones.

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    1. Creo que sí lo tienes que leer y después decirme qué te pareció.
      De Muñoz Molina solo se han adaptado tres novelas. Para mí, la mejor es "Beltenebros" de Pilar Miró. "Plenilunio", de Imanol Uribe, no está mal, pero creo que no ha sabido captar la parte tenebrosa del alma humana que muestra la novela. Creo que se ha quedado con la parte narrativa y, aunque es una película aceptable, me parece que le falta algo de alma. "El invierno en Lisboa" es la peor con diferencia, a pesar de ser la más cinematográfica. Aunque las tres lo son, para mí "El invierno..." es puro cine negro. Creo que se debería hacer un remake y creo que Muñoz Molina debería hacer el guión.
      Un beso.

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  3. Muñoz Molina es un autor que me encanta y me ocurrió lo mismo, después de leer "como la sombra que se va" fui a buscar "el invierno en Lisboa " que se me había escapado. Muy buenas reseñas, Rosa.

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    1. "El invierno en Lisboa" fue lo primero suyo que leí y quedé prendada de él para siempre. De hecho, tan solo me queda una novela suya por leer que es "Ardor guerrero". El hecho de que trate sobre los reclutas que empezaban "la mili", me ha echado para atrás, aunque seguro que Muñoz Molina ha sabido hacer una obra de lo más interesante. Tendría que ponerme con ella, porque además la tengo en mi estante de pendientes hace un montón de años.
      Me alegro de que te hayan gustado las reseñas.
      Un beso.

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  4. Tengo "El invierno en Lisboa" ya preparado en mi ebook junto con otros títulos y hasta ahora no me había decidido a empezarlo. Ahora estoy con "El amante japonés", de Isabel Allende, y seguramente el de Muñoz Molina sea el próximo :) No he leído nada suyo a pesar de haberme encontrado con magníficas reseñas de sus obras, así que ya va siendo hora.

    Obras muy diferentes entre sí las que nos reseñas hoy pero con algunos denominadores comunes. Supongo que comparar una de sus comienzos con otra del autor más consolidado te habrá resultado interesante. A mí desde luego sí me ha resultado muy interesante esta reseña doble rescatada. Gracias por la segunda oportunidad :))

    ¡Un beso de domingo!

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    1. No he leído "El amante japonés" Isabel Allende me ha gustado mucho y es otra autora cuyas novelas he releído. "La casa de los espíritus" la he leído cuatro veces. Cuando leí "El juego de Ripper" se me quitaron las ganas de más, y eso que me han dicho que "El amante japonés" es otra cosa y merece la pena. Igual me animo.
      Creo que te gustará descubrir a Muñoz Molina, que, por cierto, acaba de publicar otra novela sobre un escritor que se va a vivir a Lisboa.
      Un beso.

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  5. Mi padre me dio a leer "El Jinete Polaco" y me gusto, y no he leído nada mas de Antonio Muñoz Molina y no se porque, pero estas dos que nos traes hoy y después de leer tú reseña me atraen, de modo que las anoto para cuando pueda ser. Ahora estoy acabando mi curso y me queda un mes entre unas cosas y otras, y a mediados de Mayo, habré terminado, de modo que a partir de entonces tendré mas tiempo y no dudes que Muñoz Molina y estas dos novelas estarán entre ellas.
    Besos y buena semana.

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    1. Pues te dio uno de los mejores libros del autor. Lo he leído dos veces y me gustó mucho las dos.
      Espero que te vaya muy bien en tu curso y que cuando lo termines, disfrutes de la lectura. Se te habrá acumulado el trabajo y la lista de pendientes habrá aumentado mucho. Vas a tener mucho de qué disfrutar.
      Un beso.

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  6. Tiene buena pinta las dos, habrá que echarle un vistazo.
    Besos

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    1. Cualquiera de ellas o cualquiera de las novelas del autor, merecen la pena.
      Un beso.

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  7. Por casa tengo “Plenilunio”, “Un invierno en Lisboa”, ésta además en mi escritorio junto al ordenador, y creo que alguna más de Muñoz Molina. A pesar de haber estado tentado muchas veces, sobre todo Un invierno en Lisboa que la tengo muy a la vista, aún están sin leer,… se cruza otro libro y ahí quedan en el limbo. Ese guiño al cine negro americano que hace Muñoz Molina, mezclado con el jazz, que me gusta mucho, bajo el cielo lisboeta, me parece de lo más sugerente. Tendré que adelantar alguna posición con el Invierno en Lisboa. También tenemos ahora invierno en Madrid, qué cosas, con las montañas de Navacerrada recién nevadas, lo veo desde mi ventana.

    “Como la sombra que se va”, habida cuenta de lo que escribes, pues también resulta muy atractiva, mezclando ficción, reaidad y autobiografía. Lo apunto.

    Muñoz Molina siempre me ha caído bien… no sé, será esa imagen de sencillez que transmite, de cierta humildad, aún tratándose de unos de los escritores más famosos y mejor valorados de nuestras letras actuales. Me gusta su discreción.
    Un beso, Rosa.

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    1. "El invierno en Lisboa" es jazz y músicos fracasados y alcohol y amor y traición... en definitiva. cine negro del bueno y con una prosa que arrastra, porque Muñoz Molina desde esta su segunda novela (y la primera, "Beatus ille", ya era muy buena) tiene oficio de escritor para regalar a muchos que se las dan de tales y hasta venden más que él.
      Todos y cada uno de sus libros, sean novelas o sean ensayos (tiene uno sobre la crisis, "Todo lo que era sólido" que es una maravilla) atrapan al lector por la belleza de su forma y por el interés de su contenido. Junto a Javier Marías, Almudena Grandes, Vila-Matas, Martínez de Pisón y algunos más que se me pueden olvidar, de lo mejor, mejor, mejor.
      A mí también me cae fenomenal. No tiene el toque pedante de Javier Marías, ni el borde de Pérez-Reverte. Como dices, transmite sencillez y eso que es un maestro.
      Dale una opotunidad. "Sefarad" es una maravilla. Es un ensayo donde mezcla muchas historias relacionadas con los judíos españoles (la leí hace mucho y recuerdo muy poco).
      Ya me contarás.
      Un beso.

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  8. ¡Hola!
    Yo acudí a una charla con el autor y a la presentación del segundo libro que reseñas, esta vez venía con Elvira Lindo.Creo que tengo vídeos en algún post.
    El primero lo había leído siendo muy joven y releerlo fue genial. Y el segundo lo leí tras la presentación, con las explicaciones de ellos en la cabeza y claro, lo disfruté mucho.
    Me encanta el autor, y creo que es una lectura casi obligatoria.
    Me ha encantado leer esta reseña, qué ilusión y gracias por rescatarlas.
    Feliz tarde.

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    1. Es que, si te gusta la lectura, Muñoz Molina es un imprescindible. He leído todas sus novelas, excepto "Ardor guerrero", y algunos ensayos. es muy bueno.
      Tengo su última novela, "Tus pasos en la escalera", en mi estantería de pendientes y casi me da pena empezarla porque la perspectiva de leerla me parece tan maravillosa que la quiero dilatar y seguir disfrutando de ella, aunque no creo que resista mucho.
      Un beso.

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  9. Solo he leído una novela del autor y me encantó, así que espero volver a hacerlo =)

    Besotes

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    1. Sí, a mi me han encantado todas las que he leído y también los ensayos.
      Un beso.

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  10. Me apunto la de Invierno en Lisboa, aunque solo sea por saber un poco más de esa ciudad que visité hace unas semanas. Además, Muñoz Molina no defrauda como ya dejas plasmado en tu reseña doble.
    Un beso.
    P.D. El tranvía de la foto, el número 12, lo tomé yo una noche. Qué recuerdos!!!

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    1. Lisboa es una ciudad a la que regresar siempre. Muñoz Molina lo hace una y otra vez. Ahora creo que vive allí. Su ultima novela, recién publicada, también se ubica en esa ciudad.
      coger uno de los tranvías más viejos de Lisboa es como viajar en el tiempo y si te apeas en la Alfama es realmente haber viajado en el tiempo. La ciudad en general guarda restos y sabores del pasado,aunque se haya modernizado mucho desde que la conocí en la Nochevieja de 1991.
      Espero que te guste la novela. Es Lisboa, pero es mucho más que Lisboa.
      Un beso.

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  11. ¡Oído cocina! Tomo nota de "Como la sombra que se va" de Antonio Muñoz Molina de quien había leído "La noche de los tiempo" y "El jinete polaco", "Como la sombra..." lo tenía pendiente y tu reseña me ha terminado de convencer.
    Un beso Rosa. Doy una vuelta por tu casa a ver que más encuentro.

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    1. Veo que ya has disfrutado de parte de lo mejor de Muñoz Molina. "Como la sombra que se va" no es novela en el sentido estricto, como lo son las otras dos, pero es muy interesante y el autor todo lo hace ameno. Es increíble su facilidad para mezclar la vida del asesino de Martin Luther King, los últimos momentos de este, y la vida del propio autor; todo ello centrado en Lisboa, pero metiendo otras ubicaciones en las que suceden otros hechos. Es auténticamente un maestro.
      Un beso.

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  12. Hooolaa Rosa!!mira por donde este libro lleva años en mi estantería, lo comencé entonces y lo dejé, era mi época vaga de lectura, y ahora lo había rescatado, de hecho lo tengo en la pila que me he preparado para este año. Ahora ando con Jose Luis Sampedro "Congreso en Estocolmo" y acabo de leer "Un calor tan cercano" de Maruja Torres. Todos son libros rescatados de mi rincón, y como te dije en su momento, en parte tú has sido la "culpable" con la reseña de tu cumple-blog se me abrió la vena lectora. Así que después del libro que estoy leyendo leeré "El invierno en Lisboa". Muñoz Molina pasó de su tiempo estudiando en Granada, de hecho muchos granadinos le conocen. Te cuento un anécdota. Alguien muy cercano me cuenta que Antonio Muñoz sustituyó a un profesor de historia (él estudió Historia del arte en la Universidad de Granada) y que le llamaban "cara cartón" porque era muy soso dando clase, vamos muy poco arte, sería sobre los años 75, a los diez años publicó su primera novela, y la segunda sería el invierno en Lisboa, todo un éxito. Fíjate que a este autor me lo imagino (desde que me contaron esto) como una persona que tiene poco que decir y mucho que contar, un mundo de introversión, claro esto no se ve en la narrativa ¿o si? bueno quedo expectante, en cuanto lo lea vuelvo y te cuento. Un beeeesooo grande.Gracias por este pedazo de reseña (doble) recuperada, pero tan fresca.

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    1. Me encanta ser culpable de tal delito. José Luís Sampedro fue un autor al que leí mucho en su día.
      La primera novela de Muñoz Molina, "Beatus ille", ya presagiaba lo que el autor iba a ser. Para ser una primera novela tiene una calidad que no consiguen muchos en toda su vida.
      Esa sensación se confirmó de lleno con "El invierno en Lisboa". Tres veces la he leído y cada una la he disfrutado más.
      En la segunda novela de la reseña, "Como la sombra que se va", el autor cuenta parte de su juventud en Granada, por lo que creo que te puede gustar también, aparte de todo lo relativo al asesino de Martin Luther King y sus andanzas por Lisboa que son muy interesantes.
      Yo a Muñoz Molina lo veo como un hombre sencillo, que huye de la fama y de las multitudes que tanto gustan a otros, pero cuyo mundo interno está repleto de cosas que contar.

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