"El día que maté a Lucy Palmer" Xavier Vila Coll

«Mi primer recuerdo no es nada agradable. Estábamos desnudos en la cama el abuelo y yo. Él me agarraba la mano y me obligaba a acariciar su miembro erecto. ​Casi siempre que lo hacía era de noche. Luego me dejaba solo en la cama y regresaba a su habitación. ​La abuela lloraba sin parar. 

Evaluación psiquiátrica a Theodore Harris 9 de septiembre de 1981 Stateville Correctional Center».

El primer recuerdo del narrador es el comienzo del libro y da mucha información. Sabemos que está siendo sometido a una evaluación psiquiátrica y que está en un Centro Correccional. Pero no, ese no es el comienzo. Lo de que está en algo similar a la cárcel ya lo sabíamos porque antes ha habido una introducción y en ella el narrador se dirige a alguien que ha ido a visitarlo, alguien a quien él ha invitado. Enseguida el narrador recuerda al visitante que se llama Theodore Harris y que está condenado a muerte por el asesinato de seis mujeres. «Como ya te expuse en mi carta, mañana van a ejecutarme. Hablar contigo es mi última voluntad. ¿Aceptas?». 

Y esa narración que Teddy le hace a su visitante es la historia de la novela que tenemos entre manos. Teddy es un asesino en serie y cuenta las peripecias que lo llevaron a convertirse en ello. Dará noticia de una infancia violenta y desoladora, sin más cariño que el de la madre y la abuela, ambas víctimas, como él mismo, de los abusos del abuelo. Hasta que deciden dejar de ser víctimas por el camino más fácil y expeditivo de quitarse de en medio. Resulta un poco increíble que se salven del abismo dejando en él, solo y sin defensas, al niño. Pero a veces la vida se pone tan de espaldas que la necesidad de abandonarla ciega hasta lo más evidente. Teddy se queda solo, empieza a sufrir en exclusiva las atenciones del abuelo y, más fuerte o con más rabia acumulada, «al contrario de lo que se podía esperar de un chaval de tan solo quince años, no me achanté y tomé las riendas de la situación. Me enfrenté al demonio de polla arrugada y vieja con la arrogancia que otorgaba mi juventud [...] Él fue mi primera víctima». 

A partir de ese momento, Teddy deambula solo por los bajos fondos de Chicago,  dedicado al robo para sobrevivir y acallando su frustración y su rabia con alcohol, tabaco y demás drogas a las que puede acceder en su vida de vagabundo. A los dieciocho años la vida cambia para él. Consigue trabajo, se busca una casa, deja sus vicios y los sustituye por la lectura por lo que se hace asiduo de la Biblioteca. Allí conoce a una chica de la que se enamora, Lucy Palmer... «Fue precisamente en la biblioteca donde conocí a mi segunda víctima. Ella, evidentemente, no lo sabía. Yo, por mi parte, no fui consciente de ello». Parece que la vida por fin le sonríe. 

Pero más que sonreírle, la vida le ha hecho una mueca de burla, porque efectivamente Lucy será su segunda víctima y el desencadenante de lo que iba a venir después. O puede que ese desencadenante ya estuviera ahí y Lucy fuera una víctima más del mismo. Primero perros y gatos sirvieron para acallar las voces que exigían su deuda en la cabeza de Teddy, luego fue Lucy, luego... Patty, Mary, Agnes, Emma, Abbie, Candence. Sí, ya sé que eran siete, pero de Lucy jamás supo nada la policía. 

Xavier Vila Coll

El día que maté a Lucy Palmer lleva como subtítulo Confesiones de un asesino en serie y eso es justamente, unas confesiones que constituyen una interesante novela negra, muy negra. La voz del asesino en serie, sus impulsos, su lucha contra ellos, las voces que lo dominan y se presentan cuando menos se las espera, cada vez con más asiduidad; el animal que vive en su entrepierna, sus intentos por ignorar las exigencias de su mente torturada... Todo ello atrapa sin remedio en la novela. 

No es la primera vez que me enfrento a una novela narrada con pelos y señales por el propio asesino. Ya lo hice en American Psycho, la aterradora novela de Bret Easton Ellis que me espeluznó por completo allá por el año 1992 o 1993 (creo que me dejó tan impactada que olvidé apuntarla en mi lista de libros leídos). Pero en la novela de Ellis no hay lucha en el psicópata, no hay remordimientos ni deseos de liberarse de su locura, no al menos por lo que recuerdo. 

El día que maté a Lucy Palmer es menos impactante, aun siéndolo mucho. No he tenido que dejar de leer porque la descripción de las brutalidades me agobiaba hasta la náusea, no he sentido ganas de gritar y llorar y salir corriendo (todo eso sí me pasó en American Psycho). Es menos efectista, pero más efectivo, porque se siente el sufrimiento del asesino, su lucha infructuosa, el dominio de su propia locura en forma de voces y apariciones, se ve el incremento del trastorno, la cada vez mayor influencia de sus pulsiones asesinas en todo lo que le rodea y que terminan con todos sus intentos por vivir de forma normal y por mantener trabajos normales.

Sabemos desde el principio cuál es el final de la historia de Teddy, pero no del todo. El final, el que vemos al final, abre las puertas a nuevas interpretaciones, a nuevos matices sobre la locura de Teddy. Puede que ese final haya que leerlo un par de veces, pero ahí está, no nos hemos engañado, hemos leído lo que hemos leído. 

El volumen que yo tengo, comprado en Amazon en mayo de este año, incluye al final un relato titulado Un saco de tripas. Es un relato independiente, pero da una visión distinta del final de la historia de Teddy. Es por decirlo así, un final alternativo para la misma historia. En palabras del propio Xavier Vila Coll: «Se trata de un ejercicio literario, un ejemplo de cómo un mismo personaje e, incluso, una misma historia, puede tratarse desde diferentes puntos de vista, estilos literarios y temáticas. Aquí, el género predominante es el terror más puro y clásico. Espero que lo disfrutes».

Pues eso espero yo también, que disfrutéis con la reseña y con el libro si es que os decidís a leerlo. Yo, por mi parte, ya me he hecho con otra obra del autor de las varias que tiene. El género que más aborda Xavier Vila Coll no es de los que más me gustan, zombis, distopías o plagas no son lo que más me puede apetecer, pero he encontrado uno protagonizado por Goya, La Quinta del sordo, que me ha llamado la atención. 

Título del libro: El día que maté a Lucy Palmer

Autor: Xavier Vila Coll
Nacionalidad: España

Editorial: Autopublicación

Año de publicación: 2020

Año de publicación original: 2020

Nº de páginas: 137