"Devoción" Hannah Kent
Por eso he hablado. En estos últimos días he descrito lo que me ha sucedido, lo que he sentido y lo que continúo sintiendo. Lo he reunido todo y lo he lanzado al viento para que se enrede en el aire. Que agite hojas, apague velas e hinche las velas de barcos. He desenhebrado el hilo. Soy el ojo vacío de la aguja.
Esas dos muchachas pueden haberse encontrado, pueden conocerse ya. Es posible que ya se amen.
Una mano encontrando a la otra».
Últimamente empiezo las reseñas con citas que se encuentran al final del libro. Esta concretamente se encuentra al principio del penúltimo capítulo. Esta es una más de las muchas que he ido subrayando. Ya conozco a Hannah Kent. Ya sé que su prosa es pura poesía; sus personajes, mujeres fuertes y a la vez vulnerables, siempre entrañables; sus tramas, pura magia enredada con brujería, de la buena y de la mala. La buena, en manos de las «brujas»; la mala, por parte de esos seres biempensantes que se creen con derecho a decidir lo que otros, todos, deben pensar y cómo deben actuar.
«Thea, no hay línea de tu palma que no haya recorrido con el dedo, crujido de tus nudillos que no haya escuchado y el azul de tus ojos es el revestimiento del ataúd del mundo. Mandaría cantar salmos dedicados a ti y al suave vello de tus muslos, y a las pestañas que se te han caído en los campos en los que has faenado. Mandaría que, de rodillas e inclinados, tendieran ramas sobre el latido de cualquier suelo en el que has descansado. Thea, si el amor fuera una cosa, sería el tendón de una mano abierta con la esperanza de asir algo. Mira, mis manos te buscan. Mi corazón es una mano extendida».
Así sí es como empieza Devoción. Esa devoción que Hanne siente por Thea y que sentirá eternamente. Tras esta manifestación del amor, vendrá la narración de la historia, el antes y el después y no me pidáis que revele a qué se refieren el antes y el después, el antes y el después de qué. Sucumbiría a la tentación y no quiero, no debo. Es uno de los detalles más bellos de esta novela. Tal vez uno de los más bellos de todas las novelas. Hay un Antes y un Después y sabréis de qué si leéis Devoción. O ya lo sabréis si ya lo habéis leído. Yo aquí lo dejo y ahora me voy al principio de todo, al lugar y el momento en que verdaderamente y de manera convencional (después de romper tantas convenciones) empieza esta historia.
«Era una noche del otoño de 1836 y estaba tumbada bajo el avellano del huerto de mi familia, escuchando el golpeteo de las gotas de lluvia que caían de las hojas al suelo. Eran como un coro mudo de campanas. El tronco respondía con un repiqueteo, el cielo cantaba en clave de nubes bajas y yo me bañaba en himnos de agua. En algún lugar bajo todo aquello oía a mi padre llamarme. Seguí donde estaba. El viento me salpicó la cara de gotas de lluvia. La humedad me calaba la ropa».
Es 1836 y estamos en Kay, un pueblecito de Prusia habitado por una congregación luterana perseguida por haberse enfrentado a la Unión Prusiana de Iglesias. El pastor ha tenido que huir, la iglesia ha sido clausurada y ellos tienen que esconderse en el bosque de noche para celebrar sus servicios religiosos. Hanne, la narradora, es una joven a la que han arrancado de la niñez y de la cama de su hermano gemelo, Matthias, para ayudar a su madre y para que aprenda a ser mujer. «Tenía catorce años, casi quince, y aún no me había acostumbrado ni a las cargas de ser mujer ni a sus inertes compañeros domésticos, aguja e hilo, cubo y trapo. Nuestra casita con sus techos bajos y habitaciones estrechas me asfixiaba. Echaba de menos la vida de las cosas».
Hanne es una chica rara. Así se lo hacen ver el resto de las muchachas de Kay. Hanne vive una extraña comunión con la naturaleza. Tal vez padece lo que hoy denominamos sinestesia. Eso deduzco yo, pero tal vez lo único que sucede es que Hanne ha sido escogida por la naturaleza para hacerla depositaria de un don único. Por eso, tal vez solo por eso, es capaz de escuchar el zumbido de la luz, el ruido como de campanillas de la nieve al caer. El mundo le canta canciones y eso hace de ella una chica extraña y solitaria. Pero Hanne está a punto de conocer la amistad en la persona de Thea Eichenwald, una chica de su edad que acaba de trasladarse a la aldea con sus padres. Thea también es rara, y más aún lo es su madre que es partera, entiende de plantas y ungüentos, y tiene un libro extraño que esconde a las miradas suspicaces.
Ante la persecución religiosa de que son víctimas y tras conseguir el permiso para abandonar Prusia, la comunidad decide emigrar a Australia donde serán libres para practicar sus creencias. Para entonces, la amistad de Hanne y Thea habrá dado un paso adelante y se habrá convertido en algo muy semejante al amor, un amor que ellas desconocen, pero que les hace imposible vivir separadas. El viaje en barco supondrá toda una serie de incomodidades, carencias y peligros. Desde las tormentas que están a punto de mandar el barco a las profundidades hasta las enfermedades que amenazan a todos y que se van llevando a algunos por delante, todo en la travesía son penurias que las dos chicas superan con la compañía mutua. Es a mitad de ese viaje cuando pasamos del Antes al Después. Será en ese tránsito cuando Hanne se dé de bruces con la decepción y sienta que todas sus creencias no son al final más que pura fantasía.
«El tiempo que siguió continúa en mi recuerdo borroso por el dolor. En algún momento me arrodillé en el suelo a rezar. Recé hasta que me dolió la lengua, buscando respuestas e iluminación. [...] El tejido que sostenía los huesos de mi existencia –mi familia, mi trabajo, las estaciones que me habían visto crecer– siempre había sido Dios. [...] ¿Dónde estaba ese refugio? [...] No conocía otra cosa que la fe. Jamás había dudado, jamás había buscado liberarme de las ataduras de la Iglesia, jamás había buscado la posibilidad de otra cosa, de otras verdades».
Pero saldrán adelante y llegarán a Australia y allí se verán en la necesidad imperiosa de sobrevivir aunque para ello tengan que expulsar a los verdaderos propietarios de los recursos del país. Ni siquiera su profundo sentido religioso o el haber sido víctimas ellos mismos de persecución en su tierra les impide comportarse como cualquier colonizador. Y si al principio aprendieron de los nativos Peramangk a conseguir comida y a dominar un entorno extraño, enseguida los vieron hostiles, en cuanto los nativos se vieron en la necesidad de asaltar sus huertos para conseguir comida, olvidaron la ayuda que les habían prestado. «[...] llegó corriendo la mujer de Georg con un látigo. Venía con la cara roja, furiosa. Miré horrorizada cómo corría hacia las mujeres mientras hacía restallar el látigo y cómo acertaba a una de ellas en la cara. La mujer gritó, soltó las patatas y se llevó las manos a los ojos».
Y después del Después vendrá el Ahora en una sucesión un tanto extraña del tiempo que no nos extraña en absoluto porque ya todo ha sido raro. Todo ese Antes y ese Después está contando desde el Ahora que no deja de ser el final aunque lo vengamos arrastrando desde el principio... Puede que sea raro, pero a mí lo único que me asombra es lo extrañamente bello que es este libro.
Hannah Kent |
Título del libro: Devoción
Autora: Hannah Kent
Nacionalidad: Australia
Título original: Devotion
Nacionalidad: Australia
Título original: Devotion
Traducción: Laura Vidal
Editorial: Alba
Año de publicación: 2022
Año de publicación original: 2021
Nº de páginas: 480
Ese comienzo en el huerto familiar, bajo el almendro y la lluvia otoñal, es muy bello, tiene mucha carga poética. Y denota, cómo has señalado, ese tipo de personas cuya sensibilidad se acopla perfectamente a la Naturaleza, como si la persona y la Naturaleza fuesen el mismo ser.
ResponderEliminarLuego nos dices que llega la gran decepción... Tal vez sea por ese conflicto generado al pretender que la vida se acople a tus expectativas. Suele ocurrir que la vida sucede al margen de tus expectativas, la vida no entiende de expectativas, simplemente es.
A tenor de lo que cuentas, y cómo lo cuentas, tiene muy buena pinta la novela. Tampoco conocía a la autora, te agradezco el descubrimiento, amiga Rosa.
Beso!
La decepción tiene que quedar un tanto velada porque viene a consecuencia de ese después que no se puede contar. Sí te adelanto que tiene que ver con la Religión y con el consuelo que de ellas se puede esperar en un momento dado.
EliminarCreo que es una autora de la que cualquiera de sus tres libros te puede interesar y aunque sé que no sueles leer novela, creo que no te arrepentirás de hacerlo con Hannah Kent.
Un beso.
La verdad es que me ha encantando la forma de escribir de la autora en los pasajes que has señalado. Preciosita, bello y profundo. Para mí la reseña que has hecho es perfecta. Me gustan las reseñas que se asimilan a la lencería: son tentadoras, no descubren todo a la vez y provocan las ganas. Nadie debería juzgar las distintas formas del amor o como puede evolucionar una amistad. Me intriga también esa parte de la novela. No conocía a la escritora y me alegro de haberlo hecho a través de ti.
ResponderEliminarBesos, Rosa.
Creo que es una de las novelas que más me ha costado traer al blog. me custra mucho sintetizar y había tantas cosas de las que hubiera querido hablar... Una de ellas, ese amor entre las chicas que es tan sutil que el lector tarda en estar seguro de si es así o se lo imagina él. Por otra parte, tampoco creo que tenga la menor importancia ni que haya que etiquetar, hasta aquí es amistad y aquí empieza el amor. Son cosas que no son trascendentes en la vida y tampoco son trascendentes en la novela. Pero es una historia con tantas cosas trascendentes, con tantos matices, tantos detalles, tanta belleza. En fin, se me nota el entusiasmo ¿verdad?
EliminarUn beso.
Solo he leído esta novela y me fascinó. Esa maravilla de prosa, ese amor, esa devoción, ese después...
ResponderEliminarUna novela preciosa.
¿Verdad que cuesta mucho no hablar de ese después? Pero hay que respetar al lector que viene detrás. Una maravilla de novela, en efecto.
EliminarUn beso.
¡Hola Rosa!
ResponderEliminar¿que te digo después e leerte? seguro que ya sabes lo que te voy a decir, jeje.
Hay mucho ser de esos biempensantes rodeándonos que comentas, por desgracia.
Evidentemente conozco a Hannah Kent, ¿cómo no trabajando en una biblioteca? (buenos, podría ser, ya que no se puede conocer todos los autores que tenemos, claro), aunque no La Haya leído todavía. Es de esos autores que sabes que leerás, que quieres leer, pero que nunca encuentras la excusa para colarlo como próxima lectura. Peroooo, después de leerte ya no puedo resistirme más, esa prosa tan exquisita que denotan tus párrafos elegidos y sobre todo y ese detalle tan bello de la novela que cuentas, de todas las novelas (eso ya me ha matado, jaja) que está ahí para descubrir, pues eso, que lo leeré pronto, seguro
Te agradezco ese entusiasmo que nos has transmitido y que te ha dejado esta lectura, porque de eso se trata ¿verdad?
Un beso.
No la dejes más. Empieza por el libro que quieres, pero ponte ya con Hannah Kent. No sé si recomendarte que empieces por el primero y vayas avanzando o por el último y vayas retrocediendo. La verdad es que no sé qué es mejor. Pero lo que creo de fijo es que te va a gustar la autora.
EliminarSu prosa, efectivamente, es bellísima, sus historias, preciosas y sus personajes, sobre todo los femeninos, adorables. Estoy deseando saber tu opinión.
Un beso.
Ya tenía anotada a la autora por alguna reseña tuya anterior y esta última me ha parecido preciosa. Me has atrapado con todo lo que cuentas sobre esta historia. Delicada, poética y muy bella, por los pasajes que entresacas. A ver si le hago un huequito. Un beso, Rosa. Estupenda tu recomendación.
ResponderEliminarHazle ese huequito. No te arrepentirás y habrás descubierto una autora a la que seguir.
EliminarUn beso.
No he leído nada de la autora a pesar de tener en mi lista de pendientes Ritos funerarios desde hace siglos, a la que se ha añadido recientemente esta que nos traes hoy y es que no dejáis de tentarme reseña tras reseña.
ResponderEliminarBesos.
Pues déjate tentar porque lo disfrutarás mucho. Ritos funerarios es una novela magnífica, pero Devoción creo que la supera. No la dejes.
EliminarUn beso.
Desde luego, ese párrafo inicial de la novela que muestra la devoción de Hanne por Thea es pura poesía. Constato que todas las novela de Hannah Kent cuentan historias diferentes pero con elementos comunes, y que se ambientan también en lugares diferentes pero cuyas sociedades tienen cosas en común. Algún día tendré que reencontrarme con esta autora. Esta novela podría ser una buena opción.
ResponderEliminarBesos
Ha sido toda una experiencia leer Devoción. Solo había leído Los Buenos y me había encantado. Ritos funerarios lo leí porque quería ponerme al día antes de que se publicara Devoción y la verdad es que me gustó, pero no repitió la experiencia que supuso el anterior. Con Devoción todas las expectativas se han superado con creces. Si no el mejor, va a ser de los primeritos en calidad de las lecturas del año.
EliminarUn beso.
Hola Rosa, no hago más que leer buenas reseñas de esta autora, con la que, pese a tener apuntadisima, aun no me he estrenado. Creo que voy a empezar por Ritos funerarios, porque parece que las siguientes son mucho mejores. A veces cuando reseñas te quedas con ganas de contar más, sobretodo cuando la novela te gusta mucho, porque quieres dejar a los otros lectores la emoción del descubrimiento. Estupenda reseña. Besos.
ResponderEliminarSiendo muy buena Ritos funerarios, Devoción está bastante por encima. Me hubiera gustado decir tantas cosas de esta novela que me parece que la reseña no le hace justicia para nada, pero sé que son manía mías y un defecto que tengo, que es que no sé sintetizar. me ha gustado tanto, tiene tantas cosas de las que se puede hablar, tanto matices y detalles, que hablar de todos sería tedioso y no hacerlo parece quedarse corto. En fin, que la recomiendo. Mucho. Pero solo para quien disfrute con la literatura pausada, con las formas poéticas, sin prisa... Una exquisitez.
EliminarUn beso.
Pues tenía apuntada ya Ritos funerarios y veo que voy a tener que apuntar también ésta. Leo esos párrafos que nos has dejado y me han gustado mucho, y me ha llevado a pensar no sólo en la calidad de la prosa de la autora sino en lo difícil que tiene que ser para el traductor o traductora plasmar toda esa calidad. Y parece que en este caso lo consigue y con nota.
ResponderEliminarBesotes!!!
Razón tienes. No cabe duda de que la traductora Laura Vidal, ha hecho un trabajo formidable. Si buena es la prosa de Hannah Kent, la traducción no desmerece nada y ha haecho un maravilloso trabajo de creación.
EliminarLas tres novelas de la autora son muy buenas, pero a medida que publica nuevas obras, se va superando a sí misma.
Un beso.
Ya he leído varias reseñas sobre esta novela y todas destacan la belleza de este libro. Tu opinión se une a todas ellas, así que, y dado que no he leído nada de la autora, podría ser una buena
ResponderEliminarpropuesta. Besos
Yo he quedado entusiasmada. Ya me tenía rendida desde que leí Los Buenos, pero Devoción lo ha superado, cosa que me parecía dificil.
EliminarSi no has leído a la autora, esta historia es buena para conocerla.
Un beso.
Hola. Me alegro mucho de tener apuntada ya esta novela y así la lista se calma un poco.
ResponderEliminarMo dejo de oír maravillas de esta autora pero hasta ahora no me he atrevido con ella, es que es muy dura. Ritos funerarios me daba mucho respeto y Los buenos la empecé y no pasé de las primeras páginas en las que había un pasaje bastante crudo en el que le restregaban ortigas por el cuerpo a una niña para sacarle el demonio o algo así.
Este ya me han dicho que no es tan duro y me va a gustar. Así que espero descubrir pronto ese Antes y Después.
Besos
Son libros duros, pero porque en las épocas y los lugares que trata la autora eran momentos duros, sobre todo para el tipo de personajes que escoge. Es cierto que este es el menos duro y el más poético. Es una preciosa historia con ese Antes y ese Después...
EliminarUn beso.
Hola.
ResponderEliminarVaya apetecible, la verdad. Me gusta tu reseña. imagino que te ha resultado difícil tener que omitir tantas cosas pero a mí me gusta, me intriga y hace que la novela apetezca.
Muy feliz noche.
Soy Gemma, por cierto.
EliminarSobre todo el problema es mío que siempre me parece que tengo que hablar de todo y eso es imposible. Lo que pasa es que en este libro es especialmente difícil omitir algunas cosas.
EliminarTe recomiendo esta preciosa historia.
Un beso.
Buenas tardes, rosa.
ResponderEliminarEstoy de acuerdo contigo, hay libros que no se deben o se pueden contar, porque los lectores tienen deber y derecho a sorprenderse con la lectura. No obstante, tú has hecho un estupendo resumen de las razones por las que debe disfrutarse esta novela. Me quedo con uno de tus argumentos, el de que Hannah Kent se supera con cada libro. Ojalá continúe así. Apunto Devoción como lectura obligatoria para este próximo año.
Un abrazo y gracias por tu bonita reseña!!
Ojalá lo leas, lo disfrutes y nos des tu opinión. Hannah Kent ambienta sus libros en el siglo XIX, en lugares agrestes, muy dominados por la naturaleza y en ese sentido es muy clásica. Cuesta pensar que sus novelas se han escrito todas actualmente. Lo digo porque sé que te gusta mucho la literatura clásica. Por eso además creo que te gustarán esta novela y esta autora.
EliminarUn beso.
¡Hola, Rosa! Me encanta cuando los libros nos regalan citas lindas, como la que compartiste al comienzo de tu reseña. Aún no he leído nada de Hannah Kent, pero de solo leer las citas, veo que su prosa es hermosa. Se nota que has disfrutado mucho de esta lectura, por lo que estoy segura, que en algún momento lo leeré y finalmente descubriré, lo que sucederá después. Gracias por la reseña. ¡Un besote!
ResponderEliminarUna belleza de libro que seguramente disfrutarás. Descubrir lo que pasó Después no es ajeno para nada a ese disfrute.
EliminarCualquier novela de la autora te gustará, pero esta, para mí, es muy especial.
Un beso.
Hola, Rosa. Leí esta novela en agosto y también la tengo reseñada. Me gusto muchísimo y me alegra coincidir en lecturas contigo. Gracias por tus impresiones.
ResponderEliminarBesos y felices lecturas.
Maravillosa ¿verdad? Es de esas historias que se te quedan pegadas a la piel. ya estoy deseando que publique la próxima.
EliminarUn beso.
¡Hola, Rosa! Lo estoy leyendo ahora mismo, así que me paso cuando lo termine a leerte con atención. Los dos libros anteriores de Hannah Kent son fantásticos, espero terminar con la misma sensación cuando termine "Devoción".
ResponderEliminar¡Besote!
Pues si los dos anteriores me gustaron, este ha conseguido superarlos. Es pura magia y belleza. Espero que coincidas conmigo en esta sensación. Ya me contarás.
EliminarUn beso.
Hola Rosa!! Tiene muy buena pinta esta novela, me llevo bien anotada tu recomendación. ¡Gran reseña y gracias por el descubrimiento! Besos!!
ResponderEliminarEs fantástica, de verdad. Creo que te gustará porque es una gran novela muy bien escrita y muy poética. Es realmente una hermosa historia.
EliminarUn beso.
Hola, Rosa.
ResponderEliminarHay que ver, que todavía no he leído a la autora, y siento que me estoy perdiendo algo gordo. No sé si conectaré con sus historias o no, pero cuando he leído sobre alguna, las he anotado y me la traen a la mente las distintas reseñas que leo y siempre suelo quedarme con la sensación de que disfrutaré de su estilo. No sé, ya se verá. Al leerte en esta, me has animado a ponerme pronto con la autora, y quizás sea esta novela con la que empiece. Me ha convencido bastante todo lo que cuentas...
Me alegra que te guste tanto.
Un abrazo.
Conocí a Hannah Kent por un reto. Su libro Los Buenos me llamó la atención y decidí escogerlo para dicho reto. Me gustó muchísimo y cuando supe que publicaba Devoción, me leí Ritos funerarios que tenía pendiente. Nunca agradeceré bastante a ese reto haberme dado a conocer a la autora. Devoción es una obra maestra. En Goodreads le he puesto cinco estrellas, algo que reservo para los grandes tipo Faulkner, Joyce Carol Oates, García Márquez o Javier Marías.
Eliminarte animo a que la leas.
Un beso.