"La mujer en la ventana". A. J. Finn.

Empecé a leer esta novela por la interesante reseña que leí en el blog "La morada del búho lector". La reseña se titulaba "Agorafobia y cine" y ya el título me resultó muy atractivo. En dicho blog se mencionaban muchas de las películas que aparecen en la novela, y son películas de las que conformaron mi amor por el cine cuando era todavía una niña. Esa fue una de las causas que me decidió por este libro. Está, por supuesto, "La ventana indiscreta", pero hay tantas más que sería largo y no muy razonable tratar de enumerarlas todas o tan siquiera la mayoría. Por eso me limito a citar las dos que me parecen a mí más relacionadas con la novela (o tal vez a las que tengo más cariño; creo que tenía doce o trece años y ya había visto ambas): "La sombra de una duda" y "Luz que agoniza".
Anna Fox hace muchos meses que no sale de casa. Algo que desconocemos, pero que iremos descubriendo poco a poco, la mantiene separada de su marido y de su hija, aferrada a un caos de merlot y pastillas, y sin poder siquiera asomarse al umbral de la puerta de su casa. 
Las únicas visitas que recibe son las de su psiquiatra, el doctor Julian Fielding, y las de su fisioterapeuta y ya amiga, Bina; sus únicos entretenimientos son ver cine clásico en blanco y negro, jugar al ajedrez on line y participar en un foro llamado Agora, para personas con problemas similares al suyo. Además de participar actúa de terapeuta y ayuda para la gente que se conecta, y es que Anna es psicóloga "A cualquier hora, a todas horas, hay al menos un par de docenas de usuarios registrados, una constelación repartida por todo el mundo [...] confesé a otro usuario que era psicóloga y se corrió la voz". Así es que ahora, con el apodo de medicoencasa, Anna da consejos, publica manuales de supervivencia y ayuda a otras personas a superar aquello de lo que ella misma no puede salir.
También tiene un inquilino, David, que ocupa el sótano de la hermosa casa de cuatro plantas, sótano incluido, en la que vive Anna. Es un inquilino amable y bien dispuesto, que la ayuda en las tareas domésticas y de mantenimiento general, aunque Anna nunca le ha visto sonreír. David también oculta un oscuro pasado que habrá que ir descubriendo.
Pero el entretenimiento más frecuente de la mujer es vigilar a los vecinos a través de las ventanas. Conoce las historias, más o menos inocentes, de cada uno de los habitantes de las casas que entran en su campo de visión. Sabe de los Miller, los Takeda, los "Wassermanes", los Gray cuya madre es anfitriona de un club de lectura al que a Annne le gustaría pertenecer y del que sabe, por su página Web, que la lectura del mes es "Jude el oscuro" "Yo también lo he leído, imaginando que formo parte del grupo y que engullo tarta de café (no tengo ninguna a mano) y bebo vino (de eso sí dispongo). «¿Qué opinas de Jude, Anna?», me preguntaría Christine Gray, y yo diría que me parece bastante oscuro".
Ahora han llegado unos nuevos inquilinos al 207. Son un matrimonio de mediana edad y su hijo adolescente. Y como el espionaje no se limita a observar por la ventana con el objetivo de su Nikon, sino que también espía por Internet, en cuanto se publica la escritura de venta, sabe que sus "nuevos vecinos son Alistair y Jane Russell; han pagado tres millones cuatrocientos cincuenta mil dólares por su humilde morada. Google me cuenta que él es socio de una consultoría mediana, anteriormente ubicada en Boston. De ella no se puede averiguar nada; a ver quién escribe el nombre «Jane Russell» en un motor de búsqueda y encuentra algo no relacionado con la famosa pin-up y actriz"
A pesar de no salir de casa, Anna se relacionará con los miembros de la familia Russell, sobre todo con la madre y el hijo, Ethan. La relación de amistad con ambos se mantendrá hasta que una noche Anna observa por la ventana algo que cambiará su alterada vida, desestabilizando aún más su frágil estado anímico.
Mientras, sigue con sus actividades habituales (cine, foros, espionaje) que alterna con sus recuerdos en los que iremos descubriendo su pasado y los hechos que la han llevado al estado en que se encuentra, a alejar de su lado a su marido e hija y a que el psiquiatra le diga que restrinja lo más posible sus conversaciones con ellos. 
La veremos debatirse ante la duda de lo que es real y lo que ha podido ser elaborado por su propia imaginación distorsionada por la mezcla de alcohol y medicamentos que ingiere sin demasiado control. Llegará a dudar de todo y a desconfiar de todos, incluso de su propia cordura bastante comprometida. Y nosotros, con la ayuda de Julian, el psiquiatra, y de Little, el inspector de policía, iremos transitando por la historia y no sabremos muy bien hasta donde el autor va a jugar con nosotros al juego de los espejos hasta despistarnos totalmente y conseguir que ya no sepamos qué es lo que leemos, qué es lo que imaginamos y hasta dónde podemos seguir pensando que hacemos pie en esta historia.
"La mujer en la ventana" es una novela que engancha e intriga. Está escrita con corrección y de una forma muy directa, con frases cortas que son como venablos directamente dirigidos a la imaginación y la curiosidad del lector. Para ser una primera novela, es una obra muy lograda que recrea de forma muy certera el ambiente asfixiante en el que se desenvuelve la protagonista, la incertidumbre ante las buenas intenciones de los personajes, amigos o enemigos, la niebla creada por sustancias que alteran su percepción de la realidad; con un personaje que llega a meterse en nuestra piel, o nosotros en la de ella, y que, en todo caso, llegamos a entender y a adorar, pero...
Pero hay detalles previsibles que una espera que la sorprendan saliéndose de lo esperado, y que tristemente terminan respondiendo a lo previsto; el final es un tanto abrupto y no se corresponde con las expectativas creadas que requerirían un final más elaborado y original; hablando del mismo final, el que se llega a prever en un momento dado (el que yo llego a prever al menos), hubiera sido mejor que el que finalmente resulta aunque hubiera sido anticipado por el lector.

A. J. Finn (foto de Alejandro García de "La Voz de Galicia")
A. J. Finn, a sus treinta y ocho años, ha sufrido los inconvenientes de padecer una enfermedad que no le fue diagnosticada hasta 2015. Tratado de una depresión durante quince años fue cuando le diagnosticaron el trastorno bipolar que realmente padece, cuando empezó a sentirse mejor y entonces "quería explorar lo que había vivido, pero no escribir sobre la depresión porque es algo muy deprimente. Así que decidí escribir sobre un personaje que tuviera experiencias parecidas a las mías". En el mismo artículo de "La Voz de Galicia" nos explica por qué se decidió por el Thriller "Es el género que más me gusta y padecer un trastorno como el mío te puede hacer sentir como si vivieras en un thriller: nunca sabes lo que te va a pasar al minuto siguiente ni cómo vas a sentirte. Crecí leyendo esos libros y viendo cine negro, hice mi tesis doctoral en Oxford sobre Patricia Highsmith y trabajé diez años como editor, sobre todo de novelas criminales. Llevo ese género en la sangre".

Título del libro: "La mujer en la ventana"
Autor: A. J. Finn
Traductor: ANUVELA
Editorial: Grijalbo
Año de publicación: 2018
Año de publicación original: 2018
Nº de páginas: 544


Comentarios

  1. Conocía la existencia de esta novela, pero no me atraía en absoluto al pensar que bien podía ser una copia o versión de segunda clase de esas obras que tuvieron su éxito cinematográfico y que mencionas al principio. Leído lo leído, sin embargo, se me antoja ahora lo suficientemente interesante como para arriesgarme a leerla, jeje. Lástima ese final abrupto y no suficientemente bien elaborado, al que haces mención. Parece que las novelas, como las personas, no son perfectas, siempre tienen algún defecto. Y, al igual que me ocurre con las personas, lo que menos soporto de una novela es que sea sosa y aburrida, jajaja.
    Agradezco esta reseña por haberme hecho cambiar de opinión.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Tal vez soy muy quisquillosa con los finales y resulta que no es mi tan abrupto ni tan flojo, pero creo que cuando una novela tiene una trama que promete tanto, se compromete a cumplir y hacer un final apropiado. En esta creí que iba por unos derroteros, luego fue por otros, llegó a algo muy usado, pero en el último momento le dio un toque algo distinto. En fin, si la lees ya me contarás.
      A pesar de todo lo dicho, teniendo en cuenta que es una opera prima, está bastante bien.
      Un beso.

      Eliminar
  2. La había dejado pasar, pero ahora, después de leerte, me han entrado ganas de leerla, parece una novela totalmente adictiva.
    Besos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Creo que te gustará. A pesar de las pequeñas objeciones que le pongo, está bien y engancha.
      Espero que la disfrutes.
      Un beso.

      Eliminar
  3. La única pega que le encuentro yo a esta novela que hoy nos traes es ese final abrupto pero aún así parece que es intrigante y engancha, de modo que aún así con ese final, me atrae, de modo que me haré con ella.
    Besos y buen fin de semana.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Como le digo a Josep María, igual es manía mía, porque el los últimos tiempos ese fallo se lo he visto a varias novelas. Como no puedo explicarme mejor para no destripar la historia, así tiene que quedar.
      Lo que te puedo asegurar es que engancha.
      Un beso.

      Eliminar
  4. Hola Rosa, para mí sospecho que esta novela puede resultar deliciosa por su temática tan cinematográfica aunque 544 páginas me parecen a todas luces excesivas en mi manera de entender la literatura y quizás de ahí pueda venir ese final abrupto que has descrito.

    P.D. Luz que agoniza de CuKor es muy grande.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Miguel en ese aspecto, es el paraíso de los amantes de vine negro de los 40 y 50. Se menciona tal cantidad de películas que me arrepiento de no heberlsd apuntado. La mayoría las he visto, pero hay algunas que no.
      Como vienen en cursiva, igual pego un repaso y hago una lista.
      Sí lo lees, haz tú la lista y me la pasas 😂😂
      Un beso

      Eliminar
  5. Hola Rosa,
    Primero de todo, me parece súper bien que un autor decida a mostrar parte de su experiencia, ya que no solo eso lo ayudará a él, sino a los muchos que lo leerán y puedan sentirse identificados. Hacer visible todo aquello que estigmatizamos conlleva normalidad y cercanía.
    Como Miguel, creo que contiene muchas páginas... pero no lo dejaré pasar, me guardo el enlace.
    Sobre el argumento me recuerda un poco a una película que hizo Sigourney Weaver, hace muchos años: Copycat.
    Le deseo que tenga mucha suerte.
    Un beso, y feliz fin de semana.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. No he visto esa película de Sigourney Weaver pero me gusta mucho la autora, así es que tomo nota de ella. La enfermedad del personaje, no creo que tenga mucho que ver pero es una forma de transmitir una situación de desequilibrio y percepción trastocado de la realidad.
      A pesar de que tiene muchas páginas se lee muy bien.
      Un beso.

      Eliminar
  6. Así, de buenas a primeras, ese aislamiento de la protagonista, encerrada en casa, me ha recordado a la gran poeta norteamericana Emily Dickinson, que decidió recluirse en la casa paterna los últimos 15 años de su vida, y a penas salía de su habitación, ya sé que son dimensiones diferentes, una es real, la otra ficticia… pero me ha venido ella a la cabeza.

    Ayy, los finales literarios, darían para toda una tesis doctoral, los hay de todos los “colores”. Tengo en mente algunos que me gustaron especialmente, recuerdo uno del escritor holandés Cees Nooteboom en “La historia siguiente”, sublime.

    Supongo que una larga reclusión, el aislamiento, distorsiona la percepción de la realidad, pues el paso del tiempo es una referencia que queda trastocada… por eso me impresiona la capacidad mental que atesoran las personas (no todas imagino) para soportar secuestros de larga duración.

    Bueno, pues con la novela ya veré… pero esas dos películas que citas al principio, de Hitchcock y de Cukor, tienen una pinta estupenda, tomo nota.
    Buen finde y un abrazo, Rosa.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pero Emily Dickinson lo había elegido voluntariamente y podía dejarlo cuando quisiera. El personaje de la novela padece agorafobia y por más que lo intenta, no puede salir.
      La reclusión forzada o voluntaria puede suponer un trastorno de la percepción de la realidad, pero en este caso, es el trastorno el que lleva a la reclusión enfermiza.
      No he leído "La historia siguiente" pero apunto. Buenos finales nunca sobran.
      ¿No has visto esas dos películas? Son grandiosas. No lo dejes más. Cine del de siempre, el clásico, el mejor.
      Un beso.

      Eliminar
  7. Hola Rosa interesante la propuesta aunque en algún momento leyéndote he sentido agobio en esa reclusión que tanto puede ser física como mental. Después al leer el final que el autor ha querido mostrar parte de su propia experiencia vital con su trastorno bipolar lo he entendido. El autor habla de thriller, a mi me parece más un carrusel emocional en el que tan pronto se está muy arriba como abajo en el fondo, muy en el fondo y eso puede hacer que la vida se perciba de extremos. Lo anoto.
    Y sí los finales son realmente complejos, en mi caso hay veces que he tenido la sensación que el escritor es como si tuviera prisa por terminar la obra o que se decide por el final más sencillo, no sé si qué es para hablar largo rato de ello.
    Besos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. El personaje tiene agorafobia más que trastorno bipolar y mentalmente, salvo merlot y pastillas, se mantiene relativamente consciente de la situación y en algunos momentos muy lúcida, pero sí que es asfixiante el ambiente que se crea.
      El final, me ha resultado flojo, pero me ha pasado tantas veces que ya pienso que igual es cosa mía.
      Un beso.

      Eliminar
  8. La verdad que la novela, o al menos tu reseña, huele a cine negro del clásico. Lástima ese final. A veces es preferible ser previsible en aras de no restar coherencia ni calidad al conjunto. Yo a veces perdono finales que no me satisfacen plenamente si el resto de la novela me ha aportado mucho, pero, claro, en una novela que se basa en la intriga y en meter el gusanillo por cómo se resolverá, es más difícil ser benevolente con un final fallido.
    Besos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. De verdad que el final que yo preveía, me hubiera gustado más que el que finalmente resulta, pero lo cierto es que tal y como va la historia, ni uno ni otro. Requería algo más rompedor. Y es cierto que se le perdona, a pesar del género, por el resto de la historia y por ser una primera novela. Si escribe una segunda, estaré dispuesta a perdonarle menos.
      Y sí, rezuma cine negro por todas partes.
      Un beso.

      Eliminar
  9. Hola!! Gracias por seguir nuestro consejo.leer el libro y mencionar nos! !! 😍😍😍😍 a nosotras nos encanto el libro y la mención de las sesenta y cuatro películas. Si no nos falla el recuento.jeje! Gracias por tu reseña y sino fuera porque el libro que leimos era de la biblioteca publica.me lo llevaba a la cama!! Abrazosbuhos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias a vosotras por darme a conocer esta novela. Aun con las pequeñas objeciones que le pongo, me ha gustado y la he disfrutado. ¿Habéis hecho lista de películas? A mí no se me ocurrió hasta el final. Si la tenéis, ¿me la podéis enviar? Me encantaría.
      Un beso.

      Eliminar
  10. Aunque ya había leído sobre esta lectura algunos comentarios, me echaba para atrás el que algunos decían que tiene similitud con La chica del tren, lectura que a mí personalmente no me gustó. Sin embargo esas referencias al cine me atraen enormemente. Ya ves que me plantea algunas dudas, y que con tanto que tenemos para leer, no sepa muy bien si decidirme, si lo hago ya te contaré Rosa.

    Abrazos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. A mí me ha gustado más que "La chica del tren", que tampoco fue mucho de mi agrado.
      Pero claro, eso es cuestión personal. Yo creo que esta es mucho mejor.
      Un beso.

      Eliminar
  11. Leo en tu blog la reseña de esta novela. Me quedo pensando un poco y caigo en que es el mismo titulo de una película que no hace tanto vi en Netflix. La película en verdad me gustó; está dirigida por Joe Wright, director de quien vi hace ya tiempo "Anna Karenina". La historia de Anna Fox me atrapó. Su problema de bilateralidad explica su disociación mental y su confusión entre la realidad y lo imaginado. Viéndola y sin saber que se basaba en una novela evidentemente me recordaba a "La ventana indiscreta" de Hitchcock aunque los casos de los fisgones ventaneros sean muy distintos.
    Dices que en la novela todo se precipita al final y que el relato es muy previsible en algunos momentos, si bien el final te vino a sorprender y casi casi hubieras preferido que respondiese más al que habías imaginado. En fin, Rosa, estas cosas pasan (ja, ja...)
    No s
    e si habrás visto la peli de Wright; si no haz por verla, más que nada para que puedas comparar.
    Un beso

    ResponderEliminar
  12. Hola, Rosa. yo no leí el libro pero he visto no hace demasiado la peli que han hecho basada en él y protagonizado por Amy Adams. La actriz está fabulosa en ese papel y resulta aún más teniendo en cuenta que estamos acostumbrados a verla como princesa Disney y similares. Aquí en el papel de una alcohólica y adicta con ágorafobia resulta desconcertante, por el cambio de registro y porque la historia lo es en sí misma. Ahora lo malo es que no recuerdo cómo terminaba y voy a tener que buscarla y ver ese final que resultaba terrorífico y sorpresivo, creo, a partes iguales. Aunque veo que ati no te moló demasiado. No sé si la peli es tan fiel al libro, pero me gustó.
    Un beso.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Con tus comentarios reflexionamos, debatimos y aprendemos más.

Lo más visto en el blog este mes

"La buena letra" Rafael Chirbes

"Tan poca vida" Hanya Yanagihara

"Mujer en punto cero" Nawal El Saadawi

"Golpe de gracia" Dennis Lehane

Tres eran tres 33

"Del color de la leche" Nell Leyshon

"El ancho mundo" Pierre Lemaitre

"Propios y extraños" Anne Tyler

"La sal de todos los olvidos" Yasmina Khadra

"La hija del optimista" Eudora Welty