"La solución final" Michael Chabon
«Había un niño con un loro en el hombro caminando por las vías del tren. Sus andares eran distraídos y se dedicaba a agitar una margarita mientras caminaba. Con cada paso el niño hacía una marca con la punta del pie en el lecho de las vías, como si estuviera midiendo su viaje con señales meticulosas de sus punteras sobre la grava. Era pleno verano, y había algo en el pelo negro y en la cara pálida del niño sobre el fondo de las colinas parecidas a una bandera verde desplegada, en las rodillas huesudas bajo sus pantalones cortos y en el aire solemne del bonito loro gris con su cola salvaje de plumas rojas, que cautivó al anciano que los estaba viendo pasar. Lo cautivó, o tal vez despertó su intuición —una facultad que antaño había sido famosa en toda Europa— para las cosas prometedoramente anómalas». Así es como el anciano detective ve al niño por primera vez y comienza esta historia.
Sin más demora y para empezar, diré que no ha estado a la altura de lo esperado tras haber leído otra novela del autor que me gustó mucho. También diré que, pasado ya casi mes y medio desde que lo leí, ha ganado en el recuerdo. Se trata de una novela con su asesinato, su detective y su intriga. Tiene además un niño judío mudo con un loro, espías en busca de códigos numéricos, la familia de «el señor Panicker, que no solamente era un malayalí de Kerala, negro como un tizón, sino también vicario anglicano de la Alta Iglesia».
A ver si me centro. Estamos en Reino Unido, concretamente en los South Downs, en julio de 1944. El niño ha conseguido escapar de la Alemania Nazi y se ha refugiado en casa del reverendo Panicker y su familia. Ha llegado con su loro africano del que no se separa nunca y que tiene la costumbre de soltar una ristra de números inconexos y sin sentido aparente. Junto al niño, en la casa del reverendo, viven otros dos inquilinos, el señor Shane que acaba de llegar y el señor Parkins. Puede parecer curioso que un reverendo de la iglesia anglicana tenga inquilinos en su casa, pero «el beneficio de la parroquia era mínimo, el vicario negro impopular en la localidad, los feligreses ariscos como guijarros y la familia Panicker, pese a la previsión seria y ahorrativa de la señora Panicker, incómodamente pobre».
A la pobre familia se le va a añadir la lacra del asesinato de uno de sus inquilinos y la imputación del propio hijo de los Panicker en el mismo. Y ahí es donde entra el detective anciano y retirado, porque atraídos por su fama legendaria el detective agente Quint y el detective inspector Michael Bellows solicitan su ayuda para resolver el complicado caso en el que, además, ha desaparecido el loro.
El anciano no está muy dispuesto a ayudar. Es un momento delicado para los panales y, jubilado desde 1914, se siente un poco oxidado en lo que a investigaciones se refiere, a pesar de que tiene una idea bastante clara de lo que ha sucedido o, mejor dicho, de lo que no ha sucedido porque el anciano duda de que el asesino sea el joven Reggie Panicker. Tras pensarlo se decide. «He tomado en consideración las necesidades de mis abejas. Y creo que puedo perder unas pocas horas. Así pues, les ayudaré. —Levantó un dedo largo a modo de advertencia—, A encontrar el loro del chico. —Laboriosamente, y con un aire que rechazaba de antemano cualquier ofrecimiento de ayuda, el anciano, apoyándose pesadamente en su bastón negro y lleno de muescas, se puso de pie—. Si por el camino nos encontramos al verdadero asesino, bueno, pues mejor para ustedes».
Y por el camino, nos encontramos con personajes que esconden más de lo que muestran. La señora Panicker que llora la pérdida de loro por parte de un niño herido, mudo y separado de su familia; llora la detención de su hijo al que imagina en su celda; llora sus cuarenta y siete años de decepción y el estúpido interés por su inquilino, el señor Shane, «como si acabara de salir de una novela de baja estofa». El señor Panicker cuya decepción es mucho mayor pues al matrimonio vacío y a la frustración total de sus ambiciones profesionales se suma « su conocimiento de la ausencia de dios, de su duda y su falta de fe y de la distancia que había entre su corazón y el del Señor Jesucristo». El niño, desposeído de todo lo que ha constituido su mundo, sin poder comunicarse más que por escrito y con la única compañía, ahora perdida, de su loro africano Bruno. «El niño es el hijo de un tal doctor Julius Steinman, un médico de Berlín. Para mí el nombre no significa nada, pero en círculos psiquiátricos... [...] Parece que el tipo tuvo cierto éxito tratando ciertos desórdenes del sueño. Dios sabe cómo. Con drogas, me imagino. En cualquier caso, el niño y sus padres se libraron de ser deportados en mil novecientos treinta y ocho. Tengo entendido que los sacaron del tren en el último momento». Alguien interesado los salvó, alguien que los mantuvo en lugar secreto a todos y al loro principalmente.
La novela, pues, va adquiriendo tintes inesperados. El asesinato se mezcla con los códigos nazis y el servicio de Inteligencia inglés. Espías, ladrones, asesinos... y un detective demasiado viejo para resolver el caso, demasiado oxidado, demasiados años sin dedicarse a la investigación.
Michael Chabon |
Hace años (fue en 2014, pocos meses antes de abrir el blog) leí Telegraph Avenue de este autor. Me gustó tanto que tenía anotados en mi lista de pendientes otros dos, La solución final entre ellos. Han tenido que pasar unos años para que, de la mano del reto Autores de la A a la Z, haya rescatado al autor y su novela. Decía al principio que la novela no había estado a la altura de lo esperado y me reitero en ello. Su calidad no alcanza la de Telegraph Avenue, pero es mayor de lo que pensé cuando cerré el libro.
Tras leerlo y como suelo hacer, indago sobre la obra y el autor, y encuentro que La solución final constituye un homenaje a Sherlock Holmes, pues no otra es la identidad del viejo detective. Mea culpa. El hecho de haber leído poquísimo de Sherlock Holmes (El sabueso de los Baskerville) y hace demasiados años es la causa de que no haya reconocido las pistas que se van dejando y que, al parecer, son suficientes para un seguidor del detective inglés. No, no es capaz el gran detective de descubrir al culpable del crimen, pero no asustarse. El crimen será resuelto a la perfección aunque no por el anciano sino por quien menos nos podríamos esperar.
No parece ser una novela a la altura del autor, Premio Pulitzer en 2001 por Las extraordinarias aventuras de Kavalier y Clay, libro que no he leído, pero que será lo próximo del autor que reciba mi atención.. Y digo que no parece ser porque con otra única novela leída no me atrevo a hacer afirmaciones categóricas. No obstante, se lee muy bien, está escrita con la prosa que ya me cautivó en Telegraph Avenue y no se puede negar que tiene detalles curiosos e interesantes.
Este libro participa en el Reto Escritores de la A a la Z que organiza el blog Lecturápolis. Con él relleno la letra CH.
Título del libro: La solución final
Autor: Michael Chabon
Nacionalidad: Estados Unidos
Título original: The Final Solution
Nacionalidad: Estados Unidos
Título original: The Final Solution
Traducción: Javier Calvo
Editorial: Randon House
Año de publicación: 2018
Año de publicación original: 2004
Nº de páginas: 128
Una novela ingeniosa y entretenida por lo que cuentas. Tampoco yo soy una gran seguidora de Sherlock Holmes así que puede que tampoco hubiera reconocido las pistas pero me ha gustado tu reseña. Un beso, Rosa y buen finde.
ResponderEliminarNo está mal la novela y es de las que ganan en el recuerdo, como digo. Esperaba más, pero tiene su originalidad y, sobre todo, está tan bien escrita que da gusto leerla.
EliminarUn beso y feliz domingo (llego tarde para el fin de semana)
¡Hola Rosa!!
ResponderEliminarpues no sé..., me dejas indecisa. El personaje del niño mudo y su loro desaparecido parece uno de lo buenos (¿igual el que descubrió al asesino fue el niño?) y su prosa que dices te cautivó y supongo que te cautiva a pesar de que esta novela no te haya convencido del todo, eso a mi me echa para atras, pero a veces nos pasa que un autor nos gusta mucho, pero algunas de sus novelas no nos llegan igual.
Me ha pasado a veces lo mismo que a ti, que termino una novela, indago un poco sobre ella y descubro cosas en las que no había caído, en este caso si no eres muy seguidora de Holmes, pues es normal.
Me suena el autor, pero tampoco demasiado
Un beso
Yo creo que si quieres conocer al autor sería mejor que te decidieras por otro de sus libros. Este no creo que sea el más característico del autor y, desde luego, tiene cosas que chirrían y que hacen que la novela no resulte lo redonda que podría haber sido de otra forma. No obstante, y para los amantes de Sherlock Holmes me atrevería a recomendarla.
EliminarUn beso.
Desde luego que debe tener detalles curiosos si ya consideramos que la trama parece un tanto retorcida, con loro incluido, je,je.
ResponderEliminarEs curioso como, muchas veces (a mi me ocurre con frecuencia) una novela y, sobre todo, una película nos gusta más cuanto más tiempo a pasado desde que la leímos o vimos. Cuántas veces no habré contado a alguien el tema de una película que he empezado calificando de mediocre y a medida que la contaba aumentaba el interés de mis oyentes y de mí mismo, je, je. Quizá sea debido a que cuando uno se imaginaba algo mucho mejor (como te ha ocurrido en este caso) queda decepcionado, pero con el tiempo acaba siendo más ecuánime.
En cuanto a la figura de ese Sherlock camuflado de viejo decrépito, si hubieras visto la película Mr. Holmes (2015), en la que el viejo detective vive retirado en una granja y se dedica a la apicultura, posiblemente habrías dado con la pista oculta, je, je.
Con todo, me ha resultado una novela interesante.
Un beso.
Perdón por ese "a pasado". ¡Qué horror!
EliminarA mí también me pasa a menudo, eso y lo contrario, es decir, salir del cine (eso me pasa más en cine) pensando que la peli no está mal y con el paso de los días ir notando cada vez más fallos y decidiendo que no me ha gustado. Con los libros, tal vez porque soy más crítica y exigente, me suele pasar lo que con este, que termine pensando que no es gran cosa y poco a poco le vaya descubriendo más méritos de los que parecía en un principio.
EliminarNo tenía ni idea de esa película de 2015 sobre Sherlock Holmes. Parece ser que también Conan Doyle en algún escrito lo sitúa viejo, retirado y dedicado a la apicultura. la cosa es que yo a Holmes lo tengo muy poco trabajado (casi nada).
Respecto al «a pasado», ay, si yo te contara...
Un beso.
Buenos días, Rosa:
ResponderEliminarNo conocía al autor de nada y me ha parecido muy interesante que esta novela sea un homenaje a Sherlock, porque a mí es un personaje literario que me gusta mucho. Lástima que el libro no te haya llenado del todo, pero suele pasar cuando el primer libro que leemos de un autor nos fascinó. Seguiré leyéndote a ver cómo sigue tu contacto con la narrativa de este escritor ganador del Pulitzer.
Un abrazo y felices lecturas!!
Espero leer en breve la novela del Pulitzer, aunque no prometo nada porque se me cruzan tantas cosas y tengo tantas otras en lista que nunca sé qué caerá a continuación. Si eres fan de Sherlock Holmes para ti tendrá un aliciente añadido esta novela y la verdad es que el hombre escribe de maravilla y la historia tiene sus partes buenas.
EliminarUn beso.
Y ahora es cuando viene el loro y resuelve el crimen. No sé, la primera escena es impactante, que ya me imaginaba yo el tren llegando y adiós niño. Menos mal que no. ¿Y dónde están los padres del niño? No sé, que ese grupo tan peculiar podría haber dado mucho juego y muchos problemas. Se ve que la cosa se ha quedado un poco como rara. Aunque haya mejorado con el tiempo no te veo del todo convencida. Y como no conozco al autor, prefiero estrenarme con otro de los que sí te han gustado mucho.
ResponderEliminarBesos
Ja, ja, el loro detective... La verdad es que el grupo de personajes, que es peculiar de narices, da bastante juego, a pesar de las objeciones que se le pueda poner (cada vez que recuerdo la historia, gana puntos en mi memoria). Los padres del niño no están con ´´el y, aunque no se especifica, les auguro un mal pronóstico en la Alemania nazi. Pero sí, si quieres conocer al autor yo empezaría por uno de sus libros más característicos, como el ganador del Pulitzer.
EliminarUn beso.
Qué pena que no haya cumplido tus expectativas, pero ese niño judío mudo con loro prometía.
ResponderEliminarAparco esta novela de Holmes jubilado.
Un besote.
Prometía y cumplió más de lo que me di cuenta en un principio. No ha sido una de mis mejores lecturas de estos tiempos, pero ha sido mejor de lo que pensé al terminar el libro. Puede que sea porque escribe tan bien...
EliminarUn beso.
Hola Rosa!! Me has dejado con ganas de leer este libro que desconocía, creo que podría ser una buena elección lectora para mí. Tomo buena nota. ¡Estupenda reseña y gracias por tu recomendación! Besos!!
ResponderEliminarOjalá te guste más que a mí si finalmente te animas.
EliminarUn beso.
Hola,
ResponderEliminarno conocía ni al autor ni a la novela pero viendo que no la has disfrutado no me la llevo apuntada; si acaso sí que apunto la otra que indicas que te gustó tanto.
Un beso, Rosa
La verdad es que la he disfrutado más recordándola que cuando la leí. Finalmente decidí que está mejor de lo que me pareció en un principio, pero tiene mejores novelas para estrenarse con el autor.
EliminarUn beso.
Cuando un escritor pretende con un libro algo así como homenajear a otro autor y libro debería hacerlo de forma que al lector ajeno a lo homenajeado no se le reste en la lectura, aunque, evidentemente, es lógico que aquellos lectores que lo conozcan la disfruten más. Dicho esto, me parece una novela con una mezcla de ingredientes curiosa. Veo que quizá te ha decepcionado un poco en el sentido de que no ha estado a la altura de la otra novela del autor que habías leído, pero veo también que te has reconciliado en parte con ella tras dejarla reposara. El que las lecturas ganen con el tiempo es algo que valoro mucho. No te digo que la vaya a leer, dado todo lo pendiente que tengo, ni tampoco a su autor, al que, por cierto, no conocía de nada, pero tampoco quiero descartar a ninguno de los dos. Tiempo al tiempo
ResponderEliminarBesos
Veo que me has captado perfectamente, tanto la decepción tras esperar más por lo disfrutado del otro libro como la reconciliación con el paso de los días y el recuerdo. Tampoco sé si lo habría disfrutado más en caso de haber sabido ver el homenaje a Sherlock Holmes.
EliminarEn todo caso es un libro curioso, con una curiosa mezcla de detalles, y personajes. Si se te cruza por el camino algún libro del autor, creo que te gustará, aunque tal vez otro libro más típico del mismo.
Un beso.
¡Hola. Rosa! Por lo que nos cuentas, esta lectura no llenó tus expectativas, aun así, me gustaría conocer mas de la obra de este autor, por lo que me llevaré apuntado el otro titulo que mencionas (Telegraph Avenue). Gracias por la reseña y espero tengas un muy buena semana. ¡Besos!
ResponderEliminarNo, no ha sido la lectura ideal, aunque haya ganado con el tiempo. Telegraph Avenue o la ganadora de Pulitzer, seguro que son una mejor apuesta.
EliminarUn beso.
Bueno parece entretenida pero al mismo tiempo a ti no te acabado de convencer , croe que voy a optar por empezar por otra novela del autor y esta si acaso para mas adelante, para cuando nada mas que quiera entretenerme.
ResponderEliminarUn beso.
Pues haces bien. El autor tiene libros más interesantes y más representativos, creo. este no está mal, pero yo también optaría por algún otro pa estrenarme con Michael Chabon, un autor al que merece la pena conocer.
EliminarUn beso.
¡Hola, Rosa! Desde luego que los ingredientes de esta novela son una especie de totum revolutum. Un poquito de Holmes, códigos nazis, el niño autista y hasta un loro. Sin haberla leído es complicado opinar, imagino que será entretenida, aunque de niños autistas y códigos ya hay alguna que otra novela o película por ahí y de homenajes a Holmes también. Un fuerte abrazo!
ResponderEliminarLo mejor de este autor es lo bien que escribe y otras novelas suyas. Al menos la que he leído antes me gustó mucho y parece ser que la que obtuvo el Pulitzer también es muy buena.
EliminarEsta es inferior, pero se puede leer con gusto.
Ah, me he debido explicar mal. El niño es mudo, no autista.
Un beso.