"La retornada" Donatella di Pietrantonio

"A los trece años ya no conocía a mi otra madre.
Subía con trabajo la escalera de su casa con una maleta incómoda y una bolsa llena de zapatos revueltos. En el descansillo me recibieron el olor a fritura reciente y una espera. La puerta no quería abrirse, desde dentro alguien la sacudía sin una palabra y trajinaba con la cerradura. Vi agitarse una araña en el vacío, colgada del extremo de su hilo".
Siempre me han llamado mucho la atención, y me han sumergido en una incómoda incertidumbre, esas noticias de niños que tras vivir años con una familia de acogida, cuando no conocen otra, de pronto son devueltos por un juez a su familia biológica, generalmente compuesta en exclusiva por la madre. Me estremece la indefensión del niño, generalmente pequeño, que no entiende, que no sabe, que lo único que percibe es que se le arranca de un entorno seguro, feliz y conocido para echarle en brazos de una mujer a la que no conoce y encajarlo en un ambiente hostil por desconocido. Y luego pienso en la madre, muy joven normalmente cuando lo tuvo, que por razones múltiples (pobreza, drogadicción, alcoholismo, falta de madurez...) se vio obligada a renunciar a su hijo, cuando no directamente despojada de él. ¿Se la debe obligar, ya superados sus problemas y deseosa de recuperar al hijo, a renunciar a él para siempre por un error o una situación injusta de su juventud?
Ya sé que la casuística es muy variada y no se puede generalizar y hay que analizarla caso a caso y no soy yo la más indicada para hacerlo, pero he oído tales simplezas hablando de asuntos tan serios, que siempre me causa mucha incertidumbre este tipo de situaciones. Es por eso por lo que cuando leí una reseña de este libro, me hice con él (no es difícil, se publicó hace alrededor de un  mes) y no he tardado nada en leerlo. No obstante, no es el tema expuesto hasta aquí del que trata la novela, o no exactamente.
La narradora (nunca llegamos a saber su nombre) tiene ya trece años cuando es devuelta a su familia biológica por la familia que la crió desde que tenía seis meses. Esta no es una familia desestructurada, ni con problemas extraños. No está muy sobrada de recursos, pero consta de cinco hijos, aparte de la protagonista y dos de ellos son más pequeños. Vinieron más niños, pudieron quedarse con ella.
Viven humildemente, tienen necesidad de muchas cosas: algún espacio más para separar las habitaciones de los hermanos, un poco más de comida para que no haya que competir por ella y no se quede con hambre el más lento o el más torpe o el menos agresivo... pero enseguida intuimos que no ha sido una cuestión de recursos lo que hizo que la narradora viviera alejada.
La perplejidad va a ser la nota predominante durante un tiempo en la recién llegada y en sus recién descubiertos hermanos.
"–¿Qué es tuyo? –sintió curiosidad.
–Un tío lejano. He estado con él y su mujer hasta hoy.
–Entonces, ¿tu madre quién es? –preguntó desalentada.
–Tengo dos. Una es tu madre.
–A veces hablaba de una hermana mía mayor, pero yo no la creo mucho".
Quien así pregunta es Adriana, tres años menor que la narradora. Para Adriana su hermana es como uno de esos mantras repetidos en las familias a los que dejamos de hacer caso de tanto escucharlos sin que nunca se traduzcan en nada; una hermana mayor mencionada por una madre a la que tampoco nadie hace mucho caso.
Ella (la llamaré Ella de ahora en adelante, a falta de otro nombre) lo ignora casi todo. No sabe por qué fue apartada de sus verdaderos padres y hermanos y no sabe por qué ahora la devuelven a ellos. Le dijeron que su familia de verdad la reclamaba, pero enseguida ha visto que allí nadie la echaba en falta.
Aunque cuando se fue de casa acompañada por su padre adoptivo, el carabinero, su madre estaba enferma. Tal vez es que no puede hacerse cargo de ella hasta que se cure y entonces volverán a buscarla. "A saber cómo se encontraría mi madre. Si ya había vuelto a comer, si se levantaba más a menudo de la cama. O si estaba ingresada en algún hospital, en cambio. No había querido decirme nada de su enfermedad, seguro que no quería asustarme, pero la había visto sufrir en los últimos meses"
Ella, empezará a adaptarse a su nueva vida, encontrará el cariño de Adriana y del pequeño Giuseppe, el benjamín de la familia que enseguida la prefiere a su propia madre para encontrar consuelo a sus desdichas de bebé; la simpatía de Vinzenzo, el mayor de todos, desbordado por esa hermana adolescente que le ha salido de repente; la incomprensible animadversión de Sergio y de el otro, los otros dos hermanos mayores.
Tendrá que renunciar a las clases de ballet, a la playa, a la casa espaciosa, limpia y con un cuidado jardín, a todo lo que disfruta una hija única y querida de unos padres a los que no les falta de nada. Tendrá que renunciar, sobre todo, a los mismos "padres" de los que nunca se ha separado, los que la han querido, protegido y constituido desde siempre su universo afectivo.
Se encontrará con dos madres en sus afectos, la de verdad, esquiva a ratos e indiferente por momentos; la adoptiva, desaparecida entre las brumas de un teléfono que nadie descuelga y una casa que está deshabitada; "Una me había dado con su leche aún en mi lengua, la otra me había devuelto a los trece años. Era hija de separaciones, parentelas falsas o calladas, distancias. Ya no sabía de quién provenía. En el fondo tampoco lo sé ahora".
Se irá haciendo a su nueva vida y a su nueva familia; a compartir alegrías y tristezas; al cariño y aceptación de unos, al rechazo de otros y a la indiferencia del resto, pero cuando lo interprete desde la edad adulta en la que nos cuenta la historia y en la que se pone en ocasiones para dirigirse al lector, se dará cuenta de que el rechazo o la tibia aceptación no han sido en balde; todo deja huellas. Y una de ellas es la vergüenza, la vergüenza de no pertenecer a ciencia cierta a nadie, de haber sido rechazada en dos ocasiones y no saber cuál de los rechazos fue más injustificado, porque llegará saber, y nosotros con ella, las causas que tuvieron sus dos familias para mandarla lejos, pero nos costará entender, y a ella con nosotros, las causas del abandono aunque seamos capaces de ver las motivaciones.
Y a base de vergüenza se irá inventando unas razones paralelas. "Empezaron así los años de la vergüenza. Ya no me abandonaría, como una mancha indeleble encima, un antojo de vino en la mejilla. Construí un cuento posible para justificar ante los demás, profesores, compañeros de colegio, a la familia ausente que no veían a mi alrededor"

Donatella de Pietrantonio
El tono, la cadencia, el ritmo, todo ello me ha recordado otras novelas italianas: "La amiga estupenda" de Elena Ferrante o "De acero" de Silvia Avalone, se me ocurren ahora aunque sé que hay alguna otra que no logro rescatar de la memoria; y me doy cuenta de que todas tratan de chicas adolescentes en algún momento más o menos temprano de la segunda mitad del siglo XX. 
Me gusta mucho cómo está escrita "La retornada"; tiene frases y párrafos muy hermosos, pero de vez en cuando se escapa un error sintáctico, no una incorrección, sino algo que no es muy habitual en castellano, que no termina de sonar bien, que chirría en medio de la armonía sencilla de la narración. Lo achaco a la labor traductora.
Otros dos detalles me llaman la atención: ¿Por qué uno de los hermanos mayores no tiene nombre? ¿Por qué siempre es "el otro"? Están Vincenzo, Sergio y "el otro". No llego a descubrir la razón. 
La segunda cosa que me sorprende es la enorme sensatez con la que se desenvuelven las dos niñas, sobre todo Adriana que con sus diez años, se muestra de una madurez asombrosa. Claro que luego pienso que hay ambientes en los que la madurez temprana es una estrategia de supervivencia. Adriana conducirá a la narradora a través de un paisaje que le es extraño y un tanto hostil. Pero aun así no logro evitar que me parezca un tanto fuera de lugar el lenguaje con el que esta niña se enfrenta a la vida.
Errores, no obstante, que no son excesivos como para disuadir a nadie de leer una novela muy recomendable.

Título del libro: "La retornada"
Autora: Donatella di Pietrantonio
Traducción: Miguel García
Editorial: Duomo Ediciones
Año de publicación: 2018
Año de publicación original: 2018
Nº de páginas: 256

Comentarios

  1. Ya había leído alguna que otra reseña que me había hecho querer leerla, por lo que la tengo bien apuntada.
    Besos

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    1. Pues ya nos contarás. A mí me ha resultado muy interesante y además se lee muy bien y está muy bien escrita y con sencillez.
      Un beso.

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  2. Es un tema duro aunque no obstante por la reseña parece merecer la pena, de modo que tomo nota
    Besos

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    1. Sí que merece la pena. Es un tema duro, pero te la recomiendo porque se lee muy bien. Te gustará.
      Un beso.

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  3. Había visto opiniones muy dispares sobre este libro, pero ahora ya tengo muy claro que disfrutaría con esta historia desgarradora de Ella (a falta de un nombre propio mas concreto) y su adaptación a la nueva vida que se le presenta contra su voluntad. Besos

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    1. La verdad es que yo solo leí una reseña y me sentí atraída por el libro. No he visto nada más sobre ella.
      Es una historia curiosa y poco convencional. Si te animas me gustará leer tu reseña.
      Un beso.

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  4. Yo tampoco llego a digerir y comprender el sistema de 'padres de acogida', ese vaivén del niño o niña de un hogar a otro debe de ser difícil de asumir y mucho más de entender.
    Esos pequeños fallos a los que aludes (lenguaje inapropiado para una niña de pocos años, por mucho que unos maduren en determinados ambientes) creo que me supondrían un lastre en la lectura. Llevo muy mal que el tono narrativo de los personajes no sea el adecuado, me descolocan y siento que aquello que estoy leyendo no es creíble.
    Creo que esta la dejo pasar.
    Gracias por tu crítica.
    Un besote.

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    1. Es un tema muy complejo. Desde luego el niño está mejor con una familia que en una institución, pero es cierto que luego ser sacado de la familia tiene que ser un gran trauma. En fin, como digo, cada caso es para analizar por sí solo.
      De todas formas esta novela no es ese el tema que trata, lo que pasa es que tampoco quiero destripar la trama.
      Lo de la falta de coherencia entre la edad y la forma de expresarse es quizás el mayor fallo del libro, pero yo lo he disfrutado igualmente.
      Un beso.

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  5. Hola Rosa, me parece una apuesta muy atractiva pero también me gusta que en tu reseña destaques los errores o ciertas extrañezas como no poner nombre físico a algún protagonista.
    En lo personal, me hubiera parecido redondo que la novela se hubiera titulado 'Los años de la vergüenza', en consonancia a lo que citas del lenguaje tan rico de la autora italiana. Respecto a la traducción y supongo que por deformación profesional, encuentras algunos pasajes chirriantes que yo de un modo como simple aficionado, también he encontrado en algunas traducciones que sencillamente no me han sonado bien.
    Un beso y feliz semana lectora.

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    1. Lo de las traducciones siempre es desconcertante. Cuando encuentras ciertos fallos en un libro traducido siempre te preguntas si son de la traducción o del original. Este libro está muy bien escrito, pero en tres o cuatro momentos alguna frase me ha chirriado y no por defectuosa, sino por el orden de las palabras que no suele ser habitual en castellano. Yo lo he achacado a la traducción.
      En todo caso es una novela recomendable.
      Un beso.

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  6. Es un tema que plantea muchas preguntas y la mayoría me parecen muy difíciles de resolver. El desarraigo en la infancia deja cicatriz, entiendo la dificultad para encontrar el registro adecuado y supongo que lo importante es el resultado final, que el lector se crea la historia y la disfrute. Si lo consigue, me parece una novela recomendable.
    Un abrazo.

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    1. Pues ambas cosas se cumplen. La historia es creíble (salvo ese lenguaje de las niñas excesivamente maduro para su edad) y yo la he disfrutado.
      El tema es espinoso y creo que cada caso es un tema en sí mismo. Este concretamente, termina siendo un caso bastante curioso y poco usual. Al menos la devolución de la niña a sus padres biológicos, no es por causas previsibles.
      Un beso.

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  7. Buf vaya tema, muy complicado y en el que cada caso es un mundo. Recuerdo que me explicaron que se devuelve a muchos niños adoptados y pensé en esas pobres criaturas abandonadas (por los motivos que sean) por sus padres biológicos que pasan nuevos abandonos, todo eso debe lastimar su autoestima ya de por sí dañadas. Respecto a las familias de acogidas, me parece (en el caso de las buenas familias de acogida) muy generoso abrir el hogar a esos niños que necesitan estar en otro ambiente que no el de los centros de acogida. Y qué duro tiene que ser para esos acogedores. Es un tema muy duro y en el que hay demasiados fallos en el sistema.
    El libro lo apunto aunque no sé para cuándo.
    Besos

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    1. Sabía que alguna adopción se echaba para atrás por arrepentimiento de los padres adoptivos, pero nunca pensé que fueran muchas. hay gente que adopta un niño por capricho. Me imagino que es lo que le falta a su vida aburrida. Es como quien se compra un perro. Cuando uno se cansa lo abandona en una gasolinera. Al niño se le devuelve al sitio de donde vino. Son niños doblemente repudiados y eso tiene que dejar marcas muy visibles.
      Por contra, esas familias de acogida que se hacen cargo de niños que saben que no se van a quedar con ellos a mí también me parecen admirables.
      No obstante, el caso de este libro es diferente a todo lo que estamos acostumbrados a ver.
      Un beso.

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  8. Desde luego, estremece pensar en las traumáticas experiencias de esos niños, como padre de dos niñas, de siete y dos años y medio, uno siempre está sensible con estas cosas. La verdad es que la vida es una aventura complicada, incierta... todo puede cambiar de golpe y plumazo.

    Obviamente esos "peros" que pones a la novela no la convierten en una obra redonda (uff, es que eso está reservado a muy pocas), pero tu conclusión final es que ha merecido la pena leerla, tener la sensación de que para nada has perdido el tiempo con un libro, ya es un premio notable.

    Un fuerte abrazo, Rosa ;)

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    1. Es cierto que cuando se tienen hijos todo ese abandono y rechazo se entiende mucho peor. Cierto que la vida es una aventura. Llegas aquí y te puede tocar la cara o la cruz de la moneda sin que hayas hecho nada para merecer ni una cosa ni otra. Hay niños que desde que nacen están abocados al desastre.
      La novela tiene sus peros y, por supuesto, no es una obra redonda, pero como dices, eso es privilegio de unas pocas y con todo lo que leo no puedo pretender que todo sea una obra maestra. Esta novela es interesante y se lee muy bien. Para nada ha supuesto una pérdida de tiempo y la he disfrutado, así es que lectura recomendable.
      Un beso.

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  9. Una novela que aborda un tema doloroso. Todo lo que afecta tragicamente a la infancia lo es. En este caso las familias de acogida son una solución para dar una oportunidad al menor, pero es una situación difícil de asumir, primero para los padres que deben entregar a su hijo, luego para el niño, tanto en su ida como en su vuelta, y que duda cabe que también para esa familia que lo ha criado como su propio hijo.
    La novela se presenta interesante aunque me ha llamado la atención, no sé si se explica, que la familia a la que regresa tuviera cinco hijos más, tanto mayores como menores. ¿Por qué ella fue la elegida para darla en acogida? Imagino que esa será una de las preguntas que se hará.
    Excelente reseña, Rosa. Un abrazo!!!

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    1. El caso de esta novela no es el caso típico de padres que no pueden o no saben hacerse cargo de su hijo y lo dan en acogida o se les quita la custodia. Es algo que ahora ya no pasa, pero hace años era algo más frecuente. Yo he conocido casos (no cuento porque en ambos abandonos radica la intriga que puede tener la novela).
      Lo que es más original y nunca lo había visto son las causas por las que es devuelta de nuevo a su familia biológica. Eso es propio y exclusivo de esta historia.
      pero lo que más me ha gustado, no es la intriga, sino los sentimientos de los personajes.
      Un beso.

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  10. Hola.
    Me resulta de lo más apetecible pero me pasa comoa Kirke, lo de los diálogos inapropiados me descolca y descentra.
    Besos.

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    1. Yo le perdono lo de los diálogos porque el resto me ha compensado. Sí es cierto que continuamente me imaginaba a las dos niñas con dos o tres años más de los que tenían, pero no me ha restado disfrute.
      Un beso.

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  11. Tal vez no sea la temática que más me motiva, pero desde luego tu reseña me ha seducido y creo que me haré con él, se me ocurre que estas vacaciones que empiezo en breve puede ser buen momento para una lectura así. Gracias.
    Saludos.

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    1. Pues es un buen libro para unas vacaciones, porque se lee con facilidad y aunque la historia puede resultar dura, no lo es tanto como para amargarnos el tiempo libre.
      Con esta novela o con otras, disfruta de tus vacaciones.
      Un beso.

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  12. me lo pongo en pendientes! gracias como siempre! besitos!

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  13. Hola Rosa,
    Primero te iba a poner que no me la apuntaba. La historia me parece muy dura y yo con el sufrimiento de los niños no puedo, se me encoge el corazón. La huella emocional que dejaría una vivencia así es muy destructiva.
    Pero como siempre tus reseñas envuelven y entran unas ganas terribles de leer y leer. No sé, la verdad, creo que lo dejaré en posibles lecturas.
    Un beso, y feliz tarde.

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    1. Tampoco resulta tan dura, no creas. La niña tiene doce años y, como digo, muestra una gran madurez (quizás demasiada), pero ello hace que sea capaz de asumir lo que le pasa con unas dosis de entendimiento y adaptación que serían imposibles en un niño pequeño. Pero la huella la lleva consigo, lógicamente. Esa vergüenza de la que habla y que seguramente la perseguirá siempre.
      Un beso.

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  14. Hola, Rosa. He llegado a aquí tras tu visita.
    Este libro lo he dejado pasar porque las opiniones estaban encontradas. A algunos el final le parecía forzado; otros, ponderaban la historia pero se les hizo algo cuesta arriba.
    Igual, por aquí no ha llegado aún.
    Gracias por la reseña.
    Un abrazo.

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    1. Yo solo leí una reseña y era bastante favorable. Solo le achacaba una cierta falta de emotividad, pero yo creo que es consciente. La autora creo que más que emocionar al lector, lo quiere hacer partícipe de la situación de una forma lo más objetiva posible. El personaje cuenta su vida sin dramatismos.
      me interesó sobre todo el tema por lo que, a pesar de la objeción de la reseña, decidí que tenía que leerla. Desde luego, no me arrepiento.
      Un beso.

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  15. Pues me has dejado intrigada respecto al motivo por el que las dos familias abandonan a esa muchacha. Por otra parte debe de ser terrible sentirse abandonada no solo una sino dos veces, ese sentimiento de no-pertenencia, esa falta de raíces. El amor de los padres casi me atrevo a decir que es el único incondicional y crecer sin ese sostén debe de ser muy duro y marcar toda la vida. Son terribles los casos reales de niños criados por familias de acogida que luego han de regresar (muchas veces en contra de su voluntad) con la madre biológica. ¿Ha de primar la estabilidad del niño? ¿No tiene derecho la madre biológica a una segunda oportunidad? ¿No tiene también derecho el niño a conocer a su familia biológica? Muchas respuestas para las que no hay una única respuesta y ninguna perfecta. Respecto a la novela, la estoy viendo mucho y de momento siempre con opiniones positivas. Pero de momento la pongo en cuarentena y ya veré más adelante si me decido a leerla.
    Besos

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    1. Pues ya digo que el motivo por el que los padres la entregan con seis meses es algo no inusual hace años (esta novela se ambienta en los años setenta) y en ciertos ambientes. Las causas por las que es "retornada" ya son únicas e inimaginables.
      Los casos reales a los que estamos acostumbrados por las noticias sugieren todas esas preguntas que haces: los derechos del niño a la felicidad, a la estabilidad, a conocer a sus padres biológicos... pero también está el derecho de la madre biológica a rectificar (si en algo falló; a veces es la pura falta de recursos lo que las hace separarse de los niños, y el colmo es cuando les retiran la custodia por no tener esos recursos en lugar de proporcionárselos). Demasiados derechos, a veces contrapuestos y que se anulan mutuamente. No quisiera yo ser el juez para decidir sobre esos temas. Y esto me trae a la cabeza la genial novela de Ian McEwan, "La ley del menor".
      Un beso.

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  16. Hola Rosa! Vi este libro el otro día reseñado, y era más o menos lo mismo que tu explicas. Mi comentario entonces fue: “pero qué crueldad de padres adoptivos”. Tienes razón, no se puede juzgar ninguna situación sin haberla vivido. En estos temas, los casos se deberían revisar de forma exclusiva, es demasiado difícil :’(
    Muy buena reseña guapa! Un besito! :*

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    1. Hay situaciones de todo tipo y la de estos padres adoptivos es cuando menos curiosa en cuanto a las motivaciones que les llevan a deshacerse de una niña a la que criaron durante doce años.
      Juzgar desde fuera es fácil, lo difícil es ponerse en cada caso y encontrase con cada casuística particular y ser capaz de decidir.
      Un beso.

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  17. Un tema, el del abandono o la adopción, con mucho dramatismo y que para un niño (o niña en este caso) de corta edad puede resultar traumático al ser despojada de esa familia que ha ejercido de padre y madre para retornar a un hogar al que no debió abandonar y que ahora le resulta hostil. Los avatares infantiles siempre se me antojan muy novelescos, por lo que no es extraño que esta novela resulte atrayente y agradable de leer.
    Muchas gracias por esta reseña, Rosa.
    Un beso.

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    1. Es que la indefensión de los niños hace que todo lo relacionado con ellos, sobre todo si es negativo (sufrimiento de un modo u otro), lo sintamos con más profundidad, con mucha más empatía, mucho más dramatismo, como dices. La vulnerabilidad, la falta de conocimiento sobre lo que les ocurre y el porqué les ocurre hace que sus vivencias nos resulten mucho más impresionantes.
      La protagonista de esta novela más que niña es ya adolescente, pero el sentimiento de abandono es intenso.
      Gracias a ti. Un beso.

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  18. Hola! Una reseña muy buena! Yo lo leí (tengo reseña en mi blog) y la verdad es que me gustó bastante, y coincidimos en muchas cosas, hay momentos muy tristes, y sobre todo me gustó la hermana menos, impresionante! He estado un rato pensando en que hermana se llama Andrea, jaja, es que en mi libro se llama Adriana. Un besote, te espero en mi blog si te apetece, tengo nueva entrada!

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    1. Ja, ja, en tu libro se llama Adriana y en el mío también. Mis despistes son épicos y estos dos nombres siempre los confundo.
      Corrijo y me paso a leer tu reseña.
      Adriana me pareció demasiado madura para sus diez años. Eso es algo que me chirrió un poco en el personaje, como digo en la reseña. Las dos hermanas hablan y actúan como si tuvieran tres años más cada una, y de hecho, yo así las imaginaba.
      Un beso.

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