"Absurdamente" Antología del absurdo, Vol 1" Pedro Fabelo
Pensé hacer la reseña de este libro junto a los otros dos volúmenes de "La Antología del absurdo" de Pedro Fabelo, pero como soy dada a saltar de un tipo de lectura a otra, de un autor a otro, de un género a otro, creo que igual tardo un poco en seguir con la antología y no quiero dejar pasar más tiempo para comentaros este libro que en palabras del autor "va de un total de 28 cuentos cortos y relatos escritos en clave de humor absurdo con cierta propensión hacia la ironía y el sarcasmo. Todos los cuentos aquí reunidos han sido previamente publicados en el blog personal que el autor —o sea, yo— mantiene activo en Internet". Por cierto, por si alguien quiere visitar dicho blog, dejo aquí el enlace:
Nos cuenta también el autor —o sea, él—que escribir es lo que más le gusta y que, por lo tanto, a pesar de lo difícil del asunto, pretende vivir de la literatura, aunque pase algo de hambre e incluso sed. Encomiable tarea a la que yo no me atrevería a dedicarme porque siempre me ha gustado la seguridad de un sueldo a fin de mes y me encanta comer a las horas y beber cuando me apetece. Dice que su principal objetivo es "entretener y divertir al lector, y, una vez conseguido esto, invitar a la reflexión". Y a fe que lo consigue. Entretiene y divierte, pero sobre todo, y no después sino a la vez, hace reflexionar sobre la vida y sus absurdas circunstancias. Hay mucho humor en estos relatos de Pedro Fabelo, hay ironía y sarcasmo, pero la única burla que se permite es hacia sí mismo, porque su humor es inteligente y fino. Como me he visto declarando estos días en algún que otro lugar, ya ni recuerdo dónde, el único humor que me vale es el que sirve para reírse de uno mismo y de las circunstancias de cada cual. La burla hacia terceros me parece miserable y de gente con poca catadura moral y psicológica.
Ya en "Humor absurdo", el primer relato, a modo de conjuro, con el pretexto de un hombre (que es él mismo) aquejado de desidia y desgana por la vida, nos habla de un medicamento en comprimidos llamado Humor absurdo. Es un medicamento para personas aquejadas de lo que la médica llama Sobreexposición a la realidad, una dolencia mucho más frecuente de lo que podría parecer y de la que hay que protegerse. Yo creo que ser consciente de la realidad propia y ajena es algo bueno; saber que el mundo no es un reality show de Tele 5, sobre todos ciertos mundos situados en otros hemisferios o en otros barrios, es necesario para no pecar de papanatismo buenista. Sí, un poco de consciencia es buena, pero sobreexponerse a esa realidad, darle más vueltas de la cuenta, dejar que nos haga perder la perspectiva de lo que de bueno, por poco que sea, puede tener la vida, es muy peligroso.
Cuando leemos el prospecto de Humor absurdo, encontramos indicaciones muy precisas acerca del para qué, cómo, quién debe tomarlo, pero me ha parecido sobre todo interesante el cuándo, porque es un cuando que cada vez es más frecuente. Vean si no:
"—Sensación de que hay demasiados hijos de puta en el mundo.
—Sensación de que, pase lo que pase, esos hijos de puta siempre salen ganando.
—Sensación de que si bien los hijos de puta son muchos menos que nosotros, “ellos” están mejor organizados y saben manejarse mejor en el sucio juego de la vida.
—Sensación Gatopardo, es decir, «Que las cosas a veces han de cambiar para que sigan exactamente igual que siempre»".
Entre los efectos del medicamento está el perder el miedo a vivir y el promover la risa y hasta la carcajada. Yo, que no le tengo mucho miedo a vivir, preferiría que quitara el miedo a morir, cosa que finalmente también hace porque ante el absurdo, el humor, el optimismo y demás sensaciones que se nos transmiten, todo se enfrenta con otro talante y por un momento, hasta la muerte nos da risa.
Los relatos son muy variados y en ellos se encuentran situaciones absurdas de todo tipo. Después de recetarnos el Humor Absurdo, sigue con "El otro tío" donde vemos a un pobre hombre abandonado en la Luna desde 1969. Cincuenta años lleva allí escribiendo poesía y preocupado por la cantidad de correo que se le estará acumulando en el buzón. Está también "Sala de espera", una descripción de pacientes en una sala de espera. "SUJETO 2. Varón. 60-65 años. Parece un clon del anterior sujeto. Empiezo a sospechar que los fabrican en serie, como a las lavadoras en una gigantesca cadena de montaje o los políticos corruptos en las Asambleas Nacionales de los partidos políticos". Varios sujetos hablando de sus males: el tiempo que hace que no evacuan, quién tiene la memoria más perdida, cuál es el que peor duerme. Todo ello mientras el narrador se desespera y lee el libro de Yasutaka Tsutsui, "Hombres salmonela en el planeta porno". En "El (otro) proceso", se juzga a un funcionario por desempeñar su trabajo con seriedad, eficiencia y rapidez, dejando en evidencia a sus compañeros y frustrados a los usuarios que no tienen de qué quejarse.
Eso por poner solo algunos ejemplos porque hay historias para todos los gustos: historias de espías en el más estricto sentido, con la CIA y la KGB; una de Tarzán y Jane en la que Jane, como siempre instruye a Tarzán; hay políticos y extraterrestres, o más bien políticos extraterrestres; un Rumpelstikin muy bien dotado; uno que odia la Navidad; Rafie el plasta, que es tan plasta que nos cuenta cómo "Tom Wilkins, el carnicero, se subió a un árbol para esconderse de mí. El pobre hombre perdió el equilibrio y cayó de espaldas. ¡Menudo mamporro se dio contra el suelo!"; una pareja que discute quién quiere más a quién con un final... inesperado; un Supervillano que odia el humor y es Registrador de la Propiedad. Y así hasta veintisiete relatos (si no he contado mal que bien podría ser).
Hay cuentos largos como "Polvo de Estrellas" y otros tan cortos que con una página sobra la mitad como "La película de su vida". Hay relatos para todos los gustos, pero todos con mucho humor absurdo; absurdo como estilo de humor no como adjetivo que lo califique, porque es un humor muy incisivo y que pone muchas cosas de manifiesto y, por lo tanto, útil, muy útil. Útil para ponernos ante nuestras propias contradicciones y las de la vida que llevamos en general, útil para que sepamos reírnos de nosotros mismos y útil para divertirnos y entretenernos mientras leemos los relatos. Como disfruta y se divierte y sufre Pedro mientras escribe porque cómo también él mismo nos dice: "Me gusta escribir porque me pone contento. Y también triste. Y eufórico. Y melancólico. Me gusta escribir porque siento, deseo, necesito hacerlo. Me gusta escribir porque odio, detesto, abomino de la realidad que me ha tocado vivir".
Ya en "Humor absurdo", el primer relato, a modo de conjuro, con el pretexto de un hombre (que es él mismo) aquejado de desidia y desgana por la vida, nos habla de un medicamento en comprimidos llamado Humor absurdo. Es un medicamento para personas aquejadas de lo que la médica llama Sobreexposición a la realidad, una dolencia mucho más frecuente de lo que podría parecer y de la que hay que protegerse. Yo creo que ser consciente de la realidad propia y ajena es algo bueno; saber que el mundo no es un reality show de Tele 5, sobre todos ciertos mundos situados en otros hemisferios o en otros barrios, es necesario para no pecar de papanatismo buenista. Sí, un poco de consciencia es buena, pero sobreexponerse a esa realidad, darle más vueltas de la cuenta, dejar que nos haga perder la perspectiva de lo que de bueno, por poco que sea, puede tener la vida, es muy peligroso.
Cuando leemos el prospecto de Humor absurdo, encontramos indicaciones muy precisas acerca del para qué, cómo, quién debe tomarlo, pero me ha parecido sobre todo interesante el cuándo, porque es un cuando que cada vez es más frecuente. Vean si no:
"—Sensación de que hay demasiados hijos de puta en el mundo.
—Sensación de que, pase lo que pase, esos hijos de puta siempre salen ganando.
—Sensación de que si bien los hijos de puta son muchos menos que nosotros, “ellos” están mejor organizados y saben manejarse mejor en el sucio juego de la vida.
—Sensación Gatopardo, es decir, «Que las cosas a veces han de cambiar para que sigan exactamente igual que siempre»".
Entre los efectos del medicamento está el perder el miedo a vivir y el promover la risa y hasta la carcajada. Yo, que no le tengo mucho miedo a vivir, preferiría que quitara el miedo a morir, cosa que finalmente también hace porque ante el absurdo, el humor, el optimismo y demás sensaciones que se nos transmiten, todo se enfrenta con otro talante y por un momento, hasta la muerte nos da risa.
Pedro Fabelo |
Eso por poner solo algunos ejemplos porque hay historias para todos los gustos: historias de espías en el más estricto sentido, con la CIA y la KGB; una de Tarzán y Jane en la que Jane, como siempre instruye a Tarzán; hay políticos y extraterrestres, o más bien políticos extraterrestres; un Rumpelstikin muy bien dotado; uno que odia la Navidad; Rafie el plasta, que es tan plasta que nos cuenta cómo "Tom Wilkins, el carnicero, se subió a un árbol para esconderse de mí. El pobre hombre perdió el equilibrio y cayó de espaldas. ¡Menudo mamporro se dio contra el suelo!"; una pareja que discute quién quiere más a quién con un final... inesperado; un Supervillano que odia el humor y es Registrador de la Propiedad. Y así hasta veintisiete relatos (si no he contado mal que bien podría ser).
Hay cuentos largos como "Polvo de Estrellas" y otros tan cortos que con una página sobra la mitad como "La película de su vida". Hay relatos para todos los gustos, pero todos con mucho humor absurdo; absurdo como estilo de humor no como adjetivo que lo califique, porque es un humor muy incisivo y que pone muchas cosas de manifiesto y, por lo tanto, útil, muy útil. Útil para ponernos ante nuestras propias contradicciones y las de la vida que llevamos en general, útil para que sepamos reírnos de nosotros mismos y útil para divertirnos y entretenernos mientras leemos los relatos. Como disfruta y se divierte y sufre Pedro mientras escribe porque cómo también él mismo nos dice: "Me gusta escribir porque me pone contento. Y también triste. Y eufórico. Y melancólico. Me gusta escribir porque siento, deseo, necesito hacerlo. Me gusta escribir porque odio, detesto, abomino de la realidad que me ha tocado vivir".
Título del libro: Absurdamente. Antología del absurdo Vol 1
Autor: Pedro Fabelo
Editorial: Autoedición
Año de publicación: 2015
Año de publicación original: 2015
Nº de páginas: 118
Veo que sigues animándote a leer relatos y disfrutando de ellos y no sabes cuánto me alegro. Desde luego, las historias recogidas en este libro a priori parecen disparatadas pero, si se piensa bien, la vida o más bien nuestro comportamiento es absurdo muchas veces.
ResponderEliminarBesos
Cada vez les pillo más el punto a los relatos y veo lo mucho que se puede contar con pocas palabras.
EliminarEn la vida es todo tan azaroso que termina resultando un absurdo que nos demos tanta importancia cuando estamos aquí por pura chiripa. Como especie y como individuos, solo la casualidad nos ha puesto en este mundo con lo que todo resulta como para no tomárselo demasiado en serio.
Un beso.
Leer a Pedro Fabelo, a sido una de las mejores cosas que me han pasado, un libro con mucho humor que merece la pena, y todavía tengo pendiente los otros dos volúmenes que tengo pendientes y que prometo leer.
ResponderEliminarEscribir no es fácil y vivir de ello tampoco, pero desde luego ya un escritor se puede sentir satisfecho y orgulloso de haber llegado a los lectores, no quizás en el numero que a él le gustaría pero lo importante es que hay alguien que ha leído el libro y a disfrutado con él y eso eso lo mas importante de todo. Todo un descubrimiento Fabelo que sin duda merece la pena leer.
Un beso y feliz domingo.
Yo también leeré los otros dos. Son libros con los que te ríes y con los que piensas muchas cosas y te das cuenta de lo ridículo que es muchas veces el comportamiento humano.
EliminarVivir de la literatura es privilegio de unos pocos, como el amor ja ja. Lo importante es ser capaz de escribir lo que te gusta y hacerlo bien. Pedro, desde luego, sabe.
Un beso.
Entre otras cosas, el humor descifra con asombrosa facilidad la complejidad de la realidad, y rebaja la grandilocuencia que de forma tan pomposa otorgamos a muchos aspectos de nuestra existencia... Nos pone en nuestro lugar, el humor es imbatible en esto.
ResponderEliminarSi abrirse camino en la literatura es complicado, apostar por ella en clave de humor es casi como saltar sin paracaídas, pues hay que sortear no pocos prejuicios.
Mucho ánimo a Pedro, y una enriquecedora mirada la tuya, Rosa, sobre este libro.
Beso.
Ciertamente, el humor nos pone en nuestro sitio al hacernos ver lo ridículo de nuestra prepotencia y de muchos de nuestros comportamientos y preocupaciones. Cuando el humor lleva las situaciones al extremo empezamos ver lo absurdas que llegan a ser. Creo que ese es el mayor valor del humor inteligente. Por supuesto abomino del humor chabacano y grosero que no me dura ni dos líneas ni tres segundos si de televisión se trata.
EliminarTriunfar en literatura es mucho más fácil con novela que con relato y, creo que con relatos de humor aún es más difícil.
Un beso.
hola! pueden gustarme, un poco de absurdo y muchas risas! si que si, lo llevo! gracias, saludosbuhos.
ResponderEliminarHumor absurdo u risas es lo que tiene este libro, aunque menos risas de las que pudiera parecer y mucha más reflexión.
Eliminaros gustará.
Un beso.
El Fabelo es mucho Fabelo, yo lo he dicho siempre. Desde que lo leí por primera vez en su blog. El humor de lo absurdo uno de mis preferidos junto con el inteligente y el irónico.
ResponderEliminarCreo que como lectura desengrasante de otras muchas, es contundente.
Besos.
Yo también tengo como humor favorito es irónico e inteligente. No soy de risa fácil, pero cuando me río lo hago muy a gusto y suele ser con humor fino. Siempre preferí a Tip y Coll antes que a Chiquito de la Calzada (de humoristas actuales estoy totalmente al margen).
EliminarMuy buena lectura, como dices, para desengrasar.
Un beso.
¡Hola!
ResponderEliminarLo tengo en mi lista desde tu primera reseña, así que espero poder leerlo pronto.
Muy feliz semana.
Esta es mi primera reseña. Creo que igual te confundes con Kirke que ya ha reseñado los tres volúmenes.
EliminarYa nos contarás si lo lees.
Un beso.
Inteligente y original. Me has despertado la curiosidad, Rosa. No lo conocía y voy a buscarlo. Me ha encantado lo de morir de hambre y a veces de sed 😄
ResponderEliminarTiene relatos muy inteligentes y divertidos. Me alegro de que tu curiosidad esté alerta gracias a mis palabras y creo que el libro te gustará.
EliminarUn beso.
Querida Rosa,
ResponderEliminarSaludos. Soy yo. Pedro Fabelo. El tío ese de la foto con la gorra estilo Gatsby que parece una mala copia de Brian Johnson, el cantante de AC/DC. Además de emular a Mr. Johnson, en mis ratos libres también me gusta escribir cosas. Pero no cosas normales, no. Más bien cosas absurdas. Aunque, si lo piensas, ¿no es la vida algo absurda en sí misma?
Lo primero que me gustaría hacer es darte las gracias. Bueno, lo segundo, ya que lo primero ha sido hablar sobre mi gorra y lo absurdo de la vida. Aunque, ahora que lo pienso. gorra y vida son dos conceptos; o sea, que darte las gracias sería lo tercero que estaría haciendo. Uff, lo siento. Las matemáticas siempre se me dieron fatal. Debería volver a verme los episodios de Barrio Sésamo donde salía el conde Drácula contando cosas.
Como tú muy bien señalas, uno de mis principales objetivos al publicar mis libros es divertir y entretener al lector, y, una vez hecho esto, invitarles a reflexionar. También pretendo hacerme rico, extraordinariamente rico, y poder invertir parte de mi fortuna en hacer que los sombreros para caballeros se vuelvan a poner de moda, como en los años cuarenta y cincuenta del siglo pasado, la conocida como "Edad de oro de los calvos".
Vivir de la literatura no es fácil. Nada fácil. De hecho, yo no vendo muchos libros, lo cual me impide poder vivir de lo que escribo (y tener una nutrida colección de buenos sombreros). Pero, y eso es algo que me enorgullece poder decir, los pocos libros que consigo vender me regalan algo por lo que muchos autores matarían: buenas palabras hacia mi trabajo. Saber que lo que haces gusta, es maravilloso. No paga las facturas, pero te animan un mal día.
Leer tu reseña me ha alegrado el día; casi tanto como un delincuente a Clint Eastwood en el papel de Harry el Sucio. Así que, y esto sí que lo digo en serio, te doy las gracias, Rosa, por esta maravillosa sensación que me has regalado en el día de hoy.
También quisiera agradecer a tus lectores los ánimos y las buenas palabras hacia mi trabajo. Si alguno de vosotros, o vosotras, o vosotres, decide pasarse por mi blog, que sepa que estaré un tiempo ausente, intentando hallar respuesta a una pregunta que lleva tiempo rondándome por la cabeza: ¿realmente merece la pena?
Gracias, Rosa, por este inesperado regalo. Tus palabras, cargadas de afecto y cariño hacia mi trabajo, han conseguido alegrarme el día.
Un abrazo.
Pues espero que te hagas rico riquísimo porque me encantan los sombreros de caballero y también los de señora. De hecho me encanta ver bodas reales por los sombreros (tocados creo que se llaman) de las mujeres.
EliminarMe siento feliz de haberte alegrado el día sin pistola ni rehén ni nada de nada. Yo solita con el poder del teclado (como ves, adoro a Clint Eastwood).
Gracias ti por esos relatos tan disparatados, tan divertidos y con tanto para pensar. Espero que la literatura te siga dando alegrías ya que dinero, en grandes cantidades, es difícil que dé, al menos para volver a poner sombreros de moda.
Un beso.
Ay Rosa, mira que siempre se comenta que si el autor leyera tu reseña se sentiría muy complacido y mira nada más jajajaja qué bonito mensaje te ha dejado.
ResponderEliminarYo me lo apunto porque me gusta la idea de la importancia de reírnos de nosotros mismos, en vez de los demás. Relaciono mucho este humor con la humildad. Saludos !!
Sí. Hay autores que nunca dejan de tener tiempo para acercarse a sus lectores y es muy de agradecer. Realmente, el mensaje de Pedro es muy bonito y entrañable.
EliminarEs importante reírse, pero sobre todo, es importante reírse de uno mismo. Seguro que con estos relatos disfrutas tanto como yo.
Un beso.
Hola Rosa,
ResponderEliminarOtras veces he comentado que el humor es de los géneros que me parecen más difíciles especialmente en la literatura y tengo que reconocer que Pedro lo borda, ese humor absurdo que te acaba provocando una carcajada me parece un soplo de aire fresco.
Regalé este libro a uno de mis hijos en el pasado Sant Jordi, pensé que un libro de humor podía ser una buena manera de que leyera y Pedro me envió una dedicatoria de lo más agradable y ahora hace unos días que he empezado a leerlo yo, aún no he acabado pero sí ha conseguido arrancarme risas en los pocos relatos que ya he leído.
Besos
Cuando yo lo leí lo hice despacio porque tenía entre manos varias lecturas para tertulias y un compromiso con MoonMagazine. Lo disfruté mucho y tenía que hacer un esfuerzo para volver a las otras lecturas.
EliminarComo dice Francisco, es ideal también para descansar de lecturas más duras. Te relaja y te infunde optimismo.
Seguro que te gusta tanto como a mí. Ya nos contarás.
Un beso.
Entretener y divertir debería ser el primer mandamiento para quien quiera escribir historias. Si después el lector extrae alguna reflexión bienvenida sea. Así que desde luego comparto la manera de enfocar la Narrativa de este autor. Además, propone relatos de humor que es algo muy difícil de conseguir, al igual que el miedo. Los relatos mencionados me parecen brillantes en su planteamiento así que, desde luego, tendré muy en cuenta esta fantástica recomendación. Un fuerte abrazo!!
ResponderEliminarSiempre he pensado (bueno, no siempre, pero sí desde que abandoné las veleidades intelectuales de una progre de aquellos años), pues eso que siempre he pensado que la única obligación de un escritor es crear buenas historias y contarlas bien. Que gusten o no es más subjetivo, pero una buena historia bien narrada creo que entra dentro de parámetros objetivos.
EliminarCiertamente, hasta ahí llega la obligación del escritor. Ahora bien, si la obra es buena, suele mover a la reflexión, aunque sea sin querer.
Para ti que eres escritor de relatos, seguro que es una lectura muy agradable y divertida.
Un beso.
Tiene varios elementos que no son lo mío. Entre ellos que son relatos y el humor, que no los disfruto en literatura. Lo dejo pasar en esta ocasión.
ResponderEliminarUn beso ;)
En principio, yo tampoco soy de relatos, y el género de humor, no es de mis favoritos, pero este libro y "Solo hay una clase de monos que estornudan" tienen las dos características y me han encantado. Se ve que cuando es bueno, no importa ni la extensión ni el género.
EliminarUn beso.
Hola, Rosa, soy muy rara para el humor, sea en novela o relato porque habitualmente me cuesta cogerle el punto y lo que a mucha gente le hace gracias maldita la risa que me da, pero no se porque este libro me parece que puede gustarme, tal vez porque eso del absurdo me llame, me lo apunto por si pudiera hacerme con él y ya veremos, que nunca se sabe e igual me llevo una agradable sorpresa. Besinos.
ResponderEliminarTampoco yo soy de mucho humor y también me pasa que la mayoría de las veces, cuando la gente se ríe en el cine (que es donde se coincide con la gente), me pregunto de qué se ríen. Pero se ve que Pedro Fabelo y yo tenemos un sentido del humor coincidente porque sus relatos me resultan divertidos. Cierto que por debajo, se esconden muchas cosas de la vida real.
EliminarSi te gusta el humor absurdo, Jardiel Poncela, Woody Allen o Groucho Marx, te gustarán los relatos de Pedro Fabelo.
Un beso.