"Los Buenos" Hannah Kent
"Maggie empezó a enseñarle cómo estaba entretejido el mundo; cómo nada existía de forma aislada. La firma de Dios estaba en los tallos de los helechos. El mundo estaba en secreta complicidad consigo mismo. Las flores de mostaza eran amarillas porque curaban la ictericia. Había poder en los lugares donde el paisaje se encontraba a sí mismo, en la unión entre dos vías fluviales o en las cavidades entre montañas. Había fuerza en todo lo nuevo: el calostro, el rocío de la mañana. De Maggie, Nance aprendió el poder que había en el cuchillo de mango negro, en la mezcla morena y áspera de excremento y orín de gallina, en la planta que crecía sobre de la puerta, en la prenda que se llevaba pegada a la piel". De eso hace ya muchos años. Ahora estamos en 1825 y Nance es una anciana que utiliza todo lo que aprendió de Maggie para aliviar el sufrimiento y curar enfermedades. Igual ayuda a traer un bebé al mundo que a devolver un duende a los suyos para que devuelvan el niño por el que lo han sustituido. Y es que en el sur de la Irlanda más rural y profunda, a veces los duendes y las hadas, los Buenos que tampoco son tan buenos, se llevan a las personas y en su lugar y en su mismo cuerpo (o uno que se le parece) dejan a uno de los suyos.
Nance Roche lleva veinte años en el lugar, viviendo en una choza a la entrada del bosque. Una choza que los hombres le construyeron a instancias del padre O'Reilly. El padre O'Reilly había cogido una piedra en la morada de las hadas y por eso tenía en la mano una hinchazón que Nance le curó empleando milenrama. El padre O'Reilly siempre la protegió porque reconocía que ella tenía el saber que le habían proporcionado los Buenos. El cura anterior era un hombre tolerante y respetuoso que sabía compaginar su religión con las creencias ancestrales del pueblo. "[...] los Buenos fueron los que me sacaron de mi existencia desgraciada en los caminos y me condujeron a este valle y al padre O’Reilly. Los Buenos fueron los que me pusieron a salvo aquí y no muriéndome de hambre en Killarney cuando me quedé sin familia y sola, sin un hombre y sin dinero. Ellos fueron los que me dieron el saber para curar a las gentes y para sacarles el dardo encantado que les produce inflamación".
Pero de eso hace un tiempo y ahora, el cura nuevo, el padre Healy, no está dispuesto a que sus santos y su doctrina tengan que convivir en igualdad de condiciones con todas las supercherías y supersticiones de un hatajo de ignorantes. Vienen malos tiempos para Nance Roche porque las prédicas del cura van a ir calando en la gente del pueblo y muchos que hasta ahora confiaban en ella la van a mirar con suspicacia. Y más cuando las cosas empiezan a ir mal, la leche es poca y aguada, las gallinas no ponen huevos y todo parece ponerse en contra de las gentes del lugar. Nada mejor entonces que poder echar la culpa de todo a los hechizos de la que empiezan a llamar bruja.
Cuando Martin cayó fulminado tras "llevarse una mano al pecho como un hombre haciendo un juramento", Nóra quedó sola al cuidado de Micheál, su nieto. Era el abuelo quien se ocupaba del niño con cariño, ella nunca lo sintió como suyo. Su yerno se lo había llevado cuando, pocos meses atrás, murió su hija Johanna, la madre del niño. Solo habían visto una vez a Micheál, pero en aquella ocasión, con dos años, era un niño alegre y charlatán que caminaba y jugaba sin problemas. Lo que ahora les han traído, dos años después, es una criatura que no habla, no camina ni puede sostenerse sobre las piernas y tan solo grita y llora durante gran parte del día y de la noche. Nóra lo tiene escondido porque se avergüenza de él. Cuando Martin muere poco después de morir Johanna parece que la maldición se abate sobre la familia, sobre todo porque, como contó Peter O'Connor, cuando traían el cuerpo de Martin hacia la casa vieron luces a la entrada del bosque "Luces. Que salían de donde paran las hadas, junto a la Tumba del Gaitero —continuó Peter—. Es posible que me traicionaran los ojos, pero juraría que vi un resplandor junto al espino blanco. Pronto habrá otra muerte en esta familia. Y si no, al tiempo. —Bajó la voz a un susurro—: Primero fallece la hija y ahora el marido. En esto de la muerte no hay dos sin tres, os lo digo yo. Y si los Buenos andan detrás de esto… pues…".
Nóra, sola, triste y agobiada por la carga que supone Micheál decide contratar una criada que la ayude y la acompañe y así, en el mercado de Killarney contrata a una muchacha de catorce años, Mary Clifford. Mary es un personaje curioso. Viene de otro valle y, a la vez, entiende y no entiende las características de su nuevo hábitat. Cuando oye que Micheál podría ser un postizo, un niño dejado en el lugar del verdadero Micheál por los Buenos, lo cree, pero no puede dejar de tratarlo como a un pobre niño tullido. A pesar de los quehaceres, las noches sin dormir, las agresiones infantiles, los lloros y los gritos, Mary nunca pierde la paciencia. Su deber es cuidar al niño y las demás labores de la casa, y cumple con su obligación. Nóra por el contrario, cada vez ve al nieto más lejano y más ajeno. En el pueblo se van enterando de la existencia del niño, pocos secretos puede haber en sociedades tan cerradas, y piensan que las adversidades que se abaten sobre ellos se deben a ese duende que habita en el cuerpo de la criatura. Pero ¿no era Nance la culpable? Pues sí, Nance, el duende, cualquiera que se salga de la norma, cualquiera contra quien predique el cura o a quien difamen las mujeres en el pozo es un buen recipiente para las frustraciones de todos.
Cuando Nóra ve, le hacen ver, que lo que le pasa a su nieto es que no es tal, sino un postizo y que los Buenos retienen al verdadero Micheál, siente un gran alivio. Su maldición no es permanente. Algo se podrá hacer para que los Buenos se lleven a su duende y le devuelvan al niño. "En el valle a los enfermos se los trataba con la clásica combinación de sacerdote, herrero o cementerio. «O Nance», dijo una vocecilla en su cabeza". Además el niño no estaba enfermo. Solo Nance podía ayudarle. Y así, Nóra, Nance y Mary entrelazan sus vidas y sus afanes por curar al niño y liberarlo del duende. Aunque Mary no siempre ve los métodos con tanta fe como las otras dos mujeres.
Hannah Kent |
Cruz de Santa Brígida |
"Los Buenos" es una novela que nos muestra unos personajes que son víctimas de sus circunstancias. Unos personajes que se debaten entre la superstición laica y la religiosa (si es que hay diferencia), y su propia ignorancia. Personas crédulas que solo quieren huir de la desgracia y para ello creen, quieren creer, en la magia y en cualquier cosa que les dé una esperanza para seguir adelante con una vida que no hace ningún derroche con ellos.
Nance cree en sus poderes, pero jamás los empleará para hacer el mal porque, como dice ella misma, las maldiciones se vuelven contra el que las echa. Sus poderes proceden de los Buenos, es decir de las hadas y los duendes que fueron los que le dieron el saber. Ella pone su conocimiento al servicio de la curación y el bienestar de los demás. Igual cura miembros dislocados o erupciones de la piel que ayuda en un parto. Y además actúa de plañidera llorando en los duelos. Eso es lo primero que le prohíbe el padre Healy por ser una costumbre pagana que el Señor aborrece, según él. "¿Qué nuestro Señor la aborrece? Padre, me cuesta trabajo creer que Dios no comprenda el duelo. Pero si Cristo murió en la cruz rodeado de plañideras".
La religión y la superstición han convivido desde que unas religiones consideraron a otras paganas y las tacharon de supersticiones. Y hay lugares en los que esa convivencia ha sido especialmente intensa e íntima como es la Irlanda rural, católica y llena de mitos y leyendas. Allí se trata con respeto lo que no se comprende aunque siempre hay quien está dispuesto a culpar a eso mismo que no entiende y a considerarlo responsable de todos sus dolores, aunque, por supuesto, crea en ello.
"—Disculpe mi ignorancia [...], pero ¿por qué se refiere a esos espíritus como «los Buenos»? Tengo entendido que no son buenos en absoluto.
—Les llamo los Buenos por respeto, porque no les gusta pensar que son criaturas malvadas. Quieren ir al cielo igual que usted".
"Los Buenos" es una novela que me ha conmovido y emocionado, a pesar de que en principio no es el tipo de lectura que más me atrae, pero está claro que más que lo que nos cuentan, importa cómo nos lo cuentan y Hannah Kent ha sabido emocionarme y tenerme prendida de su maravillosa novela. Volveré atrás y leeré "Ritos funerarios", un libro que vi mucho hace un tiempo en las redes sociales y en los blogs y con el que no me animé. Esta lectura me ha hecho descubrir una autora a la que quiero seguir.
Esta novela la he leído como recomendación de Alejandra, del blog Acabo de leer, cuyo enlace no dejo porque ha desaparecido. (Alejandra, ¿has trasladado el blog? dinos algo, por favor) Dicha recomendación me llegó a través de el Reto Serendipia Recomienda 2020. Esta es la tercera novela que leo de las tres que supone el reto. Si queréis saber cuáles son las otras dos podéis verlo en esta entrada de mi blog.
Título del libro: Los Buenos
Autora: Hannah Kent
Nacionalidad: Australia
Título original: The Good People
Nacionalidad: Australia
Título original: The Good People
Traducción: Laura Vidal
Editorial: Alba
Año de publicación: 2017
Año de publicación original: 2016
Nº de páginas: 434
Aunque el tema de la muerte de un niño es algo que a veces me frena Ritos funerarios me gustó mucho así que probaré.
ResponderEliminarYo empecé por esta novela a conocer a la autora y me ha fascinado. No he dicho que el niño muriera, solo que había sido cambiado por un duende, je je.
EliminarUn beso.
Hola! Me ha gustado mucho la reseña, pero me apunto el libro para más adelante.
ResponderEliminarBesos
Pues si finalmente te animas, espero que te guste. Una gran descubrimiento esta autora.
EliminarUn beso.
¡Hoooola!
ResponderEliminarAy que bien que te hayas animado a leer el libro aunque así de primeras la trama no te atrajera mucho, pero coincido totalmente en que lo realmente importante es como te cuentan las cosas y esta autora... jo, tiene un poder en describir la atmósfera, el contexto histórico, los personajes... y bueno, me encanta ese tema de las supersticiones, el contraste rural/ciudad y la ignorancia sobre muchísimos temas. En fin, que yo también tengo claro que leeré Ritos funerarios en cuanto pueda :D
¡besos!
No sabría decir por qué "Ritos funerarios" no me apeteció leerla. Tal vez por el título o tal vez de tanto verla en los blogs. El caso es que si no hubiera sido por el Reto Serendipia Recomienda, tal vez ni hubiera reparado en esta novela y esta autora, pero gracias a ello, la he leído y me ha dejado muy satisfecha. La verdad es que esta historia de "Los Buenos" da para mucha reflexión y es muy emotiva. Por no hablar de las descripciones y el ambiente en el que te sumerge.
EliminarUn beso.
Hola, Rosa.
ResponderEliminarEn lo personal me influye la climatología para decidirme por un tipo de lectura. Pienso que esta novela es perfecta para estos meses y para dejarnos arrastrar por esa mitología en torno a la brujería, a la superstición y a las historias rurales. Y es que hay escritores que consiguen envolvernos en narraciones que como dices a priori no puedan ser de nuestras temáticas preferidas. Me gusta también la portada del libro.
Besos.
No sé en Madrid, pero por estas tierras del norte, el otoño se hace esperar. Salvo ayer que llovió y hoy que hace fresquito, los dos días anteriores han sido de verano. He salido a caminar en manga corta y he pasado calor, pero es cierto que esta novela trae a la mente el clima húmedo y frío de Irlanda en otoño.
EliminarLa historia me ha envuelto en la magia que desprende, magia buena y magia mala. Una historia llena de mitos en la que la religión se mezcla como un mito más y no de los mejores. Una gran habilidad la de Hannah Kent para meternos en la historia y sumergirnos en su ambiente.
Y cierto, la portada es muy bonita con esos tonos pastel y esa figura desolada entre las montañas y el cielo.
Un beso.
De la autora sólo he leído "Ritos funerarios" y me impresionó. Es dura la historia que cuenta, pero no puedes abandonarla.
ResponderEliminarLa Religión en general, todas las religiones pues, se asienta/n sobre la/s anterior/es. Los lugares sagrados se superponen unos a otros, igual que las tradiciones, las festividades adaptándolas a la nueva creencia. Es algo universal, siempre ha sido así. Muchas veces criticamos las creencias que tenemos más próximas alabando las otras más lejanas cuando en mi opinión todas son idénticas y nacen por la innata necesidad humana de quererse más allá del corto existir. Que luego esta necesidad nos parezca lógica o no, eso ya es otro cantar.
Buenos días, Rosa. Un beso
Yo soy de las que piensan que si no existieran las religiones habría que inventarlas, de hecho cuando no existían se inventaron. De alguna forma había que superar el trauma de ese regalo envenenado (según Arsuaga) que es la inteligencia y la consciencia en un ser mortal y consciente por tanto de su mortalidad. jamás despreciaré una religión, pero sí a sus representantes cuando tachan de mitos y paganismo creencias diferentes a las suyas. este libro da para reflexionar mucho. Un cura respeta y acepta las creencias y tratamientos de Nance, otro los trata de herejías. Y precisamente, a eso me refiero, a que siendo idénticas, unas son tratadas de religión y otras de superstición.
EliminarSi te gustó "Ritos funerarios" imagino que esta te gustará también. Creo, porque yo aún no he leído la primera.
Un beso.
¡Hola Rosa! Pues esta vez no me atrae demasiado en principio esta la lectura, demasiado tema religioso de fondo, pero también soy consciente de que a veces, una novela que no nos atrae demasiado se puede terminar disfrutando mucho (como te ha ocurrido a ti). Pero ya sabes, demasiado poco tiempo para leer y tanto por descubrir que hay que ser muy selectiva y escoger solo cosas que apetecen muchísimo.
ResponderEliminarPero me ha encantado leerte saber de esta novela
Besos
Totalmente de acuerdo contigo. hay que seleccionar cosas que apetecen mucho porque el tiempo es muy corto y la lista muy larga. Ahora, también he de decir que seleccioné este libro para el reto de Serendipia sin saber mucho de él. Si hubiera sabido más puede que no lo hubiera escogido, pero ahora me alegro muchísimo.
EliminarUn beso.
Hola Rosa, tengo apuntada esta novela y Ritos funerarios desde hace años, cuando leí las primeras reseñas, pero no se porque se van quedando atrás, tomo nota nuevamente para mi próxima visita a la librería, que me has dejado con ganas de leerla. Besinos.
ResponderEliminarLos libros que anotamos se van quedando sepultados por los que apuntamos después y sepultan a los que habíamos apuntado antes. Es una vorágine difícil de parar.
EliminarYo he vuelto a "Ritos funerarios" que cuando lo vi en los blogs me dio pereza, pero tras descubrir a la autora me apetece mucho.
Un beso.
Q reseña mas top ❤️ anotado
ResponderEliminarMuchas gracias. me alegro de que te haya gustado.
EliminarFeliz semana.
Hola. Pues no sé qué decir, jejeje. Me apetece y a la vez no. Ahora leo poco, me falta tiempo, pero espero retomar mi ritmo.
ResponderEliminarFeliz día.
Pues ya sabes, hay que dar tiempo al tiempo y al cuerpo y a la mente lo que mejor le viene que suele ser lo que más le apetece. Te volverá el ritmo lector y entonces tendrás donde elegir.
EliminarUn beso.
Aunque anduve dudosa con Ritos funerarios al final no me animé y sigo sin haber leído a la autora. Este que nos traes no estoy muy segura de que encajara en el tipo de libros que disfruto.
ResponderEliminarBesos.
Te entiendo perfectamente porque tampoco es un libro que yo hubiera escogido como favorito. Y lo malo es que cuando he querido leer la reseña de quien lo recomendaba para el reto, he visto que el blog ha desaparecido (o soy tan torpe que no lo encuentro). Pero es curioso cómo a veces te gusta y sorprende lo que menos te esperabas. Aunque lo escogí entre otros muchos y por algo sería.
EliminarUn beso.
Estas novelas que empiezan a leerse sin demasiadas expectativas y logran sorprenderte son todo un regalo. Por lo que dices, parece una historia preciosa así que otra que me apunto. Un beso, Rosa.
ResponderEliminarTampoco es que empezara con pocas expectativas. La verdad es que no sabía de qué iba. Pero sí es cierto que de haberlo sabido puede que no me hubiera animado. Por lo que me alegro mucho de mi ignorancia inicial.
EliminarSí que es una historia preciosa y dura, y creo que muy recomendable.
Un beso.
Mira que he leído reseñas buenas de esta autora pues todavía no he leído nada suyo. A ver si le pongo remedio que veo que me estoy perdiendo unas historias muy buenas. Besos
ResponderEliminarYo tampoco había leído nada y he descubierto que, en efecto, me estaba perdiendo buenas historias. Ya tengo preparada "Ritos funerarios", aunque dejaré pasar un tiempo.
EliminarUn beso.
Los ritos, supercherías y leyendas de la antigüedad es un caldo de cultivo para hacer volar la imaginación y atrapar a los lectores que, como yo, les gusta estos temas, siempre que se traten con "seriedad", es decir respetando la verdad de lo que acontecía y se creía por aquel entonces sin invenciones por parte del autor. En otras palabras, me gusta conocer esas creencias paganas y supersticiosas, algunas de las cuales todavía se conservan, aunque hayan adoptado otra forma.
ResponderEliminarEs curioso cómo la Iglesia perseguia y prohibía tales creencias cuando las religiones, sean cristianas o no, están plagadas de hechos inverosímiles que se dan por ciertos.
Una novela muy interesante.
Un beso.
Las creencias de esta novela, hasta donde yo sé, son totalmente reales (vamos que son creencias que de verdad existen, no que sean verdad). Lo de los niños cambiados ya lo he visto en alguna serie ambientada creo que en Escocia.
EliminarLo que más me ha atraído de la novela es esa confrontación entre las creencias católicas y las ancestrales de los habitantes del lugar. Son tan increíbles unas como otras y no menos peligrosas, aunque ellos, los partidarios de la religión, ya se encargan de llamar brujerías, hechizos y mal de ojo a lo que les interesa.
Te quedas alucinado de la cantidad de ritos que había para cada cosa y la cantidad de cosas que había que hacer para evitar la mala suerte. Tenía que ser terrible vivir rodeado de tanta amenaza de duendes, hadas y demás seres superiores, católicos o no.
Muy interesante en verdad.
Un beso.
Me parece un libro duro. Creo que esta vez lo voy a dejar pasar. Igual más adelante. Un abrazo
ResponderEliminarEs duro, sí que lo es. Tampoco lo he contado todo, como es lógico, y creo que lo más duro me lo he dejado.
EliminarUn beso.
Nance me mola, me ha caído fenomenal por lo que has contado. Anda que no me gustan a mí ese tipo de mujeres, me siento identificada con ellas, no sé por qué será, ja, ja, ja.
ResponderEliminarEn cuanto te he empezado a leer ya me he enganchado a ese personaje, así que he leído el resto de tu reseña por encima porque me apunto esta novela para leerla ya, así que volveré a esta reseña con detenimiento en cuanto la termine.
¡Gracias por la recomendación!
Un besote.
Cuando estaba leyendo el libro me estaba acordando de ti y pensando en que este sí que te iba a gustar. Creo que está hecho a tu medida, a pesar de escenas bastante duras y truculentas que no cuento.
EliminarNance es todo un personaje. Me ha encantado su carácter de personaje trágico. Con el destino sometido a sus creencias y a sus "poderes". Porque ella está convencida de que tiene esos poderes y, además de sus conocimientos como curandera, cree que tiene poderes derivados de los Buenos. Es un ser a la vez creyente e ignorante y muy tierno. No lo dejes.
Un beso.
¡Hola, Rosa! Jo, me atrapaste por completo con esta novela. De tu reseña, veo que la novela trata dos temas que me apasionan: las creencias religiosas, en cualquiera de sus formas, y el conflicto entre el individuo y el colectivo. La religión no deja de ser la estructuración sistemática de las supersticiones. Pero no siendo creyente, al estilo folklórico, sí que pienso que el sentido de lo religioso es algo fundamental en el ser humano. La trascendencia de nuestra realidad, de lo que somos, es diría el motor de nuestra vida. Una novela, o las dos que mencionas, que me anoto con un subrayado. Excelente reseña!! Un abrazo!!
ResponderEliminarPues has definido perfectamente la esencia de la novela: Religión frente a superstición, si es que no son lo mismo, y grupo frente a individuo. Eso, y la forma de contar la historia hacen de esta una novela notable.
EliminarComparto contigo el hecho de nos ser creyente y el de ser muy respetuosa con las religiones (otra cosa es con los que las dirigen), ya que, como le digo a Juan Carlos más arriba, son el mecanismo del hombre para enfrentarse a la muerte. Cuando se crea un ser inteligente y consciente hay que hacerle además inmortal, si no es una crueldad digna de alguien muy sádico. Es entonces cuando hay que inventar algo que prolongue la vida en el cielo, en el edén o en la reencarnación. Para mí, esa es la función de las religiones, esa y hacer pensar a los más desfavorecidos que en ese más allá tendrán su premio. Así se les mantiene callados en esta vida. Mira, me estoy calentando...
Un beso.
Me gustó muchísimo, fue una de mis mejores lecturas del año pasado.
ResponderEliminarUn beso
Es muy buena. Y toda una sorpresa porque, no sé por qué, no esperaba tanto de esta autora. Ahora tendré que rectificar y leer "Ritos funerarios"
EliminarUn beso.
Leí Ritos funerarios hace ya algún tiempo. Una novela, como esta que reseñas, por lo que parece, en la que queda retratada la Irlanda rural de la época.
ResponderEliminarParece que el ser humano necesitase siempre algo a lo que aferrarse, algo que le de seguridad, ciertos ritos, rutinas, costumbres que da por cierto sin cuestionarse. Todo esto puede cambiar según culturas y épocas pero en esencia no deja de ser lo mismo. Supongo que cada uno considera pagano lo que es ajeno a sus creencias. Miramos con suspicacia lo que nos resulta extraño, aunque, si nos detuviéramos a conocerlo, tal vez lo descubriéramos más parecido a nosotros de lo que sospechamos.
Unos temas muy interesantes los que toca esta novela. Seguro que la ambientación también se disfruta mucho.
Besos
No he leído ritos funerarios, pero esta habla de creencias, de supersticiones y de la ignorancia, y todo ello se da de igual manera en los que creen en una cosa y en los que creen en otra. Nunca había visto tan claramente como en esta novela lo exactamente iguales que son unas creencias y otras cuando ninguna de ellas se basa en la razón y sí en la superstición. No hay religión y paganismo, ambas cosas son lo mismo: creencias basadas en la necesidad del ser humano de trascenderse a sí mismo y de explicarse misterios que solo son tales porque no los entiende. Luego unas de esas creencias adquieren más poder que otras y se erigen en verdaderas. Lo malo es que unas simples creencias llevan a la guerra, al terrorismo a la intransigencia... Veo que me estoy calentando otra vez.
EliminarMe ha gustado descubrir a esta autora. Y sí, la ambientación en la Irlanda rural de principios del siglo XIX es fantástica. Te traslada al lugar con descripciones muy certeras y de gran belleza.
Un beso.
Pinta muy bien, la ambientación, los personajes y la trama me parece interesantes y se nota que te ha gustado. La convivencia entre religión y superstición es tan estrecha que yo creo llegan a ser la misma cosa. También la continuidad de los ritos paganos en el cristianismo. La superstición sigue, si nos ponemos a pensar en las creencias absurdas que nos inundan como sociedad y reforzadas además por las redes. Curioso que el acceso universal a la información no solo no haya acabado con las supercherías, sino que las haya acrecentado. Será que forma parte de nuestra naturaleza humana buscar soluciones simples a problemas complejos. Otra a la lista y van...
ResponderEliminarUn abrazo.
Es que ahora se utiliza la información para transmitir esas supercherías y si antes era el boca a boca y en cada zona tenían las suyas, ahora llegan al mundo entero todas ellas. Aparte de que aquellas supersticiones tenían un toque espiritual y mitológico-literario que las de ahora no tienen. Son más increíbles las tonterías con las que hoy se atragante el personal (que si nos van a meter un chip con la vacuna, que si el virus no existe, que si sí existe y es para matar a los ancianos...) que aquellas que inundaban la vieja Europa en la Edad Media.
EliminarBuscar soluciones simples a problemas complejos solo hace que los problemas se cronifiquen porque la solución simple no existe. Será por eso que arrastramos las mismas lacras hace siglos.
Un libro muy recomendable.
Un beso.
Hola Rosa!! Lo desconocía por completo, no descarto darle una oportunidad más adelante. Tomo buena nota de tus impresiones. ¡Genial reseña y gracias por tu recomendación! Besos!!
ResponderEliminarEs un libro que me ha sorprendido muy gratamente, tal vez porque no esperaba demasiado de él e iba con una cierta intriga de qué tal resultaría, pero fue empezar a leer y saber que estaba ante un libro muy bueno.
EliminarUn beso.