"Las lágrimas de Claire Jones" Berna González Harbour
"El asunto no tenía mala pinta. Una mujer había envenenado a su marido, primero poco a poco y luego descaradamente, adobando unas puntas de lomo en matarratas con tal maña de cocinera y mala suerte que el perro se encaramó a la mesa y le rapiñó una sin darle tiempo a reaccionar. El animal se la zampó en la calle y no tardó ni dos horas en ir a morir a la plaza, frente a los hombres que mataban la tarde jugando al dominó mientras las mujeres fregaban. Expiró acurrucado, entre convulsiones, con una pata posada en su hocico embadurnado. El marido le sobrevivió un par de horas más". No, el asunto no tenía mala pinta, pero había sucedido en 1954 y la presunta asesina, de seguir viva tendría ya ciento un años. Eso es todo lo que María Ruiz se encontró cuando llegó a Soria y pidió los archivos de casos sin resolver. Queda ese y porque la sospechosa despareció de la ciudad de la noche a la mañana sin dejar rastro. Eso y una meada que no se llegó a juzgar.
Cuando empieza "Las lágrimas de Claire Jones" María Ruiz se ha reincorporado recuperada ya tras su caso anterior, pero no en su comisaría de Madrid, sino en Soria, donde el nuevo Jefe Superior de la policía ha decidido sepultarla con la excusa de que allí necesitan una "comisaria sagaz". María reparte su tiempo entre el mortal aburrimiento de la ciudad y sus visitas de fin de semana a Ávila donde pasa los dos días en el hospital en el que Tomás sigue en coma.
Cuando, en el puente de la Constitución, decide ir a pasar dos días a Santander y celebrar el cumpleaños de Carlos, su amigo y mentor ya a punto de jubilarse, no se imagina que allí se va a encontrar con un caso en el transcurso del cual se va a jugar mucho más de lo que supone y se va a confirmar quién es amigo, con quién puede contar y de quién tiene que guardarse. El coche que llevaba tres meses abandonado en la zona cercana al puerto y cuyo requisamiento rutinario decidió acometer Carlos en persona animado por María, olía demasiado mal para esconder tan solo un gato muerto y restos de un ave medio acartonados. Olía tan mal que cuando María abrió el maletero a punta de ganzúa no se extrañó nada de lo que se escondía en él. "Un cuerpo encogido [...] acurrucado, como si se hubiera dormido en el lugar equivocado". La ropa y las manoletinas que reposaban junto al cadáver indicaban que había muerto en verano. En el asiento del copiloto había además un ejemplar amarillento del Times con una noticia recortada. El periódico estaba fechado en 1998.
Todo se ha complicado con ese coche para conseguir que lleve tres meses abandonado: el dueño, Alexander Jones, muerto desde 2013, y el lugar de abandono, cercano al puerto, pero sin ser territorio del puerto ni estar bajo la jurisdicción de la Autoridad Portuaria de Santander.
Carlos se hará cargo de la investigación en Santander y María echará una mano desde Soria hasta que lo complejo y apasionante del caso y su preocupación por Carlos le hace pasar de todo y largarse sin decir nada en medio de una ceremonia de inauguración con ministro incluido. A partir de ese momento, la acción se traslada a Santander y desfilarán por las páginas del libro enclaves que me son de sobra conocidos y otros que desconozco del todo. De todos los libros de la autora santanderina, este es el que más parte tiene ambientada en la ciudad. El puerto, los paseos, el Sardinero, el edificio Savoy... lugares que conozco y reconozco; el cementerio protestante del que no tenía ni idea (en muchas cosas se nota que no soy de Santander), perfectamente ubicable en la realidad de la ciudad, y un bar, más bien club de alterne, seguramente imaginario, que no consigo ubicar.
La historia transcurre en dos tiempos porque además del momento actual, con la investigación y las relaciones entre los personajes ya conocidos de otras novelas de la serie, iremos viendo la vida de Claire Jones, la hija del propietario del coche, en un pasado no muy lejano. Todo se le desmorona sin poderlo evitar mirando un móvil que se mantiene en silencio, un móvil en el que espera una llamada o un mensaje que nunca llega.
Encontramos una mujer muy joven, de unos veinte años, vulnerable y sola. Se nos muestra inestable, medicada, echándole la culpa de todo a un padre al que en realidad echa de menos y se pregunta cuando se rompió todo entre Marcos y ella. "En qué instante cayó la primera piedrecita al charco, la que había roto la quietud, quién la había tirado y por qué en lugar de generar ondas crecientes, pero paulatinamente llamadas a desaparecer, había desatado aquel tsunami en un lugar tan pequeño donde antes nadie había molestado a nadie. Le había dado muchas vueltas y había decidido que esa piedrecita la había lanzado un tal Philip Wood".
Porque Claire también nos hará partícipes de sus recuerdos, de su soledad desde que su madre desapareció y de su educación en aquel piso enorme con la única compañía del padre. También recuerda a su abuela, Mary, pero la abuela se fue de casa por la misma época en que desapareció la madre y ya solo la veía a escondidas del padre. Sola, abandonada por las mujeres que la querían desde tan niña que "cuando la abuela se fue y su presencia se volvió un acontecimiento precedido de un timbrazo y un beso en el portal, sin subir jamás, era tan pequeña que no lo comprendió. Realmente ahora tampoco lo entendía. Por la noche seguía yendo a la cama que había sido de su abuela, ahora vacía, y se metía en ella, pero eso ya no la aliviaba".
"Las lágrimas de Claire Jones" es una novela que trata un tema desconocido para la mayoría de los españoles: la intervención de los cuáqueros en la Guerra Civil ayudando a los refugiados republicanos que llegaban a Francia y paliando el hambre de la población en algunas ciudades españolas. No sería capaz de asegurarlo, pero puede que sea la primera novela en la que se nos cuenta acerca de "la misión cuáquera en Colliure, en la costa francesa, a donde llegaban miles de republicanos españoles que huían de los nacionales en condiciones atroces, hambrientos y con el frío pegado a los huesos". Nos cuenta como intentaban conseguir visados y salvoconductos para sacar al mayor número posible de españoles de las playas convertidas en campos de refugiados en los que se les había confinado. Playas como la de Argelés-sur-Mer, Saint Cyprien y otras muchas en las que los españoles republicanos huidos encontraron la miseria del hambre, la humedad y el frío que estas comunidades cuáqueras intentaban aliviar.
María Ruiz se enfrenta en esta novela a un caso apasionante que me ha tenido pegada al libro hasta terminarlo en un par de días. Resolverá este caso y resolverá el de la envenenadora de Soria, pero por el medio se verá condenada a la soledad, al destierro, a la pérdida, a recuerdos que querría que los demás olvidaran, a convivir con la idea de que pertenece a un cuerpo en el que hay individuos corruptos. María Ruiz no podrá resolver el propio crucigrama de su vida en el que se entrecruzan el pasado, el presente y un futuro que se dirime en la cama de un hospital en Ávila.
Berna González Harbour ha creado en María Ruiz a un personaje cuya personalidad se ha ido forjando a lo largo de las tres novelas que he leído. Las dos anteriores, "Verano en rojo" y "Margen de error" aparecieron en dos entregas de "Sin reseña" como suele suceder con las novelas policíacas, y más si son series. El hacer una reseña de ellas se hace difícil por lo poco que generalmente se puede contar sin destripar la trama. "Las lágrimas de Claire Jones", me ha gustado tanto que no he podido resistirme a dedicarle una entrada completa.
Título del libro: Las lágrimas de Claire Jones
Cuando empieza "Las lágrimas de Claire Jones" María Ruiz se ha reincorporado recuperada ya tras su caso anterior, pero no en su comisaría de Madrid, sino en Soria, donde el nuevo Jefe Superior de la policía ha decidido sepultarla con la excusa de que allí necesitan una "comisaria sagaz". María reparte su tiempo entre el mortal aburrimiento de la ciudad y sus visitas de fin de semana a Ávila donde pasa los dos días en el hospital en el que Tomás sigue en coma.
Cuando, en el puente de la Constitución, decide ir a pasar dos días a Santander y celebrar el cumpleaños de Carlos, su amigo y mentor ya a punto de jubilarse, no se imagina que allí se va a encontrar con un caso en el transcurso del cual se va a jugar mucho más de lo que supone y se va a confirmar quién es amigo, con quién puede contar y de quién tiene que guardarse. El coche que llevaba tres meses abandonado en la zona cercana al puerto y cuyo requisamiento rutinario decidió acometer Carlos en persona animado por María, olía demasiado mal para esconder tan solo un gato muerto y restos de un ave medio acartonados. Olía tan mal que cuando María abrió el maletero a punta de ganzúa no se extrañó nada de lo que se escondía en él. "Un cuerpo encogido [...] acurrucado, como si se hubiera dormido en el lugar equivocado". La ropa y las manoletinas que reposaban junto al cadáver indicaban que había muerto en verano. En el asiento del copiloto había además un ejemplar amarillento del Times con una noticia recortada. El periódico estaba fechado en 1998.
Todo se ha complicado con ese coche para conseguir que lleve tres meses abandonado: el dueño, Alexander Jones, muerto desde 2013, y el lugar de abandono, cercano al puerto, pero sin ser territorio del puerto ni estar bajo la jurisdicción de la Autoridad Portuaria de Santander.
Carlos se hará cargo de la investigación en Santander y María echará una mano desde Soria hasta que lo complejo y apasionante del caso y su preocupación por Carlos le hace pasar de todo y largarse sin decir nada en medio de una ceremonia de inauguración con ministro incluido. A partir de ese momento, la acción se traslada a Santander y desfilarán por las páginas del libro enclaves que me son de sobra conocidos y otros que desconozco del todo. De todos los libros de la autora santanderina, este es el que más parte tiene ambientada en la ciudad. El puerto, los paseos, el Sardinero, el edificio Savoy... lugares que conozco y reconozco; el cementerio protestante del que no tenía ni idea (en muchas cosas se nota que no soy de Santander), perfectamente ubicable en la realidad de la ciudad, y un bar, más bien club de alterne, seguramente imaginario, que no consigo ubicar.
La historia transcurre en dos tiempos porque además del momento actual, con la investigación y las relaciones entre los personajes ya conocidos de otras novelas de la serie, iremos viendo la vida de Claire Jones, la hija del propietario del coche, en un pasado no muy lejano. Todo se le desmorona sin poderlo evitar mirando un móvil que se mantiene en silencio, un móvil en el que espera una llamada o un mensaje que nunca llega.
Encontramos una mujer muy joven, de unos veinte años, vulnerable y sola. Se nos muestra inestable, medicada, echándole la culpa de todo a un padre al que en realidad echa de menos y se pregunta cuando se rompió todo entre Marcos y ella. "En qué instante cayó la primera piedrecita al charco, la que había roto la quietud, quién la había tirado y por qué en lugar de generar ondas crecientes, pero paulatinamente llamadas a desaparecer, había desatado aquel tsunami en un lugar tan pequeño donde antes nadie había molestado a nadie. Le había dado muchas vueltas y había decidido que esa piedrecita la había lanzado un tal Philip Wood".
Porque Claire también nos hará partícipes de sus recuerdos, de su soledad desde que su madre desapareció y de su educación en aquel piso enorme con la única compañía del padre. También recuerda a su abuela, Mary, pero la abuela se fue de casa por la misma época en que desapareció la madre y ya solo la veía a escondidas del padre. Sola, abandonada por las mujeres que la querían desde tan niña que "cuando la abuela se fue y su presencia se volvió un acontecimiento precedido de un timbrazo y un beso en el portal, sin subir jamás, era tan pequeña que no lo comprendió. Realmente ahora tampoco lo entendía. Por la noche seguía yendo a la cama que había sido de su abuela, ahora vacía, y se metía en ella, pero eso ya no la aliviaba".
Argelés-sur-Mer Abril de 2007 |
Berna González Harbour |
Título del libro: Las lágrimas de Claire Jones
Autora: Berna González Harbour
Editorial: Destino
Año de publicación: 2017
Año de publicación original: 2017
Nº de páginas: 352
¡Hola!
ResponderEliminarMe has vuelto a crear una necesidad. Entre la foto que pones, que me ha llenado de recuerdos, la trama...Creo que se va a "colar" y avanzará en mi lista de pendientes.
Muy feliz jueves.
Muy interesante lo que cuenta sobre los cuáqueros. Nunca lo había visto en ninguna novela y creo que es un episodio más de nuestra guerra que se debe conocer. Nunca son demasiadas las novelas y pelúiculas que tratan de esa triste etapa de nuestra historia.
EliminarUn beso.
Esta novela que reseñas me llegó por sorpresa enviada por la editorial. No tengo muy claro si leerla o no porque forma parte de una saga. Veo que leíste las dos anteriores, ¿se puede leer independientemente? Besos.
ResponderEliminarSe puede leer independientemente. Las tramas policíacas de cada novela empiezan y terminan en la novela. Pierdes algún detalle de la vida privada de la comisaria, pero sin importancia para disfrutar de la trama principal.
EliminarCreo que disfrutarás la novela.
Un beso.
Está bien que las novelas sirvan también para dar a conocer hechos poco conocidos. Se nota que has disfrutado mucho de esta historia. En mi caso el hecho de que sea parte de una serie casi hace que lo descarte a pesar de que se trata de una escritora de la que tengo buenas referencias.
ResponderEliminarBesos
Yo he tardado mucho en leerla y eso que siendo de Santander y lo bien que me habían hablado de ella, me atraía. Cuando leí la primera novela de la serie, me di cuenta de que era una serie que merecía la pena que siguiera y no me equivoqué. Con esta novela he estado muy pillada.
EliminarLo de los cuáqueros yo lo conocía por circunstancias familiares, pero es algo muy desconocido. Como siempre digo, nuestra Guerra Civil nunca deja de darnos sorpresas.
Un beso.
Pues otro que me apunto, aunque según parece forma parte de una saga, igual busco la primera. Gracias.
ResponderEliminarBesos
Si empiezas por el principio, seguirás las peripecias personales de María Ruiz que pasan de una a otra entrega, pero se pueden leer de forma independiente, aunque yo soy muy maniática y me gusta leerlas en orden.
EliminarUn beso.
hola! ya se que llego aqui a llevarme algo, aunque nunca se con que me voy a encontrar, una lectura que promete mucho, gracias rosa, abrazosbuhos.
ResponderEliminarPues esta vez has encontrado una novela interesante, y adictiva, con una trama impecable y personajes muy bien definidos.
EliminarUn beso.
Creo que la apuntaré engrosando mi lista de deseos (que viene a continuación de mis pendientes). Pero parece que hay libros anteriores porque pertenece a una serie ¿se podrá leer independiente de los otros o me estoy perdiendo de algo si leo solo este?
ResponderEliminarSaludos.
Se puede leer perfectamente de forma independiente porque las tramas son propias de cada libro. hora bien, como en todas estas series, lo que continúa de una entrega a otra es la vida privada de los protagonistas, Eso sí lo pierdes, pero tampoco es tan importante y los autores siempre intentan hacer pequeños resúmenes.
EliminarUn beso.
Hola, creo que ya hemos comentado alguna v zestas novelas de Berna Glenda.
ResponderEliminarA mi también me han gustado pero, al contrario que a ti, yo me inclino más por las dos primeras.
De ésta destacó la historia de la intervención de los cuáqueros en la guerra que desconocía; pero el personaje principal de la novela, la comisaría, me parece que se radicaliza de una forma algo más xagerada.
Tengo que leer la siguiente, que ya está en mis manos, a ver cómo evoluciona ese personaje. Un abrazo
Perdona por la cantidad de erratas. No lo repasé y el corrector hizo de las suyas
ResponderEliminarHay correctores que no se sabe muy bien quién los diseña, pero debe tener algo pendiente con la RAE y se está vengando.
EliminarA mí me han gustado mucho las tres novelas, pero tengo que reconocer que el enganche de esta ha sido superior al de las otras. Lo de los cuáqueros me ha resultado muy interesante, la trama creo que es impecable, el personaje de Claire es enternecedor, entre ingenuo y perverso... Vamos que me ha encantado.
Respecto a lo que dices de la personalidad de María y su radicalización me parece que es muy procedente porque lo que le va pasando de una a otra entrega hace que ese cambio de carácter sea lo esperable. Pobrecilla si es que le pasa de todo en todos los ámbitos. La verdad es que a mí no me chirría nada.
A ver si empiezo pronto con el cuarto.
Unbeso.
Hola Rosa no he leído ninguno y quizás lo que más me ha interesado es esa historia de cuáqueros, de aquellos que ayudaron a los repúblicanos que se retiraban y que al llegar a Francia esperaban ayuda y acabaron atrapados en miserables campos de concentración y en unas condiciones tan penosas que obligaron a muchos a regresar exponiéndose a terribles represalias por haber defendido el gobierno legítimo. Supongo que es un tema que en su momento me impactó por el miserable comportamiento y trato que no esperaba que les dispensaran y que supe a través de mis abuelos.
ResponderEliminarGracias por la propuesta.
Besos
Los republicanos que huían eran molestos, salvo cuando se unieron para luchar contra los alemanes. La primera columna que entró en París cuando se liberó la ciudad, fue la División Leclrec, y estaba formada casi exclusivamente por republicanos españoles, bajo mando francés, claro. Así les devolvimos el confinamiento en las playas. Cuando estuve en Argelés me quedé sobrecogida. Son kilómetros y kilómetros de playa e imaginarte allí los campamentos de refugiados bajo la lluvia, el viento y el frío, ponía los pelos de punta.
EliminarLos cuáqueros, además de ayudar a esos refugiados tuvieron un papel importante durante la guerra en el aprovisionamiento de víveres varias ciudades españolas, por ejemplo en Murcia.
En mi familia la guerra pilló lejos de las fronteras por lo que la estrategia fue echarse al monte, esconderse o simular la asimilación.
Un beso.
Y no obstante, en Argelés hay una placa y un monumento que conmemora a esos republicanos españoles. No me suena que haya ninguna en España. ¿No es vergonzoso?
EliminarOtro beso.
Cuando leí esta novela, mi primer contacto por cierto con la autora pero no el último, no sabía absolutamente nada sobre el tema de los cuáqueros y su implicación en la Guerra Civil y quedé sorprendida porque es un tema interesante. Besos
ResponderEliminarYo de los cuáqueros sé cosas desde siempre por las películas de la tele, en las que siempre aparecen como personas apacibles, trabajadoras y eminentemente pacifistas y altruistas. Después ya, recientemente, supe de su participación en la Guerra Civil y esta novela lo plantea muy bien, aunque tampoco sea el tema central de la misma, pero sí tiene su importancia en la trama.
EliminarUn beso.
No he leído nada de esta autora, y la verdad, me surge a mi también la duda, de si he de comenzar por las otras dos que mencionas o se puede leer independientemente esta.
ResponderEliminarEso si, estoy segura que me va a enganchar porque este tipo de genero me gusta mucho, de modo que tomo nota.
Como siempre te agradezco que mi lista siga creciendo.
Un beso.
Se pueden leer independientemente, pero si te gusta el género y no tienes demasiadas series empezadas, yo te recomendaría que la comenzases desde el principio, así irás conociendo y comprendiendo mejor a María Ruiz.
EliminarUn beso.
No me veo siguiendo las andanzas de María Ruiz, pero leo con sumo interés tus reseñas, siempre me descubren algo valioso, por ejemplo lo de los cuáqueros y la Guerra Civil española, me ha parecido muy interesante y lo miraré con más detenimiento. Es curioso que el libro te ponga sobre la pista de lugares desconocidos para ti en Santander. A Berna G. Harbour la he leído en algunas entrevistas que hacía a otros escritores, publicadas en Babelia.
ResponderEliminarBeso, Rosa.
Es una autora que colabora hace años con El País, lógicamente, en cuestiones literarias. Suelo coincidir bastante con ella en criterio y en gustos.
EliminarNo es tan raro que haya sitios de Santander que yo no conozca. Mis amigos que son de aquí de toda la vida, conocen todo rincón de la ciudad, pero los que vinimos más tarde, desconocemos muchas cosas, aunque nos parezca que no. La primera vez que oí hablar del cementerio protestante pensé que sería un espacio dentro del cementerio municipal de Ciriego (que es el de Santander y es uno de los cementerios con mejores vistas del mundo), pero resulta que no. es un enclave pequeñito, en una calle muy larga que constituye la vía central de uno de los barrios periféricos más antiguos de Santander llamado Cazoña. es un sitio que si no vas a buscarlo expresamente te pasa inadvertido.
Lo de los cuáqueros en la guerra civil es uno de los episodios más desconocidos y más interesantes de ese periodo. Mi marido quería hacer un documental sobre el tema, pero se le ha cruzado otra idea y no sé qué pasará.
Un beso.
Hola Rosa!! Tiene muy buena pinta este título, lo había visto por ahí pero no había reparado en é. Cuanto cuanta de su trama me atrae un montón. ¡Estupenda reseña! Besos!!
ResponderEliminarEste libro tiene ya un tiempo. De hecho ya está el cuarto de la serie publicado. No me extraña que te atraiga porque a mí me atrapó y lo leí en un par de tardes y poco más.
EliminarUn beso.
A través de tus reseñas voy descubriendo la existencia de mujeres detectives y policías en la literatura, un hecho que desconocía y que tenía por algo más propio de protagonistas masculinos.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho conocer esta novela y a esta autora. El argumento resulta apasionante pues soy un amante del suspense policíaco.
El papel de los cuáqueros en los campos de refugiados republicanos en Francia lo he descubierto recientemente en la última novela de Isabel Allende, Largo pétalo de mar, que es, por lo tanto, posterior a Las lágrimas de Claire Jones.
Un beso.
Hay muchas mujeres detectives, comisarias, inspectoras, gendarmes y hasta de la Garda irlandesa por esas series del mundo policíaco y, generalmente, están creadas por mujeres (aunque no en exclusiva).
EliminarTengo pendiente ese libro de Isabel Allende, que es posible que lea ahora con lo de #LeoAutorasOct y será el segundo que lea puea acabo de terminar hace unos días "El amante japonés.
Yo a los cuáqueros los conocí de niña, en una película de William Wyler titulada "La gran prueba" en la que Gary Cooper era el padre de una familia de cuáqueros. casi no recuerdo nada, pero hay una escena del principio, con todos en una especie de iglesia, que nunca se me ha olvidado.
Te recomiendo esta novela y la serie entera.
Un beso.
He seguido esta serie por orden desde que leí el primero hace ya unos años y cada vez me gusta más, creo que a medida que va avanzando las novelas aumentan en calidad, esta es mi preferida de las que llevo leídas, en casa tengo la cuarta que posiblemente lea este mes. El papel de los cuaqueros en la Guerra Civil también es desconocido para mi, ya que mis únicos conocimientos sobre ellos provienen de las películas de Hollywood. Besinos.
ResponderEliminarComo le digo a Josep María, de Hollywood me vienen a mí mis primeras nociones de los cuáqueros. Recientemente supe de su participación en la Guerra Civil y luego ya supe que se trataba en esta novela. tenía pendiente a la autora, pero la iba postergando hasta que salió "Las lágrimas de Claire Jones" y al saber de lo que trataba, empecé la serie para llegar a esta tercera entrega. Creo que no he mencionado ese detalle.
EliminarY sí, para mí ha sido la mejor y eso que las otras dos ya me habían gustado mucho. A ver la cuarta.
Un beso.
No tenía ni idea de esta saga policiaca. La verdad que su autora tiene un buen currículum como periodista internacional y colaboradora de importantes periódicos nacionales.
ResponderEliminarLa reseña tan atractiva que nos hace de su novela ha cuajado en despertarme suficiente interés como para leerla. Tanto sus personajes, como la urdimbre de su trama me resultan de mi agrado. Además el tema de los "cuáqueros" en la Guerra Civil ayudando a los refugiados republicanos en su exilio a Francia, lo desconocía y me gustaría conocerlo mejor.
Bendecidos saludos con libreta de notas incluyendo este título que por cierto ha escrito otra fémina, que supongo ha sido otro motivo más para incluirla en su iniciativa de «Leer Autoras en Octubre».
Un beso de parte de mi alter ego. (Estrella A.)
A esta autora la habría leído igual aunque no fuera octubre, pero tengo también la libreta preparada con nombres de féminas que leeré gracias a que es octubre.
EliminarEl tema de los cuáqueros es de esas cosas desconocidas que aún le quedan a los españoles Una de las causas por las que no se puede "pasar página" alegremente, y es que esa página está sin terminar de leer. Pero en este país somos especialistas en pasar páginas que no se han leído y en cerrar heridas que están sin curar. Moriremos de una sepsis y moriremos iletrados... ¡país!
Seguro que a madame y a su alter ego esta novela les gusta y les produce satisfacciones múltiples.
Mis besos más sonoros para usted y para Estrella A.
Sabes que no soy mucho de novela policíaca pero esta me la apunto porque lo de los cuáqueros me ha dejado con la boca abierta. Además, los escenarios me resultan atractivos.
ResponderEliminarApuntada queda.
Besos.
Muy atractivos los escenarios para los que los conocemos. Siempre gusta que una novela se ubique en nuestros espacios habituales. Los de Madrid lo tenéis fácil, pero los de León o Santander...
EliminarMuy interesante lo de los cuáqueros.
Un beso.
Hola, Rosa.
ResponderEliminarSe nota cuando un libro te gusta, y este por lo que se ve, mucho.
Me quedo con que se puede leer de forma independiente y me lo apunto a la lista.
Me ha gustado mucho que a parte de la trama, el personaje se encuentre con su propia encrucijada personal.
Un beso.
María Ruiz es un personaje que va evolucionando en las novelas. A ver qué pasa en la próxima porque en esta yo creo que toca fondo. Aunque nunca se sabe.
EliminarEsta novela me ha enganchado por muchas cosas, pero sobre todo, por una trama impecable.
Un beso.
Pinta muy bien la historia, aunque no he leído las anteriores, es una novela que le tengo el ojo desde que salió. Besos
ResponderEliminarYo hacía tiempo que tenía pendiente a la autora, pero si me decidí finalmente a empezar con la serie fue para leer este porque con lo de los cuáqueros, enseguida me atrajo. Iba bien encaminada.
EliminarUn beso.