"Los incomprendidos" Pedro Simón
«Lo que pasa es que existe un día definitivo en tu vida en que ya no puedes subirte a la hija a los hombros. Porque pesa demasiado, porque su tamaño no te alcanza, por lo maltrechas que están tu espalda o tus cervicales. Y entonces le dices que no, que no puedes más, y la bajas al suelo, y es como si le cortaras un poco las alas, como si le hicieras ver que el vuelo se acabó, que toca pisar tierra, que lo que sea que venga a partir de entonces será por separado, cada uno con su propio camino».
Para Javier ese día definitivo llegó. Llegó en la realidad cuando Inés ya era demasiado grande para cargarla a hombros. Eso es normal pasa siempre con los hijos. Llegó metafóricamente cuando Inés se desprendió de ellos y dejó da hablarles y dejó de sonreír y se convirtió en un ser silencioso y huraño, un ser que solo habla para discutir, para echar en cara, para reprochar. Una gárgola de rostro malhumorado.
Lo que Javier no sabe es que Inés guarda dentro de sí mucho dolor, mucha culpa, mucha sensación de haber sido apartada. Inés se ha perdido en un periplo que sin darse cuenta la ha ido alejando de sus padres y ahora no sabe cómo volver a encontrar el camino. Aunque lo intenta.
Hace solo cuatro años eran una familia feliz. Ahí está la foto para demostrarlo. La última foto feliz. Después todo se vino abajo.
«En el retrato enmarcado que ahora puedo sostener entre las manos sin que me tiemblen, aparece muy contenta jugando en Pirineos. Acaba de cumplir trece años, lleva una trenca verde, levanta los brazos como si quisiera abarcarlo todo y tiene la cara colorada de la emoción y del frío. A sus pies está Roberto, tirado en el suelo posando como una maja desnuda, solo que abrigado hasta arriba con un anorak. Han hecho un muñeco de nieve y luego, entre risas, la mayor le ha arrancado la cabeza.
Todavía no están cansados.
Todavía todo está intacto.
En ese instante, Inés ignora que llegará un día en que me querrá matar».
Aunque tal vez todo empezara antes. Cuando la familia se mudó de su piso de siempre de setenta y cinco metros cuadrados en Carabanchel a un chalet de tres plantas en Boadilla del Monte. Cuando se mudaron Inés tenía nueve años y Roberto, cuatro. Ahora Inés tiene dieciséis y Roberto... Bueno, lo que pasa con Roberto hay que descubrirlo leyendo el libro. Javier sospecha que la mudanza no resultó tan beneficiosa como pensaban. Demasiadas habitaciones, demasiados televisores y ordenadores, demasiada independencia, soledad, aislamiento. «A veces me doy asco y pena y vergüenza no solo por lo que hice, sino por lo que seguramente no he sabido hacer. A veces pienso que estábamos mejor en Carabanchel».
Hay otros dos personajes importantes. Celia, la madre, y Clara, la tía, la hermana mayor de Javier. La historia nos la cuentan entre Inés y Javier, aunque Celia y Clara están muy presentes. Y Roberto, como no. Alternándose en los distintos capítulos, padre e hija irán desentrañando el pasado, los misterios que los envuelven, las culpas que comparten, los secretos que se ocultan.
Pedro Simón |
Como su título indica, Los incomprendidos es la historia de un desencuentro. O de varios. Padres e hijos que de pronto se desconocen; que de compartirlo todo, juegos, cariño, risas, complicidades, pasan a sentir la más absoluta perplejidad ante el otro. A sentir que el otro quiere verlo muerto. Los incomprendidos es una disección de la lejanía generacional. La que se establece cuando los hijos empiezan a ser personas por sí mismos y dejan de ser prolongaciones más o menos moldeables de sus padres. Porque la tragedia es que los hijos crecen y empiezan a pensar y ya no les sirve lo que les cuentan o lo que les mienten sus padres con mejor o peor intención. «[...] después de comprender a los padres en medio de sus silencios, ahora nos tocaba comprender a los hijos en medio de sus ruidos».
Después de Los ingratos donde nos hablaba de «una ingratitud condenada a repetirse. Las generaciones venideras con las anteriores. [...] Escribo sobre esas ingratitudes. Incalculables. Irreparables»; después de Los ingratos, decía, que tanto me gustó, viene Pedro Simón con Los incomprendidos y consigue que no sepa decidir cuál me gusta más. Dos novelas en todo caso que hacen que ya esté esperando la siguiente.
Título del libro: Los incomprendidos
Autor: Pedro Simón
Nacionalidad: España
Nacionalidad: España
Editorial: Espasa
Año de publicación: 2022
Año de publicación original: 2022
Nº de páginas: 304
Tengo muchas ganas de leer este libro. Lo tengo reservado en la biblioteca. Será el primero que lea de este autor. Le escuché en una entrevista de libros de arena y me encantó. Un abrazo
ResponderEliminarA mí me ha gustado mucho. Todo lo que tenga que ver con familias y sus asuntos me encanta. Además está muy bien escrito y cin reflexiones muy interesantes.
EliminarUn beso.
Hola, Rosa. Yo ya tengo el libro comprado ya que leí Los ingratos y me gusto mucho, muchísimo. Qué alegría encontrar tu reseña. Mil gracias.
ResponderEliminarBesos y felices lecturas.
Pues este también te gustará. Un análisis genial sobre las familias con su dosis de intriga y sus secretos.
EliminarUn beso.
Hola, Rosa. Aunque tuve la sensación de que me faltaba "algo" con Los ingratos, fue una novela que tenía muchas cosas que me gustaban, sobre todo la sensibilidad del autor y los personajes. Creo que de este me va a gustar mucho Clara. Y la historia también, en general. A ver los adolescentes, que a veces se me cruzan un poco.
ResponderEliminarBesos
La verdad es que a mí con Los ingratos no me faltó nada y este, con el tema familiar me ha gustado más aún. La adolescente, ascolescente como dice su tía Clara, a veces resulta un poco indigesta, pero es que la pobre tiene lo suyo.
EliminarUn beso.
Tengo muy bien apuntado tanto este libro como Los ingratos. A ver por cuál de los dos me decido
ResponderEliminarBesos
Cualquiera de los dos merece mucho la pena. Enganchan, entretienen y plantean reflexiones muy interesantes. Te gustarán.
EliminarUn beso.
Pues me pasa lo mismo Rosa, que espero con ansias el siguiente, que parece ser parte de una trilogía pactada con la editorial, ¿Cómo se titulará? ¿Los inseguros? ¿Los indeseables? ¿Los invisibles? ¿Los incautos? ¿Los imperfectos? ¿Los indestructibles? Como decía en mi reseña..., me da completamente igual porque lo importante es que lo leeré, seguro.
ResponderEliminarEste autor promete mucho, sus dos libros son geniales y este en concreto, con ese retrato a la adolescencia y ese personaje que me cautivó por completo, la tía Clara, mi preferida
Me alegra que lo hayas disfrutado
Un beso
Lo he disfrutado mucho y tu reseña fue decisiva para que empezara a leerlo ya. Es verdad que en tu reseña decías que había un pacto con la editorial para escribir una trilogía. Lo había olvidado. Pues bienvenida sea la tercera parte y que no se haga esperar mucho.
EliminarUn beso.
Buenas tardes, Rosa.
ResponderEliminarEl argumento de la novela no suena a ficción. Cuántas historias reales no se basarán en el mismo esquema. No he leído al escritor, pero viendo lo mucho que te han gustado las dos novelas que mencionas, creo que en algún momento lo haré.
Un abrazo y enhorabuena por la reseña!!
Es un autor que merece la pena. Trata de temas en los que todos nos vemos reflejados de una u otra forma. Seguro que te gusta.
EliminarUn beso.
Se puede decir que el autor del libro y la autora de la reseña han dado en el clavo je, je. Ese puñetero abismo que se puede dar entre los 15 y 20 años de edad de los chicos es casi trágico en lo sentimental. Eso sin haber problemas. Si los hay ya....
ResponderEliminarSin duda, me anoto la propuesta.
Un beso, Rosa.
Pues aquí sí que hay problemas más allá de los propios de la edad. hay secretos, hay culpas almacenadas, hay... hay que leer a Pedro Simón y disfrutarlo.
EliminarUn beso.
Ay me has creado una necesidad. Me gusta tanto leer sobre familias, y esa adolescencia que a veces duele...
ResponderEliminarMil gracias por la reseña, tomó muy buena nota.
Feliz miércoles
Los libros de Pedro Simón son buenos y además enganchan. Se leen de maravilla y antes o después nos sentimos identificados. Te lo recomiendo.
EliminarUn beso.
Estas historias familiares a mí también me gustan mucho. Tengo pendiente la novela anterior pero apunto esta. Una reseña genial, Rosa.
ResponderEliminarEs que las familias dan mucho juego y a poco hábil que sea el autor, más aún. Te recomiendo ambas novelas.
EliminarUn beso.
Hola Rosa, aun no me estrenado con el autor pero no dejo de leer buenas reseñas y tengo apuntada esta y el anterior. Decís que es una trilogía.¿ Es necesario leerlos en orden?. En cuanto al tema me parece muy interesante. Todos nos hemos sentido incomprendidos en la adolescencia. Empezamos a pensar por nosotros mismos y las ideas de nuestros padres ya no nos sirven, buscamos en nuestros compañeros e iguales ratificación a nuestras opiniones y claro, se produce el alejamiento, habitualmente se soluciona cuando los hijos se convierten en padres o simplemente en adultos, aunque en algunos casos, si se hace mal, puede ser irreparable. Besos.
ResponderEliminarParece ser que es una trilogía, pero más por los temas que trata. No comparte ni personajes ni historias por lo que se pueden leer en cualquier orden. Razón tienes. Normalmente los desencuentros de la adolescencia los cra la edad, pero a veces más que desencuentros se establecen resentimientos muy difíciles de superar. Afortunadamente, no me he visto en esa situación, pero tiene que ser terrible.
EliminarUn beso.
La lectura de esta novela seguro que nos haría reflexionar en profundidad si hemos sido buenos padres y si nuestras decisiones, las que tomamos con la mejor intención, fueron acertadas. La relación entre padres e hijos siempre da para mucha discusión y el tema de esta obra sin duda muestra, no solo el cambio generacional, por otro lado normal, sino las quejas e insatisfacciones de los hijos (en este caso de la hija) por cómo han ido las cosas desde que se mudaron de piso. Es una verdadera lástima que una aparente prosperidad material vaya en detrimento de la familiar.
ResponderEliminarUna novela, sin duda, muy interesante. Parece como si a Pedro Simón le atrajeran los conflictos generacionales, je, je.
Un beso.
Deberemos reflexionar si hemos sido buenos padres y si hemos sido buenos hijos, aunque está claro que como padres tenemos mucha más responsabilidad que como hijos. Como dijo no sé quién, las deudas contraídas con nuestros padres las pagamos con nuestros hijos. Creo que a veces los padres exigen más de lo debido. En esta novela no obstante, no hay eso. El padre se pregunta qué ha hecho para perder la comunicación con su hija, pero no le exige agradecimientos especiales. Es una novela muy interesante que te recomiendo, así como Los ingratos, otra forma de ver las cosas igualmente interesante.
EliminarUn beso.
¡Hola, Rosa! Ay, qué cercano en el recuerdo tengo ese instante intangible en el que tus peques se convierten en aborrescentes, je, je, je... Una noche estás contando un cuento a tu hijo, antes de irse a dormir, y ni eres consciente de que esa es la última vez que lo harás. Siempre hay una última vez, el baño, el juego con muñecos, el llevarlo en brazos, como menciona el autor... Lo terrible es que nunca eres consciente de ese instante. En realidad, no hay explicación, simplemente los niños crecen, se hacen conscientes de ellos mismos, buscan la soledad e intimidad para descubrir el mundo ellos solos. Ley de vida. Por lo que comentas, el autor sin duda ha sabido escudriñar con ojos de escritor ese momento por el que todo padre ha pasado. Un abrazo!
ResponderEliminarYo creo que lo terrible sería ser consciente de que es el último baño, el último libro, la última vez que lo coges en brazos... Sería darle a los hechos cotidianos una trascendencia que haría la vida difícil. Sería hacer una tragedia casi de esa bañera, esa lectura, esos brazos. Mejor no saberlo y vivirlo con naturalidad. Sí que es terrible ese desconocimiento que se establece entre las generaciones. En el libro hay además episodios que no son lo normal en las familias y que incrementan esa distancia.
EliminarUn beso.
Hola Rosa, qué libro más bueno es este. Es una novela para leer y no tanto para hablar de ella. Me reí mucho cuando entrevisté al autor porque, al contarle mi situación personal, por aquello de no tener hijos, me dijo que yo era la tía Clara. Y estos días, me he sentido más la tía Clara que nunca porque mis sobrinos vienen a contarme lo que no cuentan a sus padres. En fin, una novela extraordinaria. Besos
ResponderEliminarQué suerte. Yo, como no soy nada amiga de los niños, creo que a mis sobrinos los espanté de pequeños y luego ya no han querido muchas confianzas conmigo.
EliminarMenos mal que mi hijo no se dejó espantar y tuvo paciencia,ja ja.
Un libro magnífico.
Un beso.