Junio 2018


Corría el verano de 1998 cuando mi vecino Coleman Silk, quien, antes de retirarse dos años atrás, fue profesor de lenguas clásicas en la cercana Universidad de Athena durante veintitantos años y, a lo largo de dieciséis de ellos, actuó también como decano de la facultad, me dijo confidencialmente que, a los setenta y un años de edad, tenía relaciones sexuales con una mujer de la limpieza que contaba treinta y cuatro y trabajaba en la universidad. Dos veces a la semana la mujer limpiaba también la oficina de correos rural, una pequeña cabaña de grises tablas de chilla que evocaba el refugio de una familia okie, como se conoce a los trabajadores agrícolas migratorios, procedente de la región seca del sudoeste, allá por los años treinta y que, solitaria y con aspecto de abandono frente a la gasolinera y la única tienda del pueblo, exhibe la bandera norteamericana en el cruce de las dos carreteras que constituye el centro comercial de esta localidad en la ladera de una montaña.


Esta historia nos la cuenta Nathan Zuckerman. ¿Os suena? Para los que conozcáis al autor de la novela no puede resultar extraño este nombre y ya sabréis, al menos, parte de la adivinanza de este mes. Ahora solo os queda averiguar el título. 
Estamos a finales de los años noventa y Zuckerman nos cuenta la historia de  Coleman Silk, un vecino al que apenas conoce, pero que acude a él, como escritor, para que narre la mancha que ha caído sobre su reputación, que lo ha condenado al ostracismo y lo ha obligado a jubilarse. 
"La mancha humana" de Philip Roth es una de las novelas que, hace ya unos años, me reenganchó a la nueva novela estadounidense (a la novela de autores vivos). Ya había estado enganchada ya con Steimbeck, Scott Fitgerald, Faulkner, algo de Edith Wharton... pero entonces entendí que había muchos autores vivos que aún tenían mucho que contar, que el "paraíso americano" en particular, y el occidental en general, aún tenía autores empeñados en mostrarnos su cara más oculta, sus vergüenzas más patentes; que la gran novela americana nunca deja de escribirse.  
En "La mancha humana", Philip Roth nos habla de lo políticamente correcto y de lo peligroso que puede ser cuando cae en manos de fanáticos de uno u otro signo, según lo que toque en cada momento, en cada situación.
Coleman Silk fue durante años rector de la Universidad de Athena. Un comentario desafortunado, o mejor dicho, mal interpretado, en una clase, hace que sobre él caiga como una losa pesada y vergonzante la acusación de racista. Coelman se ve obligado a jubilarse y poco después su esposa muere, según el ex profesor, como consecuencia de la tensión vivida por su acusación.
La historia que termina escribiendo Zuckerman no es la que Coleman Silk quería contar y es que Silk tiene un secreto, un secreto que por nada del mundo quiere revelar, pero Zuckerman lo descubre y, él sí, decide contarlo, porque sabe que puede ser lo que salve la reputación del profesor. Se trata de un secreto que vive escondido en lo más profundo de Coleman, algo que nadie ha sabido, ni siquiera su mujer o sus hijos, algo que puede redimirlo de la acusación de racista, pero algo que él prefiere no divulgar aunque sobre él siga cerniéndose la injusta sospecha.
La novela está publicada en el año 2000. Mientras el autor la escribía tenía que tener muy presente todo el asunto de Clinton con la becaria Mónica Lewinsky. De hecho la novela comienza en 1998, el año del escándalo. "No habíamos vivido una temporada semejante desde la época en que alguien tropezó con la nueva Miss América desnuda en un viejo número de Penthouse [...] No, si no habéis vivido en 1998, no sabéis lo que es la gazmoñería". Estas palabras nos dice Nathan Zuckerman al principio de la novela. Una época de gazmoñería en Estados Unidos puede ser terrible, porque puestos a ser ñoños y mojigatos, allí son campeones; como lo son en otras muchas cosas, algunas muy positivas, muchas muy positivas, pero cuando la parte con tendencia a la mojigatería se pone puritana, intolerante y rígida no hay quien la iguale. Puede llegar al punto de poner en la Casa Blanca a un presidente que se tiñe el pelo con cúrcuma (¿o será colorante para paella?)
Creo que Nathan Zuckerman tendría mucho que decir de esta época en su país.

*Esta entrada estaba dedicada a dar la bienvenida al mes de mayo, pero la entrega del Premio Cervantes a Sergio Ramírez hizo que decidiera posponerla para junio. Aclaro esto para hacer saber que no pretendía, en principio, ser un homenaje post mortem; el In memoriam a Philip Roth ya lo publiqué hace unos días. Ha coincidido así. 

Las novelas que aparecen en esta sección, "Bienvenido nuevo mes literario", no están recién leídas, pero están leídas. Se trata de novelas que empleo para comenzar cada mes, y por eso empieza la entrada con el inicio del libro. No pretende ser una reseña, sino el comentario sobre una historia que me marcó lo suficiente como para poder hablar de ella aunque haga ya muchos años que la leí. Por ello, espero que me perdonéis si incurro en algún error.




Comentarios

  1. Yo de americanos contemporáneos tengo pendiente a Tom Wolfe y Gay Talese, los del Nuevo Periodismo. Y cada vez me interesan más. Un beso.

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    1. He leído a Tom Wolfe. "La hoguera de las vanidades" me parece una gran novela. No a Gay Talese que es uno de mis pendientes que tendré que abordar.
      Un beso.

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  2. Un estupendo comienzo de mes. Tendré que leer mucho más a los autores norteamericanos contemporáneos y más concretamente a Philip Roth. Gracias por tu aportación.
    Un abrazo y que este mes de junio te sea muy fructífero en lecturas y reseñas.

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    1. Hay muchos, muy buenos, y realmente merecen la pena. Mis favoritos, John Irving y Joyce Carol Oates, aparte de Philip Roth, pero la lista es larga.
      Anímate. esconden todo un mundo que es y no es el nuestro
      Un beso.

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  3. Hola Rosa, esta vez si que me has pillado.
    Este autor es una de mis asignaturas pendientes, solo he leído un par de libros suyos. No me queda más remedio que leera algo más, aunque sea como homenaje póstumo.
    Gracias por la recomendación, trataré de ponerme al día. Un beso

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    1. Estoy con la trilogía de "Zuckerman encadenado" y me está encantando. Me costó un poco entrarle, pero luego me arrastra sin remedio. Son tres libros cortos, de ciento y pico páginas. Aunque debo decir que "La mancha humana" sigue siendo mi favorito.
      Un beso.

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  4. Hola Rosa.
    Pues yo me imaginaba que nos traerías a Roth, y qué coincidencia que ya lo tuvieras preparado.
    Me apetece muchísimo, es una lectura que tengo pendiente desde hace mucho, mi hermana insiste e insiste y por uno y por otro la he ido dejando pero quiero ponerme con ella pronto, los autores norteamericanos vivos tienen mucho que contar.
    Ainnnns, yo tenía 24 años cuando lo de Clinton y lo recuerdo a la perfección.
    Besos.

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    1. Pues hazle caso a tu hermana porque tiene toda la razón.
      Cuando lo que Clinton yo tenía unos cuantos años más. También lo recuerdo, aunque no tanto como recordaré toda la vida esta terrible época Trump
      Un beso.

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  5. Al autor lo conocía solo de oídas y esta novela de la que nos hablas hoy no me sonaba de nada, pero apunto el título y quizás algún día me atreva con él. Besos

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  6. Tengo pendiente leer al autor, que larga es la lista madre mía.
    Un beso ;)

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    1. Sí, es una lista en la que, por mucho que se borre, siempre sigue aumentando. Aunque me quedaría desolada si llegara a terminarse.
      Un beso.

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  7. Hola Rosa
    No he leído nada del autor y me gustaría empezar a poner remedio. ¿Por cuál empezarías? Ya me dirás-
    Muy buen homenaje e inicio de mes lector.
    Besos

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    1. El primero para mí fue "La mancha humana", pero también podrías empezar por "Némesis". Es el último que escribió hace ya ocho años y me gustó mucho.
      Un beso.

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  8. Me pasa lo mismo que Conxita, pero bueno intentaré ponerle remedio en cuanto pueda ser.
    Besos y buen mes.

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    1. Pues te digo lo mismo que a Conxita. Cualquiera de esos dos libros os puede gustar.
      Un beso.

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  9. los he descuidado un pcoo pero espero volver besitos!

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  10. Hola Rosa, desde luego que este doble homenaje a Philip Roth (por la anterior entrada y por esta), han aumentado mi interés en conocer más en profundidad su obra y creo que La mancha humana puede ser un buen comienzo. Feliz mes de junio y felices las lecturas que te acompañen en él. Besos y buen fin de semana.

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    1. ¿Conoces la película de "La mancha humana" con Anthony Hopkins y Nicole Kidman? No está mal, pero se centra en un episodio de la novela que, para mí, no es lo más importante ni mucho menos. La novela es mucho mejor sin comparación.
      Un beso.

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  11. Me alegro de que tus entradas sobre Philip Roth estén generando tanto interés hacia el autor en los comentarios!! Siempre he pensado que era un autor imprescindible. Sobre literatura americana no he leído a Edith Warton, pero al resto que mencionas sí. Cormac McCarhty también es uno de mis preferidos americanos.
    Centrándome en Philip Roth, Trilogía estadounidense me gustó muchísimo,tanto La mancha humana, como Pastoral americana y Me casé con un comunista.
    Zuckerman desencadenado (el otro día me lo escribiste en un comentario) sí la he leído, y es inevitable imaginarte al personaje como él mismo, o al menos pensar que está hablando de sí mismo en todo momento.
    Bonita semana de homenajes a Philip Roth. Un besote grande!! :)

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    1. Por cierto, hay una peli de La mancha humana, de Anthony Hopkins, Nicole Kidman y Ed Harris. La vi mucho antes de leer el libro, creo que cuando todavía no sabía ni quién era Philip Roth!!

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    2. Todas las novelas que mencionas las he leído. Es que son todas muy buenas. Bueno de Zuckerman, estoy a medias de la segunda novela. Me está pareciendo una trilogía buenísima. Mejor, si cabe, que la "Trilogía Americana"
      La película la vi y, como le digo a Miguel, se centra en sus amores con la chica, cosa que para mí, por lo que recuerdo (leí la novela hace bastantes años), no es lo más importante.
      Un beso.

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  12. Ciertamente Los Estados Unidos son una nación de paradojas extremas, de una acérrima religiosidad pero alejados de todo ascetismo o espiritualidad... pues la única fe ciega que manifiestan, sin pudor, es hacia todo lo material que promueve el capitalismo más voraz.
    Y sin embargo su Constitución ha sido ejempmar en muchos aspectos, referencia en muchos puntos para tantas democracias europeas, incluida la española.

    Aquel mundo hostil del Oeste, de colonos, forajidos y pistoleros, ha germinado por todo el país, en esa época donde cada uno, desde el legítimo derecho a defenderse, eso sí, pistola en mano, se convertía indistintamente en juez y condenado de su propio destino.

    Ya digo que todo eso constituye un germen que está latente en el pueblo norteamiracano, una sociedad siempre bordeando la esquizofrenia, y que para la mirada profunda y observadora del difunto P. Roth era un filón literario, da igual que sea en NY o Arizona, el viejo cawboy, pistolero o colono sigue latiendo en el alma de cualquier norteamericano. Y trasladar esa esencia dispar a la literatura es lo que me fascina de los narradores estadounidenses.

    Gracias por otra interesante incursión en el universo Roth, Philip, claro.
    Un abrazo Rosa!!

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  13. Ah, y sin olvidar los grandes flujos migratorios a finales del s. XIX y ya en el s.XX, que desembarcaron en el este del país, sobre todo europeos, que también han alimentado la obra de muchos de sus escritores, como Roth por supuesto.
    Beso.

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    1. Creo que, aparte del capitalismo y lo material, tienen otra gran fe y es en la libertad del individuo. Con todo lo malo y todo lo bueno que eso significa. De hecho, de ahí les viene el amor al capitalismo y su rechazo al comunismo. Le dan demasiada importancia al individuo por encima de la colectividad y, como digo de ahí sale lo bueno y lo malo; sus fascinantes contradicciones. Descienden de colonos que rifle en mano tuvieron que abrirse camino en u medio hostil, como dices y eso, hace apenas trescientos años, deja huella. La mezcla de esa huella con la llegada de Europa hace unos cien o ciento cincuenta años, da esa mezcla explosiva y es esquizofrenia de la que hablas.
      Veo que nos fascina lo mismo de la literatura y la vida estadounidense.
      Un beso.

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  14. Todo esto se ha amplificado además con las redes sociales, pues suceden casos Lewinsky a todas horas. Uno tiene la impresión de que le puede pasar a cualquier, decir la palabra equivocada en el momento equivocado y caer sobre ti el peso de la justicia virtual. Una buena novela para empezar este mes de junio, que como siempre tengo en consideración.
    Un abrazo.

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    1. Es que es increíble lo que le pasó por el comentario que hizo. Y lo más increíble es a quién le pasó. No la dejes, a poco tiempo que tengas. Creo que te gustará.
      Cada vez hay que tener más cuidado con lo políticamente correcto. cada vez la libertad individual tiene que rendir más pleitesía a la colectividad y sus ideas preconcebidas, incluso en Estados Unidos, el paraíso de la libertad individual. Si Ayn Rand levantara la cabeza.
      Un beso.

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  15. Ni me suena Zuckerman ni he leído nada de Roth, así que para mí este principio es completamente desconocido.
    Sigue sin engancharme la temática estadounidense, hija mía. Creo que para gazmoñerías ya tenemos muchas aquí, no hay que marcharse tan lejos. Las denuncias por atentar contra "el honor" que se dan aquí darían para escribir muchas novelas.
    El presidente de allí se tiñe el pelo con cúrcuma, pero el de aquí (desde antes de ayer, el ex de aquí) se tiñe el pelo pero no la barba. En fin, esperpentos los hay en todas partes.
    Creo que esta la dejo pasar.
    Un beso muy grande, guapa.

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    1. Pues yo no puedo dejar de pensar en lo que te pierdes. Porque precisamente, la lucha contra la gazmoñería es lo que caracteriza esta novela de Roth y a la mayoría de los escritores estadounidenses que me gustan.
      No podemos olvidar que en democracia, el pueblo es responsable de sus dirigentes. Yo siento vergüenza e indignación, como la sienten muchos estadounidenses. A ver si ellos consiguen quitarse también la lacra. Aunque la suya es peor que la nuestra pues tiene capacidad para crear sufrimiento en todo el mundo y si no que se lo pregunten a los palestinos de Gaza.
      Un beso, guapa.

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  16. Yo seguiré diciendo que tus reseñas son de las mejores que encuentro por estos mundos blogueros, y que gracias a ellas, descubro autores y sus obras aunque después no los lea, lo confieso, no doy para más, ya lo sabes. Por eso te agradezco tanto leyéndote. Y lo del colorante de la paella en el pelo del impresentable presidente de los Estados unidos De América lo desconocía y me ha hecho esbozar una cínica sonrisa.
    Besos, querida amiga.

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  17. "Fe de erratas"
    "Por eso disfruto tanto leyéndote" La otra frase que dejé no tiene sentido.
    Más besos

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    1. Es que, según le tomen el plano, tiene el pelo de un amarillo que si no es cúrcuma, es colorante de paellas. Azafrán no. Seguro que ni lo conocen por aquellos pagos. Ahora que lo pienso, también podría ser curry.
      Gracias por tus palabras, Francisco. Me llena de orgullo que mis reseñas te parezcan de las mejores del mundo bloguero.
      Un beso.

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  18. La novela es norteamericana, pero la temática es universal. Vivimos una época en la que no se admiten matices, todo es blanco o negro y sí planteas el tono gris en algún tema directamente vas al paredón de ser tildado de facha o rojo. Como dice Gerardo, las redes no han hecho más que acentuar con sus me gusta o no me gusta el maniqueísmo actual.
    Desde luego que me ha atrapado y Roth será uno de los autores que recupere a partir del mes que viene. Un fuerte abrazo!!

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    1. Es que matizar es muy difícil. A la gente que peor le va, social y políticamente hablando, es a la que intenta tender puentes entre unos y otros. Agarrarse a lo blanco o lo negro es lo más fácil, si bien, no lo más inteligente, pero empiezo a creer que lo de la inteligencia del ser humano es un mito con el que nos han querido hacer sentir bien.
      Maravilloso Roth y ahora que lo he vuelto a retomar (estoy leyendo su trilogía sobre sobre Zuckerman), me doy cuenta de toda su grandeza.
      Un beso.

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