"Seis cuatro" Hideo Yokoyama
«Yoshinobu Mikami abrió la puerta. Las bisagras chirriaron, sus ojos y su olfato registraron de inmediato la presencia de cresol. A través del abrigo sintió en su codo la presión de los dedos de Minako. El techo arrojaba una luz de neón; la mesa de autopsias, que le llegaba a la cintura, estaba cubierta de vinilo azul. Sobre ella se reconocía una forma humana bajo una sábana blanca. Su incierto tamaño, menor que el de un adulto, pero a todas luces mayor que el de un niño, estremeció a Mikami.
Ayumi...
Se tragó el nombre temiendo que, por el mero hecho de pronunciarlo, pudiera convertir aquel cuerpo en el de su hija».
Yoshinobu Mikami es un policía que ha sido trasladado de Investigaciones Criminales a Relaciones con los Medios. No es un destino muy apetecible para todo un inspector de homicidios, secuestros y demás crímenes y él pretende volver a su destino anterior, pero mientras tanto quiere dar un nuevo aire de más apertura a la relación de la policía con los periodistas. Una gran parte del libro trata de esas relaciones y de cómo Mikami se ve continuamente reprimido en sus intenciones de apertura por sus superiores. Y es que uno de los temas que trata el libro y que más preocupa al autor, según él mismo ha confesado es «El conflicto entre la organización [el estado, la sociedad, la empresa] y el individuo». Los deseos de Mikami de transparencia y de naturalidad en su relación con los medios, de dar la mayor información posible y confiar en el sentido común de los periodistas para que no se publique información sensible, no son bien vistos desde la óptica de su director, Akama, y de los distintos Departamento, sobre todo Investigaciones Criminales.
Además de estos conflictos profesionales, Mikami tiene sus propios problemas personales pues su hija de dieciséis años, Ayumi, se ha ido de casa y no saben nada de ella desde hace tres meses. Es por eso por lo que al principio de la novela nos encontramos a Mikami y a su esposa Minako identificando el cadáver de una joven. Afortunadamente no es Ayumi. De haberlo sido habría terminado con las esperanzas que recientemente han consolado un poco la pena de los padres y es que han recibido varias llamadas telefónicas en las que la persona que llamaba ha permanecido en silencio y ellos están convencidos de que era Ayumi.
Seis cuatro es el nombre que recibe un caso irresuelto en la jurisdicción de la prefectura D. Un secuestro perpetrado hace catorce años. El resultado fue que la víctima, una niña de siete años, resultó asesinada y el secuestrador huyó con el dinero. Ahora, a punto de prescribir el delito, una autoridad policial va a venir desde Tokio a relanzar el caso y con promesas de resolverlo. «Aquello empezaba a criar moho. Entonces, ¿por qué se convertía de repente en el motivo de una visita del comisionado? "Estamos decididos a hacer todo lo posible antes de que prescriba el crimen." ¿Se trataba de eso, de fuegos artificiales dirigidos a la opinión pública?». Mikami será el encargado de hablar con el padre de la pequeña Shoko Amamiya para que se preste a recibir al comisionado y a que se celebre una rueda de prensa a la puerta de su casa. Es entonces cuando Mikami descubre que el señor Amamiya tiene ciertas prevenciones hacia la policía y empieza a investigar el por qué.
Su investigación le pone ante misterios con los que no contaba. El informe Koda empieza a aparecer con más frecuencia de la deseada, sobre todo teniendo en cuenta que no tiene ni idea de qué puede tratarse. Sus entrevistas con unos y con otros, lo van poniendo tras la pista de hechos que más que entender va intuyendo: prevaricación, encubrimiento... Algo escondido en el caso Seis cuatro que Mikami irá descubriendo poco a poco. demasiado poco a poco. Algo que deriva en el presente y que encierra engaños y traiciones con los que se topará Mikami mientras lucha con lo que quiere que sean las relaciones con la prensa y lo que le permiten que sean esas relaciones.
El final es sorprendente y justifica la confusión que durante todo el libro hemos tenido con los nombres, muchos de ellos tan similares que había que estar muy atenta para no confundir a los personajes. Menos mal que Mar, del blog Leyendo con Mar había avisado de que al final hay un listado de personajes lo que resulta muy práctico para resolver las dudas. El final, como digo, es sorprendente, resuelve todas las dudas que debe resolver y deja en el aire lo que debe quedar en el aire.
Hideo Yokoyama |
Seis cuatro es uno de esos libros que empiezan a aparecer en todo tipo de redes sociales y en muchos blogs. Es de esos libros que causan ingentes cantidades de críticas positivas y opiniones encendidamente halagüeñas. Creo que tan solo he leído otra crítica que coincide bastante con la mía. Y lo que yo tengo que decir de este libro es que no entiendo las muchas alabanzas que concita.
Me explico: no es una mala novela en absoluto, tiene detalles interesantes que nos llaman la atención por los elementos tan curiosos de una cultura tan alejada de la nuestra como es la japonesa. ¿O no es algo inaudito por estos pagos que la policía vaya a realizar una visitar oficial provista de un regalo? «Poco después de salir de la comisaría pararon a comprar unas galletas de arroz como regalo». Hay más detalles, pero ese me llamó la atención especialmente.
También resulta muy interesante esa relación de la policía con los medios que en la policía occidental no parece tener tanta importancia (o no se le suele dar en la novela policíaca). Tampoco, que yo sepa al menos, merece todo un departamento policial tan separado del resto. En Seis cuatro Relaciones con los Medios provoca el rechazo del resto de los departamentos «Durante su época como inspector novato nunca se había fiado de quienes trabajaban en Relaciones con los Medios. "Títeres en manos de la prensa..." "Perros guardianes de Asuntos Administrativos..." "Un sitio donde prepararse los ascensos..." Seguro que él también había echado mano de tópicos semejantes imitando los reproches de sus superiores. Esa familiaridad con la prensa siempre le había repelido, incluso viéndola a distancia: los agentes salían de copas con los reporteros y nunca se cansaban de bailarles el agua. En los escenarios de crímenes, su actitud era distante, propia de meros observadores que se pasaban el rato charlando con los periodistas». Puede que me equivoque, pero nada similar me parece que pase en la mayoría de las policías occidentales respecto a los medios de comunicación.
La pega mayor que le pongo a Seis cuatro son los larguísimos análisis y reflexiones acerca de los conflictos en la relación de Mikami con la prensa por un lado y con sus superiores por el otro. Pero no solo en ese aspecto es la novela prolija en exceso. Sus comentarios acerca de las corruptelas policiales, las relaciones de los distintos departamentos entre sí, las complejas relaciones con las autoridades de Tokio que desembocan en traiciones, suspicacias, enfrentamientos... Todo ello resulta excesivo, más narrado que mostrado. Creo que le sobran muchas páginas y le falta dinamismo. Con menos análisis y más hechos hubiera obtenido el mismo resultado de forma más ágil y eficaz. Análisis que, además, son muy reiterativos y repiten en varias ocasiones detalles ya prolijamente explicados con anterioridad.
Aunque en honor a la verdad hay que reconocer que la narración de ciertos pasajes tensos es impecable. Contrasta el dinamismo que exhibe en esos momentos con la meticulosidad casi aburrida con que se detiene en aspectos innecesarios por repetitivos. La novela está muy bien escrita y resulta original en los temas que plantea, pero más de seiscientas páginas son un exceso que se podría haber evitado. Me he visto abrumada en ocasiones, enfadada por la enésima repetición de algo ya comentado, tentada de abandonar, atrapada de nuevo y de nuevo enfadada antes de volver a caer subyugada por algún detalle de los que me conmueven. «Matsuoka lo resumió muy bien en un discurso para motivar a los policías del distrito: "No voy a permitir ninguna queja. Todos estáis aquí para disfrutar. Nos pagan para salir de caza."
Los inspectores entienden el concepto de justicia, pero han perdido el odio instintivo al delito. Se han habituado a él. Su único instinto es la caza».
No me atrevería a desaconsejar la novela. Tiene detalles muy interesantes, reflexiona sobre la culpa, la vergüenza (la vergüenza de haber cometido un error y la vergüenza de no reconocerse en el físico que a uno le ha tocado), la corrupción, la traición y, sobre todo, ese tema que el autor ha confesado que le interesa: el conflicto entre la sociedad y el individuo. Si no se repitieran tanto algunas cosas...
Este libro participa en el Reto Escritores de la A a la Z que organiza el blog Lecturápolis. Con él relleno la letra Y.
Título del libro: Seis cuatro
Autor: Hideo Yokoyama
Nacionalidad: Japón
Título original: Rokuyon (64)
Nacionalidad: Japón
Título original: Rokuyon (64)
Traducción: Jofre Homedes Beutnagel (del inglés)
Editorial: Salamandra
Año de publicación: 2021
Año de publicación original: 2012
Nº de páginas: 656
Hola,
ResponderEliminarla tengo en casa; me la dejaron y tenía muchas ganas de leerla hasta que empecé a leer opiniones sobre ella. No sé, de momento no voy a leerla, igual en verano que tengo más tiempo me animo.
Un beso, Rosa
La novela no está mal. Es distinta y un poco repetitiva, pero tiene reflexiones y análisis muy interesantes.
EliminarPues fíjate que yo todas las opiniones (menos una) que he leído la ponen por las nubes.
Un beso.
¡Hola Rosa!
ResponderEliminarPues justo se ha leído mi padre este libro hace poco y le ha gustado, también le ha llamado la atención detalles como el tema de hacer un regalo cuando van a interrogar a alguien jajaaj en fin, desde luego son diferencias que despiertan la curiosidad.
Pero si, coincidía contigo en que algunos capítulos se hacen un poco bola, tal vez un poquito más de dinamismo le hubiera venido bien a la novela. Yo no descarto leerla a pesar de todo, la verdad ;)
¡besos!
Juro que había contestado a este comentario y al siguiente de Keren, porque los contesto siempre en orden. No tengo ni idea de a dónde se ha ido mi respuesta.
EliminarVeo que tu padre y yo coincidimos en nuestra apreciación de este libro: interesante, pero un poco repetitivo y poco dinámico. No obstante, me alegro de haberlo leído.
Un beso.
Es el primer libro que veo que habla de crímenes policiacos de la mano de un japonés. La cultura asiática tan bien recibida a partes iguales, rechazada, parece que da a entender siempre los entresijos de la vida, de una vida de sentido. Me ha gustado la reseña. Un saludo!!!
ResponderEliminarComo le digo a Irene más arriba, había contestado a vuestros comentarios, pero ahora veo que la respuesta se ha esfumado y no lo entiendo.
EliminarYo ya he leído algún policíaco japonés antes de este y he de decir que me gustó mucho más, aunque me encuentro más cómoda con lo más cercano y conocido. No obstante, la cultura oriental siempre tiene algo que enseñarnos, tal vez por lo desconocida que nos resulta.
Un beso.
Pues no me sonaba esta novela. Y por lo que cuentas, no me llama mucho así que esta vez voy a dejarla pasar.
ResponderEliminarBesotes!!!
Bien. Es un alivio dejar descansar la lista de vez en cuando.
EliminarUn beso.
Aunque no la desaconsejes yo no me animo, creo que me pesarían demasiadas cosas.
ResponderEliminarBesos.
No es la lectura más dinámica y entretenida, aunque el balance para mí ha sido positivo.
EliminarUn beso.
Bueno..., creo que este sería pasto de mi abandono, seguro, por lo que cuentas y mira que me gusta la novela negra oriental, que he descubierto no hace mucho. A mi me pasa a menudo que leo alguna de esas que todo el mundo pone por las nubes y a mi no me convence, yo creo que por eso tengo mis reservas a la hora de leer este tipo de libros tan aclamados. Aunque si te soy sincera, es la primera reseña y opinión que leo sobre esta novela.
ResponderEliminarUn beso
Yo tampoco suelo ser mucho de leer lo más comentado y alabado, salvo algunas cosas muy concretas. Lo policíaco oriental es muy diferente a lo que estamos acostumbrados y resulta curioso. Así ha sido con este libro, pero además resulta un tanto prolijo y repetitivo, aunque, como digo, el balance final ha sido positivo.
EliminarUn beso.
¡Hola!
ResponderEliminarNo tiene mala pinta pero yo no soy de leer novelas que todos reseñan y halagan. De hecho solo sigo tus recomendaciones y las de Juan Carlos, el resto de lo que leo es porque lo conozco, o recomendaciones cercanas.
Muy feliz martes.
Es todo un honor ser, junto a Juan Carlos, parte de tus consejeros literarios. Este libro no lo desaconsejo, pero aviso de que puede resultar un tanto pesado en algunos momentos.
EliminarYo también tengo mis consejeros particulares y también Juan Carlos es uno de ellos.
Un beso.
¡Hola, Rosa! Veo que esta lectura toca temas muy interesantes y aunque hay algunas cosas que no te han gustado, siento que podría gustarme. Y es que los escritores japoneses siempre logran llamar mi atención, quizás por esas diferencias tan marcadas y por esa cultura que no deja de sorprenderme. Muchas gracias por la reseña. ¡Un besito!
ResponderEliminarSé que te gustan los autores japoneses y este podría también ser de tu agrado. La novela es distinta e interesante, de eso no hay duda. Que resulte un tanto lenta y repetitiva puede entrar dentro de las características de la literatura japonesa.
EliminarUn beso.
Me ha encantado la manera de narrar del autor en el primer párrafo, así que entiendo cuando dices que en momentos de tensión la narración es impecable. Me echa para atrás lo que comentas de que es repetitivo, creo que no tengo yo paciencia ahora mismo para leer varias veces lo mismo, jeje.
ResponderEliminarYo no había visto el libro antes, pero entiendo que cuando un libro se ve mucho de golpe en redes sociales es porque hay una campaña de marketing detrás. Por eso no suelo leer novedades, jeje. No me fío mucho de algunas primeras reseñas. ;-)
¡Besos!
Tampoco suelo leer lo que sale demasiado en redes, pero a veces algo me tienta y caigo. este libro me resultó curioso desde las primeras veces que lo vi y, desde luego, lo es.
EliminarEstá muy bien escrito y trata temas candentes y peliagudos, pero para ser policíaco es bastante lento. No lo desaconsejo, pero tampoco animo a leerlo con entusiasmo.
Un beso.
Hola, Rosa. Tengo la novela, la compré con muchas ganas pero ya sabes que día a día se acumulan lecturas y te confieso que me olvide de ella. Mil gracias por animarme a leerla con tu reseña.
ResponderEliminarBesos y felices lecturas.
Me alegro de que mi reseña no te haya desanimado de leer esta novela. Puede que tra leer las objeciones que le pongo y esperártelas te guste más.
EliminarA veces las expectativas.menores, ayudan a la satisfacción final.
Un beso.
Hola Rosa, pues sí que hay grandes alabanzas para este libro porque, aunque he de confesar que no lo he visto mucho, sí que lo que he visto todo era positivo (y algo por las nubes, creo recordar que alguna crítica vi que no le había parecido para tanto, pero bueno, eso, la mayoria positivas). Así que no está mal leer reseñas como la tuya y ajustar un poco las expectativas, tengo muchos pendientes y este tampoco es que sea un título que me atraiga en demasía, pero bueno, no descartaba que si lo encontraba en la biblio pillarlo algún día. Después de leerte creo que lo colocaré un poco más atrás en la lista, hay tanto por leer que tampoco es que me apetezca ponerme con él y más si se alarga en exceso en temas que, creo, a mí tampoco me interesarían demasiado. Un abrazo.
ResponderEliminarSe alarga en exceso y repite muchas reflexiones. Como digo, le sobra un tercio de sus más de seiscientas páginas. Y no obstante ha sido una experiencia positiva el leerlo. Entiendo que no esté entre tus prioritarios, más después de leer mi opinión, pero tampoco desaconsejo su lectura.
EliminarUn beso.
Hola Rosa, gracias por la mención. Ya sabes que me gustó mucho. Cierto que es algo lento y repetitivo, pero a mi eso no me molestó, después de las primeras páginas y una vez que le cogí el tranquilo al autor, la verdad es que lo disfruté. A mi también me sorprendío lo de los regalos cuando se iba de visita, sobretodo que lo hiciera un policía, y me fue muy fácil empatizar con Mikami, tan poco "japones" él, al menos con poco acorde con la idea que tenemos de los japoneses. Y el final me pareció redondo, creo que el autor contó lo que quiso y como quiso, sin complacencia, aunque no conozco a los lectores japoneses tanto como para opinar. Yo tampoco me atreví a recomendar la novela, pero me pareció muy interesante. Besos.
ResponderEliminarGracias a ti pude consultar los nombres, tan similares, de muchos personajes. Porque, además de los que empezaban por "m", estaban los que empezaban por "a" que también era muchos.
EliminarA mí también me ha gustado el libro y me parece que el final es muy bueno. Lo que le achaco es lo prolijo y repetitivo de algunos análisis, por lo demás muy interesantes.
Yo también, a veces he pensado de personajes japoneses que se parecen a nosotros más que a los japoneses y es que creo que al final todos somos similares en la esencia. Cambian más las formas que los contenidos. Humanos al fin, sentimos y obramos de forma muy similar.
Un beso.
Veo que esta lectura adolece de lo que les pasa a muchas novelas largas, que le sobran páginas. Suena interesante lo del conflicto entre la sociedad y el individuo, y la novela parece tener cosas curiosas, supongo que por retratar una sociedad tan diferente a la nuestra, como dices. Voy entrando por la literatura oriental aunque todavía no del todo, así que mezclar policiaco y japonés igual ya es pedirme demasiado. Me gusta la cita con la que arrancas la reseña pero la novela en sí no termina de llamarme. La dejo pasar esta vez.
ResponderEliminarBesos
A mí también me cuesta la novela oriental y poco a poco le voy entrando. Desde luego, si lo negro no te gusta y lo japonés tampoco te entusiasma, no creo que este libro sea para ti. Yo he leído alguna otra cosa policíaca japonesa y me ha resultado muy interesante.
EliminarEsta novela no está mal, pero es demasiado lenta y repetitiva y eso en general para un policíaco no es lo más adecuado. No obstante, como ya he dicho, el balance ha sido positivo yme alegro de haberla leído.
Un beso.
Hola, Rosa, pues yo no había oído hablar de esta novela, la verdad, pero tampoco me apetece demasiado después de lo que cuentas. Por aproximarse a otra cultura y por esas reflexiones que dices que tiene, igual en algún momento...
ResponderEliminarEs una novela que ha aparecido mucho en los blogs, al menos en los que yo suelo seguir. También la he visto en el grupo de Facebook TarroLibros. Me atrajo y me dejé tentar a pesar de que no suelo hacerlo con las novelas que se ven mucho, pero la verdad es que esta, a pesar de las objeciones que le pongo, tiene más cosas buenas que malas.
EliminarUn beso.
¡Hola, Rosa! Leyendo tu reseña creo que al leerlo me pasaría como a ti. Por lo que mencionas, contiene a la par lo que más detesto de una novela (repeticiones, explicaciones y personajes difíciles de identificar) con lo que más adoro, como ese primer párrafo que muestras y escenas de tensión bien trabajadas. Así que ¡menudo dilema!
ResponderEliminarLo que quizá provoque el éxito de esta novela es que a lo mejor surja un fenómeno editorial parecido a las novelas negras nórdicas a partir de la saga Millenium, que comencemos a ver un montón de publicaciones negras de origen nipón o asiático.
Me ha chocado bastante, eso sí, que un policía apele a la ética periodística para que los medios informen con rigor, sin sensacionalismos. En una época en la que manda el click bait en la prensa digital gratuita, ese planteamiento casi me parece de Fantasía, ja, ja, ja... Un abrazo!!
Fíjate que para mí la novela nórdica surge mucho antes de la serie Millenium. Con un autor, Henning Mankell, y con un policía, Wallander. Fue la primera serie que leí completa y en orden. Como en tu último artículo también hablabas de Millenium como el origen de "ponga una novela negra nórdica en su vida", y se me olvidó mencionarlo en mi comentario, aprovecho ahora.
EliminarPues me pasa con Seis cuatro algo similar a lo que te pasaría a ti. Tiene cosas que me han gustado mucho y otras que me han resultado un tanto pesadas, pero el balance, positivo.
Un beso.
Pero hablando ya
Tengo a los autores japoneses atravesados, no les pillo el truco. No sé si es por culpa del traductor (ya sé que es un recurso muy manido, pero es lo que tiene leer libros que no están en el idioma original) o soy yo que estoy muy alejada de la mentalidad oriental.
ResponderEliminarCreo que este lo dejo pasar, snif.
Un besote.
Ya sabes que tampoco están entre mis favoritos los autores japoneses y no creo que sea por la traducción, este está magníficamente traducido. Bueno es un decir porque ni sé japonés ni lo he leído en el idioma original. Quiero decir que lo he encontrado muy bien escrito. Yo creo que es más bien su forma de narrar, más lenta y muy densa. Y también influye la distinta mentalidad. Por otra parte, es cierto que los libros japoneses que he leído últimamente me han gustado bastante en su mayoría. Este sin ir más lejos, a pesar de las objeciones que le pongo, me ha gustado y ha ganado con los días.
EliminarUn beso.
Hola Rosa. La literatura asiática y yo congeniamos muy pocas veces. Con algunos títulos ha sido un acierto pero otros me cuestan. No sé si yo si ahora se me apetece un título como el que nos traes. Creo que para el otoño lo podría intentar. Besos
ResponderEliminarPor qué será que somos tantos los que nos sentimos alejados de la literatura asiática. Yo creo que es porque nos resulta muy ajena. En eso está también la gracia pues se encuentran en ella cosas muy curiosas para nosotros. Es lo que le sucede a Seis cuatro, cosas curiosas que llaman la atención y esa forma prolija y densa de los japoneses. Entiendo que ahora no te apetezca.
EliminarUn beso.