"Azul marino" Rosa Ribas y Sabine Hofmann.

"Se cierra con esta novela una trilogía en la que hemos seguido los pasos de Ana Martí durante los oscuros años cincuenta". Con estas palabras despiden las autoras, en los agradecimientos de esta novela, a Ana Martí y a la Barcelona de la posguerra. Y me da pena, porque la serie es de las que más me gustan, pero entiendo el buen criterio de Rosa Ribas y Sabine Hofmann de no alargarla interminablemente hasta llegar a aburrir y terminar por volver rancio el buen recuerdo que podría dejar, el que a mí me va a dejar.

En esta ocasión, Ana Martí se ve requerida por el inspector Isidro Castro para que le haga de traductora. Un soldado norteamericano de la Sexta Flota, anclada en el puerto de Barcelona, ha aparecido degollado en un garito del Barrio Chino. La Sexta Flota empezó a llegar a la ciudad en 1951, hace ya ocho años, y las peleas entre ellos y con los españoles solo sirven para aumentar el desorden y contribuir a romper la atmósfera de paz y seguridad que el régimen pretende. A Isidro Castro "no le gustaban los americanos. No era tanto el que fueran protestantes, allá ellos, sino las ínfulas que se daban de ser los paladines de la libertad, como si eso fuera algo importante o necesario"

El caso es que Antonio Vázquez, puertorriqueño, al que le gustaba que le llamaran Anthony, apareció en un reservado del bar Metropolitano, asesinado, al parecer, mientras tenía lugar una pelea. Y el caso es que a Isidro no le gustan los americanos, pero ahora va a tener que colaborar con la Policía Militar americana y con el cónsul de los Estados Unidos, y como no tiene la más mínima idea de inglés, sabe que estará a merced del enemigo, dependiendo "de una persona que traduciría lo que dijera, mientras que él no podría entender lo que los americanos hablaran entre ellos, si, por ejemplo, se burlaban de él o trataban de engañarlo". Por ello decide acudir a la reunión con su propia traductora y esta no será otra que Ana Martí a la que ya vimos mano a mano (es un decir) con el inspector en "Don de lenguas", la primera novela de la serie ambientada en 1952. Aunque en aquel caso iba como periodista enviada por La Vanguardia y ahora, solicitada por el propio Castro, la va a tener que tratar con más consideración.

Ana llevará a cabo su labor de traductora con la esperanza de que al final el inspector la autorice a escribir algo para El Caso, con el que sigue colaborando. Y compaginará esta tarea con otro caso que le han mandado cubrir simultáneamente para El Caso y para Mujer actual, las dos revistas para las que sigue trabajando. "Una joven costurera que se ha ahorcado en su casa.
—¿Un suicidio? —le interrumpió Ana de nuevo—. No nos lo dejarán pasar… ¿No tienes nada más sólido?". Y es que solo se pagan las noticias publicadas, las que no pasan la censura quedan sin cobrar por mucho que se haya trabajado en ellas. Claro que, como le propone Rubio, su jefe en El Caso, siempre hay formas de burlar la censura y este caso es ideal para ello si lo visten con la moralina tan cara a los censores: la joven, embarazada y soltera (y pobre por supuesto), tan solo ha recibido el castigo a su pecado.

Desde Mujer Actual les interesa otro aspecto de la noticia. La joven que se ha ahorcado era una protegida de un grupo de damas de la alta sociedad, un grupo de señoras aburridas que entretienen su tiempo creyendo que salvan de sí  mismas a mujeres desfavorecidas por la fortuna proporcinándoles una formación que les permita valerse por sí mismas y salir del lodo al que su mala cabeza y su debilidad las han arrojado. Esas damas pertenecen a un grupo que han llamado "Congregación de las Adoratrices de María Magdalena" y creo que huelga añadir nada más. Ahora, las damas de la Congregación, de las Adoratr... y etc, quieren que se hable de ellas, pero no por el suicidio de su "protegida", sino por sus muchas obras de caridad. "Precisamente porque las habladurías serán inevitables, a doña Engracia le ha parecido conveniente que aparezca un reportaje que ilumine positivamente la labor de la Congregación[...] Me ha llamado hoy y me ha comentado que estaría muy interesada en este artículo". Doña Engracia quiere que su gran obra de caridad, junto a su traje y peinado a la moda, salga en la revista y distraiga, a base de glamour, generosidad y moralina, la atención que ahora está centrada en el suicidio de la costurera. Por ello invitan a Ana a visitarlas en un entorno menos tenebroso que el taller de costura en el que la joven se colgó de una viga. Craso error que las damas de la Congregación, de las Adoratr... y etc no saben lo caro que les va a salir.

Con el suicidio de la costurera, Ana se meterá en un mundo de mujeres "descarriadas" a las que se intenta encarrilar, niños huérfanos a los que se quiere redimir de los pecados maternos, hipócritas damas caritativas, miseria, inmoralidad  y maldad, mucha maldad. De su misión como traductora para el inspector Castro irá sabiendo lo que se esconde tras el asesinato del americano. 

Dos tramas paralelas que se irán mezclando en "Azul marino" con las vidas particulares de Ana y el inspector Isidro Castro. Curiosa esta relación de Ana con Isidro. Ana viene de familia republicana. Su padre, un periodista de La Vanguardia represaliado, sobrevive escribiendo novelitas románticas y del Oeste bajo seudónimo. Su hermano murió en el frente del Ebro combatiendo al ejército rebelde. Y sin embargo es capaz de respetar y hasta sentir algo de simpatía por un policía franquista capaz de pensar que "lo que la gente necesitaba era una mano que la guiara, una mano dura para evitar que las personas se torcieran, una mano firme que enderezara a los desviados, una mano que repartiera castigos o recompensas según los méritos, la mano de un padre, la mano de un Caudillo". Y es que Isidro Castro, a pesar de su ideología, es un personaje que se nos llega a hacer entrañable, sobre todo cuando vemos su desconcierto ante el hijo que le ha salido rebelde y medio comunista. 

Sabine Hoffman y Rosa Ribas
Rosa Ribas y Sabine Hoffman han sabido en esta trilogía hacer un retrato de la España de los años cincuenta. Sus tres novelas recorren la década de principio a fin. 1952, 1956 y 1959 son los años en que se ambientan respectivamente las tres novelas. Una triste década para los que, como el padre de Ana, resultaron vencidos en la guerra. Si la década de los cuarenta mantuvo la esperanza de que la victoria de los aliados en la Segunda Guerra Mundial supondría la liberación de España, en los cincuenta, toda esperanza se ha perdido, la dictadura aún mantiene y mantendrá durante los primeros sesenta toda su dureza y el dictador ha sido aceptado por las democracias occidentales como mal menor frente al comunismo. Una triste década en la que hasta el clima parece ensañarse con el país y añadir a la necesidad su cruel azote como vemos en "El gran frío", segunda novela de la trilogía. Una década magníficamente retratada en esta trilogía.

Título del libro: Azul marino
Autoras: Rosa Ribas y Sabine Hoffman
Editorial: Siruela
Año de publicación: 2016
Año de publicación original: 2016
Nº de páginas: 360

Comentarios

  1. Como tengo pendiente de leer Don de lenguas, pues empecé leyendo El gran frío, gracias a tu reseña, dejaré Azul marino para más adelante. Doy por sentado que también las disfrutaré.
    Un beso.

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    1. Veo que te gustó "El gran frío". La verdad es que estas novelas se leen bien desordenadas porque la vida particular de Ana Martí tampoco es tan importante como en otras series y salvo el cambio de domicilio o de situación laboral, creo recordar que no hay nada más por lo que convenga seguir el orden establecido.
      Las tres son muy buenas y están perfectamente ambientadas.
      Un beso.

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  2. Hola Rosa, la trilogía que acabas de terminar me gustó; creo que reflejan muy bien la España de los años cincuenta y el mundo en el que se sentían obligadas a vivir las mujeres, tanto las trabajadoras como las damas de la burguesía.
    La nueva novela de Rosa Ribas,ahora ella sola, se desarrolla en el mundo actual, donde ya la mujer tiene otro papel afortunadamente. Creo que te gustará, aunque yo me quedo con la trilogía, me gusta recordar de donde venimos.
    Un beso

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    1. Yo también creo que nos mete muy bien en el ambiente triste, gris y frío de los años cincuenta. Las tramas son muy interesantes y nos llevan por distintos ambientes y distintas clases sociales y situaciones económicas para que podamos apreciar todo el mosaico social de la época.
      De Rosa Ribas también he leído la trilogía de Carmela Weber Tejedor y, aunque me gustó, esta de Ana Martí me ha gustado mucho más.
      La última de Rosa Ribas espero leerla en breve y ya comentaremos.
      Un beso.

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  3. De Rosa Ribas he leído Pensión Leonardo, que me gustó muchísimo. No descarto leer algo más de ella y me has tentado. Besos.

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    1. Yo solo he leído las dos series policíacas, la de Ana Martí y la de Cornelia Weber-Tejedor. Tengo que leer otras cosas de la autora y esa que mencionas podría estar bien.
      Un beso.

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  4. Hola Rosa, me queda esta terminar la trilogía. La verdad es que me está gustando mucho. Besinos.

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    1. No me extraña que te esté gustando porque es de las que enganchan. Me da pena que se termine, pero mejor así, porque a veces se estiran tanto las historias (como sucede en las series televisivas) que llegan a perder toda la gracia.
      Un beso.

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  5. No he leído nada de estas dos autoras, aunque después de seguir atentamente la lectura de tu atractiva reseña, se me ha despertado la curiosidad por conocer más a fondo los entresijos de la España de esos tristes años cincuenta, después del triunfo de la dictadura franquista y en su época más dura, con esas claras diferencias entre los vencedores y vencidos, entre las hipócritas damas de «caridad» y los niños huérfanos o mujeres «descarriadas»...

    Por consiguiente, me anoto la trilogía completa, que tiene tan buena pinta.
    Un beso.

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    1. Esta trilogía refleja de maravilla aquella década que yo no conocí, pero me imagino perfectamente. La alta sociedad, tanto la frívola como la beata e hipócrita, el ambiente de los urinarios públicos, la prostitución obligada por las circunstancias, los orfanatos, la mugrosa humedad del Barrio Chino, la prepotencia de los americanos que nos aceptaban y nos imponían sus flotas y sus bases, los represaliados y hasta el "el gran frío" con que la meteorología se dignó castigar aún más a la triste y castigada España. Todo ello y más cosas se encuentran perfectamente narradas en estas tres novelas que además muestran una narrativa y unas tramas muy buenas y bien resueltas y que te recomiendo.
      Un beso.

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  6. No conocía esta trilogía. Me la apunto, Rosa. Parece muy interesante.

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    1. Sí que es interesante y además muy entretenida y con tramas que enganchan. Creo que te gustará.
      Un beso.

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  7. Hola, Rosa. La década de los 50 en España, ya algo alejada de la Guerra Civil, y en el formato que has reseñado, me parece que merece una adaptación cinematográfica de esta trilogía de manera urgente. Intuyo que tiene todos los elementos tanto narrativos como visuales para ello.
    Un beso.

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    1. Ya lo creo que merece una adaptación cinematográfica. Me la imagino en blanco y negro porque te aseguro que así he imaginado las historias mientras iba leyendo. Da para una buena serie de televisión o para tres largometrajes, pero que yo sepa la única oferta que ha habido no llegó a materializarse. habrá que esperar y esperemos que, de hacerse, se haga bien y salga algo de calidad.
      Un beso.

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  8. Mucho tiempo sin leernos.Pero no porque no lea libros estoy lejos de vos Tus reseñas son encantadoras Por Miami todo bien un abrazo enorme

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    1. Me alegro de que te gusten mis reseñas. Esta trilogía es muy interesante y desde el cálido Miami, resultará muy exótico el enorme frío invernal de la España de los ciencuenta.
      Un beso.

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  9. Un aspecto que señalas, muy acertadamente, es la habilidad de los periodistas, redactores, reporteros para sortear la censura imperante en aquellos tiempos, es impresionante como agudizaban el ingenio para pasar el filtro de los censores, estos periodistas y directores de diarios y revistas eran verdaderos malabaristas de la información.

    También es relevante, como acontecimiento social, la presencia de las tropas norteamericanas en aquel período, dada la compleja relación con la ciudadanía, son elementos, entre otros que refieres, muy interesantes para ser novelados, en este caso a dúo entre dos autoras, un matiz atractivo, junto con aquellos días grises de la posguerra que siempre merecen la pena revisitar mediante la novela, el cine o la historia... explican mucho acerca de lo que somos ahora.

    Es significativo que esta Barcelona de hoy, en el candelero por la violencia y barricadas, sea (visualmente) un regreso a la oscuridad de los 50... ironías del destino.
    Beso.

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    1. Decía Juan Luis Arsuaga que la mayor cohesión grupal que, probablemente, nos dio ventaja sobre el naenadertal y permitió que le sobreviviéramos podía ser lo que terminara con nosotros. Esa cohesión grupal mal entendida que lleva a los nacionalismos (y en ellos incluyo al español) que fue la gran peste del siglo XX y que amenaza con seguir siéndolo en el XXI es de lo más peligroso que detcto en el ser humano y una de las cosas que más deploro (nacionalismo español incluido). Solo he estado dos veces en Barcelona, pero me ha parecido una ciudad fantástica y es una pena en la tesitura que se tiene que ver por la torpeza de unos y los empecinamientos de otros. Si Vázquez Montalbán levantara la cabeza...
      La trilogía es muy buena. Está maravillosamente ambientada, muy bien tramada y excelentemente escrita. Y, por si fuera poco, es entretenida, engancha y si te descuidas algo aprendes. Como ves, me ha encantado.
      Un beso.

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  10. No leí nada de esta autora. Me gusta lo que nis cuentas de esta novela. Tiene el atractivo de la época en la que se desarrolla la trama, y dos subtramas atractivas. Pese a que es una trilogía, me la llevo apuntada por lo que te acabo de comentar, y tu magnífica reseña invita a leerla, ya lo creo. Besos.


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    1. Todo es muy interesante en esta trilogía: tramas, ambientación, personajes... Creo que es de lo más recomendable de negro y policíaco español.
      Un beso.

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