"Los nombres propios" Marta Jiménez Serrano.

«Hablar conmigo es como meterte dentro de las fuentes en verano, como comerte el helado mordiendo el cucurucho y aspirando desde abajo: hacerlas con siete años es tierno, risueño, gracioso; hacerlas con dieciséis, es estar loco. Finges que no hablas conmigo igual que finges que te lavas el pelo un día sí y un día no o que nunca has probado los porros. Lo finges mejor, incluso. Has dejado de hablarme».

Desde pequeña, Marta habla con ella. Lo hacía mucho en el primer capítulo cuando tenía siete años, pero ahora, en este segundo capítulo al que pertenece la cita, con dieciséis años, ya no es plan de hablar con una amiga invisible. Al menos no es plan que nadie se entere. Pero sigue hablando con ella. Y escuchándola porque casi todo el libro está escrito en segunda persona, en esa segunda persona en la que Belaundia Fu se dirige a ella. Belaundia Fu es su amiga invisible. Es la voz que le dice todo es «solo una voz, una voz a la que tú has decidido poner nombre, una voz que en cierto modo todo el mundo tiene. Bueno, todo el mundo no. También te darás cuenta de eso un día. A esa gente, a la que no tiene voz, la vas a llamar aburrida. Pero aún no». Belaundia Fu es la voz con la que Marta se habla a sí misma, aunque puede que ni siquiera lo sepa. No desde luego a los siete años y puede que tampoco a los dieciséis. 

Marta tiene siete años cuando empieza el libro. Belaundia Fu le va contando, nos va contando, su vida, sus pensamientos, sus sentimientos, en la casa de los abuelos, en el Huerto, durante un verano. Allí se juntan tíos, primos, hermanos, abuelos... Y allí, Belaundia Fu le cuenta su presente y hasta su futuro. 

«Con trece años vas a mirar las estrellas tirada sobre la arena de un campo de fútbol y te vas a besar con tu primer novio, o al menos con el primer novio con el que te besarás en serio. [...] 

Con dieciocho años vas a enfangarte en la desazón de un amor no correspondido, y tú misma sabrás que eso no es amor. [...] Con veinticuatro años vas a lanzarte al amor como te tiras hoy a la piscina, y dentro de veintiún años vas a analizarlo como si estuviera hecho de un material distinto, vas a diseccionarlo como a un insecto muerto». 

Los nombres propios se estructura en cuatro capítulos titulados con cuatro nombres propios y ambientada en diferentes momentos de la vida de Marta. 

Belaundia Fu es el primero. Es el de la Marta de siete años, la que no sabe lo que es aburrimiento ni el amor, la que circunscribe su vida a la familia, al padre, la hermana, el hermano, pero sobre todo a su abuela y su madre. Las mujeres siempre presentes, porque el padre es médico en el hospital y casi nunca está en casa. Sin embargo «Mamá está siempre en casa. A papá lo ves poco y cuando lo ves, te deslumbra. Mamá está todo el tiempo, así que no la ves». 

El segundo es Charlie y Charlie es el primer novio de Marta, un novio poco recomendable. La familia se desdibuja. Papá ya no deslumbra. Mamá empieza a dejarse notar y resulta un incordio. Llegan los amigos, los que durarán toda la vida y los que no tanto. Eli, Dani, Martín, Bea «Cuando hablas de ellos todo el mundo se equivoca y piensa que Eli es una chica y Dani, un chico. Pero no: Eli es Elías y Dani es Daniela, así que es al revés». 

Sigue muy presente la abuela, pero lo estará sobre todo en el tercer capítulo, el que lleva su nombre, Anuncia.  Marta ya tiene veintidós años y se va a enfrentar a la primera pérdida definitiva. Antes perdió a Charlie y a algún otro novio y amiga, pero son pérdidas asumibles, predecibles. También lo es la de una abuela... si se ha sabido prevenir, pero la abuela estaba tan presente desde siempre que no se contaba con su falta.

El último capítulo se titula Marta, una Marta de veintinueve años que empieza a hablar en primera persona porque Belaundia Fu por fin desaparece. Ha ido desapareciendo poco a poco a medida que Marta iba creciendo y madurando «Meterte en las fuentes de las plazas públicas en verano, comerte el helado mordiendo el cucurucho y aspirando desde abajo, mezclar la Fanta con la sal y el vinagre en las sobremesas. Cosas que con siete años son tiernas, risueñas, graciosas. Cosas que con dieciséis son inoportunas, improcedentes, alocadas. Cosas que con veintidós años no se hacen. ¿Qué hago yo aquí?

Nada. No hago nada. Narrarte desde la lejanía tu propia historia, que es algo que hacemos todos, relatar lo que nos pasa, aunque sea de manera inconsciente. Sigo aquí por inercia. Una inercia que empieza a resultar forzada». 

Marta crece y en parte se va desdibujando. Desaparecen la Marta brillante, la temperamental, la celosa, la exagerada. Nuevas Martas van apareciendo, la cautelosa, la paciente, la frágil...  «Quién eres, si no eres las Martas que eras, si eres Martas que no sabías que existían». Belaundia Fu va perdiendo protagonismo y voz. Cada vez nos va pareciendo más la voz de Marta. De la conciencia de Marta. Hasta que de pronto la segunda persona se transforma en primera y Balaundia Fu deja paso a Marta. 

Marta Jiménez Serrano

Los nombres propios es una novela de autoficción en la que no sé hasta dónde llega la ficción y dónde empieza la realidad. No conozco nada de la autora mientras leo el libro y por momentos imagino que lo único real es el nombre de la protagonista. Después de la lectura, indago y encuentro una entrevista con Marta Jiménez Serrano que viene a darme la razón. Preguntada por cuánto hay de autobiográfico en su obra responde: «Mucho, en el sentido de que la protagonista se llama como yo, tiene mi edad y está en mi entorno. El personaje de la abuela está basado en parte en mi abuela materna. Lo demás lo inventé. Al final la vida no tiene ningún sentido y el libro debía tenerlo. Todo es verdad pero nada es literal».

Los nombres propios es una novela de formación nos dice Marta Jiménez Serrano en la citada entrevista, pero sobre todo de construcción de la propia identidad. Marta tendrá que ir aprendiendo a ser ella misma a pesar de las influencias de todo tipo. Como persona y como mujer. 

Una novela correcta, muy bien escrita, entretenida... Ni más ni menos. Ah, se me olvidaba. Una novela llena de cine porque Marta tiene una gran afición y termina escribiendo guiones.

Este libro participa en el Reto Escritores de la A a la Z que organiza el blog  Lecturápolis. Con él relleno la letra J.

Título del libro: Los nombres propios

Autora: Marta Jiménez Serrano

Nacionalidad: España

Editorial: Sexto piso

Año de publicación: 2021

Año de publicación original: 2021

Nº de páginas: 236