"Jauja" Use Lahoz
"Jauja. Su padre y su abuelo utilizaban esa palabra para referirse a la abundancia. Y ella creció con ella, con aquel término, y su contrario, la carencia. Aún recuerda la primera vez que la pronunció en el bar de Montalbán, delante del amigo de su padre, Melchor, aquel hombre chistoso que la invitó a un Kas y a unas patatas". Y que cambiaría su vida para siempre. Si aquel día sintió que Jauja era aquella bolsa de patatas y aquel Kas, anoche se dio cuenta de que era en ese mismo momento, por primera vez, cuando realmente supo lo que era Jauja. Anoche en el escenario, tras el estreno de "El jardín de los cerezos", cuando tuvo ante sí el aplauso y la entrega del público, cuando sintió que había triunfado plenamente en su papel de Liuba, entonces fue cuando sintió realmente lo que era Jauja. Claro que no es lo mismo el país de Jauja a los siete años que a los cuarenta. Los niños se conforman con menos. Una golosina, un sencillo juguete puede resumir el paraíso mejor que los mayores triunfos adultos porque los gozos infantiles lo son plenamente, nada los enturbia. "De niña una sale a la calle y estrena el mundo cada día, [...] ¿Cuándo se deja de estrenar el mundo? Cuando era niña estaba en paz con las costumbres, con la repetición de los días". La infancia le perdona a la vida sus pequeñas ofensas, las olvida. Cualquier logro es la plenitud del gozo, cualquier exceso que rectifique las carencias nos hace felices sin paliativos. Cualquier alegría se convierte en Jauja. En la infancia de María casi todo era Jauja porque jauja era aquello de lo que se carecía y se carecía de casi todo.
Hace muchos años María consideraba que conseguir un Chejov sería Jauja. Ahora por fin, lo ha conseguido. María ha interpretado a Liuba Andreievna y ante su éxito, por fin, se siente en Jauja. "Ya tenía el Chéjov, ¿pero qué significa ahora jauja? [...] Jauja, otra más de las palabras cuyo significado se transmuta. Mientras sopesa qué hacer enciende el primer cigarro y hace acopio de las palabras que tienen hoy significados distintos a los que tuvieron cuando las estrenaba: amor, libertad, amistad, deseo, pasado...". Y es que María, como Liuba, ha ido acumulando pérdidas. Anoche mismo, a pocos minutos de los aplausos y el éxito, jauja se transmutó en pura realidad cuando supo que su padre había muerto.
Y ahora, después de tanto tiempo de haber roto toda relación con su padre, con el pueblo, con los abuelos, se verá en un viaje de ida y vuelta hacia el pasado y hacia el lugar de su infancia. Porque eso es esta novela, un viaje en el espacio y en el tiempo. Un viaje de ida (primera parte) y vuelta (segunda parte) hacia lo desconocido y hacia el desplome de lo que se creía conocer. Rafelín, un antiguo vecino y compañero de correrías infantiles en el pueblo, se ha molestado en buscarla en Barcelona para darle la noticia de la muerte de Teodoro. A pesar del tiempo y de la falta de relación, María decidirá ir al entierro. Y ese viaje relámpago (María tiene función todas las noches) es lo que nos cuenta la novela, y con el viaje, recuerdos, conversaciones, espejismos que nos llevan a través de los años, en saltos hacia atrás y hacia adelante, desde 1955 hasta 2016.
Teodoro huye del pueblo muy joven. Huye de las burlas de sus amigos y de los cuchicheos de los vecinos acerca de su familia, de su hermana... Pablo Peñalver, el ingeniero que vino a construir la presa y que lo acogió como protegido, se lo llevará a Barcelona. Pero Teodoro volverá al pueblo, y lo hará más de una vez, y la última, para quedarse. María no huirá del pueblo por propia voluntad. Para ella perder el pueblo y a los abuelos es la pérdida del paraíso infantil, pero gracias a esa huida involuntaria, su vida se abrirá a nuevos horizontes. Será muy joven cuando decida que no quiere saber nada más de aquellos que hasta entonces habían sido sus familiares más cercanos y queridos, y tendrán que pasar muchos años y tendrá que morir Teodoro para que María regrese al pueblo, pero nunca se planteará quedarse en él. Las cadenas que su padre no logró romper, ella las ha hecho saltar por los aires hace mucho tiempo, aunque se le hayan quedado pegadas a la culpa. "Volveré pronto, volveré pronto a verles [...]Y entonces sí, entonces, sin que se la llegue a entender por culpa del estremecimiento, no puede contenerse y abrazando torpemente a los dos, añade—: Perdón, perdón, lo siento, de verdad que lo siento...".
En este viaje de ida y vuelta sabremos de secretos que se quisieron ocultar y fue imposible y de los que se han mantenido escondidos y solo ahora salen a la luz; las promesas que se hicieron por agradecimiento y le encadenaron a uno para siempre y las que se hicieron por amor y terminaron por romper el corazón de quien las hizo. Y sabremos de la tragedia que supone negarse la felicidad para evitar la frustración de perderla y la tragedia aún mayor de percibir la propia vida como un fracaso total. "el pasado, y ahora no sé si lo he leído o me lo invento yo, es una mina de sorpresas, cada cual lo adorna como quiere, salvo cuando no hay cómo hacerlo, porque todo él ha sido un error".
María, como Liuba, ve desaparecer la felicidad con el pasado. María, como Liuba, ve alejarse su infancia, su pueblo, su jardín "—¡Adiós, casa! ¡Es hora de irnos!... Adiós, vida pasada... ¡Oh, mi querido, mi delicioso, mi bello jardín! Mi vida, mi juventud, mi felicidad... Adiós".
"Jauja", la cuarta novela que leo de Use Lahoz, enfrenta como ninguna de las otras tres, la diferencia entre la vida en una gran ciudad y la vida en un pequeño pueblo. Ambas tienen sus ventajas y sus inconvenientes y si bien, es la vida en la ciudad la que puede abrir más posibilidades y anular la opresión de vivir rodeado por gentes que conocen demasiado bien todos los secretos de cada cual, no es menos cierto que la pérdida de esos pueblos familiares y asequibles tiene un algo de expulsión del paraíso a la que nadie que haya vivido en ellos se puede sustraer.
"Jauja" me ha gustado y creo que es una novela que merece la pena leerse, pero me ha parecido menos original que las otras del autor, con un tipo de historia y una forma de contarla que nos suena a ya leído, con mucho de previsible. Alguna escena me ha parecido un tanto excesiva y alguna otra, folletinesca en parte, pero aun así, no desaconsejaría su lectura.
Título del libro: Jauja
Hace muchos años María consideraba que conseguir un Chejov sería Jauja. Ahora por fin, lo ha conseguido. María ha interpretado a Liuba Andreievna y ante su éxito, por fin, se siente en Jauja. "Ya tenía el Chéjov, ¿pero qué significa ahora jauja? [...] Jauja, otra más de las palabras cuyo significado se transmuta. Mientras sopesa qué hacer enciende el primer cigarro y hace acopio de las palabras que tienen hoy significados distintos a los que tuvieron cuando las estrenaba: amor, libertad, amistad, deseo, pasado...". Y es que María, como Liuba, ha ido acumulando pérdidas. Anoche mismo, a pocos minutos de los aplausos y el éxito, jauja se transmutó en pura realidad cuando supo que su padre había muerto.
Y ahora, después de tanto tiempo de haber roto toda relación con su padre, con el pueblo, con los abuelos, se verá en un viaje de ida y vuelta hacia el pasado y hacia el lugar de su infancia. Porque eso es esta novela, un viaje en el espacio y en el tiempo. Un viaje de ida (primera parte) y vuelta (segunda parte) hacia lo desconocido y hacia el desplome de lo que se creía conocer. Rafelín, un antiguo vecino y compañero de correrías infantiles en el pueblo, se ha molestado en buscarla en Barcelona para darle la noticia de la muerte de Teodoro. A pesar del tiempo y de la falta de relación, María decidirá ir al entierro. Y ese viaje relámpago (María tiene función todas las noches) es lo que nos cuenta la novela, y con el viaje, recuerdos, conversaciones, espejismos que nos llevan a través de los años, en saltos hacia atrás y hacia adelante, desde 1955 hasta 2016.
Teodoro huye del pueblo muy joven. Huye de las burlas de sus amigos y de los cuchicheos de los vecinos acerca de su familia, de su hermana... Pablo Peñalver, el ingeniero que vino a construir la presa y que lo acogió como protegido, se lo llevará a Barcelona. Pero Teodoro volverá al pueblo, y lo hará más de una vez, y la última, para quedarse. María no huirá del pueblo por propia voluntad. Para ella perder el pueblo y a los abuelos es la pérdida del paraíso infantil, pero gracias a esa huida involuntaria, su vida se abrirá a nuevos horizontes. Será muy joven cuando decida que no quiere saber nada más de aquellos que hasta entonces habían sido sus familiares más cercanos y queridos, y tendrán que pasar muchos años y tendrá que morir Teodoro para que María regrese al pueblo, pero nunca se planteará quedarse en él. Las cadenas que su padre no logró romper, ella las ha hecho saltar por los aires hace mucho tiempo, aunque se le hayan quedado pegadas a la culpa. "Volveré pronto, volveré pronto a verles [...]Y entonces sí, entonces, sin que se la llegue a entender por culpa del estremecimiento, no puede contenerse y abrazando torpemente a los dos, añade—: Perdón, perdón, lo siento, de verdad que lo siento...".
En este viaje de ida y vuelta sabremos de secretos que se quisieron ocultar y fue imposible y de los que se han mantenido escondidos y solo ahora salen a la luz; las promesas que se hicieron por agradecimiento y le encadenaron a uno para siempre y las que se hicieron por amor y terminaron por romper el corazón de quien las hizo. Y sabremos de la tragedia que supone negarse la felicidad para evitar la frustración de perderla y la tragedia aún mayor de percibir la propia vida como un fracaso total. "el pasado, y ahora no sé si lo he leído o me lo invento yo, es una mina de sorpresas, cada cual lo adorna como quiere, salvo cuando no hay cómo hacerlo, porque todo él ha sido un error".
María, como Liuba, ve desaparecer la felicidad con el pasado. María, como Liuba, ve alejarse su infancia, su pueblo, su jardín "—¡Adiós, casa! ¡Es hora de irnos!... Adiós, vida pasada... ¡Oh, mi querido, mi delicioso, mi bello jardín! Mi vida, mi juventud, mi felicidad... Adiós".
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"Jauja" me ha gustado y creo que es una novela que merece la pena leerse, pero me ha parecido menos original que las otras del autor, con un tipo de historia y una forma de contarla que nos suena a ya leído, con mucho de previsible. Alguna escena me ha parecido un tanto excesiva y alguna otra, folletinesca en parte, pero aun así, no desaconsejaría su lectura.
Título del libro: Jauja
Autor: Use Lahoz
Nacionalidad: España
Nacionalidad: España
Editorial: Destino
Año de publicación: 2019
Año de publicación original: 2019
Nº de páginas: 464
Me ha gustado mucho como reflejas esa expresión de jauja, pasando del kas y la bolsa de patatas en la niñez, a la noche triunfal en el teatro, con el público entregado… como ese jauja va creciendo también con María, como va pasando de niña a adulta en el universo de la protagonista.
ResponderEliminarPero es que luego te marcas unas reflexiones, Rosa, que me parecen geniales, y dan cuenta de todos los recorridos que hace tu mirada por la novela (independientemente de que te entusiasme o no llegue a ese punto, sin dejar de ser un buen trabajo).
Me han gustado mucho varias de tus frases, como ejemplo destaco estas dos:
“La infancia le perdona a la vida sus pequeñas ofensas, las olvida.”
“ (…) la tragedia que supone negarse la felicidad para evitar la frustración de perderla (...)”
Desconocía a este autor, estaré atento a sus pasos.
Tus líneas siempre son reveladoras, al margen del libro que trates, me encanta eso.
Un beso!
Ay, gracias, Paco. Leer este comentario me hace pensar que mis objetivos al escribir este blog se cumplen con creces. Precisamente lo que pretendo es dar cuenta de todos los recorridos que hace mi mirada por la novela, como tú dices de manera tan bonita. Y me encanta eso de que mis líneas siempre son reveladoras porque lo que intento es revelar lo que me transmiten los libros.
EliminarNo es una novela de las que más me han gustado últimamente, ni de las que más me han gustado de su autor, pero da para buenas reflexiones y me ha gustado leerla. Ayer en la tertulia, todas (los dos hombres se muestran remisos a acudir últimamente) coincidimos en esa impresión. Los mismos peros que yo le pongo, le ponían las demás y sin embargo, todas la habíamos leído muy a gusto.
Un beso.
No he leído nada del autor y mira que lleva años entre mis pendientes, y como no he leído nada, esta novela que traes me llama mucho, aunque no sea tan original como las otras del autor, No se con cual de ellas comenzaré y si será esta u otra, ni tampoco cuando, aunque tengo decir que esta reseña me ha dado mucho que pensar. Besinos.
ResponderEliminarYo he leído "Los Baldrich", "La estación perdida" y "El año que me enamoré de todas". Por lo que recuerdo, porque hace ya muchos años (ni siquiera tenía el blog), las dos primeras fueron las que más me gustaron.
EliminarEs un autor que descubrí en Amazon a raíz de buscar libros en Kindle para descargar. No tenía ni idea de él y me sorprendió mucho.
Un beso.
Y sigo diciendo que lo mejor de ciertos libros que presentas son las reseñas que haces de ellos, pues de manera ligera y amena nos presentas variedad de obras que de otra manera pasarían desapercibidas para la inmensa mayoría y de estas forma al menos cuando oigamos hablar de ellas nos sonarán.
ResponderEliminarPor lo tanto y como siempre: ¡Gracias!
Y jauja puede ser interpretada como el lugar donde encontramos esa pizca necesaria de felicidad que necesitamos todos para seguir ilusionados hacia adelante.
Besos.
Gracias Francisco, pero te aseguro que los libros son mucho mejores que mis reseñas, aun este que no es de los que más me han gustado.
EliminarJauja es muchas cosas en este libro, porque es un libro de lo que nunca se tuvo y de lo que se tuvo y se perdió, y eso, lo que no se tiene, pero se desea o se añora, es Jauja. En esta novela, los personajes han perdido muchas cosas y tienen mucho que añorar.
Un beso.
Hola, Rosa.
ResponderEliminarEs muy interesante lo que escribes del jauja de los niños versus el jauja de los adultos. Supongo que los estímulos decaen con el tiempo y la plenitud, aunque sea por un momento o un evento, debe contener por así decirlo más adrenalina. Observo que el libro te ha provocado una cierta indiferencia. Quizás ese tema tan tratado, aunque interesante, de la vuelta a los orígenes rurales necesite de nuevos enfoques.
Besos y feliz fin de semana.
Los niños se emocionan con cualquier cosa. Cualquier bagatela a la que no están acostumbrados puede ser para ellos jauja. Los adultos cada vez nos conformamos con menos. Es normal, el mayor tiempo vivido y la suma de experiencias hacen que cada vez más cosas nos resulten indiferentes.
EliminarNo es indiferencia lo que me ha causado el libro. Es el hecho de que, por lo que sabía del autor, esperaba que me sorprendiera más. Es una historia que tiene poco de original y algunos personajes están un poco difusos y tienen comportamientos un tanto inverosímiles. Lo que más me ha gustado es esa vuelta a los orígenes y el hecho de que todo se cuente como un viaje de ida y vuelta.
Un beso.
Pues para mí es la primera vez que escucho y leo esta palabra, así que gracias Rosa. Como no conozco el trabajo de este escritor, me daré la vuelta para ver qué otros títulos ofrece y por fin conocerle.
ResponderEliminarSobre la protagonista, interesante que sea actriz y participe de la puesta en escena del Jardín de los Cerezos. El año pasado lo leí y me aburrió soberanamente. De ahí que las referencias a Chejov las tenga tan frescas pero sigan sin animarme demasiado.
Es una palabra que aquí se utiliza mucho. Cuando alguien exige mucho se le dice: ¿Pero tú te crees que esto es jauja? Y la verdad es que el título está muy bien puesto. Los personajes tienen siempre muchas carencias y buscan, como todos, llenarlas, vamos que buscan jauja, pero me temo que jauja no existe más que de manera muy temporal.
EliminarNo he leído "El jardín de los cerezos". De Chejov solo he leído un libro de cuentos y conozco "Tío Vania" y "El jardín de los cerezos" por películas o por adaptaciones de teatro que hacía Televisión Española hace muchos años.
Es un autor al que merece la pena acercarse, aunque esta no me haya parecido su mejor novela.
Un beso.
Sin haber leído el libro, mientras leía tu reseña advertía lo mismo que en cierto modo comentas respecto a que es un tema que suena a leído, poco original. El recuerdo de una infancia feliz en el pueblo y la posterior fama que, sin embargo, no llena de felicidad al protagonista, la vuelta a los orígenes con motivo del fallecimiento de un ser querido, el reencuentro con amigos perdidos y casi olvidados, en definitiva un examen de conciencia sobre lo que hizo o podía haber hecho y lo que ha sido su vida. Pero a estas alturas, ¿podemos hallar un argumento cien por cien original? A veces pienso que todo está dicho y escrito y que lo que marca la diferencia (creo que lo decía en tu entrada anterior) es el estilo narrativo y la ubicación de los personajes en un lugar y en un tiempo concretos. Creo que fue David Rubio (creía que había sido Miguel Pina, pero este me lo desmintió) quien afirmó tiempo atrás que, tanto en el cine como en la literatura, no hay más que unos cuantos argumentos básicos, pero que cada autor los trata de forma algo distinta. Se lo tengo que preguntar a David para ver si fue él y que me recuerde el artículo al que hacía referencia.
ResponderEliminarDel mismo modo que con las novelas, hay quien dice que vista una gran capital, vistas todas, mientras que otros pueden ver en cada una de ellas más diferencias que similitudes, una ciudad distinta y con carácter propio.
Un beso.
Exactamente eso es lo que he apreciado en la novela, un argumento poco original, de los que se ven muchos. Y tampoco la forma de contarlo es muy original, aunque ahí me ha gustado más lo de organizarlo todo en un viaje de ida y vuelta al entierro de Teodoro y que dura un solo día. Por lo demás, todo se cuenta como recuerdos de María y recuerdos de Rafael o, la parte más antigua, por un narrador omnisciente.
EliminarComo lectora compulsiva que soy y como amante de viajar visitando ciudades sobre todo, no puedo estar de acuerdo en eso de que vista una (novela o ciudad), vistas todas. Yo en cada ciudad encuentro muchas cosas diferentes. Las hay que no se parecen a ninguna otra, al menos de lo que yo conozco, y las hay que te espantan y las hay que te enamoran. Las novelas pueden ser buenas o menos buenas (las malas ni las termino), pero rara es la que no te aporta algo nuevo y esta dentro de las objeciones que le pongo, también ha tenido sus aportaciones y, como digo, no la recomiendo especialmente, pero tampoco la desaconsejo.
Eso que comentas creo habérselo leído a David. Seguramente ha sido él.
Un beso.
¿Tú que te crees, que esto es jauja? Me cansé de niña de escuchar esa frase de boca de mis padres dirigida tanto a mi como a mis hermanos.
ResponderEliminarQué buena esa frase de cuándo se deja de estrenar el mundo. De las tuyas me quedo con la de renunciar a ser feliz para evitar perder esa felicidad. Somos la suma de nuestras pérdidas.
El final de tu reseña me ha hecho recordar lo que comentaba Gerardo en su reciente entrada sobre un libro de Delibes.
Dices que a pesar de sus virtudes no es este el mejor libro de Use Lahoz. Yo aún no he leído nada de este autor. Tal vez sea siendo hora de remediarlo.
Besos
Lo descubrí hace muchos años. Cuando empecé a comprar libros en Amazon en Kindle. Me sorprendió porque era un autor joven y desconocido, al menos para mí, cuyas novelas eran originales y muy atractivas. Hacía años que no leía nada suyo y cuando propusieron este para la tertulia me apeteció mucho volver sobre él.
EliminarEs cierto que no es de lo mejor que le he leído, pero se lee muy bien y tiene cosas muy positivas.
Esa búsqueda de Jauja y esa pérdida de lo que se tenía cuando se creía que no se tenía nada, es muy ilustrativa.
Es cierto que a veces tememos la felicidad por el miedo a perderla después de haberla saboreado y preferimos la mediocridad mantenida a la enorme desolación de perder una gran felicidad. Hay que tener valor hasta para ser feliz.
Un beso.
Me ha encantado tu reseña. Me gusta mucho como enlazas esas carencias de la niñez que han quedado atrás en la madurez, como son otras las que hay ahora. Creo que me gustará leer la novela, ésta u otra del autor. A Use Lahoz lo escucho en la radio de vez en cuando, siempre he querido leer algo de él pero no ha llegado el momento, con tu reseña creo que ese momento va a ser cercano. Gracias Rosa. Un abrazo.
ResponderEliminarEs un autor al que descubrí por casualidad cuando empecé a leer en digital y lo vi en Kindle. Aunque este sea el que menos me ha gustado de los suyos, se lee muy bien y tiene cosas muy interesantes.
EliminarMuchas gracias por tus palabras.
Un beso.
La tenía en la agenda, pero la verdad es que tu último párrafo me ha dejado un poco dubitativo, igual la dejo para un poco más adelante, estoy un momento en el que creo que necesito lecturas de poca trascendencia.
ResponderEliminarUn beso.
Es un libro entretenido y que se lee bien. A mí, cuando estoy para pocas trascendencias, me vienen bien este tipo de libros porque enganchan y entretienen, aunque sean algo duras. Hay mejores libros del autor, de todas formas.
EliminarUn beso.
Leí otra reseña sobre esta novela que nos recomiendas que la calificó como novelón. Veo que a ti te gustó pero no con tanto entusiasmo como el que se mostraba en la reseña de la que te hablo. Sin embargo, veo que tiene unos ingredientes muy atractivos en ese viaje de ida y vuelta. y de secretos que se quisieron ocultar pero que fue imposible, me invitan a leerla. Ya la tengo anotada desde que me la encontré en la reseña antes mencionada. Por cierto, de Chéjov leí su novela corta Historia de mi vida, y uno de sus relatos más conocidos, como es La dama del perrito, aunque este no lo tengo reseñado en el blog. Besos.
ResponderEliminarLo único de Chejov que he leído es un libro que trae varios relatos, entre ellos. "La dama del perrito", pero hace tantos años que no recuerdo nada.
EliminarLa novela está muy bien y creo que te gustará. Tiene detalles muy interesantes lo que pasa es que no es muy original y algunos personajes están un tanto desdibujados. Otras novelas del autor me han gustado más, pero esta no está nada mal.
Un beso.