"El cascabel" Alicia Lakatos Alonso
Estamos ante una rara novela. Por momentos puede parecer un libro para niños, hasta que vemos que los temas que trata poco pueden interesarles. O sí, pero no sólo a los niños. Estamos ante una novela que trata de las vivencias normales de una familia normal: sus amores y desamores, sus achaques, sus alegrías y disgustos, sus pérdidas, su avanzar día a día poniendo cada uno de su parte lo necesario para hacer que la vida propia y las ajenas sean lo más agradables, lo más llevaderas, lo más felices (sí, por qué no) posible. Tal vez para ello, cada noche se deberá pensar en cinco cosas buenas que hayan sucedido durante el día, y si no salen las cinco cosas (hay días que salen torcidos y ni siquiera tenemos cinco buenas cosas reseñables), entonces habrá que pensar "que, por ejemplo… a ver, lo típico, que estás vivo, que podés oír, sentir, oler, andar y pensar, [...] pensemos que podemos ir por la calle, o estar simplemente en casa tranquilos, sin miedo a escuchar horrorizados el ruido de una bomba o de un disparo".
Estamos ante una familia normal formada por el abuelo Don Ismael, el yayo, su hijo Leo y su nieta Sofía; están además la tieta Concha, hermana del abuelo; Sergio, el mejor amigo de Sofía; Katia, la nueva y reciente pareja de Leo; Lucía, el antiguo amor del abuelo, que regresó de Argentina hace unos meses, y Marisol, la asistenta que ayuda en casa.
Pero lo extraño de la novela, lo que hace que pueda parecer una historia para niños, es que a todos estos personajes tenemos que añadir a Capi y Maià, los dos perritos de la familia, y a Wendy, la perrita de Sergio. Ellos, sobre todos los dos primeros, forman parte de los personajes en igualdad de condiciones con los humanos; todo lo observan, todo lo interpretan, sobre todo opinan... con su particular y perruno punto de vista, reposado y reflexivo el de Capi, alocado y espontáneo el de Maià; con un lenguaje tierno y muy divertido, unas ocurrencias deliciosas y una lógica rotunda "No sé cómo les puede caber tanta comida dentro. Hala, comer, comer, comer. Y luego a veces dicen ¡uffff, no puedo más! Pues… no haber comido tanto! Si es que es de cajón. Si
dice Maià refiriéndose a los humanos.
Esta podría ser Maià |
En esta novela se nos muestra la interacción que se establece entre las personas y los animales que viven con ellas; los problemas de humanos y perros se mezclan, se hacen uno, porque el cariño y la dependencia de unos respecto a otros hace que nada resulte ajeno, que todo les afecte, lo propio y lo del resto porque todos son, al fin y al cabo, componentes de la misma familia.
Don Ismael no puede recuperar su amor de juventud porque para todo hay un momento y a veces, éste se pasa. Además tiene que asumir que, atado a su silla de ruedas, su vida y sus relaciones se vean muy limitadas. Sofía se tiene que resignar a su amistad asumida con Sergio, aunque ella desearía algo más, otro tipo de relación, pero sabe que es imposible. Leo se va recuperando de la muerte de su mujer y empieza a ver salir de nuevo la sonrisa y la ilusión del armario ante su nueva
relación con Katia. La tieta envejece lejos de sus hijos, en San Francisco uno y en Toulouse la otra, no se sabe muy bien si por no molestar, por no perder independencia o porque no quiere separase de su hermano.
De todas estas situaciones participan los perros y las sufren y las gozan y nos ofrecen sus comentarios porque en esta novela las mascotas tienen su parte en la historia, pero también son protagonistas de sus propias historias; del susto que se llevó Maià cuando pensó que ya nunca iba a volver a ver a la familia, o sus celos cuando los dejaron solos en casa con Wendy, o el trauma de Capi cuando se vio ante los restos de su desgraciado pasado del que no quiere tener ni el más mínimo recuerdo.
Las aventuras de la familia y sus mascotas, comenzaron en una novela anterior, "Maià y Capi", en la que se presentan los personajes y sabemos que ambos perritos fueron rescatados de la perrera por Sofía. Y sabemos de la anterior vida de Capi con unos dueños que lo maltrataban y lo tenían encerrado.
Alicia Lakatos, riojana de madre catalana y padre húngaro, ha conseguido con esta novela que los perros hablen y piensen y sean protagonistas sin hacer una obra para niños. Ha escrito una obra que puede leer y disfrutar cualquiera y sobre todo, ha escrito unas historias que nos harán empatizar con los animales y ser conscientes de que, además de compartir nuestras vidas, comparten nuestras alegrías y nuestros disgustos haciéndolos suyos y dándonos su cariño; preocupándose de nuestros estados de ánimo "a ver si el yayo está bien. Si me sube a la silla, le voy a dar muchos lametoncitos. Hoy creo que el hombre lo necesita", intentando alegrarnos esa vida que a veces se torna difícil y hace que volvamos a casa sin ganas de nada. Lo sabe bien la autora puesto que los dos perros son los únicos personajes reales de la novela; son sus propios perros que, según cuenta, tienen una historia muy similar a la de los perros de la historia y, como ellos, se desviven por hacer feliz a su dueña y es que "Las mascotas son seres puros. No tienen malicia, ni rencores, ni envidias. La alegría con la que te recibe un animal cuando llegas del trabajo, o del colegio o de ir a comprar el pan, es impagable. Para ellos no ha habido días malos, ni estreses, ni jefes insoportables, ni depresiones" ha declarado Alicia Lakatos en una entrevista hecha por "Universo la Maga". Todos los que tenemos animales sabemos hasta qué punto son ciertas estas palabras.
La recaudación de estas novelas se destina a la ayuda de animales abandonados y maltratados con lo que, además de enseñarnos a querer y a respetar a nuestras mascotas, la autora quiere paliar de alguna manera los actos desalmados de los que son incapaces de hacerlo, tal vez porque en su alma no hay espacio para el cariño de ningún tipo.
Don Ismael no puede recuperar su amor de juventud porque para todo hay un momento y a veces, éste se pasa. Además tiene que asumir que, atado a su silla de ruedas, su vida y sus relaciones se vean muy limitadas. Sofía se tiene que resignar a su amistad asumida con Sergio, aunque ella desearía algo más, otro tipo de relación, pero sabe que es imposible. Leo se va recuperando de la muerte de su mujer y empieza a ver salir de nuevo la sonrisa y la ilusión del armario ante su nueva
Alicia Lakatos |
De todas estas situaciones participan los perros y las sufren y las gozan y nos ofrecen sus comentarios porque en esta novela las mascotas tienen su parte en la historia, pero también son protagonistas de sus propias historias; del susto que se llevó Maià cuando pensó que ya nunca iba a volver a ver a la familia, o sus celos cuando los dejaron solos en casa con Wendy, o el trauma de Capi cuando se vio ante los restos de su desgraciado pasado del que no quiere tener ni el más mínimo recuerdo.
Las aventuras de la familia y sus mascotas, comenzaron en una novela anterior, "Maià y Capi", en la que se presentan los personajes y sabemos que ambos perritos fueron rescatados de la perrera por Sofía. Y sabemos de la anterior vida de Capi con unos dueños que lo maltrataban y lo tenían encerrado.
Alicia Lakatos, riojana de madre catalana y padre húngaro, ha conseguido con esta novela que los perros hablen y piensen y sean protagonistas sin hacer una obra para niños. Ha escrito una obra que puede leer y disfrutar cualquiera y sobre todo, ha escrito unas historias que nos harán empatizar con los animales y ser conscientes de que, además de compartir nuestras vidas, comparten nuestras alegrías y nuestros disgustos haciéndolos suyos y dándonos su cariño; preocupándose de nuestros estados de ánimo "a ver si el yayo está bien. Si me sube a la silla, le voy a dar muchos lametoncitos. Hoy creo que el hombre lo necesita", intentando alegrarnos esa vida que a veces se torna difícil y hace que volvamos a casa sin ganas de nada. Lo sabe bien la autora puesto que los dos perros son los únicos personajes reales de la novela; son sus propios perros que, según cuenta, tienen una historia muy similar a la de los perros de la historia y, como ellos, se desviven por hacer feliz a su dueña y es que "Las mascotas son seres puros. No tienen malicia, ni rencores, ni envidias. La alegría con la que te recibe un animal cuando llegas del trabajo, o del colegio o de ir a comprar el pan, es impagable. Para ellos no ha habido días malos, ni estreses, ni jefes insoportables, ni depresiones" ha declarado Alicia Lakatos en una entrevista hecha por "Universo la Maga". Todos los que tenemos animales sabemos hasta qué punto son ciertas estas palabras.
La recaudación de estas novelas se destina a la ayuda de animales abandonados y maltratados con lo que, además de enseñarnos a querer y a respetar a nuestras mascotas, la autora quiere paliar de alguna manera los actos desalmados de los que son incapaces de hacerlo, tal vez porque en su alma no hay espacio para el cariño de ningún tipo.
Pues es muy real eso de que hay que agradecer lo que tenemos en vez de quejarnos por cosas fútiles y desear lo que nos gustaría, que por lo común son cosas materiales de las que podríamos prescindir.
ResponderEliminarLos animales de compañía viven la vida según les viene, sin pedir nada más que alguna prueba de amor por lo mucho que ellos son capaces de aportar a sus dueños.
Me resulta una temática interesante dese un punto de vista inédito.
Te agradezco la reseña.
Besos Rosa.
Me ha resultado tierna y conmovedora. Los animales entienden lo que es importante: el cariño de sus amos y el trato amable y responsable. Resulta original el que se dé a los perros la oportunidad de hablar en una historia que no es infantil.
EliminarUn beso.
Quiero leerla!!! Tiene buena pinta.
ResponderEliminarResponde a la buena pinta que tiene. Se lee muy bien y no es muy larga; resulta muy divertida y muy tierna y la verdad es que los perrillos resultan encantadores.
EliminarUn beso.
Creo que voy a dejar pasar esta lectura. Será porque no tengo mascotas y eso de que un perro (o dos) añada su opinión al sentir de la familia me resulta ajeno.
ResponderEliminarLo que no me ha resultado ajeno ha sido tu reseña, está tan bien escrita como es habitual en ti.
Gracias por darnos tu opinión y por leer un libro fuera de la temática que a ti te entusiasma, eso es algo digno de encomio.
Un besote.
Sé que tú no tienes mascotas, pero también sé que serías incapaz de maltratar a un animal y que deploras a la gente que lo hace. Por eso esta novela, aunque no sea de tu gusto y no te apetezva leerla, tampoco te es ajena.
EliminarMuchas gracias por tus palabras. Veo que, al menos, has disfrutado con la reseña.
Un beso enorme.
Me has creado una necesidad!!!! Tengo animales y para mí son unos miembros más de la familia, y que el dinero sea para animales abandonados me encanta.
ResponderEliminarUn besito y me gusta mucho como lo has reseñado, es que me apetece un montón.
Besos y feliz jueves.
Pues anímate. Ayudarás a una buena causa que te motiva y disfrutarás de la lectura porque pocas veces (yo no recuerdo otra, pero puede que exista) se encuentra una novela en que las mascotas sean unos personajes más con sus opiniones y sus aventuras.
EliminarUn abrazo.