"Próxima estación" Mónica Gutiérrez
¿Pero qué hace Sigrid en una noche tormentosa de marzo, en plena
Gare de l’Est parisina, a punto de embarcarse en el Orient Express?
«Nadie
sabe exactamente lo que significa Summit y llevamos tantos años llamándolo así
que tampoco nos atrevemos a preguntar sin arriesgarnos a que nos tilden de
borregos. Aproximadamente es como una convención anual del sector a la que
asisten directores de las principales cadenas hoteleras para debatir y
reflexionar sobre cuestiones comunes. También se hace un poquito de promoción y
marketing».
Pero ahora Sigrid está a punto de dejar su trabajo. Le han ofrecido el puesto de conservadora del departamento de arte funerario griego y romano del Museu d’Història y para ella, historiadora de lo antiguo, es la oportunidad con la que ha soñado toda su vida.
A Sigrid le queda solo una semana trabajando en el hotel que
dirige Ángela. Tras mucho pensárselo, ha aceptado la invitación de su amiga. Después de las
carreras, la mojadura y el apagón, la entrada en el Orient Express supone un
baño de comodidad y confort. La primera persona con la que se encuentra es
Gilberto, el agente de acompañamiento. Sigrid aún no lo sabe, pero Gilberto va
a ser un personaje muy importante a lo largo de todo el viaje. Él será quien le
cuente todas las historias y anécdotas del Orient Express, le servirá
exquisitos desayunos, la guiará por un tren en el que ella, con su legendario
mal sentido de la orientación, tenderá a perderse una y otra vez, y le llevará los canónigos frescos para Houdini. ¿He dicho ya que Houdini es un conejo?
El Orient Express es como un sueño hecho realidad para quien, como a Sigrid, le gusta viajar en el tiempo.
«Sentí que había retrocedido en el tiempo y había entrado en el
Reform Club a finales del siglo XIX: paredes de madera oscura lacada con
motivos florales blancos, sofás de cuero en forma de ele del mismo tono marrón,
sillones y pufs a juego, mesillas con delicadas lámparas de pantalla plisada en
tonos crema, ventanillas decimonónicas con sus pálidas cortinas echadas, la
iluminación suave y maravillosa de las pequeñas luces de Art Decó… Todo
contribuía a crear una atmósfera cálida, acogedora, elegante y sencilla; un
lugar de otros tiempos, de otro siglo, en donde todo era menos tecnológico y
más romántico; un lugar en donde tomarse una copa con Phileas Fogg para
estudiar con detenimiento mapas amarillentos de lugares inexplorados y notas de
Hic sunt dracones limitando los océanos».
El viaje planeado por los organizadores del Summit había
comenzado en Londres y seguiría hasta Venecia. Ese es el recorrido que hace el
tren desde que reanudó sus viajes en 1982. Históricamente, su recorrido era
París-Estambul. En esta ocasión, y por deferencia a sus invitados, pasarían por
el paso de Simplon en los Alpes, cosa que no hace habitualmente el tren,
porque a pesar de su nombre, Venice-Simplon Orient Express, utiliza el paso del Gotardo.
Un precioso y relajante trayecto atravesando preciosas e
históricas ciudades de la vieja Europa y paisajes de montaña nevados iluminados
por la luz de la luna; disfrutando de un ambiente cálido y lujoso a caballo
entre el siglo XIX y el XX; disfrutando de deliciosas
comidas, del Möet & Chandon servido en copas Pompadour por la noche en el
bar de Walter y del cóctel doce culpables que el barman prepara y cuyo
nombre no se sabe si es en honor a los asesinos de Agatha Christie o al número
de ingredientes que contiene.
Sí, podría haber sido el broche ideal para cerrar el periodo de trabajo de Sigrid en el Moonlight Falls de Passeig de Gràcia si no hubiera sido porque el pasado le salió al encuentro terminando con su tranquilidad y con el idílico ambiente que la rodeaba. Sigrid tardó en darse cuenta a pesar de los avisos que había ido teniendo desde el principio; la crema de bogavante de bienvenida, el pollo a la milanesa, la crema inglesa, los macarons de pistacho…
Mónica Gutiérrez |
A pesar de la sorpresa no muy agradable con que Sigrid se encontró en el Orient Express, Mónica Gutiérrez ha conseguido meternos de nuevo en un ambiente que nos envuelve y nos arropa como una manta de lana en invierno, como el edredón en que la propia Sigrid suele envolverse con Houdini acurrucado en su regazo y una taza de chocolate caliente entre las manos acompañada con bizcochos y nubes de azúcar.
Como nos cuenta la propia Mónica Gutiérrez en su blog, hace unos años leyó
un reportaje «sobre la restauración de los vagones originales del Orient
Express por parte de la cadena hotelera Belmond y me quedé totalmente prendada.
Pensé que algún día escribiría una novela ambientada bajo la suave luz de esas
lámparas Art Decó».
Próxima estación es aquel deseo hecho realidad. El Orient
Express de Mónica Gutiérrez, que me consta que se parece mucho al de la
realidad, porque si algo hace ella muy bien es documentarse, nos permite
durante las 240 páginas del libro rodearnos de un ambiente con el que muchas veces hemos
soñado, pero pocas veces hemos conseguido. Y para muestra la cita con la que
terminó esta reseña.
«[...] se me escapó un suspiro aburguesado al hundirme en el mullido cuero marrón oscuro del sofá y me quité los zapatos mojados y asquerosos. La calefacción era perfecta, ni sofocante ni insuficiente, y en el aire flotaba un agradable aroma a maderas nobles y a incienso de musk. Se me fue la mirada a los paneles de flores y las vidrieras de Lalique, cada vez más convencida de que aquel tren era capaz de viajar en el tiempo.
Poco después del regreso de Ángela, un camarero nos sirvió —en una bandeja de plata que no hubiese desentonado entre las piezas del ajuar de Catalina la Grande Zarina de todas las Rusias— una humeante crema de bogavante, un montón de miniemparedados de jamón, vino tinto y agua. Pedí unos canónigos sin aliñar para Houdini, que parecía bastante ocupado en explorar el vagón y hacer pis en las esquinas para marcar territorio, y me lancé con entusiasmo a dar buena cuenta de la comida».
Este libro participa en el Reto Autores de la A a la Z que organiza el blog Lecturápolis. Con él relleno la letra G.
Participa también en Doce libros pendientes de tu biblioteca como El exótico (ambientado en un lugar difícil o imposible de visitar)
Nacionalidad: España
Buenos días, Rosa.
ResponderEliminarEspero que te encuentres un poco mejor. Ya veo que tienes buena disposición, ya que has leído a la autora más afín a la literatura feelgood de la Blogosfera. Yo leí esta novela gracias a un corcuso organizado por Mónica Gutiérrez durante el confinamiento. Te puedes imaginar lo que supuso el premio en aquellos momentos para mí.
Un abrazo y mucho ánimo en tu recuperación!!
Las novelas de Mónica Gutiérrez te reconcilian con el mundo. Leer esta en el confinamiento tuvo que ser un baño de confort y buen rollo.
EliminarUn beso.
Supongo que esa sorpresa no muy agradabe a la que te refieres con la que se topa Sigrid en el tren debe dar origen a una serie de sucesos clave e inesperados en la trama de esta novela, porque la sola descripción de un viage en el Orient Express, su suntuosa decoración y los menús exclusivos no debe ser suficiente para atrapar al lector. Algo nos ocultas que dispara la intriga de ese viaje, je, je.
ResponderEliminarUn beso.
Siempre oculto cosas y en esta ocasión no iba a ser menos.
EliminarUn beso.
Ay, Rosa, me ha encantado tu reseña, me ha hecho recordar lo bonito que fue documentarme para recrear ese Orient Express tal y como es hoy en día: artículos, reportajes, entrevistas con la cadena hotelera Belmond, actual propietaria de los vagones... Creo que es la novela que más tardé en documentar, pero también la que me resultó más apasionante de documentar porque cada detalle era una obra de arte. Muchas gracias por subir a bordo y disfrutar del viaje. Un beso grande.
EliminarHe disfrutado muchísimo viajando en tu Orient Express. Estaba claro que la labor de documentación había sido importante. me alegro de que te haya gustado.
EliminarUn beso.
Pues sí, es cierto lo que dices, las historias de Mónica arropan y su ambientación es siempre muy especial. Esta novela la leí hace un tiempo y acabo ahora de leer la última. Todas tienen mucha dulzura y una pizca de humor muy divertida. Un beso, Rosa.
ResponderEliminarTengo también la última esperando. Tienen humor y envuelven en ambientes mágicos.
EliminarUn beso.
Comparto con Sigrid un pésimo sentido de la orientación, pero creo que no me importaría perderme por los vagones del mítico Orient Express. Y es que tengo que leer en algún momento alguna novela de Mónica Gutierrez. No es el feelgood uno de los géneros que más me atraen, pero siempre que leo alguna reseña de un libro de esta autora me quedo pillada, como trasportada a un ambiente mágico, así que creo que lo mejor sería experimentarlo por mí misma.
ResponderEliminarBesos
Ya sabes que yo tampoco soy muy de feelgood, pero es cierto que las novelas de Mónica Gutiérrez tienen magia.
EliminarUn beso.
Ya me subí al Orient Express gracias a Mónica y ha sido uno de mis mejores viajes. Pero ahora me has dejado con ganas de subirme otra vez.
ResponderEliminarBesotes!!!
Pues nada. Este es un viaje que sale barato y es muy satisfactorio.
EliminarUn beso.
Hola. Estoy completamente de acuerdo contigo, a los personajes de Mónica les pasa lo que a todos nos gustaría, esos sitios mágicos, los problemas que se solucionan, las oportunidades.
ResponderEliminarY sí, sus relatos te arropan, son un refugio seguro.
Besos
Sus historias no están exentas de problemas y desencantos, pero el balance es, definitivamente, confortable y muy placentero.
EliminarUn beso.
¡Hola Rosa!
ResponderEliminarespero que poco a poco vayas recuperándote de tu brazo y que estés mejor.
Me pasa como a ti, no soy de leer feelgood, me da pereza, aunque sí leí "Todos los veranos del mundo" porque tenía mucha curiosidad de descubrir la pluma de Mónica, me encantó. No sé si en algún momento me animaré a leer otra de sus novelas, pero sí te cuento que en la biblioteca la recomiendo mucho, porque me piden muchas recomendaciones de novelas feelgood, y las de Mónica nunca fallan.
La verdad es que lo que cuentas de esta, me parece interesante todo, incluso me han dado ganas de leerla y ¿quién sabe? Así que por lo pronto voy a mirar a ver si la tenemos en la biblioteca, y si no, la voy a pedir para que se compre
Besos
No he leído Todos los veranos del mundo. Es uno de los que me quedan. Viajar en este Orient express (el de verdad debe de resultar muy caro) es una experiencia que te aconsejo.
EliminarUn beso.
Hola Rosa, me gusta mucho como escribe Mónica, he leído tres novelas suyas y las he disfrutado un montón. En casa tengo Club de lectura para corazones despistados que leeré no tardando mucho. Esta me la llevo apuntada, que siempre deseé viajar en el Orientación Express. Besos.
ResponderEliminarOrient, que el corrector me ha jugado una mala pasada.
EliminarTambién yo tengo esa última novela esperando. No creo que tarde en leerla. No dejes de subirte en el Orient Express.
EliminarUn beso.
Hola, Rosa. Leer a esta escritora me relaja y me permite soñar. Ahora estoy con dos libros de ella, no este pero anotado queda. Gracias y besos.
ResponderEliminarSí, Mónica Gutiérrez es todo un baño de relax y buen rollo. Y este libro además te mete en un ambiente de lo más atractivo.
EliminarUn beso.
Lo tengo esperando en la estantería buscando el momento adecuado para disfrutar del viaje de la mano de Mónica. Besos
ResponderEliminarPues disfrutarás mucho. Un viaje de lo más agradable.
EliminarUn beso.
Hola, Rosa.
ResponderEliminarTengo este libro en la estantería porque me hice con él en cuanto salió publicado. ¿Te puedes creer que aún no lo he leído? Ay, sé que me hará pasar un buen rato, ¡seguro! Las historias de Mónica son especiales, como señalas, como una mantita en invierno. Lo leeré en algún momento, a ver si cuando me apetezca una lectura amable y no muy densa lo cojo y lo disfruto. La ambientación además me llama muchísimo y también sé lo bien que se documenta la autora. :)
Genial que tú ya lo hayas disfrutado.
Un abrazo.
Mónica escribe historias muy especiales. No tardes en leer Próxima estación. Lo vas a disfrutar.
EliminarUn beso.
Ohhhhhh, me encanta Mónica. Esta no la he leído. Me tengo que poner al día porque creo que tengo un par de títulos, más el último, que no he leído todavía. Pero todas sus historias me encantan y me hacen sentir tan bien. Es como llegar a casa, ponerse ropa cómoda y calentita, después de pasar todo el día con prisas y con frío. Así me hacen sentir sus historias. Besos
ResponderEliminarYo tengo pendientes algunos de los primeros, pero los últimos los he leído todos (me queda el último que ya está en mi estantería de pendientes). También me gusta mucho.
EliminarUn beso.