Julio 2018
Todavía hay que
comprar las flores. Clarissa finge exasperación (aunque adora hacer recados
así), deja a Sally limpiando el cuarto de baño y sale corriendo, prometiendo
que volverá dentro de media hora.
Estamos en la ciudad
de Nueva York. Estamos a finales del siglo XX.
La puerta del
vestíbulo se abre a una mañana de junio tan hermosa y lavada que Clarissa hace
un alto en el umbral como lo haría en el borde de una piscina, y contempla el
agua turquesa que lame los azulejos, las redes líquidas de sol que oscilan en
las profundidades azules. Como si estuviera al borde de una piscina, posterga
un momento la zambullida, la rápida membrana del escalofrío, el puro sobresalto
de la inmersión. Nueva York, con su bullicio y su decrepitud severa y parda, su
declive insondable, produce siempre unas pocas mañanas de verano como ésta;
mañanas invadidas en todas partes por una afirmación de vida tan resuelta que
parece casi cómica, como un personaje de dibujos animados que sufre castigos
interminables y atroces, y siempre sale ileso, intacto, dispuesto a sufrir más.
He hecho una pequeña trampa. En realidad, así comienza el primer capítulo de la novela con la que iniciamos el mes de julio, pero antes del primer capítulo hay un prólogo y ese prólogo también forma parte de la novela lo que pasa es que este comienzo que os he puesto... enseguida os lo cuento.
Ese prólogo nos relata un suicidio, el de una de las mujeres que componen esta historia, porque esta historia está formada por tres historias que podrían ser cuatro; cuatro historias que sin ser la misma historia bien podrían serlo. Tres mujeres inspiradas por otra y tan solo de una de ellas se puede decir que haya existido en la realidad. Y no aseguraría que sea esa la que inspira a las demás.
¿Que por qué he iniciado la novela saltándome el prólogo? Pues porque la historia que las inspira a todas empieza de esta maravillosa manera que ya a a todos os sonará:
La señora Dalloway dijo que ella misma
compraría las flores.
Porque Lucy ya le
había hecho todo el trabajo. Las puertas serían sacadas de sus goznes; los
hombres de Rumpelmayer iban a venir. Y entonces, pensó Clarissa Dalloway, ¡qué mañana!
—fresca como si fuesen a repartirla a unos niños en la playa.
Sí, "La señora Dalloway" de Virginia Woolf es la novela que inspiró la que hoy os traigo como inicio de este mes de julio, que no es otra, como ya habréis adivinado, que "Las horas" de Michael Cunningham.
"Las horas" es una preciosa novela que se inicia con un prólogo que nos relata el suicidio de Virginia Woolf en 1941. A partir de ese prólogo, la novela irá introduciéndonos en el mundo de tres mujeres: Clarissa Vaughn, Laura Brown y la propia Virginia Woolf.
Clarissa Vaughn vive en Nueva York a finales de los años noventa del pasado siglo. Va a dar una fiesta en su casa para Richard, su amigo escritor y enfermo de SIDA que acaba de ganar el prestigioso premio Carrouters de poesía. Clarissa, como no podría ser de otra manera, es la señora Dalloway de esta novela. Al igual que Clarissa Dalloway, en la obra de Woolf, se dispone a comprar flores para la fiesta y recuerda su pasado y su relación con Richard, complicada, pero con un amor más real y apasionado, que el que siente por Sally, su pareja actual.
Laura Brown vive en Los Ángeles. Estamos en 1949 y Laura es un ama de casa entregada y modélica como lo son las amas de casa americanas de clase media en la época. Está empezando a leer "La señora Dalloway" y está embarazada de su segundo bebé. Es el cumpleaños de su marido y decide preparar un pastel ayudada por su hijo, pero... su entrega como ama de casa está empezando a desplomarse. Tal vez su vida y sus propias necesidades empiezan a exigir una atención que hace tiempo que dejaron de recibir en favor de marido, hijos, hogar. Laura no es feliz, aunque ni ella misma lo sepa, pero está empezando a sospecharlo.
Por último tenemos a Virginia Woolf en 1923, cuando se le ocurre la primera frase de la que será una de sus novelas más célebres: "La señora Dalloway".
Y así, saltando de una a otra, Michael Cunningham en "Las horas" nos va contando la vida de estas tres mujeres conectadas a través del tiempo sin que ellas mismas lo sepan, porque si Clarissa Vaughn es la representación de la señora Dalloway, Laura Brown es la propia la propia Virginia Woolf. Si esta lucha contra la locura que podríamos llamar física y que se deriva de una enfermedad mental, aquella lucha contra la locura psíquica que deriva de la frustración; de empezar a notar el hartazgo de ser madre y esposa, un papel cada vez la satisface menos y al que ha sacrificado toda su identidad como mujer.
Una maravillosa novela escrita con la sensibilidad y la belleza que caracteriza al autor y en la que se tratan temas que ya conocemos los que le seguimos de cerca: las identidades sexuales alternativas como la homosexualidad y la bisexualidad, identidades sexuales que no deberían ser alternativas, sino tan asumidas y normalizadas que no fuera necesario ni mencionarlas; la frustración que supone llevar vidas solo aparentemente felices; el mundo glamuroso de los artistas; la muerte...
Curiosamente conocí a este autor por la película "Las horas" basada en esta novela que dirigió en 2002 Stephen Daldry. Me gustó tanto, que en cuanto supe que estaba basada en una novela (y tardé unos meses) no pude dejar de comprarla y leerla. El idilio que me unió a este autor, se ha mantenido hasta hoy.
Las novelas que aparecen en esta sección, "Bienvenido nuevo mes literario", no están recién leídas, pero están leídas. Se trata de novelas que empleo para comenzar cada mes, y por eso empieza la entrada con el inicio del libro. No pretende ser una reseña, sino el comentario sobre una historia que me marcó lo suficiente como para poder hablar de ella aunque haga ya muchos años que la leí. Por ello, espero que me perdonéis si incurro en algún error.
"Las horas" es una preciosa novela que se inicia con un prólogo que nos relata el suicidio de Virginia Woolf en 1941. A partir de ese prólogo, la novela irá introduciéndonos en el mundo de tres mujeres: Clarissa Vaughn, Laura Brown y la propia Virginia Woolf.
Clarissa Vaughn vive en Nueva York a finales de los años noventa del pasado siglo. Va a dar una fiesta en su casa para Richard, su amigo escritor y enfermo de SIDA que acaba de ganar el prestigioso premio Carrouters de poesía. Clarissa, como no podría ser de otra manera, es la señora Dalloway de esta novela. Al igual que Clarissa Dalloway, en la obra de Woolf, se dispone a comprar flores para la fiesta y recuerda su pasado y su relación con Richard, complicada, pero con un amor más real y apasionado, que el que siente por Sally, su pareja actual.
Laura Brown vive en Los Ángeles. Estamos en 1949 y Laura es un ama de casa entregada y modélica como lo son las amas de casa americanas de clase media en la época. Está empezando a leer "La señora Dalloway" y está embarazada de su segundo bebé. Es el cumpleaños de su marido y decide preparar un pastel ayudada por su hijo, pero... su entrega como ama de casa está empezando a desplomarse. Tal vez su vida y sus propias necesidades empiezan a exigir una atención que hace tiempo que dejaron de recibir en favor de marido, hijos, hogar. Laura no es feliz, aunque ni ella misma lo sepa, pero está empezando a sospecharlo.
Por último tenemos a Virginia Woolf en 1923, cuando se le ocurre la primera frase de la que será una de sus novelas más célebres: "La señora Dalloway".
Y así, saltando de una a otra, Michael Cunningham en "Las horas" nos va contando la vida de estas tres mujeres conectadas a través del tiempo sin que ellas mismas lo sepan, porque si Clarissa Vaughn es la representación de la señora Dalloway, Laura Brown es la propia la propia Virginia Woolf. Si esta lucha contra la locura que podríamos llamar física y que se deriva de una enfermedad mental, aquella lucha contra la locura psíquica que deriva de la frustración; de empezar a notar el hartazgo de ser madre y esposa, un papel cada vez la satisface menos y al que ha sacrificado toda su identidad como mujer.
Una maravillosa novela escrita con la sensibilidad y la belleza que caracteriza al autor y en la que se tratan temas que ya conocemos los que le seguimos de cerca: las identidades sexuales alternativas como la homosexualidad y la bisexualidad, identidades sexuales que no deberían ser alternativas, sino tan asumidas y normalizadas que no fuera necesario ni mencionarlas; la frustración que supone llevar vidas solo aparentemente felices; el mundo glamuroso de los artistas; la muerte...
Curiosamente conocí a este autor por la película "Las horas" basada en esta novela que dirigió en 2002 Stephen Daldry. Me gustó tanto, que en cuanto supe que estaba basada en una novela (y tardé unos meses) no pude dejar de comprarla y leerla. El idilio que me unió a este autor, se ha mantenido hasta hoy.
Las novelas que aparecen en esta sección, "Bienvenido nuevo mes literario", no están recién leídas, pero están leídas. Se trata de novelas que empleo para comenzar cada mes, y por eso empieza la entrada con el inicio del libro. No pretende ser una reseña, sino el comentario sobre una historia que me marcó lo suficiente como para poder hablar de ella aunque haga ya muchos años que la leí. Por ello, espero que me perdonéis si incurro en algún error.
Esta vez si que adiviné la obra; me pasó como a ti, primero vi la película y más tarde llegó el libro.
ResponderEliminarDisfruté tanto con la lectura como con la película, y eso no pasa casi nunca .
Me encanta esta sección tuya, la espero todos los meses con interés a ver si soy capaz de adivinar. Me sirve para recordar viejas lecturas o para descubrir nuevas .
Sigue regalándonos nuevas lecturas. Un beso
Escribiendo estas entradas, siempre me entran ganas de volver a leer los libros. Esta vez creo que por ahora, me conformaré con volver a ver la película. Lo de releer la novela lo dejo para más adelante, que hay mucho pendiente.
EliminarMe alegro de que esperes la sección expectante. Espero no quedarme sin inspiración para traer más historias.
Un beso.
Preciosa novela, preciosa película y por supuesto preciosa reseña Rosa. Es una obra tan profunda, tan clarividente y tan libre que en cualquier formato ya sea literario o visual es una maravilla. Te dejo este texto en el siguiente link que seguro disfrutarás mucho: https://www.tribunaavila.com/blogs/el-jardin-de-hercules/posts/flores-edenicas-de-virginia-woolf Un beso y feliz mes de julio.
ResponderEliminarPrecioso texto, en efecto. Voy a volver a ver la película y me fijaré más en las flores que aparecen. Hace ya varios años que la vi por última vez y creo que, en esta ocasión, tras escribir esta entrada, la disfrutaré mucho más.
EliminarMe tiene subyugada la sensibilidad de Michael Cunningham y su forma tan poética de escribir, ocultando y desvelando, dejando al lector pistas, pero sin inmiscuirse en su propia capacidad de interpretación. Es como si escribiera levemente, dejando letras difusas para que las termine de marcar el que lee.
Realmente, esta es toda una historia en cualquier formato.
Un beso.
Ohhhh Qué bonita entrada de Virginia Woolf, la adoro. Tengo que decir que sí lo he adivinado!! Ahora estoy leyendo Mujeres que compran flores, y han hecho referencia a Woolf con tener una habitación propia!
ResponderEliminarUn besito :))
Bueno, más que sobre Virginia Woolf es sobre Michael Cunningham, pero no cabe duda de que la fuerza de la autora llega a devorar esta historia sin que Cunningham haga nada por impedirlo.
EliminarCuando leí "La señora Dalloway" quedé impresionada por su sencillez y por toda la complejidad que tal sencillez encierra. "Las horas" no es una novela sencilla (tampoco es difícil de leer), pero es impresionante.
No he leído "Una habitación propia", pero espero no tardar en hacerlo. Ya nos contarás qué tal "Mujeres que compran flores"
Un beso.
Hola Rosa.
ResponderEliminarMe pasó como a ti y vi primero la peli y después leí la novela.
Has hecho una reseña genial.
Besos.
Gracias, guapa. Me alegro de que te haya gustado. Haciéndola me he dado más cuenta, si cabe, de lo maravillosa que es la historia.
EliminarUn beso.
Ese fragmento que has seleccionado, describiendo una clara y veraniega mañana neoyorquina, como si limpiara toda la decrepitud arrinconada entre los rascacielos... es una delicia!
ResponderEliminarAhí se ve lo lejos que puede llegar un buen escritor con unas pocas palabras.
Tendré en cuenta a M. Cunningham.
De la Woolf ya está todo dicho, una maestra.
Un fuerte abrazo Rosa!
Las flores y la limpia mañana hacen una mezcla en la que apetece zambullirse tanto en Cunnigham, con la comparación con el agua azul turquesa de la piscina, como en Woolf, con esa mañana que les van a repartir a unos niños en la playa.
EliminarHay tanta sensibilidad (y sensualidad) en ambas obras que se me ponen los pelos de punta de tanta belleza. Como también me pasó en Florencia ante el conjunto de la catedral, creo que padezco el síndrome de Stendhal, ja, ja.
No dejes pasar a Cunningham.
Un beso.
Coincido con Paco, sensacional fragmento. Recuerdo "Las horas" por la película, pero nunca había considerado la novela que hay detrás. Excelente propuesta para el mes de julio, Rosa.
ResponderEliminarUn abrazo.
Pues si la película es buena, la novela, por lo que recuerdo (la leí en 2003), es deliciosa. Pero es que Michael Cunningham es delicioso en sí mismo.
EliminarOs lo recomiendo a todos porque creo que os ha de gustar.
Un beso.
Creo que me leeré antes el libro, aprovechando que tampoco vi la película. Me encanta esta sección en la que vuelcas en la entrada más las sensaciones, los recuerdos y las emociones que te dejó la lectura. Los detalles se olvidan, la pasión sentida queda y eso le da un encanto especial. Aparte, por supuesto, de todo lo que aprendemos de ti respecto a los clásicos.
ResponderEliminarY reconozco que la vista se me ha ido a esa próxima reseña de James Ellroy. Un fuerte abrazo!!
¡Ay, David, no sé cuando terminaré "Seis de los grandes"! Ni siquiera sé si lo terminaré. Nunca me había pasado con Ellroy al que admiro y del que he leído unas cuantas cosas con mucho gusto. Pero esta novela se me está haciendo muy cuesta arriba. Leo un poquito de vez en cuando. Llevo con ella más de un mes, pero es que está hacha a base de frases cortas como disparos, mezcla muchísimas cosas, hay cantidad de personajes y son más de setecientas páginas. Ya te contaré.
EliminarYo siempre creo que es mejor leer primero el libro, aunque, en este caso, me dio igual porque ambas cosas son tan buenas, que las disfruté ambas mucho.
Desde luego que son recuerdos de sensaciones porque este, en concreto, lo leí hace quince años.
Un beso.
Oooh, esta reseña llena de emociones me puede Rosa, y lo sabes, y además "Las horas" soberbia película, me imagino que la novela será superior. Ese trabajo de las tres actrices, las tres damas en tiempos diferentes me pareció tan sublime. Por destacar un detalle, la mejor interpretación de Nicole, de esa escritora, Virginia, mostrando sus problemas bipolares, su lucha, su incomprensión. Qué decirte de esa Meryl como Clarissa contemporánea, cercana a nosotros. Bueno compañera un regalo, como siempre y disculpa mi acercamiento siempre de puntillas a tus conocimientos literarios. Un beso
ResponderEliminarPues Juliane Moore como Laura Brown, está alucinante. Es una actriz a la que conocí en una preciosa película titulada "Vania en la calle 42" y me quedé prendada de ella. Nadie hace mejor el papel de esposa y madre entregada, a la vez que frustrada en los Estados Unidos de mediados del siglo XX (otra película donde lo muestra es "Lejos del cielo").
EliminarNicole Kidman está maravillosamente caracterizada hasta el punto de que no parece ella y si no lo hubiera sabido, jamás la hubiera reconocido.
De Meryl Streep, nada se puede añadir.
La novela es muy buena. Yo creo que mejor que la película, aunque la película es tan buenísima, que es una osadía por mi parte afirmar tal cosa. Creo que me pierde mi amor a la literatura por encima del que le tengo al cine.
Un beso.
Interesantísima esta reseña, al igual que la trama de la novela. No he visto la película, por lo que, por curiosidad, he buscado en la página de Filmaffinity. Un estupendo elenco y una estupenda crítica. Si tenemos que aplicar aquí también el hecho habitual de que la novela supera a la versión cinematográfica, entonces estamos realmente ante una obra que merece la pena ser leída.
ResponderEliminarUn abrazo.
No dudes que merece ser leída, pero tampoco te pierdas la película, aunque, como siempre, recomiendo primero leer el libro. Una maravillosa historia alrededor de ·
Eliminar"La señora Dalloway" y el mundo de Virginia Woolf en tres momentos del siglo XX. Una original idea que Michael Cunningham lleva a cabo con su genialidad de siempre. Imprescindible si hay algo que lo sea.
Un beso.
Hola Rosa,
ResponderEliminarEn mi caso no he leído el libro, ni tampoco he visto la película, pero con una entrada tan bonita, dan ganas de hacer ambas cosas.
Me apunto primero la lectura. ¡A la lista! :)
Un beso.
Yo creo muy acertado leer primero el libro. La película es muy buena, pero como complemento del libro queda mucho mejor.
EliminarYa nos contarás.
Un beso.