"Celia en la revolución" Elena Fortún

Durante un tiempo, hace ya muchos años, identifiqué a Celia con Mariquita Pérez. Para mí eran dos productos del franquismo. El primero, en forma de libro, para enseñar a las niñas desde pequeñas a ser buenas amas de casa; el segundo, en forma de muñeca, para que fueran ensayando el papel. Tal vez por ello, nunca mostré interés en leer un libro de Celia. Con muñecas creo que no jugué mucho tiempo y, cuando lo hacía, no conocía yo a Mariquita Pérez.

He de disculpar mi ignorancia respecto a Celia (no así respecto a la muñeca, en la que estaba acertada) diciendo que yo era muy joven y que tampoco el personaje era muy famoso en la época. Luego descubrí, aunque no sabría decir exactamente cuándo, mi gran error. Elena Fortún era una mujer republicana, sin adscripciones partidistas y, probablemente, por lo que se cuenta en "Celia en la revolución", cercana a Izquierda Republicana, el partido de Manuel Azaña. Nada más alejado del rancio franquismo que llegaría a censurarla y prohibir sus libros.

Se llamaba en realidad Encarnación Aragoneses y tomó su apodo de uno de los personajes de su marido, Eusebio de Gorbea, militar de profesión, que siempre se mantuvo fiel a la República, y autor y actor de teatro por vocación. De un personaje de una de sus obras de teatro tomó Encarnación el nombre de Elena Fortún con el que ha pasado a la historia de la literatura.

Los relatos de Celia se empiezan a publicar en 1928 en el ABC. "Empiezan a aparecer entonces, 1928, sus primeros relatos de Celia en el semanario Gente Menuda, y en muy poco tiempo esos relatos la hacen célebre, al tiempo que la carrera de su marido se oscurece y opaca: «Entonces me empezó a odiar Eusebio, que siempre se había dado mucha importancia conmigo»" (Andrés Trapiello en el magnífico y detallado prólogo de la novela). No obstante, el matrimonio ya había empezado a fracasar a raíz de la muerte de uno de sus hijos en 1920 con diez años de edad.

"Celia en la revolución" es, en palabras de Andrés Trapiello "la novela que hubiera querido escribir Baroja, y no pudo: le faltó conocimiento de primera mano para hacerlo, y la que habría querido escribir Max Aub, y no supo, al estar preso él, como tantos otros, de prejuicios y «razones históricas», ya que al fin y al cabo Max Aub formaba parte de una de las dos Españas. A Elena Fortún ninguna de las dos le servía ni ella les sirvió tampoco, lo que explica en parte que esta obra tardara cincuenta años en editarse: nadie la necesitaba". También en palabras de Trapiello "es la novela de la lucha por la vida en la retaguardia, la gran novela del miedo y del hambre, sus verdaderos personajes, con un único argumento: los desgarros".

"Celia en la revolución" se terminó de escribir el 13 de julio de 1943, de lo que deja fe la autora en la última hoja escrita ("«Hoy, 13 de julio de 1943, termino de poner en borrador Celia en la revolución»"). La novela estuvo desaparecida casi hasta su publicación en 1987. Marisol Dorao, la editora del libro, en la introducción que sigue al prólogo de Andrés Trapiello, nos cuenta cómo se hizo con el manuscrito. Había oído hablar de él como algo vago e inconcreto que mencionaba el hijo de la autora y que tal vez estuviera en manos de su viuda. Cuando visitó a la anciana nuera de Elena Fortún, que vivía en Estados Unidos, esta le entregó "un bolsón lleno de papeles. —Haga que se publiquen –me pidió. ¡Y entre ellos estaba el manuscrito!".

Y sí, después del prólogo y la introducción, por fin llega la novela. Se hace esperar, pero no importa porque Andrés Trapiello y Marisol Dorao nos cuentan cosas tan interesantes y hacen un análisis tan certero de la novela y sus circunstancias que los leemos con verdadera atención, sin echar de menos el que se aparten de una vez y den paso a la historia. 
"—Se ha sublevado la guarnición de África. 
—¡Ah, bueno! –digo tranquilizándome–. Eso ha ocurrido siempre. Sublevaciones, motines, revoluciones… La historia de España está llena de… Me callo al ver la indignación del abuelito, que se ha quitado las gafas para mirarme. 
—Pero… ¿pero qué chanfainas de Historia os enseñan en esos Institutos de cuerno? ¿Es que te figuras que el pueblo da armas a sus soldados para que opine, y quite gobiernos, y ponga reyes, y ametralle al mismo pueblo?"

Es Segovia y es julio de 1936. Celia y sus hermanas, Teresina y María Fuencisla, pasan el verano con el abuelito y Valeriana, la criada de la familia. Sabemos ya, por la introducción, que la madre murió y Celia se ocupa de sus hermanas con la ayuda de Valeriana. Cuchifritín, el hermano mayor, al que también conozco por la introducción, está en Londres y el padre trabaja en Madrid. 

Lo que empezó como un verano más para tantas familias, unas vacaciones más, se complicó mucho aquel año de 1936. En Segovia, caída enseguida en manos de los rebeldes, y en casa del abuelito de Celia, las cosas no pintan bien. Acompañadas de Valeriana, las tres niñas se ponen en camino hacia Madrid para reunirse con el padre y la tía Julia. Celia se encuentra con su padre herido en el Hospital y con que la casa de su tía no es muy segura: su primo Gerardo es falangista y en Madrid, en manos del Gobierno legítimo, en julio de 1936, el peligro es evidente para cualquiera sospechoso de pertenecer al otro bando.

El mismo peligro que amenazaba al abuelito en Segovia por ser defensor de la República, amenaza en Madrid al primo Gerardo por no serlo. No se puede acusar a Elena Fortún de equidistancia. Sus simpatías republicanas, liberales y progresistas son más que evidentes. En lo que a política se refiere, basta el diálogo entre Celia y el abuelito al inicio de mi comentario sobre la novela, pero hay otros pasajes que lo ponen de manifiesto: "Quitarle a un Gobierno sus medios de defensa y volverlos contra él y el pueblo, es la más espantosa de las traiciones…". Pero el tener claras las ideas, no le impide ver la realidad y las contradicciones se acumulan ante las barbaridades que tiene que contemplar por parte de los que, en principio, deberían ser "los suyos": "A mí unas veces me parece que tiene razón papá y otras creo que es Gerardo… —Ese pueblo al que defiendes –volvió a decir el primo– está fusilando hombres de ciencia, frailes, bibliotecarios, señores sin otro pecado que ser señores…"; "cualquiera sabe quien tié la razón…! Los de las derechas y los de las izquierdas empeñaos en que tién la receta pa hacernos felices, pero en el entretanto a machacarnos los liendres a los que no sabemos ná de ná…".

El mayor valor del libro es su análisis realista de la situación. Sin dejarse llevar de partidismos, pero teniendo las cosas muy claras y sabiendo muy bien dónde está, la autora es capaz de identificar la crueldad, la violencia gratuita, la agresión injustificada, la represión brutal en uno y otro bando, a diestra y a siniestra (nunca mejor dicho); es capaz de avergonzarse de los que agitan la misma bandera que ella cuando sus actos no están de acuerdo con lo que ella se siente capaz de aplaudir. Bien es cierto, como sabemos, que las barbaridades en un bando fueron rápidamente abortadas desde el poder, mientras que en el otro se alentaron y propiciaron desde el mismo hasta muchos años después de terminada la guerra.

Después de enfrentarse al desbarajuste de Madrid, a las checas, los paseos y los fusilamientos de cada noche, y los cadáveres amontonados de cada amanecer; después de los primeros bombardeos sobre la población civil que el mundo conoció, Celia se trasladará a otras zonas de la España en guerra y será capaz de contarnos la situación en Valencia, Barcelona o Albacete, los mismos lugares que recorrería la autora por las mismas fechas. Volverá a Madrid en la época más dura del hambre, un hambre tal que la llevará a salir a comprar ratas para comer, a pesar de que las ratas andan entre los escombros de los bombardeos, a pesar de que... "Ya no quiero ratas… Claro, están tan gordas… Se habrán comido a todos los que han quedado debajo…".

Elena Fortún
Mucho he subrayado en este libro, hay reflexiones que apuntan a lo más recóndito del alma humana, a eso que no nos atrevemos a mirar de frente y preferimos ignorar, aunque en nuestro más profundo interior sabemos que está ahí agazapado, listo para salir en cualquier circunstancia propicia. Dejo, para terminar, unas muestras:

"somos salvajes… verdaderos salvajes… Todo lo que se llama civilización y cultura es un barniz clarito que se nos cae al menor empellón…".

"¡Nada une a las gentes como el odio!".

"Yo sé que el pueblo es pueblo, que es lo mismo que decir masa, y que la masa necesita unas manos que la modelen para ser algo…".

Y esta, tal vez la que más me duele: "Por saber leer no dejan los pueblos de ser masa…".

Título del libro: Celia en la revolución
Autora: Elena Fortún
Editorial: Renacimiento
Año de publicación: 2016
Año de publicación original: 1987 (terminado de escribir en 1943)
Nº de páginas: 352

Comentarios

  1. Elena Fortún es una autora muy desconocida y es una pena. Se la ha olvidado completamente. No sé si has leído "Oculto Sendero". Es una novela de tintes autobiográficos inédita hasta hace un par de años. Si no la has leído creo que te puede gustar. Muy buena reseña, Rosa.

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    1. Tomo nota de "Oculto sendero" porque una novela autobiográfica sobre la autora es lo que más me puede apetecer. Por lo que he leído en "Celia en la revolución", en el prólogo de Andrés Trapiello, su vida guarda muchas facetas muy interesantes.
      Si se ha editado hace un par de años, será fácil de encontrar. Muchas gracias por la información.
      Un beso.

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  2. Un estupenda reseña. He anotado el título. Me alegra mucho que se vayan recuperando estas autoras de la Generación del 27, las "sinsombrero". Acabo de leer la novela de Luisa Carnés, "Tea rooms" y me ha impresionado. Un saludo.

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    1. Yo acabo de leer tu reseña sobre "Tea rooms" y ya he tomado buena nota de ella. Conocía a la autora de nombre, y sabía que tenía dos volúmenes de cuentos. No conocía esta novela que me apetece mucho más. hasta no hace mucho, era muy reacia a los libros de cuentos y relatos. me voy reconciliando con ellos, pero donde esté una larga y buena novela...
      Un beso.

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  3. He leído en estos días tres libros sobre nuestra guerra civil, de tres autores diferentes pero con igual criterio de distanciamiento entre los dos bandos. Uno de ellos es precisamente de Andrés Trapiello cuyo título es "Ayer no más"
    Me parece muy interesante esta autora, valiente por escribir lo que la censura seguro tenía bastante vetado.
    Un beso.

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    1. Sabiendo lo que pasó y teniendo las cosas muy claras, yo creo que hay que distanciarse de sectarismos y, sobre todo de la violencia injusta y gratuita venga de donde venga.
      Tomo nota del libro de Trapiello. Es un escritor de mi tierra del que he leído varias cosas y todas me han gustado, aunque lo tengo abandonado hace varios años.
      Solo he leído este libro de la autora, pero sí que resulta muy interesante.
      Un beso.

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  4. Recuerdo haber leído a esta autora. Un abrazo.

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    1. Me imagino que te gustaría. Yo ya tengo otro apuntado.
      Un beso.

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  5. No he leído a esta autora, pero desde luego después de leer tu reseña resulta interesante, de modo que tomo nota, y la sumo a la nueva lista de libros que tengo para leer, ahora ando terminando una, y pendiente de leer una novela que me ha recomendado Chari y que según me dice es muy buena "Reina Roja" a ella la he enganchado, de modo que así andamos.
    Besos.

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    1. Espero que disfrutes con "La reina roja". Yo me sentí un poco decepcionada como dije en mi reseña. pero la verdad es que gustó mucho y casi todo el mundo la puso muy bien.
      Recuerdos a Chari. Hace siglos que no aparece por su blog.
      Un beso.

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  6. Es un personaje muy familiar, aunque no leí ninguno de los libros que protagoniza. Tomo nota de Celia en la revolución, que creo merece la pena leer por lo que nos cuentas en tu reseña. Besos.

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    1. Yo nunca leí nada de Celia. No suelo leer libros infantiles, pero hace unos meses en el blog de Juan Carlos Galán leí la reseña de esta novela y me sentí muy interesada. La apunté y la compré en Amazon y desde luego no me ha decepcionado en absoluto. Nada tiene de novela infantil y, aunque la protagonista empieza con quince años, es muy madura en sus reflexiones y va madurando más a medida que transcurre la novela. No hay como vivir sucesos duros para crecer.
      Un beso.

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  7. Maravillosa reseña, de un maravilloso libro que es ¡un borrador!. Lo leí recién publicado, en la edición de Aguilar, con prólogo de la profesora Marisol Dolao, que según contaba fue la persona que recibió de manos de la nuera de Encarnación Aragoneses, una bolsa llena de cuartillas escritas a lápiz y casi ilegibles.
    Comparto tus puntos de vista sobre la obra y recomiendo su lectura especialmente a todas las personas que intentamos aprender algo para escribir ;-). Como comenta la filóloga Marisol Dolao : "Elena Fortún tiene la virtud de escoger las expresiones más simples para decir las cosas más terribles." En el caso de "Celia en la revolución" es algo que está presente en todo momento, lo que hace que este libro EMDO sea uno de los más importantes, sino el que más, libros que retratan con toda su fuerza la grandeza y la miseria de la vida cotidiana tanto en la guerra como en el exilio, y en casi todos los frentes y puntos clave : Madrid, Barcelona, Valencia, Francia... Todo,.. todo,.. merece la pena, su noviazgo con el "guapo comunista, ...aquel muchacho tan alto y tan guapo al que las chicas llamaban «Gary Cooper»", su... todo, en fin, muchas gracias por dar a conocer este libro maravilloso, y haberlo hecho de forma también maravillosa. Un abrazo

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    1. Muchas gracias, Javier, por tus palabras. Me alegro de que la reseña te haya gustado. La novela es fantástica.
      Tanto la introducción de Marisol Dolao como el prólogo de Andrés Trapiello son fabulosos y sirven de maravilla para darnos el marco en el que encuadrar la historia. Yo no había leído nada de Celia y ellos me revelaron cosas y detalles que me han ayudado a entender mejor al personaje.
      Elena Fortún nos da una buena lección acerca de los acontecimientos que tuvieron lugar durante la guerra y el sinsentido de la represión en ambos bandos. Muy interesante esa "tercera España" de la que nos habla Trapiello y que la autora representa.
      Un beso.

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  8. Ya somos dos, por lo menos, las que hemos rechazado la lectura de este libro, suponiendo que debía tratarse de lecturas infantiles propias del franquismo. En mi caso, no he llegado a leerlo nunca, puesto que le perdí pronto la pista y acabé por olvidarlo.

    De manera que al leer tu interesante reseña, querida Rosa, me has sorprendido muchísimo al descubrirme la realidad de Elena Fortún, o mejor dicho, de Encarnación Aragoneses, su nombre de pila. ¡No podía sospechar ese pasado suyo republicano!, pues supuse que sería una autora de novelitas juveniles de la España rancia, en fin que gracias a ti puedo comprender mi equivocación y te lo agradezco.

    Aún no sé si me decidiré o no a anotarla en mi lista de lecturas pendientes, ya que estoy algo saturada de historias relacionadas con esa época española y no me acaba de atraer retomar una nueva. Es lo mismo que me ocurre con novelas inspiradas en la I o II Guerra Mundial.

    Un beso.

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    1. Es curioso porque en 1993 se hizo una serie de televisión con Carmen Martín Gaite en el guión. Yo sabía lo de la serie porque mi sobrina la vio muchos años después, pero nada más. El hecho de que la ideología de Elena Fortún se alejaba mucho del franquismo no lo supe hasta hace tres o cuatro años, ya con el blog en marcha y leyendo algo de ella en algún otro blog. No obstante, no me apetecía mucho leer los libros de Celia porque la literatura infantil no me atrae, pero cuando Juan Carlos Galán hizo la reseña de este libro, supe que tenía que leerlo.
      A mí las historias sobre la Guerra Civil o las dos guerras mundiales nunca me parecen suficientes.
      Un beso.

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  9. Qué buenas frases has sacado del libro. Impresionante lo de las ratas y lo peor es que a esos extremos se sigue llegando en algunas partes del planeta. Leí hace poco una novela con algo similar.

    El contexto político e histórico me resulta fascinante, de España no conozco mucho sobre las revoluciones así que conviene que me ponga en ello. Y es que las latinoamericanas han sido tantas y tan sangrientas también, que no creo que mucho me sorprenda. Pero logrará sin duda que nos identifiquemos y nos reconozcamos por lo mucho que tenemos en común con nuestros pasados, yo apenas nacía cuando se publicaba esta novela. Y tenía 2 cuando estaba en Panamá la dictadura de Manuel Antonio Noriega.

    Concuerdo con Elena Fortun, las masas son masas aunque sepan leer. Eso tumba el espejismo que nos meten a la fuerza de que la educación cambiará el mundo. El mundo se va a quedar sin analfabetas y el odio no desaparecerá por ello. El poder y las ansias por mantenerlo, hará que muchos pinten matices pero a las finales, es lo que es.

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    1. Con permiso, Encarnación Aragoneses (Elena Fortún) fue una mujer con profundas convicciones republicanas, y eso está muy presente en todo el libro. La Escuela de la Enseñanza Libre está muy presente en esa frase de “la masa necesita unas manos que la MODELEN (pongo mayúsculas para diferenciar de MOLDEEN😉) para ser algo”. Es un matiz importante, que en ningún caso puede llevar a una valoración negativa sobre el valor de la formación en el modelado (aprender de un modelo) del pueblo convertido en masa. Un proceso que se destruyó con la insurrección de una cuadrilla de militares contra el gobierno de la República Española. Por eso el libro es muy recomendable como bien señala Rosa Berros. No es un libro sobre la guerra, es sobre las gentes que fueron víctimas de esa guerra que no fue un fenómeno de la naturaleza. Hay una escena extraordinaria donde el personaje Celia, va contando la destrucción de un hormiguero y como las hormigas se reorganizan una y otra vez , que por sí sola retrata la situación.
      En resumen, recomendación de la lectura del libro, que merece la pena. Es una obra imprescindible, e impresionante sobre todo sabiendo que es un borrador, o seguramente por eso. Ya digo que leí la primera edición (sin el prólogo de Trapiello) y tal vez me haya perdido algún apunte interesante. La obra merece la pena. Un abrazo

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    2. Contesto a ambos:
      Fanny, las revoluciones suelen ser levantamientos del pueblo contra una fuerza opresora, independientemente de que luego, si consiguen el poder, los revolucionarios se transformen a su vez en opresores. Lo que pasó en España fue que el poder tradicional (ejército, partidarios de la monarquía, empresarios; o al menos parte de estos estamentos) se levantaron contra el poder legítimo de la república y contra lo decidido por el pueblo en las urnas. Fue un golpe de estado militar. Para saber un poco acerca del día a día durante la Guerra este libro es ideal.
      Javier, estoy de acuerdo con la importancia de la educación (interesante ese matiz de modelar y no moldear) y la formación y en ese sentido, La Institución Libre de Enseñanza tuvo un papel fundamental. Pero dicho esto, yo, como profesora, he pensado muchas veces en aquellos anarquistas y revolucionarios en general que pensaban que todos los males del mundo se acabarían cuando el pueblo tuviera acceso a la educación y supiera leer. Hoy todo el mundo tiene acceso a la educación, todo el mundo sabe leer y, sin embargo, la masa sigue siendo masa y el humanismo está muy lejos de llegar a todo ese mundo alfabetizado. Cuántas veces he pensado que si Durruti levantara la cabeza no se lo creería.
      El prólogo de Trapiello es muy bueno. Yo tengo la edición que venden en Amazon y ahí viene.
      Un beso a los dos.

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  10. Doler, duele, esa última frase, pero es tristemente verdad.
    Me gustan que se rescaten este tipo de libros y que se de con ello el lugar que les corresponde a sus autores. Me gusta aún más que se cuiden las ediciones y que incluyan prólogos o introducciones explicando esa otra historia de los libros aneja a su trama. Valoro mucho también el hecho de que Elena Fortún, a pesar de haber tenido sus ideas y de haber estado claramente posicionada políticamente, haya sabido ser objetiva y crítica. He estado acordándome durante toda tu reseña de Nosotros, los Rivero de Dolores Medio.
    Besos

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    1. Dolores Medio como Luisa Carnés (de ninguna he leído nada aún, aunque
      tengo obras de ambas en la estantería de pendientes), Elena Fortún, y otras varias son escritoras de las que se sabe poco y desconocidas totalmente para la mayos parte de la gente lectora o no. Por eso es importante acercarse a ediciones con buenas introducciones y prólogos que nos pongan en antecedentes de lo que vamos a leer.
      En este caso, fue fundamental para mi comprensión de muchas de las cosas de la novela.
      Un beso.

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