"¿Fue él?" Stefan Zweig
«En lo que a mí respecta, puedo decir que estoy segura de que él fue el asesino, aunque me falta la última prueba, la irrefutable.
—Betsy —me dice siempre mi marido—, eres una mujer inteligente, eres aguda y rápida observando, pero te dejas llevar por tu temperamento y a menudo juzgas con demasiada precipitación.
Al fin y al cabo, mi marido me conoce desde hace treinta y dos años y tal vez, sí, es más que probable que tenga razón con su advertencia. De modo que debo hacer un esfuerzo y dominarme, para ocultar mi sospecha ante todos los demás pues me falta esa última prueba. Pero cada vez que me cruzo con él y viene a mi encuentro, leal y complaciente, el corazón se me para. Y una voz interior me dice: él y sólo él fue el asesino».
Así empieza ¿Fue él?, por el final. Nos habla de un crimen, un asesinato del que la narradora tiene muy claro quién fue el autor, aunque carezca de pruebas. A continuación vuelve hacia atrás para contarnos la historia de cómo seis años antes, al terminar su marido el servicio activo en las colonias como alto funcionario británico y teniendo ya a los hijos casados y fuera de casa, decidieron refugiarse en una tranquila casa de una ciudad de provincias. Y lo hicieron en un valle verde, Limpley Stoke, recorrido por el canal de Keneth-Avon.
Era una casa solitaria «en medio de este paisaje apacible cubierto de colinas lo que nos gustó por encima de todo. Compramos un terreno en el lugar en el que la colina de Bathampton se hunde agradablemente formando una hermosa y exuberante pradera hasta llegar al canal, en medio de la nada». Una casa a la que la narradora solo echaba en cara el ser demasiado solitaria. Pero eso no fue por mucho tiempo pues pronto se empezó a construir una nueva casa. Y así se encontraron nuestros amigos con unos vecinos, una pareja joven con la que pronto hicieron amistad. Ella se presentó como todo buen vecino, tranquila y sosegadamente, y dando noticias de su condición y circunstancias. El marido no llegaría hasta que todo estuviera listo. Todo ello ya supuso el comentario por parte de la narradora a la que su marido acusó de juzgar siempre de forma precipitada. Él solo esperaba que el marido fuera tan amable y simpático como la mujer.
Y llegó el marido, John Charleston Limpley, un hombre simpático, bondadoso, honrado, siempre feliz, siempre satisfecho «Todo lo que tenía, todo lo que encontraba era magnífico, wonderful. Su mujer era la mejor mujer del mundo. Sus rosas eran las más bonitas. Su pipa era la mejor pipa del mundo, y él tenía el mejor tabaco. Podía estar un cuarto de hora hablando con mi marido para demostrarle que una pipa había que rellenarla exactamente de la manera en que lo hacía él y que su tabaco era un penique más barato y, sin embargo, mejor que las marcas más caras». En resumen, insoportable. Con incontinencia verbal, tan satisfecho de todo que quiere contagiar su satisfacción haciendo que todos hagan las cosas a su modo.
La maestría de Stefan Zweig y su fina perspicacia para retratar personajes y situaciones, nos mete en la piel de la narradora y de su marido y sufrimos al insufrible señor Limpley, un hombre al que nada se le puede reprochar, pero del que hay que huir con todo tipo de argucias porque ni de los momentos más íntimos de descanso entiende en su bondad. Y es que todo con exceso es malo, hasta las virtudes más ejemplares.
Los afectos de señor Limpley no conocían límite, cuando quería a alguien lo quería con sus cinco sentidos y alguno más que sacaba de algún sitio para la ocasión. Su amor por su mujer le lleva a hacer comentarios en público que a ella la ruborizan e incomodan, pero ¿cómo culparle por ese exceso de amor? Tan solo la narradora se atreve, en la intimidad de su casa, a criticar al vecino y sus efusiones. «Al diablo con la felicidad de él —exclamé yo irritada—. Es una desfachatez ser feliz de una manera tan ostentosa y andar por ahí ventilando con tanto descaro sus sentimientos. Yo me volvería loca con un exceso semejante, con tal exuberancia de cortesía. ¿Es que no ves que él, fanfarroneando de felicidad y con su mortal vitalidad, hace profundamente infeliz a esa mujer?».
Pero los amores de Limpley están a punto de repartirse porque a su casa llega un cachorro de bulldog, regalo de la vecina narradora que piensa que será un acompañamiento ideal para la señora Limpley mientras su marido trabaja y ella pasa los días en soledad. «Mi intención había sido dar a aquella mujer silenciosa, que se pasaba el día entero sola, un compañero en aquella casa vacía. Pero fue el propio Limpley, con su necesidad por completo inagotable de cariño, quien se volcó con el perro. Su entusiasmo por el pequeño y gracioso animal era ilimitado y, como siempre en su caso, exagerado y un poco ridículo». El animal, como el niño al que se mima demasiado, se volvió caprichoso y tirano hasta el punto de que toda la casa, y en especial el señor Limpley, se movía alrededor de sus caprichos.
De esta forma, Ponto que así se llamaba el perro, se convirtió en un tirano consciente de que su amo siempre se lo perdonaría todo y le concedería cualquier cosa que demandara. Pero como todo ser excesivo en sus afectos, Limpley carece de la virtud de la constancia. Al entregar sus sentimientos en exclusiva y con toda dedicación es incapaz de repartirlos y cuando aparece un ser que requiere su amor por encima de la mascota, se olvida de esta que de pronto no entiende el porqué de esta desafección repentina.
Zweig hace un dibujo perfecto, como acostumbra, de la psicología de los personajes y de sus sentimientos. Betsy, la narradora, es una mujer perspicaz y suspicaz. En boca de su marido «eres una mujer inteligente, eres aguda y rápida observando, pero te dejas llevar por tu temperamento y a menudo juzgas con demasiada precipitación». El marido, por el contrario es un hombre ecuánime que espera a ver los acontecimientos y a tener todos los datos para juzgar. Los vecinos ya se han descrito, al menos el marido. Respecto a la señora Limpley es una mujer resignada, ensombrecida por el carácter en exceso expansivo y decidido de su marido. No es que no le quiera, pero está claro que la agota.
La novela, más bien relato, avanza inexorable hacia un desenlace, no por esperado (desde la primera frase sabemos que hay un asesinato) menos trágico. Los celos hacen acto de presencia y dominan a quien los padece quien, al igual que Caín, siente la necesidad de deshacerse del rival, el que le roba el afecto de su amo. En un ambiente paradisíaco, cual el mismo paraíso de Caín y Abel, de verdes praderas, frondosos frutales y un canal susurrante, vemos como se acerca el momento del crimen anunciado. Y como también se nos ha anunciado en la sinopsis sabemos que queda sin resolver («con la virtud de la intriga irresuelta» hemos leído antes de empezar la novela en la escueta sinopsis que la precede), pero no importa. No estamos ante una novela de intriga o policíaca, aunque vengan los policías a investigar. Estamos ante una novela psicológica en la que los hechos conllevan una sospecha que desde la primera frase Betsy ha compartido con nosotros, la misma sospecha con la que se cierra el libro «Que Dios me libre de acusar a un [...] inocente. Pero desde aquel momento no puedo librarme de esta idea espantosa. Fue él. Él lo hizo». Y el lector, que ha acompañado hasta aquí a los personajes, sabe que Betsy tiene muchas probabilidades de estar en lo cierto, pero ¿cómo acusar sin pruebas? ¿es realmente posible lo que uno imagina?
Stefan Zweig |
En esta novela de Stefan Zweig encontramos de nuevo plasmadas las miserias humanas, el sufrimiento de unos personajes por causa de otros, los sentimientos exaltados seguidos del olvido y el desdén, los celos del que se siente relegado. La profunda humanidad del autor, su sutil conocimiento del alma humana, vuelve a ponerse de manifiesto en esta novela y, como siempre, ese sutil conocimiento le hace ser piadosos con los defectos. No juzga, no carga las tintas, deja que sean los lectores los que decidan hasta qué punto ser inclementes con los personajes más deleznables. aquí hay un pequeño juicio, el que hace Betsy de unos y otros, pero siempre modulado por su ecuánime marido. Tendrá que ser de nuevo el lector quien decida.
Tengo leídas una decena de novelas de Zweig. Nada en comparación con lo mucho que tiene escrito. Ahora, hacía mucho que no me acercaba a él. La última vez fue en 2013 y aún no tenía el blog. Espero ser más constante. En mi librería se amontonan las obras del autor y, afortunadamente, un par de reseñas de esta novela vistas en sendos blogs, me animó y me refrescó el recuerdo.
Este libro participa en el Reto Escritores de la A a la Z que organiza el blog Lecturápolis. Con él relleno la letra Z.
Título del libro: ¿Fue él?
Autor: Stefan Zweig
Nacionalidad: Austria
Título original: War er es?
Nacionalidad: Austria
Título original: War er es?
Traducción: Berta Vias Mahou
Editorial: El Acantilado
Año de publicación: 2010
Año de publicación original: 1935
Nº de páginas: 80
Hola, Rosa.
ResponderEliminarPues mira, traes una novela de Zweig que no conocía de nada, así que agradezco mucho conocerla.
Creo que el señor Limpley es el tipo de personaje que nos irrita a todos, menudo agobio de tío.
Zweig, como siempre, poniéndonos ante el espejo de una personalidad excesiva, y verla con todas sus aristas, que no por ser un exceso de amor deja de ser menos peligroso. Desconfío de alguien que va por la vida con una maleta repleta de felicidad… es que ya estamos tan “contaminados”, jaja, acostumbrados a vivir una realidad bastante más ingrata, ahora y siempre.
Espero que no le pasara nada al bulldog, me caen superbien ;)
Un beso.
Siempre hay novelas de Stefan Zweig que no conocemos. Yo esta la conocí por un par de blogs que la reseñaron recientemente.
EliminarA mí de todas formas me quedan muchas por leer de las conocidas también.
El perro es todo un personaje. Hasta su psicología está bien perfilada. Zweig es un genio describiendo sentimientos y comportamientos. Tanto humanos como perrunos.
Es una novela deliciosa que se lee muy bien porque además es muy corta y te va arrastrando con la trama.
Yo también odio a esas personas que son tan felices, todo lo suyo es tan bueno y las cosas hay que hacerlas como ellos para ser igual de felices. No me fío nada de su felicidad.
Un beso.
Hola!!
ResponderEliminarMe gustan las novelas pero este año, siendo casualidad me han regalado muchas policiacas así que una más a conocer no hará daño, digo yo.
Yo , he leído algún que otro comentario sobre zweig pero no me había adentrado tanto. Asi que gracias. Pronto comenzaré nueva lectura. Por cierto, si no nos vemos por los blogs ... FELIZ SANT JORDI.
BUENA RESEÑA, cómo nos tienes acostumbrados.
Es un autor que hay que conocer porque es único hablando de personas y sentimientos.
EliminarNo dejes de leerlo.
Disfruta de tus regalos literarios y feliz San Jordi también para ti.
Un beso.
Qué bueno es profundizando en la psicología de los personajes.
ResponderEliminarUn abrazo
Sí, y Zweig lo hace como nadie, incluso en la psicología de los perros.
EliminarUn beso.
Todavía no he leído nada de Zweig, pero quiero cambiarlo ♥
ResponderEliminarMerece la pena. Es un gran autor.
EliminarUn beso.
Hola. Me encanta, me lo voy dosificando porque sé que no habrá más. Me fascina su capacidad de crear personajes complejos, de meterse en el interior tanto de hombres como mujeres y aderezarlo con una dosis de intriga. Sin duda alguna de esos autores que no se repiten. El último que leí fue Miedo, una maravilla más.
ResponderEliminarBesos
Miedo es uno de los que quiero leer próximamente. Es increíble las cantidad de cosas que puede contar en unas pocas páginas. Sus novelas son fantástica ms, pero su libro de memorias lo devoré sin poder casi soltarlo y la biografía de María Estuardo que es la única que he leído también es muy buena.
EliminarA ver si poco a poco voy leyendo más cosas.
Un beso.
Ahora mismo estoy encantada leyendo Momentos estelares de la humanidad y este que nos traes lo leeré seguro pero más adelante. Besos.
ResponderEliminarEse lo leí hace muchos años y, aunque recuerdo muy poco, sí recuerdo que me gustó mucho.
EliminarUn beso.
Es tan bueno perfilando personajes... No la he leído aún, pero caerá.
ResponderEliminarBesotes!!!
Pues te la recomiendo porque se sale, en parte, de lo que nos tiene acostumbrados. Es genial.
EliminarUn beso.
¡Hola Rosa!
ResponderEliminarme encanta que hayas leído este relato, ya que es tan cortito ¿verdad?
Lo leí hace ya tiempo (también he leído del autor dos o tres más, es un genio escribiendo) y me impactó el final, recuerdo que cuando supe quién era el asesino, no me lo podía creer. La recomiendo mucho en la biblioteca y la verdad es que no falla, gusta mucho.
Un beso!
La verdad es que se ve venir el desenlace, aunque eso no importa porque como digo en la reseña, lo importante no es la intriga sino lo que va pasando y cómo va retratando a los personajes.
EliminarLo bueno de Zweig es que siendo muy profundo lo que trata se lee muy bien y admite varios niveles de lectura por lo que es apto para un lector muy variado.
Un beso.
Hola, Rosa.
ResponderEliminarNunca he leído nada de Stefan Zweig aunque desde luego conozco al escritor y su significado para el mundo literario. Ese no juzgar me encanta. También para la vida fuera de los libros. Por otro lado, me he reído mucho cuando has concluido: "En resumen, insorpotable" je, je. La bondad eterna también cansa ;)
En fin, seguimos aprendiendo de libros y de la vida gracias a estas fabulosas reseñas que son un lujo para todos tus lectores.
Besos.
Ay, Miguel, muchas gracias por tus palabras. Con estos libros maravillosos hacer buenas reseñas no es difícil, aunque siempre me queda la sensación de que no están a la altura de las obras que tratan.
EliminarAunque no lo hayas leído seguro que conoces su obra por las películas. Carta de una desconocida o Veinticuatro horas en la vida de una mujer son fabulosas. Tendría que volver a verlas.
Un beso.
Hola Rosa, me quedo con ganas de saber más de la historia. De Zweig tan solo he leído tres novelas y sus maravillosas memorias. Es uno de los mejores escritores, sin duda, con una prosa limpia, precisa y directa (se parece a la tuya). Hay muchos que no he leído, entre ellos este que reseñas. Es un acierto que Acantilado los ha reeditado y es estupendo que se sigan leyendo sus novelas.
ResponderEliminar¡Feliz Día del Libro!
Un beso.
Las memorias, , El mundo de ayer creo que se titulan, las leí hace muchos años. Recuerdo que nunca había leído un ensayo con tanta concentración. Es apasionante todo lo que cuenta y los análisis que hace.
EliminarLas novelas son fáciles de leer y se puede profundizar más o menos. Tal vez por eso fue un autor muy popular a mediados del siglo pasado.
Muchas gracias por tus palabras, pero ya quisiera yo que mi prosa tuviera el más mínimo parecido a la suya.
Un beso.
Hola, Rosa, yo también he leído bastante a Stephan Zweig pero esta novela justamente no la conocía. Me la apunto porque siempre vale la pena regresar a él. Esa profunda humanidad y la piedad hacia sus personajes que comentas es lo que más lo define, creo yo. Me ha encantado leerte. Un beso y buen finde.
ResponderEliminarYo tampoco conocía esta novela. Siempre aparece alguna obra de Zweig que no me suena nada y es que tiene una obra muy extensa. Yo tengo en casa como diez libros suyos esperando su turno y quería leer más seguido al autor a ver si los voy pasando a los leídos. Encontraba fácilmente en las ferias de libro antiguo. A ver si se vuelven a hacer.
EliminarUn beso.
Veo que 80 páginas han dado para mucho, je, je.
ResponderEliminarDe Stefan Zweig he leído tres novelas: Mendel el de los libros, Ardiente secreto y Novela de ajedrez. Salvo la primera, que no recuerdo de quién la recomendó (creo que fue Paloma Celada), las otras dos fue nuestro amigo común Juan Carlos Galán. Debo decir que las tres me gustaron por ese estilo tan peculiar que tiene este autor, pero que no sabría definir.
La que ahora nos reseñas tiene visos de ser igualmente satisfactoria para mi gusto y la leeré, total son pocas páginas, algo que parece, por cierto, muy propio de este autor, y así la podré intercalar con la larga lista de propósitos lectores, je,je. Me da un no sé qué quedarme sin saber quién es el asesino o, mejor dicho, si es o no el sujeto de quien la protagonista sospecha, que me imagino será el bondadoso y simpático señor Limpley. Pero, como bien dices, a veces es mejor dejar el desenlace abierto y que sea el lector quien saque sus conclusiones y, entretanto, disfrutar de las peculiaridades de los personajes y del estudio psicológioc que hace de ellos el autor.
Un beso.
Aunque no se asegura nada yo creo que queda bastante claro quién fue el asesino o, al menos, de quién sospecha Betsy.
EliminarNo he leído ni Mendel el de los libros ni Novela de ajedrez. Sin embargo he leído dos veces Ardiente secreto.
Te llevará dos tardes leerla porque las ochenta páginas, en letra más normal se quedan en cuarenta. Acantilado tiene letras grandes y mucha sangría.
Un beso.
¡Hola, Rosa! Me alegra que nos hayas traído a Zweig, un autor al que tengo un tanto desatendido desde hace tiempo, pero todo un analista de la esencia humana. Aprovecharé tu magnífica reseña para dar recuperarlo con esta novela, cuyo inicio ya es atrapante. Al ver la foto del autor, me he detenido un instante. Es increíble el parecido físico con Hitler, la morfología facial, el bigote, el flequillo... y sin embargo dos personajes en las antípodas de lo que significa la Humanidad. Excelente reseña! Un abrazo!
ResponderEliminarEs algo muy curioso que Zweig se parezca tanto a Hitler en el aspecto físico. Imagino que era el estilo que se llevaba y puede que influya el que ambos eran austriacos. El caso es que uno era judío y un gran ser humano y el otro no se sabe lo que era,, salvo un iluminado que hizo mucho daño. Además de ser una de las principales causas de la destrucción del escritor.
EliminarYo espero, con esta novela, haber recuperado la costumbre de leer a Zweig que tuve durante una época.
Un beso.
Me llama mucho la atención. Ya me la llamó cuando la reseñó Marisa en su blog. Parece además tener un puntito delicioso de ironía (o es percepción mía). Me parece también una lectura algo diferente al resto de las que he leído del autor. Yo solo he leído cuatro libros suyos pero también tengo a Zweig un poco abandonado, así que tal vez sea ya la hora del reencuentro.
ResponderEliminarNo es sólo impresión tuya. Sí que tiene su punto de humor irónico porque el personaje del señor Limpley y los juicios de Betsy se prestan mucho a ello. Aunque hay drama y hasta tragedia, el humor y la ironía están presentes y ponen el contrapunto adecuado.
EliminarYo espero que este reencuentro no sea puntual. Tengo muchos libros de Zweig entre los que me han regalado y los que he ido comprando en ferias de libro antiguo y en tiendas de segunda mano y querría ir quitándolos de los pendientes.
Un beso.
Hola Rosa!! Es un autor cuya obra me llama muchísimo, pero aún no he tenido oportunidad de leerlo. ¡Gran reseña y gracias por tu recomendación! Besos!!
ResponderEliminarEs un gran autor que seguro que te gusta a ti que lees muchos clásicos. Sus novelas además son cortas y se leen muy bien.
EliminarUn beso.
Gracias por tu reseña, como te escribo en otra parte estoy leyendo su última obra de ficción , La novela del ajedrez, inspirada en su viaje a América huyendo de los nazis.
ResponderEliminarLeer a Zweig es volver a experimentar aquel gusto adolescente con el que te adentrabas en mundos donde todo tenía un sentido y una razón de ser por la belleza de un poderoso estilo literario.
Un saludo.
Allí te decía que tengo Novela de ajedrez pendiente y quiero que sea lo siguiente en leer. Aparte de Miedo que también me apetece mucho. Tengo bastantes libros apuntados (y muchos ya comprados) que quiero ir leyendo.
EliminarYo empecé a leer a Zweig de adolescente y tienes razón en que leerlo transmite una sensación de plenitud literaria similar a la que se sentía en aquellos tiempos cuando se encontraba una obra que gustaba especialmente. Los adultos hemos perdido parcialmente la capacidad de entusiasmo que solo recuperamos con los mejores. Y Zweig lo es sin duda.
Un beso.
Desconocía esta novela (¿o relato largo?) de Zweig. Me la apunto. Sus novelas cortas (o relatos largos) me chiflan, al menos las que he leído hasta ahora. Gracias por la presentación de una obra de la que no tenía ni idea.
ResponderEliminarUn besote.
Te gustará. Creo que más bien es un relato largo. Lo leí en dos tardes, pero bien podría haberlo leído en una. Y es muy original y distinto, hasta cierto punto, a otras narraciones del autor, aunque estas son tan variadas que es un poco osado decir esto.
EliminarUn beso.
Hola Rosa, me gusta mucho este autor y he leído varias novelas, esta la he visto en varios blogs y la tengo apuntada. Para mis retos de clásicos siempre cae alguna. Por lo que cuentas de esta es casi una novela policíaca, y me resulta interesante por lo novedoso respecto a otras historias del autor. Besinos
ResponderEliminarYo la conocí gracias a los blogs. Este año no me apunté a retos de clásicos. Siempre leo varios y quería hacerlo con Zweig y Faulkner, dos autores que me gustan mucho y que tengo un poco relegados hace tiempo.
EliminarSí que tiene su punto de policíaca y es bastante curiosa dentro de la obra del autor. Te gustará.
Un beso.
¡Hola!
ResponderEliminarMuchas gracias por la reseña, como siempre espectacular. Tomo nota.
Feliz noche.
Si mi reseña es espectacular (cómo me mismas, Gemma) le hace justicia a una novela espectacular.
EliminarUn beso.
No tenía ubicada esta novelilla de Zweig. Por lo que cuentas, todo marca de la casa, así que recomendable al cien por cien. Me asombra la cantidad y calidad de su obra. Fue sin duda un genio que merecía otra final. Al menos vuelve a ser leído y vuelve a gustar, como es lógico.
ResponderEliminarUn abrazo.
Es una novela muy de Zweig y a la vez, distinta a otras. la cantidad de obra que escribió, tocando varios géneros, es increíble. Hace que nadie se plantee leerla entera. Siempre aparece algo que una desconocía.
EliminarMerecía otro final, pero dado su carácter, su sensibilidad, el vacío que llegó a sufrir por parte de amigos en los que confiaba y el futuro que presentía en un momento en que parecía que Alemania podía ganar la guerra, no vería muchas más salidas. Una pena. Aún le quedaban muchas cosas buenas por escribir y puede que la derrota alemana le hubiera supuesto una segunda edad dorada.
Un beso.
¡Qué gran libro, Rosa! Y eso que es muy pequeñito. Lo has contado muy bien. Es verdad que Zweig es un maestro a la hora de construir la psicología de un personaje. Hasta donde yo había llegado (antes de esta lectura) pensaba que era un virtuoso describiendo a la mujer pero ¿qué me dices del perro? Es que incluso lo borda con el perro. Es un libro maravilloso. Todo Zweig lo es. Yo sigo acercándome a su obra y construyendo en mi casa un pequeño altar con todos sus libros jeje. Besos
ResponderEliminarDesde luego, si hay un autor que merece un altar ese es Zweig. Me ha asombrado mucho su maestría a la hora de retratar al perro. Se ve que conoce la psicología humana y la perruna. Aunque yo más bien creo que el perro es una metáfora de algunos seres humanos.
EliminarYo pretendo ir recuperando el tiempo que llevo sin leerlo.
Un beso.
Hola Rosa. Zweig es de estos autores que siempre digo: tengo que leerlo ya! y ahí sigue esperándome. Con su enorme obra sé que tengo mucho por delante jeje. En mi librería me espera 24h en la vida de una mujer, que será lo primero que lea, también he leído opiniones positivas sobre ese. Pero este que traes la verdad es que me ha llamado mucho la atención también (y muy original lo considero, un tanto extraña la trama, aunque atrayente), me lo anoto. Siento que voy a conectar con este autor cuando por fin le dé la oportunidad, me atrae mucho y creo que es interesante cómo parece tratar la psicología de los personajes. Gracias por compartirnos tus impresiones sobre él. Un abrazo.
ResponderEliminarEs un autor que lo tiene todo. Su calidad es excepcional, su obra sencilla y fácil de leer y además, no suele extenderse mucho, con lo que tampoco ocupa mucho tiempo. Son novelas poco extensas, pero muy intensas. Curiosamente (porque es de las más famosas y tiene una magnífica película que sí he visto) no he leído Veinticuatro horas en la vida de una mujer. Hay varias que quiero leer en breve.
EliminarEsta novela que aquí comento, es de las mejores y de las más curiosas. Seguro que te gusta.
Un beso.
Casualidad hace unas semanas leí del tirón "Carta de una desconocida", y me gustó mucho, una auténtica joya, una narrativa deliciosa. Me dije que poco a poco iría descubriendo a este autor, así que volveré cuando lea este que nos traes y compartiré contigo mi opinión.
ResponderEliminarAbrazos.
Carta de una desconocida es de lo mejor que le he leído. Imagino que has visto la película. Es también muy buena.
EliminarYo he leído varias cosas entre novela, memorias y biografías, pero tiene tanta obra escrita que no hay forma de abarcarlo. Y encima llevo varios años sin volver sobre él.
Tengo ganas de saber qué te parece esta novela.
Un beso.