"Peyton Place" Grace Metalious
«[...] aunque los armarios de los que habitan en una ciudad pequeña estén tan llenos de esqueletos que si todos los restos óseos de la vergüenza de una ciudad pequeña empezaran a resonar simultáneamente causarían una conmoción que se oiría hasta en la luna, la gente puede decir que nunca ocurre gran cosa en ciudades como Peyton Place. Aunque sea cierto que los armarios de quienes habitan en una gran urbe están tan desordenados como los de los residentes en una ciudad pequeña, la diferencia es que el ciudadano de la gran urbe no puede conocer tan bien el contenido del armario de su vecino como el habitante de una comunidad más reducida. La diferencia entre el esqueleto de un armario y un escándalo, en una ciudad pequeña, reside en que el primero es examinado detrás de los graneros por pequeños grupos que conversan en susurros, mientras que el último es aireado por todo el mundo, en la calle principal y comentado a gritos desde los tejados».
Casi todas las sinopsis que he leído de Peyton Place empiezan con aquello de «Pueblo pequeño, infierno grande». Todo el mundo sabe los esqueletos que guardan sus vecinos en los armarios. Todo el mundo tiene sus esqueletos. En Peyton Place hay muchos, como decimos. Cada familia tiene al menos uno. Y de vez en cuando alguno de esos esqueletos deviene en escándalo. Peyton Place es una novela coral ambientada en una pequeña localidad ficticia de Nueva Inglaterra entre los años treinta y cuarenta del pasado siglo. Coral, sí, pero no desprovista de protagonistas. Serían estas Allison Mackenzie y Selena Cross, dos adolescentes de doce y trece años respectivamente cuando empieza la novela. «Las dos formaban una pareja muy peculiar: Selena con su belleza morena y agitanada y sus ojos de trece años tan viejos como el tiempo y Allison Mackenzie, aún rolliza, con unos ojos muy abiertos, cándidos e interrogadores, sobre la boca dolorosamente sensible».
Muy poco tienen que ver ambas muchachas. Allison vive con su madre que es propietaria de una tienda de moda en Elm Street, la calle principal. Es huérfana de padre desde muy pequeña y ambas mujeres viven solas sin más problemas que su soledad y algún secreto que esconde Constance, la madre. Selena, en cambio vive en las barracas con su madre, sus dos hermanastros y su padrastro. Malviven como pueden con lo que gana la madre en sus tareas de limpieza doméstica.
«Selena poseía toda la sabiduría de la pobreza y la desdicha. A los trece años, la desesperanza era para ella como un viejo enemigo, tan persistente e inevitable como la muerte.
A veces, cuando miraba a Nellie, su madre, pensaba: «yo me escaparé. Nunca seré como ella»
Nellie Cross era baja y fofa, con la insana gordura de quien come demasiadas patatas y demasiado pan. Tenía el cabello ralo y lo llevaba recogido en un descuidado moño sobre una nuca no demasiado limpia, y sus manos, siempre mugrientas, eran ásperas y grandes, con uñas rotas y sucias».
En el pueblo están también los hombres, más o menos poderosos, que se reúnen a jugar cartas y mueven los hilos de la ciudad. El doctor, Matthew Swain, y el propietario del Peyton Place Times, Seth Buswell, son personas progresistas, con una visión moderna y con aspiraciones sociales para la ciudad. Chocarán con las ideas más mercantilistas e interesadas de otros notables, habitantes como ellos en Chestnut Street, la «mejor» calle de la ciudad. Allí viven también Charles Partridge, el abogado más famoso de Peyton Place, y Leslie Harrington, el propietario de las fábricas Cumberland, consejero del Citizens Nacional Bank y presidente de la junta escolar.
Pero hay muchos más personajes en Peyton Place que merecen ser mencionados. La señorita Thornton es maestra en la escuela y ella nos va mostrando mediante sus pensamientos a los diferentes niños que serán jóvenes antes de terminar la historia, pero también la realidad que se les ofrece en una ciudad como Peyton Place, al norte de Nueva Inglaterra. «¿Qué objeto tenía importunar a un niño para que aprendiera las fechas del nacimiento y la caída del imperio romano si el muchacho, de mayor, ordeñaría vacas para ganarse la vida, tal como habían hecho su padre y su abuelo?. ¿Qué lógica tenía meter fracciones decimales en la cabeza de una muchacha que en el futuro sólo necesitaría contar el número de meses de cada embarazo?».
Y está Tomas Makris que llega para sustituir al director de las escuelas, recientemente fallecido, y sumará sus ideas progresistas y su amistad a las de Seth Buswell y Matthew Swain; y el reverendo Fitzgerald, de la iglesia congregacionista; y Norman Page, su agobiante madre y sus terribles hermanastras; y Kennie Stearns, observado por los hombres que dormitan frente al juzgado; y Lucas Cross y...
Las historias irán avanzando entre 1937 y 1944. Se irán acumulando esqueletos en los armarios, iremos sabiendo de ellos, esqueletos que todos conocen y la mayoría callan y compadecen. La madre que asfixia a su hijo con un amor desmedido y que es cualquier cosa menos amor; la mujer que acepta las palizas de su marido porque «un hombre no va por ahí pegando a una mujer que no le importa»; las mentiras acerca del origen e incluso de la edad con las que se quiere maquillar un pasado no muy glorioso. Esqueletos que existían y existen en todas las ciudades, grandes y pequeñas, aunque es en estas últimas en las que se manifiestan más, con el ruido de los huesecillos al golpear unos contra otros: racismo, sexo, ricos despreciando a la «basura blanca», incesto, corrupción, aborto. Pequeños esqueletos de los que cada armario tiene el suyo.
Pero también surgen los escándalos, los que no se pueden callar, los que se comentan en voz baja o no tan baja, los que tal vez hicieron que la novela de Grace Metalious fuera tan escandalosa como los propios sucesos que relataba. Tan escandalosa como devorada por los lectores que se indignaban al verse retratados, pero eran incapaces de dejar de leer; esos lectores que como también dice la sinopsis «habían estado esperando Peyton Place sin saberlo. La leyeron millones, algunos incluso a escondidas, mientras muchos países la prohibían [...] La vida, con perdón, rivaliza aquí con la literatura».
Peyton Place no existe. Se cree que la autora fundió en esa localidad imaginaria otras ciudades de Nueva Inglaterra en las que había vivido, bebido o en las que había sucedido algún hecho relacionado con lo que cuenta en el libro. Obtuvo la fama, como deseaba, pero tal vez no el tipo de fama que deseaba. Tal vez fue esa fama la que le llevó a abusar del alcohol y a morir antes de cumplir cuarenta años de una cirrosis hepática. Pero esa fama es la que la ha mantenido hasta hoy como una de las autoras más leídas en Estados Unidos, y ello gracias a esta única novela (las otras que escribió, entre ellas una segunda parte titulada Regreso a Peyton Place, fueron incapaces de alcanzar el éxito de su primera novela). Un éxito que la haría famosa, pero no feliz. «Si tuviera que volver a vivir creo que sería más fácil ser pobre. Antes de ser famosa era tan feliz como cualquiera».
Título del libro: Peyton Place
Autora: Grace Metalious
Nacionalidad: Estados Unidos
Título original: Peyton Place
Nacionalidad: Estados Unidos
Título original: Peyton Place
Traducción: Mª Teresa Segur Giralt
Editorial: Blackie Books
Año de publicación: 2010
Año de publicación original: 1956
Nº de páginas: 558
Buenos días Rosa. Curiosa la última reflexión que dejas, de la autora: «Si tuviera que volver a vivir creo que sería más fácil ser pobre. Antes de ser famosa era tan feliz como cualquiera».
ResponderEliminarCuando en esta sociedad tan megalomana en la que todos pretenden ser lo que no son. Con ínfulas de grandeza. Esta autora añora la felicidad del pobre antes que ciertas famas no merecidas que te hacen esclavo de la imagen; de lo que esperan de ti.
El libro tiene pinta de merecer una lectura dado la temática focal, puesta en una localidad ficticia que podrían ser todas. En la que parece no ocurrir nada importante y a la vez ocurre de todo.
Ya lo creo que todos guardamos muertos en los armarios, secretos inconfesables de más o menos calado.
Esta autora quiso reflejar una realidad descarnada que habla del individuo y sus pecados. Una valiente, que pagó con la puntual fama y una adicción al alcohol para evadirse de ella.
Un beso y gracias por tu sinopsis.
Como se dice, «Ten cuidado con lo que deseas porque podrías conseguirlo». la fama suele ser algo ansiado, pero muchas veces se vuelve en contra del que la consigue. A veces porque no se sabe administrar; otras, porque trae consigo una atención por parte de los demás que termina por abrumar y otras, porque la fama va en sentido contrario a lo que se esperaba. Creo que el último es el caso de Grace Metalious con este libro. Puso de manifiesto pecados inconfesables de los que no se hablaba y la gente se vio reflejada. Nada se perdona menos que verse en evidencia con la verdad al descubierto. Una muy interesante novela.
EliminarUn beso.
Hola Rosa, leí la novela hace muchísimos años y como otras de mi adolescencia / juventud no recuerdo muy bien, pero esta en mis planes releerla, que no se muy bien donde la tengo, posiblemente en el pueblo. A parte de lo interesante de la novela, me lleva a reflexión la vida de la autora, y es que a veces lo que deseamos no es lo mejor para nosotros. Ya lo decía Karen Blixten en Memorias de África " cuando los dioses quieren castigarnos nos conceden nuestros deseos.". Besos.
ResponderEliminarUna preciosa frase de las muchas que hay en Memoras de África. Arriba se la comento s Francisco en otra versión. la novela es interesante y, desde luego, lo que le pasó a la autora también, aunque triste. Lo que nunca se perdona es que dejen en evidencia los vicios de cada uno. Y verse retratado y retratada la sociedad de semejante forma tuvo que ser todo un trauma para la gente que vive de la apariencia y el disimulo. Estoy ahora leyendo El libro de la señorita Buncle y veo muchas similitudes, aunque aún estoy a menos de la mitad.
EliminarUn beso.
Hola Rosa. Es que es un novelón. Parece que son puros chismes y ya pero hay mucha profundidad, y los personajes son magníficos, representan muy bien cada uno su papel. La leí hace años y siempre la recomendaba y volví a leerla hace poco para poder hacer la reseña y me gustó tanto como la primera vez.
ResponderEliminarLa historia de la autora es muy curiosa y lo resumen muy bien en tu última frase.
Besos
Un novelón efectivamente. Y sí, entre chismes y cotilleos, hay mucha carga de profundidad, muchos temas tabú en aquellos años cincuenta en que se escribió la novela y más aún a finales de los treinta y principios de los cuarenta en que se ambienta. Me ha encantado y he visto la película que se estrenó en españa como Vidas borrascosas, pero me parece que está muy por debajo de la novela. Es mucho menos valiente y más conservadora. Igual busco alguna serie.
EliminarUn beso.
¡Hola Rosa!
ResponderEliminarconozco la novela y esta edición de Blackie la he visto y tenido en las manos a menudo en la biblioteca (es una editorial cuya estética me gusta mucho), aunque nunca me atrajo de forma especial. No sabía que el prólogo es de Boris Izaguirre, curioso...
La verdad es que todo lo que cuentas me llama la atención, esos personajes, y esos esqueletos en los armarios de esos vecinos del lugar. Me ha dado pena la autora por esa frase en la que confiesa que no ha sido feliz a pesar de la fama. Igual en una de esas, me la llevo a casa
Besos
Creo que te gustaría. Es además muy entretenida. Pero su mayor valor es lo que cuenta de esa pequeña ciudad que podría ser cualquier ciudad o barrio de una más grande. Las cosas que pasan, las que se saben, pero no se mencionan, las que no queda más remedio que mencionar porque son muy fuertes, las que destrozan vidas... Me ha gustado mucho y tiene el valor de estar escrita cuando lo está Tal vez hoy en día, cuando está de moda airear los esqueletos y los escándalos (o directamente inventarlos a cambio de dinero) en los realitys televisivos, no tenga tanta importancia, pero en 1956...
EliminarUn beso.
Hola, Rosa. He leído esta novela hace muy poco gracias al reto Serendipia y coincido con lo que comentas. Bajo una estructura de melodrama, la historia es una denuncia de hipocresías, mezquindades y abusos de poder que en ese momento nadie cuestionaba. Es muy entretenida pero tiene una carga de crítica tremenda. La frase acerca de la autora con que terminas tu reseña es tristísima, tuvo una vida muy infeliz.
ResponderEliminarEs una novela con una gran carga de profundidad. No se la ve, pero explota, explotó en las mentes de los que leyeron el libro y se sintieron aludidos, ellos o su ciudad en la que eran cómplices de muchas de las cosas que pasaban. La verdad es que la autora tuvo valor o no fue consciente de lo que estaba creando. En todo caso lo pagó caro.
EliminarUn beso.
¡Hola, Rosa! Había visto mencionada esta novela, sin más. De hecho con solo la portada y el título me había hecho una idea prejuiciosa que leyéndote era totalmente equivocada y sin ti creo que se me escaparía una lectura imprescindible. Me encanta ese "bestiario" de personajes y esqueletos, que sin duda me atrapará. Por otro lado, desconocía a la autora y su infierno particular, me ha recordado un tanto a la vida de Shirley Jackson. Y es que parece que el alcohol y el buen escritor es un binomio inseparable, quizá sea el momento de añadir algo más a mi vasito de tinto Don Simón de las comidas, ja, ja, ja. Un abrazo!!
ResponderEliminarLo del Don Simón no te lo aconsejo. Por lo menos que sea un Rioja joven, ja, ja. Lo de leer la novela, por supuesto que sí. Es cierto que hay similitudes con Shirley Jackson. Hasta en las fotos hay similitudes. Se las ve tristes, con un cierto sobrepeso que puede derivar del alcohol. Es curioso como a algunos el alcohol les engorda y a otros los deja en los huesos. Pienso por ejemplo en Dashiell Hammett. En todo caso, Peyton Place es una novela muy a tener en cuenta a pesar de la portada que coincido contigo en que puede llevar a equivocarse con el contenido del libro.
EliminarUn beso.
Buenas tardes, Rosa.
ResponderEliminarExcelente reseña la que te has marcado, y no es nada fácíl con esta novela saber por dónde empezar a hablar. Ya sabes que a mí me fascinó cuando la reseñé en septiembre, me alegra comprobar que esa impresión sigue surgiendo en otros lectores tan buenos como tú.
Un abrazo y muy feliz fin de semana!!
Ciertamente, me resultó difícil cogerle el pulso a la reseña. Con tantos personajes y tantas situaciones no sabía muy bien cómo encararla. Si he conseguido hacer algo digno estaré encantada. Fue tu reseña junto a otro par de ellas lo que me animó a leer el libro.
EliminarUn beso.
Si me preguntasen ¿ Su mueres, te gustaría volver a nacer? -Si tuviese que ser ahora, en esta era, diría que no. Buena reseña no conocía el libro, y me lo apunto. Gracias Rosa por tu visita. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias a ti. Me alegra que te haya gustado la reseña. El libro te lo recomiendo. Merece mucho la pena.
EliminarUn beso.
Esta novela bien merecería una versión en forma de serie televisiva, con tantos esqueletos ocultos y tantos personajes de lo más interesante. Quizá es que, por analogía de títulos, me ha venido a la mente la serie norteamericana Melrose Place, aunque de temática muy distinta. Ir descubriendo qué se esconde en cada uno de esos armarios cerrados y los escándalos de esa pequeña ciudad imaginaria tiene que ser adictivo, je, je. Descubrir el pasado y el presente, y ver la evolución de los protagonistas de esta historia es algo que me resulta muy interesante. La reflexión que hace la maestra sobre la conveniencia de enseñar determinados temas que jamás serán de utilidad en muchos de sus alumnos, es muy buena.
ResponderEliminarEs una lástima que la autora sucumbiera al éxito de una sola obra notable, éxito que no fue capaz de repetir. Y es curioso comprobar cómo un autor o autora adquire especial notoriedad cuando ha tenido una vida tortuosa y desgraciada. Y en este caso, muriendo tan joven. ¿Podríamos hablar de una morbosidad literaria?
Un beso.
De hecho hay una serie televisiva sobre la novela y una película que se estrenó en España con el título de Vidas borrascosas. Y te parecerá mentira, pero en la sinopsis siempre se dice que sin Peyton Place no hubieran existido ni Melrose Place ni Twin Peaks. También se dice que es como una mezcla de ambas. No he visto Peyton Place, pero sí Twin Peaks y la verdad es que les veo poco parecido, más allá de que ambas transcurren en un pequeño entorno.
EliminarEl morbo existe en todo y en literatura imagino que también. Nada vende más que un autor maldito por la causa que sea, aunque en este caso fueron las ventas y la fama del libro lo que hicieron de Grace Metalious una escritora maldita al darle una fama negativa. No hay nada que ofenda tanto como el que nos pongan delante nuestras propias debilidades y miserias.
Un beso.
Hola Rosa. Vengo del blog de Rocío, que también habla de este libro. Conozco la historia por la película pero nunca he leído el libro. Por cierto, lo estoy viendo mucho últimamente. Como tengo poco tiempo para leer pero me apetece asomarme de nuevo a la historia, creo que voy a hacer lo posible por visionar de nuevo la peli. Me apetece un montón. Besos
ResponderEliminarÚltimamente han salido varias reseñas de esta novela y entre todas me animaron a leerla. He visto la película después de leer el libro y no me ha gustado. Recordaba haberla visto de adolescente y haberme quedado con una muy grata sensación, pero no se ha repetido. La película está muy lejos del libro y no se atreve con detalles que en el libro son muy llamativos para 1956. Se ve que la censura se aplicaba más en el cine y hay que recordar que la película es de 1957.
EliminarUn beso.
Una novela muy apetecible, Rosa. Esos lugares pequeños, tan asfixiantes que son como una olla exprés a punto de estallar dan para mucho. Me da que es una novela con una muy buena ambientación y también con muy buenos personajes. Lástima que el éxito que tuvo no fuera fuente de felicidad para su autora. En fin, es bien sabido eso de que hay que tener cuidado con lo que se desea porque los deseos se pueden hacer realidad.
ResponderEliminarBesos
Es una novela coral donde ha habla de muchos personajes y, aunque algunos son más importantes que otros, todos están muy bien retratados y te dejan la sensación de que los conoces. También la ambientación es muy buena, tanto la de Peyton Place como la de los años treinta cuarenta que es el periodo que trata.
EliminarEs curioso porque después de leerla he empezado El libro de la señorita Buncle y lo que escribe la señorita Buncle y lo que le pasa cuando lo escribe (aún no lo he terminado) me recuerda mucho a lo que le pudo pasar a Grace Metalious tras escribir Peyton Place. ha sido una experiencia curiosa y totalmente casual.
Un beso.