Alexis Ravelo, In Memoriam
Nunca el título de una reseña me había dolido tanto. Nunca
pensé que tuviera que escribirlo. Al fin y al cabo, él era mucho más joven que
yo. Nos conocíamos virtualmente, de esa manera que ahora se conoce mucha gente.
Cada vez que publicaba la reseña de uno de sus libros y lo etiquetaba en
Facebook o en Twitter, siempre me respondía de manera similar, «me mimas demasiado», y yo le respondía que no, que le
mimaba lo justo porque su novela así lo merecía. Y fueron diecisiete,
diecisiete novelas que disfruté sin reservas. Ninguna me decepcionó. En todas
comprobé que nuestra manera de ver la vida era muy similar. Todas eran buenas, muy buenas.
Sus novelas eran muy negras, eran muy críticas. Siempre
tomaba partido por los más débiles, los desfavorecidos. Siempre se ponía en
contra de los poderosos, los corruptos, los que convierten el mundo en ese
lugar injusto y despiadado en el que habitamos.
Creó un personaje tan entrañable como él mismo. Eladio Monroy fue el que me lo dio a conocer. Desde la primera novela de la serie, Tres funerales para Eladio Monroy, hasta la sexta y ya última, Si no hubiera mañana, he ido siguiendo a este personaje y disfrutando con sus aventuras. Creo que tenía mucho de Alexis Ravelo, tenía sobre todo su gran humanidad. Eso aparte de la calva.
Y creó el que para
mí es uno de los mejores personajes y de los más curiosos de la literatura
española de los últimos años, Un tío con una bolsa en la cabeza, el político que nos cuenta su vida, cómo llegó a
la corrupción, cómo se hizo un mal tipo, mientras se muere con una bolsa de
plástico anudada al cuello viendo cómo se le termina el oxígeno. Pero no es
cuestión de enumerar. Todas y cada una de sus novelas tenían una calidad por
encima, muy por encima de la media. Duele pensar a dónde habría llegado y lo
que nos hemos perdido los lectores que le apreciábamos y le seguíamos sin condiciones.
No llegué a conocerlo en persona, pero no hay más que mirarle
a la cara y fijarse en lo que dicen los que sí lo conocieron para darse cuenta
de que era un buen tipo. Sí lo conocí por entrevistas en podcasts. Escuché
bastantes. Si algo lo caracterizaba era su carcajada explosiva, su potente vozarrón. Hablaba alto,
hablaba con franqueza, hablaba entre risas y, de repente, explotaba su
carcajada y le cortaba la palabra y lo convertía todo en alegría.
Como otros antes que él, se me ha muerto como del rayo que
decía el poeta.
Escribo esto con el dedo índice de la mano izquierda. Me ha
llevado tiempo. No lo tenía planeado. En unas semanas, hasta que me quiten la
escayola, no pensaba escribir más entradas en el blog. Pensaba alimentarlo tan
solo de las que ya tengo escritas. Pero Alexis Ravelo se nos muere y
no puedo permitir que no aparezca en mi blog, en esta sección de In Memoriam
que cada vez me duele más hacer porque cada vez se me lleva autores más
queridos, más necesarios, más imprescindibles para mí.
Donde quiera que estés, por favor, sigue riendo.
Sit tibi terra levis.
Conocía a este autor de oídas, pero nunca he leído una obra suya. Podría repetir lo que le he comentado a Pedro Fabelo, que también ha dedicado una entrada a Alexis Ravelo en su blog Absurdamente, o podría hacer un copia y pega de lo dicho, pero no es necesario para afirmar que cuando un lector sintoniza y sigue la trayectoria escritora de un autor al que admira, su marcha crea un vacío que duele, pues entiendes que ya no podrás seguir leyéndole y disfrutando de sus novelas. Y no hace falta haberle conocido personalmente, pues el vínculo "sentimental" que ha unido a lector y autor es lo suficientemnete fuerte como para sentir profundamente su ausencia. Eso es que que me ocurrió con el fallecimiento de Henning Mankell.
ResponderEliminarUn beso.
Henning Mankell xue ltra de misnperdidas u otrade mis entradas in memoriam. No tan triste como esta, pero bastante también.
EliminarUn beso.
¡Ay, Rosa! Fíjate que cuando escuché la noticia me acordé de ti. Sabía que te gustaba mucho y que habías escrito un montón de reseñas sobre él. Este último homenaje que le dedicas me parece precioso y, sí, qué triste que hayas tenido que escribirlo...
ResponderEliminarSi, son ya montones de reseñas de sus libros. Ha sido una sorpresa muy dolorosa.
EliminarUn beso.
Desde luego su cara y gesto confirma que es una buena persona, dices que se nos muere, espero que cuando llegue el momento vuele hacia un lugar mejor. No conocía Alexis Ravelo, buscaré en internet para saber más de él. Gracias por la noticia y el excelente homenaje que le dedicas. Feliz día
ResponderEliminarEra de esas perdonas que van anunciando lo buena gente que son. Y sinndarse impotencia. Buenos y humildes.
EliminarUn beso.
¡Hola!
ResponderEliminarimagino lo que te habrá costado escribir esta reseña, con un dedo, pero entiendo el esfuerzo realizado. El autor lo merece y mas si lo conocías aunque de forma virtual. La verdad es que cuando me enteré de la noticia me impactó mucho. En abril del año pasado, leí "Los nombres prestados" y me gustó mucho, evidentemente volveré a él, pero me da mucha pena saber que ya tendré que tirar siempre de lo escrito, que no habrá nada nuevo. Es un lujo que los autores nos dejen su legado cuando fallecen, ¿verdad?
Un beso
Después del in memoriam de mi padre. El que mas me ha costado. Han sido tantos libros leídos que ya casi era como un amigo o familiar.
EliminarUn beso.
Siempre contestaba, ¿verdad? Siempre tenía palabras de agradecimiento y hasta hablaba un poco contigo cuando escribías una reseña. Sólo lo conocía virtualmente, como tú, pero me dolió muchísimo cuando me enteré de su pérdida. Demasiado pronto... Es injusta esta vida, demasiado...
ResponderEliminarPrecioso homenaje el que le has hecho.
Besotes!!!
Sí, siempre agradecía, siempre contestaba. Era bueno, humilde y agradecido y un escritor de primera.
EliminarUn beso.
Hola, Rosa, como lo siento y eso que yo no lo había leído ni lo conocía tanto como tú. Es una pena.
ResponderEliminarTe mando un abrazo.
No me he perdido ni uno solo de sus libros. Era muy bueno.
EliminarUn beso.
Saludos, Rosa.
ResponderEliminarComo dejé escrito en mi blog, a mí la noticia también me dejó helado: por inesperada, porque, por edad, "no tocaba", y porque apenas un par de días antes lo había visto en un programa de televisión canario de ámbito regional presentando un homenaje a una escritora fallecida (qué ironía más extraña).
Al leer la noticia me preocupé de buscar algunas semblanzas y entrevistas que circulan por Internet, y ahí fui descubriendo ciertos paralelismos conmigo, lo cual me iba uniendo más a él.
Hace años tuve la suerte de hacer un curso bajo el tutelaje de un escritor y guionista de prestigio que lo trataba de manera personal y estrecha (eran amigos), y me hablaba maravillas de él, de su cercanía, de su campechanía, de sus amplios conocimientos literarios, de su franqueza, y me confirmaba un rasgo suyo que muchos de los que lo trataron destacan por encima de todo: que era "un buen tipo". En un mundo como este, tan lleno de competencia, celos, envidias, rencores, zancadillas traicioneras y actitudes deleznables, resulta reconfortante encontrarse, de vez en cuando, con buena gente. Hace que no pierdas la fe en el ser humano.
A partir de aquí, lo único que nos queda a los que amamos este noble arte de contar historias a través de la palabra escrita es homenajearle leyendo su obra. Yo apenas he empezado (el único libro suyo que he leído ha sido "La otra vida de Ned Blackbird". En mi lector aguarda "Los perros de agosto".
Besos, Rosa. Por cierto, tu post es precioso. Muy sentido.
Me atrevo a recomendarte: Un tío con una bolsa en la cabeza, Los nombres prestados, Los milagros prohibidos. Aunque cualquiera es una maravilla.
EliminarUn beso.
Preciosa la descripción del infarto, Rosa.
ResponderEliminarMe imagino lo que te habrá costado escribir esta entrada, y no tanto por tener que hacerlo con el índice izquierdo como por la pérdida tan enorme que sé ha supuesto para ti la de este escritor al que tanto admirabas. Solo he leído un libro suyo. Sabes que a Alexis Ravelo lo conocía por ti. Es ver su nombre o algún título suyo y no poder evitar acordarme de ti. Espero que te pueda servir de algo el consuelo de saber que has hecho llegar este escritor a muchas personas. Y más allá de la pérdida literaria que supone su muerte, qué conmoción que se haya ido tan joven, con tanto aún por escribir y sobre todo por vivir, como si, efectivamente, un rayo hubiese partido su vida por la mitad.
Un abrazo fuerte.
Es un orgullo haberte dado a conocer a este autor. Y más aún el que su nombre y su obra te recuerde a mí.
EliminarUn beso.
¡Hola, Rosa! Bueno, me enteré por las redes y te prometo que me acordé de ti, y de tu admiración por este autor y su obra. Precisamente, una semana antes, había sabido de él en el festival de Aridane criminal del que fue comisario y salían algunas fotos. No me lo podía creer y más cuando me enteré que nació en 1971 y por tanto teníamos la misma edad. Sin duda, nunca sabemos qué pasará mañana, ni siquiera dentro de un rato. Queda el consuelo de que Alexis logró una vida plena, aunque lamentaremos siempre todo lo que la muerte nos ha privado de manera tan prematura.
ResponderEliminarComo le digo a Lorena, me encanta ver que a muchos el autor les haga pensar en mí. La verdad es que me gustaba mucho y me alegro de haberle dado a conocer.
EliminarUn beso.
Hola, Rosa. Gran homenaje el que has hecho. A veces , cuando muere un escritor o un musico que nos gusta, parece que una parte de nosotros se marcha con ellos. Eso lo has plasmado muy buen en tu texto. Descubrí a Ravelo con La estrategia del pequinés , después no he podido leer mas novelas suyas porque es imposible leer todo lo que queremos, pero aquel libro es de los que no se me han olvidado.
ResponderEliminarUn abrazo.
Sí que lo he sentido como una pérdida personal. He leído casi todas sus novelas y era como de la familia.
EliminarUn beso.
Querida Rosa:
ResponderEliminarLlegué a Alexis Ravelo (como a tantos otros, por otra parte) a través de tu buen ojo lector. He leído cinco títulos suyos y de todos ellos he quedado satisfecho. El último fue "Un tío con una bolsa en la cabeza" que me pareció excelente. Pero también me gustaron los que tienen a Eladio Monroy como personaje central y mucho "La ceguera del cangrejo" o "Los milagros prohibidos". Sí, he disfrutado mucho con este canarión de aspecto de hombre afable y de buen conversador.
Agradezco y alabo el homenaje que le haces con esta entrada. Seguiré gozando de la existencia gracias a él que, aunque fallecido, ha dejado con su Obra un testimonio imperecedero. ¡Descansa en paz, Alexis!
Un beso grande para ti, Rosa. ¡Mejórate, chica! ¡Recupera todos tus dedos!
Veo que he dado a conocer a Alexis ravelo a varias personas. Es todo un honor para mí. Cualquier libro suyo es una apuesta segura.
EliminarUn beso.
Qué lástima... Un bonito homenaje, Rosa. Recupérate pronto. Besos
ResponderEliminarGracias, Marisa. Espero recuperarme pronto.
EliminarUn beso.
Hola Rosa, conocí a Alexis Ravelo en la Semana Negra de Gijon, fui con una amiga que quería que le firmara una de sus novelas, me pareció un hombre encantador, y muy amable. A partir de ahí empecé a leerlo, solo tres novelas suyas, cada vez que sacaba una nueva siempre pensaba que iba a dar a basto para ponerme al día, ahora me alegro de que me queden tantas, porque tengo aún muchas historias suyas por disfrutar. Una pena su muerte que nos ha dejado a todos un poco huérfanos, y es que estos años hemos perdido a muchos escritores buenos que nos van dejando un poco más solos a todos. Una despedida preciosa Rosa y muy emotiva. Besos.
ResponderEliminarMe hubiera gustado mucho conocerlo en persona, pero no ha podido ser.
EliminarUn beso.
Me enteré de su fallecimiento al día siguiente y la noticia me entristeció muchísimo. Para mí, una de las prosas más personales y auténticas de nuestra literatura. No me ha defraudado ni una sola de sus novelas y creo que merecía un reconocimiento mayor del que, a mi parecer, tenía.
ResponderEliminarCiertamente, ninguna de sus novelas defrauda. Un gran escritor y una gran pérdida.
EliminarUn saludo.
Solo he leído un par de libros de Alexis, pero ya bastaron para conquistarme. Y sí, su bondad traspasaba la pantalla. Gracias por tus palabras, un precioso homenaje, que es lo único que nos queda.
ResponderEliminarBesos.
Los homenajes son lo último que nos queda y es un triste consuelo. Nos quedan también sus obras. Aunque las he leído casi todas, las releeré.
EliminarUn beso.