"Del Sol llegaron sombras" Sara Mañero Rodicio

"Y mientras compadecía a su gente, para quienes tantas riquezas eran cosa superflua, estimada solo por su hermosura [...] por capturar la luz del sol, le animaba a que no se avergonzara por soñar, siempre que no avergonzara sus sueños, pues le aseguraba que entendía un cierto deseo de bienes, aunque nunca perdonaría la codicia. Recordaba, en fin, que en tan poco valoraban ellos los preciosos metales, que usaron oro, plata y plomo líquido para unir las piedras de muchas casas reales y templos". Ellos eran los incas, un pueblo que de los preciosos metales tan solo ambicionaba su belleza, el brillo metálico que recogía y devolvía en un reflejo la luz del Sol y de la Luna. Sus templos brillaban por estar construidos con esos metales y ellos adoraban a sus dioses con la ofrenda de ese brillo.

Pero entonces llegaron ellos y ellos no apreciaban la belleza ni el brillo ni la capacidad de devolver en un instante la luz del Sol y ponerla a nuestro alcance. Ellos solo apreciaban el valor del metal, su precio, la fortuna con la que podían volver a su país al otro lado del océano, de donde precisamente venía el Sol cada mañana. Y destruyeron los templos para sacar los metales y obtener la argamasa que unía las piedras. Y ellos eran los españoles, los conquistadores que destruyeron su imperio, terminaron con sus jefes, los Incas y esclavizaron al pueblo además de hacer que renunciara a sus dioses y adquiriera otros nuevos. Los conquistadores, que nunca entendieron que el oro era el representante del Sol, Inti Tatay, a quienes los incas adoraban como a un dios y de quien se creían hijos; además el oro también representa el color del maíz, el capia, su alimento más básico. No, los conquistadores nunca entendieron "por qué es importante para nosotros el oro, color del capia y del Sol, metal que captura mejor que ninguno y con precisión la luz del Padre de los Incas [...] para mi pueblo es su dios y para el vuestro, solo riqueza sin más valor. ¡Ya veis cuán distintos somos!".

Y, sin embargo, quien así habla no es tan distinto y reúne en su persona lo mejor de ambos pueblos y la enorme riqueza que proporciona el mestizaje. Quien así habla es el Inca Garcilaso, hijo de un conquistador llegado con Pizarro, Sebastián Garcilaso de la Vega, y de una princesa inca, "Palla Chimpu Ocllo, hija de mi hermano, nieta de mi padre, Túpac Yupanki, el segundo inca antes del último, si no contamos al traidor Atahualpa. Torna conmigo, pese a que no te podamos ofrecer ya el poder que antes tuvimos, pues tan solo somos cautivos, casi esclavos". Así le habla su tío materno al Inca Garcilaso cuando lo conocemos en esta novela. El joven se dispone a viajar a la patria de la que salió su padre en cumplimiento de una promesa que le hizo antes de morir. Solo pretende reclamar ante el Consejo de Indias los derechos que se le deben a su padre por sus servicios y a él por ser su hijo. Cumplida su misión, regresará a la tierra de su madre pues no desea vivir en un lugar donde ser mestizo se considera una humillación. Garcilaso viajará a España, pero jamás volverá a pisar Cuzco y el Perú. Salió de allí con veintiún años en 1560 y morirá en Cordoba en 1616 tras haberse dedicado a la milicia, a las letras y a la religión. Por cierto, junto con Shakespeare y Cervantes es el tercer hombre de letras muerto el 23 de abril de 1616.

Pero las aventuras del Inca Garcilaso tras salir hacia España, las peripecias de la conquista del Perú y la conversión en esclavos de los incas son solo una de las partes de este libro. La otra parte avanza hasta nuestros días y nos presenta a una joven científica, Maite Galíndez, a quien se le presenta la oportunidad de viajar al Perú para realizar labores de voluntariado cerca de Cuzco. No es algo que vaya mucho con ella y, en principio piensa en rechazar la oferta, pero se sorprende a sí misma aceptando y haciéndolo con bastante entusiasmo. "¡Hacía ya demasiados meses que el asombro definía sus relaciones consigo misma! Conmoción ante sus confusas reacciones, estupor tras insospechados impulsos, desconcierto por turbadoras decisiones". Tal vez el hecho de haber roto recientemente con su pareja le hace plantearse la vida de manera distinta a como acostumbraba a hacerlo. Cuando vuelve de Perú, Maite trae un encargo de Killari, una joven que conoció allí: buscar a su hermana Kuymi que viajó a España para estudiar y de la que no sabe nada desde hace varias semanas.

Así la historia del Perú en el siglo XVI se mezcla con la España del siglo XXI, y la España urbana del Madrid actual se mezclará con la España más rural, porque en un bosque, cerca de Cantalojas, provincia de Guadalajara, aparecen una maleta y un cuaderno con una curiosa historia. Tres momentos y tres hechos que se irán desarrollando sin aparente relación hasta que, poco a poco, terminen encajando y formando una escena completa que enlaza el pasado con el futuro. La Guardia Civil intentando averiguar a quien corresponde la maleta de Cantalojas, la Policía Nacional buscando a una estudiante peruana, asidua a los archivos donde se guardan los documentos de la historia del Perú y su conquista y, para terminar, cuadernos que cuentan, mediante cartas y documentos copiados, la historia de Gómez Suárez de Figueroa, más conocido como el Inca Garcilaso de la Vega, y sus andanzas tras abandonar el Perú. "Mi bien estimado amigo, se han sucedido los años sin que la fortuna o la providencia hayan tenido a bien propiciar nuestro encuentro más que por estas misivas que de a tanto nos escribimos. La vida prosigue su curso y nosotros, inertes, nos dejamos vapulear por sus mareas, incapaces de escapar a ese destino que nos escribe, implacable. ¡Cuántas veces soñé volver a mi tierra!"

Sara Mañero Rodicio
Pero no siempre se cumplen los sueños. No se cumplieron los sueños de Garcilaso de volver a su tierra; ni los sueños de unos padres que aspiraban a cualquier cosa menos a que su hijo fuera un guardia civil;  ni las premoniciones de los incas que creyeron ver en los conquistadores españoles el cumplimiento de un sueño antiguo; ni los sueños de Maite de organizar su vida alrededor de Óscar y de su carrera científica. Todo sueños incumplidos, frustrados, trastocados por un destino que se niega a permitir que los sueños sean algo más que meros sueños. Porque se sueña con el brillo del Sol y resulta que el brillo no es más que un contraste de las sombras, y la propia luz que las desvanece es la que las crea. Sí se cumplieron los sueños de Kuymi de saber más acerca de su historia y de sus antepasados, pero la luz del conocimiento la tiene a ella sumergida en las sombras.

En esta novela, Sara Mañero nos trae un grupo de personajes atrapados por un pasado que compromete su futuro. Un pasado remoto, de varios siglos, o un pasado reciente ubicado en la infancia o en la más cercana juventud. "Pese a procurar convencerse de lo ridículo de su inquietud, no lograba acallar las señales de alarma que siempre le atormentaban cuando se enfrentaba a según qué casos. Las mismas que le persiguieron entonces, cinco años atrás".

La prosa exquisita de Sara Mañero, su insigne labor de documentación que la lleva a expresarse con la misma naturalidad en las palabras poéticas y llenas de metáforas de los incas, en el lenguaje más genuinamente académico de doctores y profesores, en la jerga de la más rural Guardia Civil o en el lenguaje de un hombre cultivado del siglo XVI, siguen siendo sus señas de identidad. Las que ya me habían sorprendido en las dos anteriores novelas que había leído de ella: "Mientras sorprendan los días" y "Atrapando la luz". Las que seguramente me seguirán enganchando a sus futuras novelas.

Título del libro: Del Sol llegaron sombras
Autora: Sara Mañero Rodicio
Nacionalidad: España
Editorial: Verbum
Año de publicación: 2019
Año de publicación original: 2019
Nº de páginas: 358

Comentarios

  1. Siempre me han atraído las culturas americanas anteriores a nuestra llegada al continente, así como los conflictos que esta generó. Hace muchísimo que no leo nada al respecto. Tal vez esta sea una buena ocasión para hacerlo. Ya conozco la cuidadísima prosa de Sara Mañero y su inestimable labor de documentación. Seguro que no me desagradaría esta lectura.
    Un abrazo

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    1. Los pasajes en los que aparecen los incas son geniales y ponen de manifiesto maravillosamente lo que tenían y lo que perdieron, lo que les robamos. El lenguaje es muy poético y refleja muy bien el lenguaje de la época.
      Creo que te gustará como ya te han gustado otras novelas de Sara Mañero.
      Un beso.

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  2. Esa mezcla de siglos y épocas no es fácil y cuando se logra es una gozada la lectura. Por lo que dice Rosa y yo he comprobado leyendo otras obras tuyas, Sara, tú lo logras y leerte es una gozada auténtica.
    Haberme enterado de que el Inca Garcilaso murió también ek 23 de abril es puramente anecdótico pero es sin duda alguna una razón más de peso para defender esa dedicación al Libro del 23 de abril.
    Un beso

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    1. No he leído al Inca Garcilaso, pero estoy segura de que colabora con gran mérito a que el 23 de abril se celebre el día del libro.
      Los saltos del pasado al presente en esta novela y la intromisión del pasado en el presente que se produce están muy bien logrados y poco puedo añadir a lo que tú sabes de cómo escribe Sara y cómo cuida todos los detalles.
      Un beso.

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  3. Meterse con la redacción de una novela histórica ya de por sí me me parece un hecho muy valiente y muy valioso. Si además, se produce un salto en el tiempo hacia adelante y se conjugan bien ambos tiempos (pasado/futuro) intuyo que el libro es sobresaliente. Otro aspecto ha destacar es lo que comentas dela finura, delicadeza y destreza de Sara con el lenguaje y la buena estructura -ya sea coloquial-culta- que usa en sus personajes.
    Excelente reseña y excelente propuesta.
    Un beso, Rosa.

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    1. Sí que hay que ser valiente para meterse con otras épocas históricas, más cuanto más lejanas son. Y este viaje al siglo XVI es la época más remota a la que Sara nos ha llevado, de momento, en sus novelas. En todas adopta maravillosamente el lenguaje y se documenta a la perfección.
      Además se adapta muy bien a los lenguajes de los diferentes personajes y sus distintas realidades.
      Un beso.

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  4. Hola, Rosa.
    Ya sabes mi estrecha relación con el Perú, casi mi segunda casa, y cada vez que regreso de allá traigo material histórico sobre biografía inca y otras etnias que convivieron con ellos, aunque también tiro de familia política, jeje.

    A propósito de los incas quisiera añadir algo.
    Sí, los templos incas estaban construidos con esos preciosos metales , y el único valor que tenían para ellos era el simbólico… pero también es cierto que su templos se levantaron sobre las ruinas, la sangre y la muerte de otras etnias a las que masacraron, como así mismo les sucedió a ellos siglos antes de establecerse en el Cuzco y de la aparición de Pizarro al mando de los españoles.

    Antes de Pizarro y compañía, el mundo incáico ya tenía un largo historial de violencia, destrucción, de contiendas brutales con otras etnias, a las que arrasaban si oponían resistencia, y ya asesinaban, empalaban y asaetaban a sus víctimas antes de los españoles (se cuenta que en eso empalamientos, participaba activamente otra de las esposas de Manco Cápac, la violenta Mama Huaco), pero estos actos cruentos también lo hacían las etnias rivales, a mujeres, niños y ancianos sin miramientos.

    A finales del siglo XII los propios incas, cuando no eran poderoso imperio, fueron arrasados por los Aymaras, aniquilaron a buena parte de los ayllus incas (clanes), y los expulsaron de su lugar original, hoy Tiahuanaco (en la parte boliviana del lago Titicaca), porque no son originarios del Cuzco.

    Así que emigraron hacia la región cuzqueña, a medida que el grupo inicial fue expandiéndose y haciéndose más fuerte, devastaron a numerosas etnias, estas sí originarias del Cuzco ( entre otras, Huallas, Sahuaseras, Antasayas, Ayaracuchos y varias más). A todos estos pueblos diezmaron y desplazaron, pero algunos opusieron feroz resistencia y eran frecuentes encarnizadas contiendas, con numerosas víctimas mortales, del lado inca también… y era mejor morir en la contienda que quedar prisionero, pues tu final era ser destripado vivo.

    Belicoso es una palabra que resume a la perfección el periodo inca hasta la irrupción de los españoles al mando de Pizarro.
    Los Chancas y los Ayarmacas (no confundir con los Aymaras, rivales más antiguos) eran temibles adversarios para los Incas, igual de implacables con el enemigo.

    La verdad es que Pizarro, advirtiendo el ambiente, no tuvo problemas para reclutar aliados en contra de Atahualpa y los incas, pues los pueblos dispuestos a vengarse de ellos eran muchos. Pizarro y los españoles… pues ya fue el desaguisado total, una especie de todos contra todos, que le salió perfecto al español, a la sazón un imperio sin rival, y éste ya saqueo riquezas y arrasó con todo lo que pudo.

    Has avivado mi interés por esta novela de Sara Mañero, te podrás imaginar que la ambientación y otros aspectos me atraen bastante, como las referencias al Inca Garcilaso de la Vega, que me entusiasma.

    Como curiosidad final, es sorprendente que haya estado en el Cuzco y, más aún, en… Cantalojas, Guadalajara, dos enclaves de la novela.

    Siento todo el tocho, pero me parecía oportuno comentar esos acontecimientos.

    Beso!


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    1. Lo que está claro es que allí donde conviven seres humanos, hay conflicto y aniquilación de unos por otros. Sea la raza, la religión, las ideas, el lugar de procedencia, etc lo que los diferencia, siempre terminan por surgir odios o necesidades que derivarán en una guerra. Ya había oído lo de que los incas habían sido muy violentos y crueles con otros pueblos de la zona. Lo triste es que lo había oído como disculpa para nuestras propias violencia y crueldad.
      Veo que estás muy familiarizado con la historia de los pobladores precolombinos de Perú. vas a ser un crítico muy especial para esa parte de la novela y para la otra también, puesto que conoces Cantalojas, además de Cuzco. Yo no he estorda en ninguno de llos dos sitios. Guadalajara es de las pocas provincias (puede que la única) de España que me queda por conocer.
      No te disculpes por la extensión de tu comentario porque me ha resultado de lo más interesante. Hay que compartir lo que se sabe.
      Un beso.

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  5. No conocía a esta autora y me ha gustado lo que cuentas. La buscaré. Gracias por la recomendación, Rosa. Un beso.

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    1. Todas las novelas suyas que he leído me han gustado. Creo que merece la pena conocerla. Espero que te guste.
      Un beso.

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  6. Me resulta atractiva esa mezcla de épocas, especialmente la de los incas. Tengo curiosidad de leer personalmente esta historia.
    Me la apunto.
    Un besote.

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    1. Yo prefiero otras épocas más cercanas en el tiempo, pero la recreación que hace Sara de aquellos tiempos y el lenguaje que emplea me han gustado mucho. Aunque la parte actual es más bien una investigación policíaca, que no es tu género favorito, espero que te guste.
      Un beso.

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  7. Hola Rosa, qué buena propuesta.
    Desde siempre me atrae mucho la cultura inca, su arquitectura y la manera en que en aquella época construían esas magnificas construcciones.
    Me ha parecido muy interesante lo que comentas de la novela, esas historias mezcladas, ese pasado y presente que se entremezclan, ese pasado que compromete como dices el presente, esos sueños que se persiguen, me ha sonado todo de lo más atractivo así que la anoto para leerla.
    La novela histórica me gusta, sobre todo si está bien tratada y documentada y por lo que comentas es así como la autora lo ha hecho.
    Un beso enorme y muy feliz semana

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    1. Espero que te guste. A mí también me gusta mucho lo de que las novelas mezclen pasando y presente. Esta mezcla novela histórica y policíaca y la verdad es que lo hace muy bien. Además, Sara Mañero es una experta en recrear tiempos pasados von gran acierto y realismo.
      Un beso.

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  8. Uy, Rosa. Me paso muy, pero muy de puntillas por tu reseña, porque es mi primera lectura de febrero. Me encantó Atrapando la luz, y me gustó El sueño del árbol. Besos.

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    1. Pues seguro que te gustará "Del sol llegaron sombras". No he leído aún "El sueño del árbol" porque la historia de Filipinas como que me da grima después de "Los últimos de Filipinas" y su canto al Imperio, pero vista la pericia de Sara para recrear tiempos pasados, lo leeré en breve.
      Un beso.

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  9. Hola, Rosa, vamos a ver si hoy tengo más suerte; lo intento de nuevo. Como ya te dije ayer, quería agradecerte esta hermosa reseña y comentarte lo bien que has leído las distintas capas de la novela. Ya te indiqué la curiosa coincidencia con que me encontré al revisar por última vez el manuscrito, pues yo quería rendir homenaje a Garcilaso y, casualmente, estaba en enero de 2016, año de conmemoraciones, pero no para Garcilaso, y es sorprendente que eligiese escribir sobre él en 2015, sin vislumbrar que la novela estaría acabada para el año del centenario. Me gustó ese homenaje inesperado al Inca, a quien conocía desde hacía décadas. La vida a veces sorprende. También fue inesperado ese texto lleno de personajes en crisis ( ya sabes que a mí me van contando su historia muy al margen de mi voluntad), de mundos tambaleantes y contradictorios, de realidades divergentes que acaban por confluir. Siempre es inesperado hablar por bocas ajenas y sorprendente ser autor de sus palabras. Disfruté mucho viajando en esos navíos del XVI, tratando de entender la visión del mundo de un hombre dividido entre sus orígenes, entre esos mundos distantes, y es solo esa percepción suya de la historia la que me interesó, la que fascinó. Aceptar un mestizaje tan extremo y vivir con ello, menuda grandeza.
    En fin, gracias por tu tiempo y tu opinión, como siempre, y por tu fina percepción. Un abrazo inmenso.

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    1. Últimamente, me he visto en varias ocasiones escribiendo que a veces las casualidades le hacen pensar a una que no todo puede ser casualidad. No parece que pueda ser otra cosa, pero para casualidad... es mucha casualidad. En fin, no le demos más vueltas. El caso es que terminaste definitivamente de revisar la novela en el año en que se cumplía el cuarto centenario de la muerte del Inca Garcilaso. Pues sí, resulta un homenaje inesperado y muy casual.
      Me cuesta imaginar la labor de documentación que habrás tenido que hacer para recrear la parte del pasado. Lo bien que has adaptado el lenguaje, el ingente vocabulario que utilizas, los conocimientos geográficos y arquitectónicos del Cuzco de la época, el lenguaje marinero del siglo XVI... Yo sería incapaz de tan solo una de esas cosas y tú las ensamblas todas de maravilla y obtienes un relato sumamente natural.
      Del Inca Garcilaso yo conocía muy poco, más allá de que había muerto en la misma fecha que Cervantes y Shakespeare y que era mestizo y se había dedicado a escribir sobre la conquista y sobre sus memorias en Perú. Lo poco que recordaba del colegio porque tampoco fue un autor muy conocido y a mí me llamó más la atención por su coincidencia de nombre con Garcilaso de la Vega, el poeta que vivió un siglo antes.
      Muy interesante también cómo muestras esa visión dividida (o multiplicada) del mundo que proporciona el mestizaje. Y, por último, entretenida y perfecto contrapunto, la parte actual con su intriga policíaca y su paseo por los bosques de Cantalojas.
      Como ya te he dicho, estoy deseando leer la próxima.
      Un beso y gracias por el trabajo que te has tomado para dejar este comentario, que sé que te ha costado lo tuyo.

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  10. No voy a negarte, querida Rosa, que al poco de conocer la trama de esta novela con elementos de contextualización histórica, ya me ha desmotivado absolutamente su lectura. Bueno, respeto muchísimo el gran trabajo de documentación y articulación del libro, pero lamentablemente no entra dentro de mis preferencias lectoras.
    De todas maneras agradezco muchísimo tu sugerencia y el gran trabajo que ha supuesto tu entrada.
    Un beso.

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    1. No a todos nos puede atraer el mismo tipo de lectura, pero fíjate que no siendo yo mucho de novela histórica las de Sara me atrapan por lo bien que recrea los mundos que nos narra.
      Con alguna otra te convenceré, jaja 😜.
      Un beso.

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  11. Debo admitir que la prosa con la que comienza esta reseña me ha tirado para atrás por lo excesivamente "refinada" que me ha parecido, pensando que toda la novela seguriría este estilo narrativo. Después, al comprender que la autora alterna el tipo de lenguaje según la época y lugar donde se desarrolla la acción, he cambiado de parecer. Me agradan los saltos en el tiempo y de emplazamiento, sobre todo si existe una base historica que lo sustenta. Y si añadimos la intriga, la mesa está servida para saborear ese rico manjar, je,je.
    Al margen de que tenga o no ocasión de leerla, me atrae mucho esta obra.
    Un beso.

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    1. Ese lenguaje del siglo XVI, en boca además de un inca, puede resultar un poco alambicado para los tiempos actuales, pero nos transporta de maravilla a aquellos momentos de la historia.
      Si te animas a leerla, ya me contarás lo que te han parecido esos saltos en el tiempo y en el espacio, con sus cambios de lenguaje.
      Un beso.

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  12. Una estupenda reseña Rosa, tengo el libro apuntado desde que se publicó y me apetece un montón, no sólo por la época en la que se sitúa, de la que no conozco prácticamente nada, sino porque el año pasado leí Atrapando la luz y me encanta como escribe Sara, espero hacerme con él este año. Besinos.

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    1. Pues disfrutarás con este libro, seguro. Tanto con la parte de los incas como con la parte actual y su curiosa investigación.
      ya nos contarás.
      Un beso.

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