"La cordura del idiota" Marto Pariente
"Ascuas crecía entre cerros pelados y secarrales, camino de los pantanos. Apenas una rasgadura. Se conformaba con una docena de calles torcidas que salían de la plaza del pueblo como las venillas rotas de los alcohólicos. [...] A veces me daba por pensar que si el pueblo fuese…, no sé, una persona, alguien como yo, sería un tipo perdido en mitad de ninguna parte con la mano haciendo visera bajo un sol de justicia o bajo la lluvia, según la época del año. En cualquier caso, un fulano desorientado con los zapatos sucios y sin saber muy bien hacia dónde tirar; en fin, ya saben a lo que me refiero, quizá no esté hablando del pueblo".
Así empieza Marto Pariente su nueva novela, "La cordura del idiota", una historia que, al decir de Sergio Vera Valencia, director de la colección Off Versátil y autor del prólogo, forma parte de esas novelas que él mismo incluye en el country noir y que rompen con la tradición de ubicar las historias negras en grandes ciudades: Los Ángeles, Atenas, Boston, Barcelona, Madrid... "El country noir fue acuñado a finales del siglo XX por el norteamericano Daniel Woodrell, pero ¿realmente es algo tan novedoso como parece? Porque si echamos la vista atrás, los clásicos están repletos de cadáveres silvestres".
Y un cadáver silvestre es lo que nos encontramos al principio de esta novela; colgando de un roble y con un pez asomando por el bolsillo del pantalón. Puede resultar extraño y podría dar a entender muchas cosas raras, pero es que "El Triste era oficialmente el loco del pueblo, y luego…, bueno, luego estábamos todos los demás". Quien así habla es Toni Trinidad, uno de los narradores de esta historia y el policía local de Ascuas. Un personaje peculiar donde los haya. Yo, que tengo relativamente cercana la lectura de Jim Thompson, no he podido dejar de recordar a Nick Corey, el jefe de policía psicópata de Potts County en "1280 almas" o a Lou Ford, el sheriff de "El asesino dentro de mí". Y no es porque se mencione a Jim Thompson en el prólogo como otro de los autores del country noir, es que Toni Trinidad es seguramente un homenaje a Jim Thompson que el autor, Marto Pariente, declara como uno de sus referentes principales.
Pero Toni Trinidad es mucho más humano y asequible que los personajes de Jim Thompson. Empatizamos con él, cosa que nunca hacemos con Lou Ford o Nick Corey, porque además de ser un adicto a programas de la televisión basura como "La isla" (cosa con la que yo no empatizo para nada), tiene sentimientos y un sentido de la Justicia y de la renuncia a los propios intereses que para nada tienen los psicópatas del autor americano.
Toni es un hombre con un pasado tormentoso y con algunos episodios en su infancia que lo han dejado marcado para siempre. Uno de ellos es el responsable de que no pueda ver una gota de sangre sin caer desvanecido. Se declara tonto e incapaz para el puesto que desempeña, puesto que consiguió por métodos no muy claros, aunque terminarán por aclararse. Nos cuenta cómo disimula y finge que investiga. "A ver, yo quería que pareciera que sabía lo que me traía entre manos". Pero no hay que fiarse de las apariencias, ni siquiera de lo que nos diga él mismo porque un poco antes nos ha ido dando claves que nos han hecho sonreír e intuir que con Toni Trinidad nada va a ser cómo nos lo quiere contar. "Después de dejar atrás los carteles, me fijé en las rodadas. A veces me fijo en esas cosas".
Esas cosas en las que Toni se fija como sin querer, como pretendiendo que piensen que es útil (porque hay quien quiere suprimir su puesto y ahorrarle su sueldo al Ayuntamiento), esas cosas son las que le van a ayudar a resolver la muerte de El Triste porque, además del loco del pueblo, era también uno de los pocos amigos de Toni, tal vez el único. Cuando Toni llega a las tierras de El Triste en las que su cuerpo pende de la rama de un roble, nos muestra los carteles, ya desteñidos por el sol, pero en los que aún se leen los insultos y las presiones para que venda (Vende cabrón, Vende follacabras). Entre eso y las rodadas que Toni fotografía porque lo ha visto en una serie y porque "siempre cabía la posibilidad de que alguien del pueblo estuviese presente y dijese: «Mira, ese Toni sabe lo que se hace», tendrá suficientes datos para empezar a investigar. Eso y una tostada fría y dura abandonada en una tostadora. Y la necesidad de fingir que emplea su tiempo en algo útil para el municipio.
Pero no solo la muerte de El Triste ocupará a Toni en su labor de policía. Su hermana Vega, que se encarga de la grúa municipal cuando está sobria y a veces sin estarlo del todo, está a punto de meterse en un lío mucho más peligroso y poco manejable de lo que ella puede controlar. Vega y él han compartido muchas cosas desde que terminaron en la Casa Amarilla tras la muerte de sus padres "En realidad, de amarillo tenía el portón de entrada, la cerca del huerto, las rejas clavadas en la piedra y los dientes del celador jefe, el Avellano". Vega y Toni han vivido muchas cosas juntos y Toni se ha acostumbrado a hacer suyas las cuentas que a Vega le debe la vida. Ya lo hizo de niño y volverá a hacerlo ahora. Vega, por su parte, sabe que le debe mucho a Toni y estará dispuesta a saldar sus deudas con él de una vez y para siempre.
Si con El Triste, nos metemos en una trama de inmobiliarias y bancos, con Vega entraremos en el mundo del narcotráfico y los matones y los sicarios del este y los colombianos. Distintos estilos de mafiosos, con traje y corbata y despachos fríos, asépticos y lujosos, unos; con recortadas, musculatura y aspecto brutal, los otros. Pero el mismo mundo del hampa que bebe de la sangre de sus víctimas más o menos inocentes. Con Vega y sus ansias de resarcimiento conoceremos a personajes extremos como el Colmenero, los Manolos o los Maquénroe, y a Rocha, un inspector de la Policía Nacional que libera tensión y adrenalina imaginando escenas que nunca (no siempre) lleva a cabo más que en sus ensoñaciones.
El caso es que Vega está en peligro y cuando Vega lo necesita, Toni acude. Lo hizo de niños y lo sigue haciendo ahora, "da igual el motivo de la llamada, para Vega siempre es importante. No es muy estable, por decirlo de alguna de manera. Vamos, que no está bien. Claro, que siendo mi hermana como era, en fin…, cuestión de genes, porque eso de los genes, cuando les da por salir revirados, no hay quien los enderece".
Ya con su primera novela, "Una bala para Riley", me sorprendió Marto Pariente. Era su primera novela y me encontré una historia que carecía de todos los vicios y defectos del escritor novel y tenía en cambio muchas de las virtudes de los autores curtidos: trama compleja, pero bien llevada; personajes bien perfilados, que destilan humanidad y viven sus miserias de la mejor forma que saben; muy bien escrita... y, por supuesto, muy entretenida. Con esta segunda historia (totalmente independiente de la primera; se empieza a agradecer que no todo se convierta en series interminables), Marto Pariente me ha convencido de que tiene mucho que contar y sabe hacerlo muy bien. Ni que decir tiene que le seguiré leyendo.
Así empieza Marto Pariente su nueva novela, "La cordura del idiota", una historia que, al decir de Sergio Vera Valencia, director de la colección Off Versátil y autor del prólogo, forma parte de esas novelas que él mismo incluye en el country noir y que rompen con la tradición de ubicar las historias negras en grandes ciudades: Los Ángeles, Atenas, Boston, Barcelona, Madrid... "El country noir fue acuñado a finales del siglo XX por el norteamericano Daniel Woodrell, pero ¿realmente es algo tan novedoso como parece? Porque si echamos la vista atrás, los clásicos están repletos de cadáveres silvestres".
Y un cadáver silvestre es lo que nos encontramos al principio de esta novela; colgando de un roble y con un pez asomando por el bolsillo del pantalón. Puede resultar extraño y podría dar a entender muchas cosas raras, pero es que "El Triste era oficialmente el loco del pueblo, y luego…, bueno, luego estábamos todos los demás". Quien así habla es Toni Trinidad, uno de los narradores de esta historia y el policía local de Ascuas. Un personaje peculiar donde los haya. Yo, que tengo relativamente cercana la lectura de Jim Thompson, no he podido dejar de recordar a Nick Corey, el jefe de policía psicópata de Potts County en "1280 almas" o a Lou Ford, el sheriff de "El asesino dentro de mí". Y no es porque se mencione a Jim Thompson en el prólogo como otro de los autores del country noir, es que Toni Trinidad es seguramente un homenaje a Jim Thompson que el autor, Marto Pariente, declara como uno de sus referentes principales.
Pero Toni Trinidad es mucho más humano y asequible que los personajes de Jim Thompson. Empatizamos con él, cosa que nunca hacemos con Lou Ford o Nick Corey, porque además de ser un adicto a programas de la televisión basura como "La isla" (cosa con la que yo no empatizo para nada), tiene sentimientos y un sentido de la Justicia y de la renuncia a los propios intereses que para nada tienen los psicópatas del autor americano.
Toni es un hombre con un pasado tormentoso y con algunos episodios en su infancia que lo han dejado marcado para siempre. Uno de ellos es el responsable de que no pueda ver una gota de sangre sin caer desvanecido. Se declara tonto e incapaz para el puesto que desempeña, puesto que consiguió por métodos no muy claros, aunque terminarán por aclararse. Nos cuenta cómo disimula y finge que investiga. "A ver, yo quería que pareciera que sabía lo que me traía entre manos". Pero no hay que fiarse de las apariencias, ni siquiera de lo que nos diga él mismo porque un poco antes nos ha ido dando claves que nos han hecho sonreír e intuir que con Toni Trinidad nada va a ser cómo nos lo quiere contar. "Después de dejar atrás los carteles, me fijé en las rodadas. A veces me fijo en esas cosas".
Esas cosas en las que Toni se fija como sin querer, como pretendiendo que piensen que es útil (porque hay quien quiere suprimir su puesto y ahorrarle su sueldo al Ayuntamiento), esas cosas son las que le van a ayudar a resolver la muerte de El Triste porque, además del loco del pueblo, era también uno de los pocos amigos de Toni, tal vez el único. Cuando Toni llega a las tierras de El Triste en las que su cuerpo pende de la rama de un roble, nos muestra los carteles, ya desteñidos por el sol, pero en los que aún se leen los insultos y las presiones para que venda (Vende cabrón, Vende follacabras). Entre eso y las rodadas que Toni fotografía porque lo ha visto en una serie y porque "siempre cabía la posibilidad de que alguien del pueblo estuviese presente y dijese: «Mira, ese Toni sabe lo que se hace», tendrá suficientes datos para empezar a investigar. Eso y una tostada fría y dura abandonada en una tostadora. Y la necesidad de fingir que emplea su tiempo en algo útil para el municipio.
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Si con El Triste, nos metemos en una trama de inmobiliarias y bancos, con Vega entraremos en el mundo del narcotráfico y los matones y los sicarios del este y los colombianos. Distintos estilos de mafiosos, con traje y corbata y despachos fríos, asépticos y lujosos, unos; con recortadas, musculatura y aspecto brutal, los otros. Pero el mismo mundo del hampa que bebe de la sangre de sus víctimas más o menos inocentes. Con Vega y sus ansias de resarcimiento conoceremos a personajes extremos como el Colmenero, los Manolos o los Maquénroe, y a Rocha, un inspector de la Policía Nacional que libera tensión y adrenalina imaginando escenas que nunca (no siempre) lleva a cabo más que en sus ensoñaciones.
El caso es que Vega está en peligro y cuando Vega lo necesita, Toni acude. Lo hizo de niños y lo sigue haciendo ahora, "da igual el motivo de la llamada, para Vega siempre es importante. No es muy estable, por decirlo de alguna de manera. Vamos, que no está bien. Claro, que siendo mi hermana como era, en fin…, cuestión de genes, porque eso de los genes, cuando les da por salir revirados, no hay quien los enderece".
Ya con su primera novela, "Una bala para Riley", me sorprendió Marto Pariente. Era su primera novela y me encontré una historia que carecía de todos los vicios y defectos del escritor novel y tenía en cambio muchas de las virtudes de los autores curtidos: trama compleja, pero bien llevada; personajes bien perfilados, que destilan humanidad y viven sus miserias de la mejor forma que saben; muy bien escrita... y, por supuesto, muy entretenida. Con esta segunda historia (totalmente independiente de la primera; se empieza a agradecer que no todo se convierta en series interminables), Marto Pariente me ha convencido de que tiene mucho que contar y sabe hacerlo muy bien. Ni que decir tiene que le seguiré leyendo.
Título del libro: La cordura del idiota
Autor: Marto Pariente
Editorial: Versátil
Año de publicación: 2019
Año de publicación original: 2019
Nº de páginas: 288
Hola Rosa, leo con detenimiento tu reseña, pero me dejas tanta información... El comienzo me gustó, es una prosa que me dice mucho del autor, Marto Pariene (por cierto, curioso nombre, tal vez el masculino de Marta); ni que decir que no conozco su obra, ninguna de esas dos novelas. Creo que en estas historias rurales hay mucho del escritor, lugares que conoce bien, personajes cercanos. Gracias por tu reseña. Se que estás agustito por ahí, disfrútalo, en cada viaje "no hay como embeber momentos lejanos que hacen más cercano el aliento" ¡vaya frase espontánea! un regalo de mi cosecha. Un beso grande.
ResponderEliminarEs un autor desconocido del gran público, pero que, como ves, escribe muy bien y cuenta historias muy interesantes.
EliminarY muchas gracias por tu preciosa frase. En esta zona fronteriza entre Francia y Alemania, tan acosada por guerras y conflictos, efectivamente me estoy embebiendo de momentos lejanos en el espacio y en el tiempo, y estoy disfrutando y reflexionando mucho. A veces, con el sufrimiento que tanto ha afectado a algunas personas, nuestro confort y bienestar cobran un nuevo sentido.
Un beso.
Muy buena reseña. Y qué guapo el autor. Pero no es por eso que me he interesado en leerla, yo empezaría por éste título que hoy traes. Me hace gracia lo de no aguantar ver sangre y sin embargo ganarse la vida investigando homicidios. Y eso de no saber investigar sino esforzarse por parecer que se sabe investigar, me ha cruzado por la mente que ocurre en vida real con casos de mi país ja,ja,ja seguro que no es tan gracioso para los familiares de las víctimas.
ResponderEliminarToni Trinidad es un personaje muy peculiar. Lo de desmayarse cuando ve sangre es algo que para su trabajo de policía no es muy favorable, pero sabiendo las causas, se entiende mejor.
EliminarÉl trata de aparentar que investiga y que está ocupado y controla la situación. Lo gracioso es que realmente controla mucho más de lo que nos quiere dar a entender. Cosa que no sucede con esos casos de tu país que mencionas y muchos también de este país. Ojalá todos los inútiles fueran como este.
Muy interesante novela.
Un beso.
Veo que te ha gustado. Yo creo que es una de las novelas del verano y que la veremos como candidata en futuros festivales. Una buena voz y como dices, que no se convierta en una serie interminable. Un beso.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho. Creo que es un autor muy a tener en cuenta y ojalá se haga con premios y empiece a ser más conocido porque otros con menos méritos lo son.
EliminarVeo que te menciona en los agradecimientos. Realmente, yo lo conocí por tu "culpa", así que algo sí que has hecho en favor de su obra (seguro que mucho más que eso). Yo, desde luego, te lo agradezco porque he disfrutado mucho con sus dos novelas.
Un beso.
Interesante y mira que no soy muy del género. Desde luego, hay materia prima en esta España nuestra. Hoy sin ir más lejos leía una noticia sobre una trama de proxenetismo en Lugo, con políticos y fuerzas del orden involucradas, que ha puesto los pelos de punta toda la tarde. Como has dicho muchas veces, la novela negra saca a la superficie toda esta ponzoña y que siga así. A ver si un día esta sociedad apuesta por una verdadera regeneración.
ResponderEliminarUn abrazo.
No le veo yo mucha solución a esta sociedad nuestra. Estamos tan acostumbrados a la corrupción, al "lo cojo yo porque si no lo coges tú", a que lo de todos no es de nadie y, por lo tanto puedo hacer con ello lo que me dé la gana, al pelotazo, a intentar ganar mucho trabajando poco... En fin, que somos el caldo de cultivo perfecto para las tramas policiales. Y, en serio, que el género negro, tanto rural como urbano, es el que más nos lo muestra y el que más lo critica.
EliminarUn beso.
Magnifica reseña, Rosa.
ResponderEliminarTe deseo un feliz verano y que te lo pasees genial.
Un abrazo.
Muchas gracias Mari Carmen. Feliz verano para ti también y felicidades hoy que es tu santo.
EliminarUn beso.
Quizá no he sabido emplazar bien la historia pero me llama poderosamente la atención que una trama así de compleja (con narcotraficantes incluidos) tenga lugar en un pueblucho dejado de la mano de Dios, pero que incluso tiene un agente de policía. Por lo demás, es un tipo de trama y de personajes que dan mucho de sí. Se sale del arquetipo de policía alcohólico y depravado, que ha tocado fondo, pero que conserva sus dotes de observación. Aquí más bien parece que es un tipo al que nadie confiaría un caso, un inútil en apariencia, pero que a lo tonto es capaz de descubrir lo que nadie sospecha. Me gusta el planteamiento. Tomo nota.
ResponderEliminarUn beso.
P.D.- Acado de leer el informe de Brodeck, de Philippe Claudel, novela de la que hiciste una reseña y me ha encantado.
Inútil solo en apariencia, como bien dices, porque controla mucho más de lo que él mismo quiere dar a entender y él solo es capaz de resolver los asuntos con los que se topa.
EliminarLa ambientación y el personaje recuerdan a los de Jim Thompson. El también ubica a sus policías en puebluchos dejados de la misma mano del mismo dios, pero en Tejas. Y también son policías con características poco adecuadas a sus cargos, aunque los de Thompson son mucho más inquietantes.
"El informe Brodeck" es una gran novela y te recomiendo que sigas con el autor. Yo he leído tres novelas y las tres han sido muy buenas.
Un beso.
Leyendo ese fragmento inicial de la novela, me ha gustado mucho el símil de las callejuelas del pueblo con las venillas rotas de un alcohólico, muy original y visual.
ResponderEliminarY me sorprende todo esto de los géneros literarios, nunca había escuchado lo del “country noir”, y cuando pensaba en esa denominación como algo más o menos reciente… ¡zas! me señalas el largo recorrido que ya tiene, la verdad es que estas cosas revelan mi desconocimiento en no pocas vías literarias, gracias por el dato, Rosa.
Que un escritor te sorprenda gratamente con una primera novela, ya sé que ésta no lo es, es inmejorable señal de un talento que seguramente irá a más.
Disfruta de esas estampas alsacianas, y seguro que una gastronomía excelente, un aspecto cultural también.
Beso, Rosa.
A mí me gusta más el "ya saben a lo que me refiero, quizá no esté hablando del pueblo". Esa descripción tan desoladora que, finalmente, deja entrever que se refiere más a él que al propio pueblo, me parece el primer gran acierto del autor.
EliminarSí, lo del country noir o noir rural, como también se le llama, viene de lejos aunque el término provenga de finales del siglo XX. Ya lo utilizó, sin ir más lejos, Francisco García Pavón con su Plinio, el policía de Tomelloso y, por supuesto, el gran Jim Thompson al que menciono repetidamente.
Muy buena su primera novela y muy buena la segunda, y como el dicho asegura que no hay dos sin tres, ya estoy esperando la tercera.
Una de las cosas que más me gusta de los viajes es la gastronomía, así es que le estamos dando bien. Aunque también le damos a la zapatilla y a los recorridos por pueblos y ciudades.
Un beso.
Me ha sorprendido muy gratamente la maestría con la que este joven novelista, ha logrado crear esta trama tan complicada con mundos tan opuestos y personajes familiares del mismo investigador y policía, junto a otros de traje y corbata con despachos fríos.
ResponderEliminarTambién gracias a tu interesante reseña, querida Rosa, he descubierto otra nueva expresión anglosajona para referirse a lo que nosotros denominamos género policiaco o novela negra, aunque con otro nuevo matiz el relacionado con el mundo rural, de ahí lo de «country noir». Abogo por el futuro del español y que los hispanohablantes nos decidiésemos a utilizar otra expresión similar, como género policiaco rural o novela negra rural, en lugar de popularizar los dichosos anglicismos.
Que sigas disfrutando de tus estupendas vacaciones por L'Alsace et La Lorraine. un buen souvenir es visitar esta estatua que simboliza ambas regiones en Nancy: https://1photoparjour.wordpress.com/2010/05/04/alsace-lorraine/
Un beso.
Yo procuro utilizar términos españoles siempre que se puede. En este caso, se le puede llamar "negro rural" o dejándolo a medias, "noir rural". Hay términos ingleses que jamás utilizo por muy de moda que estén (spoiler, por ejemplo), pero hay otros que se escapan sin querer e incluso, de difícil traducción.
EliminarYa hemos estado en Nancy y hemos pateado esa preciosa ciudad, pero la plaza Maginot y esa preciosa estatua ¡se nos han escapado! Qué pena. Pero no se puede ver todo. Ahora estamos ya en Alsacia, concretamente en Colmar.
Un beso.
Desde luego que si Jim Thompson es el referente de esta novela ya me tiene ganado de entrada. Me gusta la caracterización del personaje, que se desmaye cuando ve sangre es algo muy chocante. Destila mucha ironía y eso es algo muy de agradecer. Lo único que no me gusta es la portada, la veo muy poco "negra" y me sugiere otra clase de historia.
ResponderEliminarA este subgénero yo lo conocía con la denominación Local Crime. Situar la trama en pueblos es un recurso que a mi me gusta mucho. Te da libertad para componer tu propio mundo y te aporta muchas limitaciones. Hoy día con todos los adelantos tecnológicos es cada vez más difícil encontrar tramas policiales verosímiles. Un fuerte abrazo y espero que estés disfrutando de tus vacaciones.
Es cierto que la portada no es muy "negra", pero por otra parte resulta evocadora y enigmática.
EliminarHay mucha ironía en la historia, pero también mucha dureza que se cuenta con ironía o, al menos, sin dramatizar, como quien pasaba por allí y nis cuenta lo que vio con toda naturalidad. Y algo de lo que no he hablado: tres voces narrativas; la primera persona para Toni Trinidad, la segunda para su hermana y un narrador omnisciente para el resto.
Una novela muy lograda y muy buena que te recomiendo. Muy thompsoniana.
Un beso.
Es curioso como antes de leer tu reseña, ya le tenía echado el ojo a este titulo de novela negra rural.
ResponderEliminarEs curioso como un género tan característico se pueda ubicar en zonas campestres, pero como bien dices, no hay nada nuevo bajo el sol y este tipo de novela ya se escribía en tiempos de Agatha Mary Clarissa Miller.
Besos y felices vacaciones.
Los lugares pequeños dan mucho juego. Todo el mundo se conoce y hay muchas deudas y rencores que se acumulan en el tiempo y terminan dando tramas muy suculentas.
EliminarEl lógico que sean ubicaciones usadas desde siempre. Demasiado golosas para dejarlas pasar.
Un beso.
No me termina de convencer, y tengo ya lista larga para este verano. Además había leído alguna reseña más tibia.
ResponderEliminarUn beso ;)
Yo solo he leído otras dos reseñas y han sido buenas las dos. Me gustaría ver alguna opinión discrepante siempre es curioso saber las distintas visiones de una historia.
EliminarEspero que vayas tachando en tu lista de verano.
Un beso.
Pues sí que se agradece que no todas las novelas negras se conviertan en series interminables. A mí, que leo tan poco del género, me anima mucho más a leerlo.
ResponderEliminarBesos
Además, las series, salvo raras excepciones (que las hay y muy buenas) no suelen mantener la calidad y van decayendo y haciéndose mediocres.
EliminarA mí también me anima a empezar con un autor del género el hecho de que sus novelas sean independientes.
Un beso.
Me la llevo apuntada porque me gusta lo que nos cuentas de esta novela. Off Versátil tiene en su catálogo unos títulos muy apetecibles, de los que ya leí algunos. Besos.
ResponderEliminarYa la primera novela de Marto Pariente me sorprendió muy gratamente. Parecería que un autor novel no fuera tan hábil desgranando una trama compleja e interesante. En esta nueva novela confirma que aquello no fue la suerte de un principiante sino buen hacer de todo un escritor.
EliminarMe gustará leer tu opinión.
Un beso.