Sin reseña XIV

Si el XIII puede hacer temer por la mala suerte, el XIV, al menos para mí, ha sido un número mágico desde poco antes de cumplir los veinte años. Muchas cosas me han pasado en día catorce, entre ellas, una de las más importantes, el nacimiento de mi hijo un catorce de mayo.

Pero no voy a contaros mi vida, no temáis. Es solo que ya empiezo la entrega décimo cuarta de "Sin reseña" y no podía dejar de señalar esa circunstancia.

"El caso Hartung". Søren Sveistrup.

Es esta una novela que lleva un tiempo apareciendo mucho en las redes sociales y en distintos blogs, siempre con una gran acogida.
Aparte de algunas cosas leídas, me animó con la novela el hecho de que el autor lo fuera también de "Forbrydelsen ", serie de televisión danesa en la que se basó la norteamericana "The Killing". Yo las vi las dos, más o menos a la vez. Fue una experiencia curiosa. A la vez que comparaba las diferencias en ambientación, enfoque de la historia, personajes, etc, me liaba un poco entre lo que había sucedido en una y en otra. No obstante, no llegué a confundirlas y llegué a la conclusión de que la danesa, era mejor.
"El caso Hartung" es el debut en la literatura de Søren Sveistrup que hasta ahora se había dedicado sobre todo a escribir guiones, tanto para series como para películas.
Empieza con un terrible asesinato en una granja danesa en 1989. La mujer y sus dos hijos adolescentes, han sido asesinados. Eso veremos, y algo más intuiremos, antes de pasar al presente que se inicia con otro terrible asesinato y la vuelta al trabajo de Rosa Hartung, la ministra de Asuntos Sociales que ha estado un año ausente de sus obligaciones después de que su hija Kristine fuera secuestrada y asesinada.
Conocemos a Thulin, una policía que quiere saltar de Homicidios donde los últimos nueve meses "han sido menos interesantes que un tour por el Museo de la Policía", a Delitos Tecnológicos, donde se investigan casos más interesantes. En esta ocasión le tocará trabajar con Hess, un agente que ha sido relevado de la Europol por razones que no se conocen bien. 
Los asesinatos se sucederán y pondrán en entredicho lo que se había resuelto del caso de Kristine Hartung. 
La novela resulta entretenida e intrigante, pero carece de la capacidad de sorprender. No puedo dar datos por no destripar la trama, pero hay situaciones y detalles que suenan mucho. 
¿Merece la pena leerla? Sí, si se busca entretenimiento e intriga; además está bien escrita y la trama es buena, aunque para mi gusto no está bien resuelta del todo. No, si se busca algo original y que sorprenda, aunque eso cada vez es más difícil. Y más valorable, claro.

"Quién mató a Cristián Kustermann". Roberto Ampuero.

Tenía esta novela anotada desde hace mucho tiempo, pero leyendo a Paco Camarasa en "Sangre en los estantes" volvió a saltarme desde sus páginas a poco de empezar el ensayo. El apellido del autor hace que aparezca en las primeras páginas de esa obra que es como una enciclopedia de la novela negra y criminal. Mucha de la novela negra que leeré a partir de ahora se la deberemos a ese magnífico libro de Paco Camarasa. 

"¿Quien mató a Cristián Kustermann?" es una novela escrita en el año 1993, cuando aún coleaba la dictadura de Pinochet que había terminado oficialmente en 1990, pero no todos se habían creído aquel simulacro de democracia. "¿Crees que esto es democracia? Aquí sigue mandando Pinochet, y los partidos de la izquierda trabajan a dos niveles, por lo que pudiera ocurrir".
En ese ambiente de dictadura camuflada, a Cayetano Brulé, detective privado que vive y trabaja en Valparaíso, aunque es de origen cubano y pasaporte norteamericano, le encargan encontrar a los asesinos de Cristián Kustermann. Fue asesinado hace cuatro meses cuando unos asaltantes entraron a robar en la pizzería Il Amico de Reñaca que regentaba el joven. La versión de la policía es que se resistió y le dispararon. Pero el padre de Cristián, el acaudalado  Carlos Kustermann, un empresario de origen alemán "que había amasado una fortuna con conservas y exportaciones", no está conforme con dicha versión.
La investigación llevará a Cayetano a Alemania y a Cuba y en el transcurso de la misma irá descubriendo que tras el asesinato del joven Kustermann, hay mucho más que un atraco con final desgraciado. 
Una novela bien escrita, entretenida y escarbando en una sociedad que recién empieza a salir de una de las dictaduras más duras de finales del siglo XX. 
Cayetano Brulé solo podía ser detective privado, nunca policía, y tenía que ser creado después de la dictadura o muy cerca de su fin. Según Paco Camarasa "No podía ser de otra forma. La novela negra necesita crear un protagonista con el que el lector, chileno o no, se identifique para hacerlo su amigo, su colega, su compañero. No puede ser un policía que hace dos días era un lacayo de Pinochet, Contreras y los suyos".

 

"Verano en rojo". Berna González Harbour.

Hace mucho tiempo que tenía pendiente empezar con esta autora cántabra y con su serie sobre la inspectora María Ruiz. Quería leerla por ser de Santander, ciudad en la que trabajo y cerca de la que vivo hace casi treinta años. Me daba pereza meterme con otra serie (un día tengo que hacer el recuento de todas las que tengo empezadas). La decisión me vino dada por la inclusión de la autora en los "nueve novísimos" de Paco Camarasa en el libro mencionado más arriba, "Sangre en los estantes".

"Verano en rojo" es una novela de trama complicada, pero fácil de leer y que engancha desde el principio. Un joven aparece asesinado en el estanque del parque Juan Carlos I de Madrid. Otro joven ha desaparecido en Santander hace unos días. Eso es lo que sabe la policía de momento. Eso es lo que trastoca los planes de la comisaria María Ruiz que se dispone a pasar un sábado familiar con paella, sobrinos y partido de los cuartos de final para el Mundial de Sudáfrica, porque es julio de 2010 y España juega contra Paraguay.

Nosotros vamos sabiendo más cosas. Una madre trata de localizar a su hijo que salió de marcha por Madrid el viernes por la noche y aún no ha vuelto. Un misterioso y enigmático personaje, un religioso, que recuerda episodios de su infancia, se va a trasladar a Uruguay donde su petición de plaza ha sido admitida en el Colegio Residencia Nuestra Señora de los Penitentes.

Poco a poco, se irá complicando el caso, se enredará con otro sucedido muchos años antes y nos meteremos de lleno en un problema de triste actualidad en el año 2012 cuando se escribió la novela, y más actual aún en el presente. Todo ello hace que aunque el libro tenga ya siete años se lea como si terminara de publicarse. Aunque, como es lógico cuando se pretende mostrar realidades, hay referencias a momentos concretos de los años en que sucede la trama. "Había que remover hasta la última piedra en los colegios para que alumnos, pero no solo ellos, sino sus padres, tíos, abuelos, hermanos, amigos, vecinos y otros fieles contribuyeran a mostrar que desde dentro de España, y no solo desde el Vaticano, se levantaba un clamor contra el laicismo de Zapatero: contra el aborto, contra el matrimonio gay, contra la campaña para sacar el crucifijo de las aulas y los edificios públicos". Así piensa nuestro misterioso Hermano ante la próxima visita del Papa en noviembre.

Se trata de una novela bien escrita, con una trama elaborada y muy cuidada en todos sus detalles; con una denuncia rotunda y muy sentida de un delito que tiene tantos años como la humanidad y del que parece que solo recientemente ha sido consciente el ser humano.

"El último barco". Domingo Villar.

Mucho se ha hecho esperar el tercer libro de Domingo Villar de la serie de Leo Caldas. Al menos yo lo he esperado durante todo este tiempo. Ya intenté hacerme con él cuando, hace cinco años, se anunció la salida de la tercera entrega con el título "Cruces de piedra". Finalmente "Cruces de piedra" nunca se publicó y han pasado diez años desde que nos despedimos de Leo Caldas y Rafael Estévez en "La playa de los ahogados".
Pues después de tanta espera, me quedé perpleja cuando vi el libro en las librerías y pude comprobar su grosor. Son setecientas doce páginas de las que creo poder afirmar que sobran cuatrocientas. Demasiada espera para una novela que me ha quitado las ganas de seguir con la serie. 
Se lee bien porque la intriga es lo que tiene, que la mantiene a una enganchada y con ganas de saber en qué acabará todo, pero por lo demás es una novela prescindible.
La desaparición de una joven, hija de un prestigioso cirujano local y profesora en la Escuela de Artes y Oficios, le permite a Domingo Villar, por medio de Leo Caldas, darnos unos maravillosos paseos por la ría de Vigo que cruzaremos una y otra vez calándonos hasta los huesos; por la Península do Morrazo, por las calles de la ciudad, por sus tascas y restaurantes y hasta por edificios que ya no existen. Lo mejor de la novela es esa ambientación que nos hace desear estar en Galicia y darle al pulpo con cachelos, al bacalao, a los mejillones y a los grelos; que nos empapa de humedad y nos tiñe de nostalgia y cielos grises. También me ha gustado la relación de Leo Caldas con su padre. Sus noches mirando las estrellas y degustando el vino elaborado en casa.
Ahora bien, por lo que a la trama policial se refiere, creo que se alarga más allá de lo razonable. El pretexto de que no llegan de Madrid las ubicaciones del móvil de la chica desaparecida, pronto pasa a convertirse en una burda excusa para seguir mareando la perdiz y hacer sospechoso, antes o después, a todo personaje que se atreviera a pasar por allí. Para colmo, la gracia de los diálogos y de la idiosincrasia gallega vista desde fuera por Rafa Estévez, que era un gran valor de las novelas anteriores, aquí está ausente, o peor aún, se intenta hacer presente y queda en mero intento fallido. Como fallida me ha parecido la novela en general.

"Universidad para asesinos". Petros Márkaris.

La décimo tercera entrega del comisario Jaritos la he leído poco después de su publicación. Me encanta estar a la par con las series y leer cada nueva novela a medida que se publica. Por desgracia, me pasa con pocas y la mayoría las tengo acumuladas, pero esta serie del comisario ateniense es una de las que llevo al día.
En esta entrega, la crisis va desapareciendo de la vida de Grecia (aunque habrá gente que nunca se recupere, como en España) y del entorno de Jaritos. Cuando empieza la novela, lo encontramos de vacaciones con Adrianí. "Resulta que, un buen día, Adrianí se despertó con una repentina y profunda nostalgia de sus raíces en Epiro. Como somos oriundos del mismo lugar, me contagió el virus". 
La vuelta a Atenas traerá novedades para Kostas Jaritos. Algunas de índole familiar y otras relacionadas con su trabajo. Y traerá un asesinato curioso. Un profesor universitario que dejó la cátedra para acceder a la política es envenenado con una tarta aprovechando su glotonería. El crimen será reivindicado en un comunicado como un castigo a quienes abandonan la Universidad y a los estudiantes para dedicarse a la política.
Me ha resultado curioso pues aquí en España es algo que no está mal visto. Como tampoco lo está algo que en Grecia aún es peor que pasar de la Universidad a los Ministerios y es el poder volver a dar clases, una vez finalizada la actividad política. "Esto es, precisamente, de lo que acusan a sus colegas, profesor: del uso de las puertas giratorias, como las llaman los que discrepan. Dejan la universidad para entrar en la política y, si no son reelegidos o pierden el sillón de ministro, regresan a la docencia". 
Esta situación de rechazo a estos profesores viene del estado calamitoso de la situación financiera de las universidades griegas "tan lamentable que no pueden convocar nuevas plazas de profesorado para cubrir las vacantes existentes. Conozco a profesores eméritos que siguen impartiendo clases para que los alumnos no pierdan sus estudios".
Aunque, si cabe, me ha sorprendido más otro hecho que desconocía. En Grecia, antes de la crisis, las mujeres se jubilaban a los cincuenta años y si tenían hijos menores, a los cuarenta y cinco. Empieza una a entender por qué la crisis golpeó con más fuerza a unos países que a otros.
Otra entrega del comisario Kostas Jaritos en la línea del resto. Petros Márkaris le tiene perfectamente pillado el pulso a la situación de su país de adopción y utiliza a este policía para contarnos la realidad de Grecia desde mediados de la década de los noventa hasta nuestros días.