"Valor" Clara Usón

No sé si realmente existe ese multiverso formado por universos paralelos que describe la Física. Como hipótesis me gusta, aunque sea incapaz de entenderla en su justo significado. Me resulta incluso poética. Ese gato, vivo y muerto a la vez en distintos universos, me fascina. Según la teoría de la Física Cuántica, ambos universos no puede interaccionar entre ellos. En uno el gato está vivo y en el otro, muerto, independientemente uno de otro. Lo bueno de la literatura de ficción es que podemos crear todo tipo de universos y hacerlos interactuar y mezclarse y no pasa nada. Nada salvo que sale una novela redonda, sumamente interesante, capaz de mezclar episodios históricos de distintas épocas, capaz de mezclar la Historia con historias cotidianas; el pasado con el presente.  

«—Apuntadme bien para que no sufra —pide Fermín Galán a los soldados del pelotón. Un capellán busca reconciliarlo con Dios y Galán le dice que no está dispuesto a echar por tierra en el último minuto los ideales de toda una vida; solicita ser enterrado en el cementerio civil. De pie, dando la espalda a la tapia, al lado de su compañero, el capitán García Hernández, rehúsa el pañuelo que le ofrece el sacerdote; quiere morir viendo. En posición militar, dirige a los piquetes:

—¡En revista! ¡Cuatro pasos al frente! ¡Carguen! ¡Apunten!

Y a continuación:

—¡Fuego! ¡Viva la República!

García Hernández murió al instante. A Fermín Galán hubo que rematarlo dos veces.»

Así empieza Valor. El episodio es conocido. El 14 de diciembre de 1930 fueron ejecutados Galán y García Hernández, principales instigadores de la sublevación de Jaca, un intento por parte de algunos políticos y militares de instaurar la República en España y librarse de la losa de un rey inútil como gobernante, pero hábil y sin escrúpulos para mantener sus privilegios. La sublevación fracasó y hubo que esperar aún cuatro meses exactos desde los fusilamientos para que el 14 de abril de 1931 llegara por fin la tan ansiada (por algunos) Segunda República.

Ese es uno de los universos que se nos muestran y en él asistimos a toda la trama y la preparación del golpe que debería llevarse a cabo el 12 de diciembre. En este universo de 1930 hay un personaje clave. Se trata de Luis Duch Lacasa, un joven burgués mimado por su madre viuda que se unirá a la sublevación, aunque su destino, protegido por su familia y su clase, no será, al menos de momento, tan definitivo como el de los cabecillas.

Con este universo se une, en el primer capítulo, un episodio protagonizado por una adolescente y su madre afincadas en Sagunto. Es alrededor del año 2011 cuando la madre, directora de una sucursal de una caja levantina, empieza a vender a familiares y amigos unos productos financieros muy buenos que harán crecer sus ahorros de forma llamativa. Se los vendió a su hermano y a su madre, también a su amiga Flor y hasta ella misma invirtió sus ahorros. 

Pero aún es pronto para todo eso. Ahora es viernes por la noche y la niña, Mar, está estudiando para su examen del lunes. Está castigada sin salir, aunque su madre se dispone a cenar fuera y volver tarde. La niña (quince años ya) debería estar con el examen de Sociales. Con la sublevación de Jaca y la República y la Guerra Civil y Franco. Pero lo que en realidad le preocupa es recibir Tuits de respuesta a los suyos, algo que le permita sentirse conectada con su mundo, un mundo que se ha desmoronado desde lo que sucedió con Óscar y su pelea con Alba. Un mundo que se mezcla con la otra dimensión, la de Galán y Luisito Duch, esa dimensión que invade la suya y se entremezcla con ella a veces en la misma frase. «¿Cuánto duró? Demasiado poco. Los labios, la lengua de Óscar pugnaron por abrir su boca, pero ella apretó los dientes, no podía permitirlo, llevaba puestos los brackets. "Este artículo publicado hoy, 15 de noviembre de 1930, en el diario El Sol, lleva la firma de José Ortega y Gasset —anunció emocionado Fermín Galán—. Se titula El error Berenguer." Y probablemente fue un error no dejarle meter la lengua, con aparatos y todo. Desde aquel día la niña piensa en Óscar de forma obsesiva, no porque esté enamorada, sino porque tiene ganas de estarlo. "Cuando hasta un filósofo llama a la revuelta —dice Fermín Galán— no podemos quedarnos cruzados de brazos."».  Puede resultar extraño, pero arrastra y engancha; no hay lugar al lío o la confusión. Al menos no lo ha habido para esta lectora.

Se mezclan ambos mundos además porque hay un parentesco inesperado. «Luis Duch no lo sabe, Mar Díaz tampoco, pero son parientes: un tatarabuelo de Mar era hermano de Prudencio Duch, el padre de Luisito.» Pero si nos fijamos en la dedicatoria del libro, vemos que Clara Usón se lo dedica a su padre, Luis Usón Duch y a la memoria de Luis Duch Lacasa. Y leo en algún sitio que Luis Duch era en realidad pariente de la autora. Un guiño interesante por cuanto se mete a sí misma, sin  meterse, en la historia y en la Historia. En este primer capítulo, mientras se traza el destino de Mar, Fermín Galán, un militar, y Luisito Duch, un aristócrata vividor y mimado por la fortuna, recorren la Historia de España desde 1930 hasta los primeros días de 1936; desde el fusilamiento de uno, hasta el del otro. 

En el segundo capítulo se cambia totalmente de tema. Es una historia contada en primera persona por un monje franciscano croata, el padre Casimiro, que vive sus últimos días en una residencia recordando su vida. «Yo vine a España acompañando al arzobispo de Sarajevo, el reverendísimo Ivan Šarić. Hui con él, con Rozman, el arzobispo de Liubliana, y otros sacerdotes y frailes cuando los partisanos del mariscal Tito vencieron al ejército croata, en 1945. Alemania también había caído, y dos años antes, Italia. Sin aliados, quedamos a merced de nuestros enemigos.» Los hechos más terribles nos esperan en las memorias de este antiguo ustacha croata que participó en los terribles hechos del Campo de concentración de Jasenovac, donde se hacinaban personas consideradas por el fraile como peligrosas e indeseables: judíos, serbios, comunistas, gitanos y gais. 

Es legendaria la crueldad que los ustachas, nazis croatas, practicaban en sus campos de prisioneros. Hasta los alemanes nazis estaban espantados de tanto salvajismo. Reproduzco un fragmento que da idea del hecho: «De las dos chimeneas de la fábrica de ladrillos salía un humo muy negro que olía de pena. Estaban muy preocupados porque el pestazo llegaba hasta el pueblo de Jasenovac, y aunque ahora todos los que vivían allí eran croatas, hacían preguntas y protestaban, y el comandante Picili dijo: habrá que buscar otra solución, y Ljubo Miloš dijo: los alemanes los matan antes de meterlos en el horno, y Pilici dijo: eso qué tendrá que ver, cuando los quemas huelen lo mismo; sí, dijo Miloš, pero no gritan.» Es verídico. Los ensayos históricos lo certifican. Se inventó en el campo incluso un cuchillo especial al que llamaban srbosjek. Para quien le interese la traducción, mataserbios.

Lo curioso es que las memorias del padre Casimiro se ponen en boca de Mar, la niña. Y así cada cierto tiempo hay una acotación en el sentido de : recuerda Mar, se maravilla Mar, dijo Mar. Otra demostración de cómo los tiempos, lugares y personajes se mezclan y confunden en algún agujero negro que comunica dos universos paralelos.

Habrá que esperar al tercer capítulo para ver cómo termina el primero y por qué en el segundo Mar recuerda las bestialidades de un franciscano ustacha en el campo de Jasenovac. Este tercer capítulo está protagonizado por Mati, la madre de Mar, en 2013. Dos años tan solo desde el primer capítulo y muchas cosas han cambiado. 

Clara Usón

Valor es la novela que Clara Usón publicó a continuación de su magnífica La hija del este, novela que leí en 2012, con la que conocí a la autora y que me entusiasmó. He tardado mucho en volver sobre la autora. El año pasado leí El asesino tímido, novela publicada en 2018 y que también resulta sumamente interesante. Creo, no obstante que Valor la supera. El arriesgado juego de mezclar la Historia de los años treinta en España, los años cuarenta en Croacia y los diez del siglo XXI en la misma novela, en el mismo párrafo y hasta en la misma frase, era un ejercicio del que se podía salir muy maltrecha. La autora lo supera con gran solvencia dando a luz una novela original, interesante, que saca a escena episodios de la Historia que se niegan a caer en el olvido por mucho que algunos lo intenten. 

De nuevo, Clara Usón demuestra que acercarse a sus novelas es un acierto asegurado.

Este libro participa en el Reto Escritores de la A a la Z que organiza el blog Lecturápolis. Con él relleno la letra U.

Título del libro: Valor

Autora: Clara Usón
Nacionalidad: España

Editorial: Seix Barral

Año de publicación: 2016

Año de publicación original: 2015

Nº de páginas: 320