"Buena suerte" Nickolas Butler

«Aquella era la casa que había de cambiar su suerte para siempre. Podían presentirlo. En cuanto Cole tomó el desvío de la carretera principal y, tras cruzar la portilla abierta de una cerca de ganado, comenzaron a ascender en dirección norte por el polvoriento camino del cañón, todos pudieron percibirlo: dinero. Era una suerte de vibración en el aire límpido de la montaña, algo que flotaba en él como una promesa, como una expectativa que resecaba la boca y erizaba la piel a medida que avanzaban en la camioneta. Casi podían tocarlo en el viento que mecía las últimas hojas del verano y acariciaba la hierba de los campos que ya amarilleaban mientras sonreían a las aguas moteadas del río que corría más abajo. Todo en aquel lugar hacía pensar en dinero. Un dinero que solo aguardaba a ser arrancado de la tierra: las hojas relucientes como billetes; las aguas, titilantes como monedas de plata».

Cole, Teddy y Bart tienen una empresa constructora, True Triangle Construction, en Jackson, Wyoming. Los tres amigos viven de esa empresa, aunque de manera ajustada y sin poder permitirse muchos lujos. Cole está en proceso de separación de su mujer y mientras empaqueta sus cosas en el apartamento que han compartido piensa que tendrá que mudarse a casa de Bart, «lo que a su vez constituiría una señal inequívoca de que su vida había entrado en retroceso». Teddy es mormón, está casado y tiene cuatro hijas con caprichos que no se pueden permitir «los más recientes, unas clases de ballet y una pareja de ponis Shetland». Como tampoco se pueden permitir la compra de una casa más grande. Bart es el lado más frágil del triángulo. Sus problemas con la ley desde muy joven y su consumo de drogas hacen que, a pesar de valorar el trabajo y la lealtad por encima de todo, cueste «imaginárselo alcanzando una edad provecta, no digamos ya envejeciendo con dignidad». Pero a pesar de sus diferencias los tres amigos...

«Se querían como hermanos. [...] habían crecido juntos casi desde la infancia, en las tierras rocosas y rojizas encajonadas entre cañones del este de Utah. Siendo jóvenes, se habían mudado a las montañas de Jackson Hole en busca de inviernos de esquí casi infinitos, de nieve polvo y de chicas, embriagados por la posibilidad de codearse con famosos en los bares y cafés de la ciudad. Primero habían sobrevivido como pisteros; después, cansados de ser vistos como unos paletos por los turistas —el operario anónimo del telesilla cuya cara se olvida nada más ascender hacia la montaña, el camarero servicial dispuesto a sufrir los insultos de los borrachos con la esperanza de obtener diez dólares de propina—, habían tratado de convertirse en hombres de provecho en aquel mismo entorno.

Esa era la razón por la que, unos pocos años antes, los tres habían fundado la empresa True Triangle Construction».

Y de pronto, les llega este encargo, una casa de ensueño en medio de un paraje idílico. Con fuentes termales que forman una piscina de aguas claras y templadas, una piscina que se vierte en un arroyo que desemboca a su vez en un río, y rodeándolo todo una vista espectacular de montañas. La propietaria, Gretchen Connors, trabaja y vive en San Francisco y tan solo pone una condición. La casa tiene que estar terminada para Navidad. Tienen tan solo cuatro meses y los tres socios están de acuerdo en que es una labor imposible, aunque cambiarán de idea cuando Gretchen les anuncie que, además de la tarifa estipulada por la construcción, cobrarán una prima de ciento cincuenta mil dólares para cada uno si logran finalizar la obra en la fecha indicada.

«—Pero ¿por qué? —preguntó Bart—. ¿Por qué Navidad? En esas fechas esto estará enterrado en nieve sí o sí. No hay manera humana de que pueda mantener el acceso despejado durante todo el invierno. [...]

—[...] Baste con decir que para mí el tiempo es, digamos, más valioso que el dinero, ¿de acuerdo? Soy una mujer ocupada, muy ocupada. Y no se preocupe por el camino de entrada. Es asunto mío y ya me encargaré yo de mantenerlo despejado, independientemente de lo que cueste». 

A partir de ese momento comienza una lucha titánica para cumplir un encargo que deberá poner a la empresa True Triangle Construction en la lista de las más solicitadas y terminará de una vez por todas con los problemas económicos de los tres amigos. Aunque no solo es cuestión de economía. También de prestigio, de salir de un mundo anodino y escalar puestos en la escala social hasta llegar a un nivel que por origen y formación no les corresponde; codearse con los más ricos, trabajar para ellos. «Su vocación, comprendía ahora mejor que nunca, consistía en lo mismo que cuando estaba en el telesilla o en la barra de un bar poniendo copas: trabajar al servicio de las apetencias del uno por ciento más rico de la población».

Lo que los tres amigos no saben es que el cambio de status social es algo complicado y perverso, algo que  se rebela, que no se deja conseguir sin cobrarse un elevado precio. ¿Cuál es el que los amigos están dispuestos a pagar para conseguirlo? ¿Cuánto están dispuestos a jugarse en ese empeño? ¿La familia, la salud, la amistad? 

Pero no solo los tres amigos son protagonistas de Buena suerte. También Gretchen va ganando importancia y peso en la historia. Sabremos de su pasado, de su relación con esas tierras salvajes donde pretende construirse una casa única y aislada del mundo. 

«El padre de Gretchen había comprado aquella tierra por veinticinco mil dólares poco después de la guerra de Corea. [...]

Todos los veranos cargaban hasta arriba el coche familiar y partían rumbo al oeste. Durante el trayecto, Gretchen pegaba la cara a las grandes ventanillas. Al principio no se veía nada, tan solo campos y más campos de maíz hasta donde alcanzaba la vista, y luego trigo. La tierra iba empinándose gradualmente hasta que, ya en el corazón del estado de Colorado, las Montañas Rocosas emergían de pronto ascendiendo hacia los cielos y el aire se tornaba más frío y seco». 

Sabremos también del presente de Gretchen, de su trabajo que no le satisface aunque le dedica todo su tiempo, de su intención de retirarse a vivir en la naturaleza, en el paraje al que estuvieron ligados sus años más felices.

Nickolas Butler

Buena suerte es la historia de cuatro personajes y lo que cada uno está dispuesto a entregar para conseguir sus deseos; es una lucha contra los elementos, contra el tiempo, contra las propias debilidades, contra la estructura misma de la sociedad. Es una lucha tras la que no se sabe si, independientemente de que se gane o se pierda, se conseguirá lo que se pretendía o todo habrá sido en vano.

Buena suerte es la última novela  que ha publicado Nickolas Butler. Es la primera que yo leo, pero puedo asegurar que no será la última. Ya tengo otras tres en mi lista de pendientes. 

Este libro participa en el Reto Autores de la A a la Z que organiza el blog  Lecturápolis. Con él relleno la letra B.

Título del libro: Buena suerte

Autor: Nickolas Butler
Nacionalidad: Estados Unidos
Título original: Godspeed

Traducción: Álvaro Marcos

Editorial: Asteroide

Año de publicación: 2022

Año de publicación original: 2021

Nº de páginas: 400