Sin reseña XXV

Con esta entrega mi sección Sin reseña cumple sus bodas de plata. Van ya veinticinco entradas a cinco novelas en cada una... no voy a echar la cuenta... En esta ocasión, como suele suceder,  se trata de cinco novelas negras y/o policíacas. Todas ellas pertenecen a series que sigo en riguroso orden, salvo "La hija del tiempo" que es la cuarta entrega de la serie del detective de Scotland Yard Alan Grant y que es la primera que leo de dicha serie. El motivo es que su fama está muy por encima del resto de las entregas y tenía ganas de leerla sin esperar más.  "La hija del tiempo" es también la única novela, de las que aquí aparecen, leída en octubre y por tanto entra en la iniciativa #LeoAutorasOct. El resto están leídas en septiembre o agosto.

"La Nena". Carmen Mola.

Si "La Nena" es la última entrega de la serie sobre la inspectora Elena Blanco y se queda en trilogía, Carmen Mola habrá cerrado esta etapa con un broche de oro, tal y como la abrió hace ya dos años con "La novia gitana". De seguir con más entregas de todo puede pasar, pero como suele suceder con lo que se alarga demasiado, es muy probable que termine siendo más de lo mismo y aburriendo un tanto.

Me gustó mucho esa primera novela conocida de este/a autor(a) desconocido/a. Una novela brutal, bien escrita, bien tramada, bien resuelta, al menos en la parte que se resolvió, porque siempre ha ido quedando pendiente la parte que atañe a la vida privada de Elena Blanco.

La segunda entrega, "La red púrpura", me resultó totalmente decepcionante. Puede que en esa decepción influyeran las altas expectativas creadas por la anterior. Es cierto que la trama abierta en "La novia gitana" se resuelve o se liquida de una forma inesperada e impactante. Es cierto que trata temas de terrible e inquietante actualidad. En esos aspectos, nada que objetar, pero en términos generales la novela resulta tan excesiva que termina por resultar increíble a pesar de lo real de los temas de los que nos habla. Por otra parte el personaje de Elena Blanco se deja caer en la autocompasión de una forma que termina por darme grima. 

De no haber sido por las muchas opiniones que coincidían con la mía en cuanto a la caída en calidad de esa segunda entrega y que, sin embargo, alababan con entusiasmo "La Nena", creo que no me habría animado a leerla. Pero lo hice y he quedado muy satisfecha. "La Nena" es una novela valiente en tanto en cuanto no suele ser habitual que el autor se ensañe con uno de los personajes protagonistas. Tampoco suele ser algo que guste al público, pero aquí se hace y la novela se eleva en una vorágine de violencia y personajes atrapados en su propia historia, culpas, remordimientos. No deja de ser un tanto excesiva, pero así como la anterior terminaba por resultar inverosímil, esta se mantiene en un negro rural que termina por ponernos los pelos de punta, que no queremos creernos, pero que tampoco podemos desechar por irreal. Aunque nos gustaría.

Creo que todo ha quedado definitivamente cerrado con esta tercera parte y de existir una cuarta creo que sería tirar demasiado del éxito. Aunque desde luego, no me la perdería.

"Siempre pagan los mismos". Carlos Bassas del Rey.

La segunda entrega que tiene como protagonista al inspector Herodoto Corominas es tan buena como me esperaba, tan buena como todo lo que Carlos Bassas del Rey nos ofrece cada vez que publica una nueva obra. 

La muerte de un policía municipal de la imaginaria ciudad de Ofidia, en la que vive y trabaja Herodoto, nos introduce en una trama de venganzas, corrupción y una necesidad cercana a la miseria; un ambiente en el que alguna gente tiene muy poco que perder y decide jugárselo todo a una baza aunque para eso tenga que aliarse con el propio diablo. Lo malo es que el diablo no siempre cumple lo pactado. 

Por ser el muerto Antonio Falcón subinspector de la Policía Municipal, Corominas y el subinspector Agüero deberán colaborar con el jefe inmediatamente superior de Falcón, el inspector Pedregosa y deberán meterse en el "barrio" de Falcón, el barrio que abandonó cuando las cosas le fueron mejor, pero por el que sigue apareciendo para desgracia de muchos.

El libro está publicado en 2015 y deja bien manifiesta la situación de España metida en una crisis de la que querían convencernos de que ya estábamos saliendo. Herodoto Corominas tendrá que sacar del calabozo a su mujer por meterse en una manifestación que pretendía impedir el desalojo de su vivienda de una vecina del barrio. Aunque Laura no lucha solo por la mujer. "También he ido por nuestro hijo. Se lo están cargando todo a plena luz. A este paso, no le va a quedar nada: ni sanidad pública, ni pensiones, ni educación, ni trabajo, ni futuro. ¿Te das cuenta de que van a ser la primera generación que viva peor que sus padres? ¿Y de quién es la culpa? Nuestra. Por callar".

A la vez que acompañamos a Corominas, Agüero y Prdregosa por un barrio en el que aún calientan los rescoldos de antiguas ofensas y de actuales rencores, veremos la trama personal del inspector que ha recuperado la relación con su padre, el catedrático de Historia al que debe su nombre tan especial, y que dará un vuelco al final de esta novela. Imagino que nos aguardan sorpresas en próximas entregas en lo que a la familia del inspector se refiere.

"El ángulo muerto". Aro Sáinz de la Maza.

Descubrá a Aro Sáinz de la Maza y su serie sobre el inspector Milo Malart hace ya unos meses con "El asesino de la Pedrera", posteriormente reeditada como "El verdugo de Gaudí". Me gustó mucho este personaje, amargado por una culpa de su pasado reciente y por una amenaza genética que lo tienen alejado de todo lo que pueden ser afectos. En esta segunda entrega se diluye un poco la culpa para centrarse más en la amenaza. No obstante, Milo, que no quiere implicar a ningún ser humano en sus probables futuros problemas, se implica más de lo que él mismo desearía con un perro pastor mallorquín al que llama Tío. Los sentimientos que reprime hacia los humanos, se le escapan hacia ese perro que por circunstancias que escapan a su deseo se ha visto en la necesidad de cuidar temporalmente.

Hay crueles asesinatos en esta novela y una matanza de perros cachorros que aparecen empalados en algunos parques a la vista de los niños que en ellos juegan. Todo comienza cuando una joven estudiante aparece estrangulada en un bosque. La chica trabajaba por las tardes en un bufete haciendo el seguimiento de morosos que las empresas les encargaban. Con ello ayudaba a su familia a salir de la terrible situación a la que la discapacidad del padre la había conducido. Con esta situación El autor, mediante la mirada de Malart, hace todo un estudio de una sociedad acuciada por las necesidades de los más desfavorecidos y escarnecida por la corrupción y por los intereses que tratan de desviar la atención de lo que realmente sucede. "Al sentarse, vio el periódico sobre la mesilla baja. Se dobló y leyó la portada. El proceso soberanista. Empezó a pasar las páginas, a leer los titulares. «35.000 familias desahuciadas el último año». «Crece el 15 % el patrimonio de las seis fortunas más importantes del país»".  

Poco a poco, irá descubriendo los entresijos del bufete y de la vida de la joven estudiante a la vez que se ve obligado a investigar la matanza de cachorros. Lo más inesperado es que ambos sucesos se irán relacionando hasta formar parte de la misma locura.

Una interesante y muy amena novela para bucear en lo que la crisis ha hecho con algunas personas y para no olvidarnos de cómo muchos se han aprovechado de la situación en una vergonzosa carrera de obstáculos para ver quién se enriquece más y antes con la miseria ajena. ya estoy deseando leer el tercero de la serie, aunque dejaré pasar un tiempo. Ya sabéis que no me gusta leer muy seguido al mismo autor.

Hace unos días Aro Sáinz de la Maza ha resultado ganador del premio a la "Mejor novela Valencia Negra" con "Dócil", la tercera entrega de la serie que pronto leeré.

"Pruebas falsas". Donna Leon.

Poco a poco voy avanzando con Brunetti cuyas historias son fáciles de leer y cuya ambientación en Venecia las hace más atractivas si cabe. Son tramas sin pretensiones, sencillas de leer y que siempre encuentran su solución en manos de un Brunetti tan perspicaz como humano. Otra cosa es que encuentren justicia porque ya se sabe que la Justicia no alcanza a compensar a todas las víctimas ni a condenar a todos los victimarios y en eso Donna Leon es muy realista.

En esta novela la víctima es lo que se puede llamar un mal bicho ("Era una vieja foca, y la tenía atravesada. Como era su médico, le remordía la conciencia por aborrecerla de aquel modo, pero el remordimiento no le hacía odiarla menos") por lo que los conceptos de víctima y verdugo pueden llegar a confundirse aunque Brunetti lo tiene muy claro, nadie tiene derecho a quitar la vida a un semejante por odioso que sea. 

Cuando el doctor encuentra muerta a la signora Battestini, las culpas rápidamente recaen sobre la muchacha rumana que la atendía y el caso se da por resuelto con éxito rápido y notable para el teniente Scarpa que se ha encargado de él. Pero parece que no todo está claro porque una vecina se presenta tres semanas después del crimen con nueva información que pone en duda la autoría por parte de la chica rumana, información lo suficientemente convincente como para que Brunetti decida seguir investigando a pesar de la oposición del vicequestore Patta y, por supuesto de Scarpa.

En su investigación, como siempre, Brunetti contará con la ayuda de sus colaboradores habituales y sus métodos poco claros y puede que alegales en el mejor de los casos. En todo caso, métodos tan eficaces que Brunetti les deja hacer y se evita "enterarse de la creciente ilegalidad de las técnicas de investigación de la signorina Elettra y Vianello". A veces el fin sí justifica los medios.

Como siempre, Brunetti no nos ahorra sus críticas a una sociedad que cada vez le resulta más en entredicho. En este caso se introduce también en los ambientes homosexuales y rompe una lanza en favor de sus derechos y en contra de rancios prejuicios injustificables. "[...] aquí creía detectar una fórmula obvia, tanto, que a la fuerza tenía que ser falsa: tómese a una madre dominante, una sociedad cerrada y conservadora, agréguese un padre al que le guste pasar el tiempo libre en el bar, bebiendo con los amigos, y la homosexualidad del hijo está servida". No siempre lo obvio es veraz.

Esta décimo tercera entrega de Brunetti sigue enganchándome y dejándome con ganas de más. Aunque he dicho muchas veces que las series que se alargan en exceso suelen perder todo interés, esta es una excepción. Al menos de momento. Aún me quedan muchas entregas hasta completar las ¡veintiocho! que van por ahora.

"Hija del tiempo". Josephine Tey.

"La hija del tiempo" es una curiosa historia. Forma parte de una serie escrita en los años cincuenta y protagonizada por Alan Grant, un policía se Scotland Yard en Londres. En ningún momento me planteé leer la serie completa, pero de esta novela había leído alguna reseña y me había llamado la atención. Lo que me decidió a leer este libro fue una reseña aparecida hace unos meses en el blog "Al principio fue el verbo y el verbo se hizo libro", un blog que recomiendo pues en él se suelen encontrar lecturas distintas, alejadas de las últimas novedades y de lo más mediático del momento. Allí comentaba que se publicaría en septiembre en la editorial Hoja de Lata. Tomé nota del libro, pero he de decir que lo tenía traspapelado por lo mucho que fue añadiéndose a la lista, hasta que hace unos días en el mismo blog se volvió a mencionar esta novela y como acababa de publicarse la nueva y flamante edición me hice con ella. 

El planteamiento es muy original. Alan Grant se encuentra en el hospital y se muere de aburrimiento hasta que una amiga le lleva una serie de fotografías de retratos de personajes históricos que en su día fueron protagonistas de algún misterio. con ello pretende que el policía se entretenga. Entre los retratos está el de Lucrecia Borgia, "Nadie tiene claro todavía si era un instrumento de su hermano o cómplice suyo", o el de Luis XVII, "Aquí tienes un misterio fantástico —comentó Marta—. El delfín. ¿Escapó o murió en la cárcel?". Pero Alan continúa igual de aburrido hasta que cae en sus manos el retrato de Ricardo III, el presunto asesino de sus sobrinos para que no le estorbaran a la hora de hacerse con la corona de Inglaterra que su hermano acababa de dejar al morir. Al menos era el asesino según la tragedia de Shakespeare y según las enfermeras que le cuidan en el hospital. 

Pero a Alan no le parece que el rey tenga cara de asesino. De manera que investigará en la Historia para demostrar si realmente Ricardo mató a sus sobrinos o era una víctima más de la literatura y de las ansias de drama y morbo de la gente. Sin moverse del hospital Alan descubrirá la verdad de los hechos, pero para su disgusto se dará cuenta de que no es el primero en hacerlo. En su investigación nos llevará a momentos apasionantes de la Historia de Inglaterra; el final de la Guerra de las Dos Rosas, el final de la dinastía de los Plantagenet y su sustitución por los Tudor.

Una novela muy interesante y muy original, aunque su calificación como la Mejor Novela de Misterio de todos los tiempos por la Asociación de Escritores del Crimen del Reino Unido en 1990 me parezca un poco excesiva.