Tres eran tres 4
En la cuarta edición de Tres eran tres, hay una serie que sigo desde hace años y de la que ahora traigo la
decimotercera entrega, un autor escocés al que no conocía de nada y me ha parecido fabuloso y, por primera vez en esta sección, un ensayo científico de divulgación sobre la evolución humana.
Tres muy buenas lecturas que recomiendo.
"Laidlaw". William McIlvanney.
Desconocía totalmente el autor y la novela y ha sido una gran sorpresa encontrarme con la prosa de McIlnney, directa, certera, con un punto poético que atrapa desde el primer párrafo. "Correr es algo extraño. El ruido que oyes son tus pies que golpean la acera. Las luces de los coches te castigan los ojos al pasar. Tus brazos aparecen erráticamente ante ti, surgen de la nada, ajenos a tu cuerpo, independientes uno del otro. Es como si aparecieran las manos de muchas personas que se están ahogando. Y no sirve de nada fijarse en estas cosas, como cuando un coche se ha estrellado, el conductor está muerto y la radio sigue sonando para él". Sí atrapa desde el principio, sin necesidad de que se descubra el cadáver de Jennifer Lawson en un parque de Glasgow. Atrapa porque es difícil sustraerse a una prosa tan subyugante.
Como es difícil no caer rendida ante un personaje como Jack Laidlaw, un hombre que lee a Kierkegard, Camus o Unamuno; un hombre infiel y violento que odia la violencia y la infidelidad, un compendio de contradicciones, un policía capaz de entender las motivaciones de los asesinos y considerarlos personas más que monstruos.
"A continuación me vas a decir que crees en los monstruos. Tengo un hijo de seis años con el mismo problema.
—¿Tú no crees en ellos?
—Si creyera en ellos tendría que creer también en las hadas. Y no estoy preparado para eso.
—¿Qué quieres decir?
Laidlaw había acabado de comer. Tomó un sorbo de café.
—Mira —dijo—, lo que quiero decir es que la monstruosidad está hecha de falsa sofisticación. No tienes una sin la otra. No hay hadas ni monstruos. Solo personas. ¿Sabes dónde se encuentra el horror de este tipo de crímenes? Es el impuesto que pagamos por la irrealidad en que elegimos vivir. Es miedo a nosotros mismos".
No he podido resistirme a citar este diálogo entre Laidlaw y Harkness, su ayudante del cuerpo de policía. Y es que son diálogos como este y frases como esta: "al nacer en Escocia, uno viene ya con remordimientos bajo el brazo, cargado con una parte calvinista que va contra la mayoría de edad, y entonces toda la energía gastada vuelve en forma de culpa. La suya ciertamente volvía", lo que me mantiene enganchada al libro más allá del crimen del que, por otra parte, desde el principio sabemos quien es el asesino. No se trata en "Laidlaw" de seguir las pesquisas para llegar a saber quién mató y violó a Jennifer Lawson. Se trata más bien de ver toda la gama de reacciones que se producen alrededor del crimen. Muchas personas se verán afectadas por él y muchas emociones serán provocadas: rabia, ira, venganza, miedo, protección, interés, indefensión, odio, vicio, amor.
Y todo ello sumado a Laidlaw, a sus problemas familiares, personales y laborales, constituye una historia que me ha dejado fascinada. Las reflexiones sobre la homosexualidad en la Escocia de los años setenta, son de una clarividencia que sería deseable en la actualidad. "Tommy se encontraba en el lugar donde muchas personas deseaban que se encontraran los homosexuales, atrapado en un gueto de odio a sí mismo [...] No era un maricón que tomaba su identidad de su fracaso de ser otra persona. No era un gay que simulaba públicamente pertenecer a una uniformidad que no tenía ningún sentido en privado. Era un homosexual, como cualquier otra persona, único en su manera de ser".
Una serie, trilogía, que desconocía, pero que quiero seguir leyendo si encuentro las otras dos.
Título del libro: Laidlaw
Autor: William McIlvanney
Nacionalidad: Reino Unido
Título original: Laidlaw
Nacionalidad: Reino Unido
Título original: Laidlaw
Traducción: Amelia Brito Astorga
Editorial: RBA
Año de publicación: 2014
Año de publicación original: 1977
Nº de páginas: 272
"La hora de los hipócritas". Petros Márkaris.
Esta es una de las pocas series que llevo al día. Hace ya tres o cuatro entregas que leo los libros cuando se publican y nunca tengo ninguno pendiente. En esta serie, que empezó en 1995 y lleva ya trece entregas, hemos ido viendo como ha evolucionado el mundo en estos veintiséis años, pero sobre todo hemos visto evolucionar Grecia y Atenas.
En La hora de los hipócritas encontramos a un Jaritos exultante porque termina de ser abuelo y además están pasando una temporada muy tranquila en la comisaría por lo que prevé que va a tener tiempo suficiente para gozar del pequeño Lambros, nombre que por cierto no ha sido del agrado de toda la familia. Hay costumbres muy arraigadas, sobre todo en los pueblos, y una de ellas es que al hijo primogénito se le pone el nombre del abuelo paterno. Jaritos ya ha superado esos prejuicios, pero se ve obligado a dar explicaciones "Mi consuegro se llama Pródromos. ¿Te imaginas llamar Pródromos a un niño hoy en día? En cuanto a mi nombre, es demasiado común. «Lambros», en cambio, tiene algo especial".
Por desgracia, la tranquilidad en la comisaría salta por los aires a las pocas horas de nacer Lambros. Exactamente en el mismo momento en que también salta por los aires el coche en el que viaja Paris Fokidis el dueño de un imperio hotelero griego, hombre intachable, famoso por haber dotado las becas para la formación de jóvenes sin recursos que quieran realizar estudios de administración de hoteles. También creador de una residencia para los estudiantes que no tengan posibilidad de pagarse el alojamiento en Atenas. Nadie se explica los motivos de tal hecho criminal.
El comunicado que llega a los medios tampoco resuelve nada, sino que crea más preguntas de las que contesta: "Hoy hemos asesinado al empresario Paris Fokidis. No os diremos por qué lo hemos matado. Esto tendrá que descubrirlo la policía, el cancerbero del sistema. Solo diremos una cosa: Fokidis merecía morir". Y firma el Ejército Nacional de Idiotas. Por si el contenido fuera poco confuso, el comunicado está escrito a mano y con letra caligráfica.
Presionado por sus superiores ante la importancia del muerto, Jaritos se debatirá entre el desconcierto y lo que poco a poco irá descubriendo acerca de Fokidis y de los muertos que lo seguirán porque el no será el único. El Ejército Nacional de Idiotas ha decidido que ha llegado la hora de los hipócritas, los que pretenden hacernos creer que la crisis se ha terminado porque el PIB y la balanza de pagos van mucho mejor, a pesar de que tan solo se benefician de ello los más ricos; los que certifican que el paro ha disminuido aunque sea a costa de la gente que trabaja, pero no puede mantenerse con lo que gana; los que hacen todo lo posible para no tener que pagar unos impuestos que le vendrían de maravilla al país para compensar tantas deficiencias.
Una nueva novela en la que Petros Márkaris se sirve del comisario Kostas Jaritos para contarnos la realidad de un mundo que es el suyo, pero también es el nuestro. Ahí anda el hombre moviéndose por Atenas y sus atascos con el Seat Ibiza que compró en plena crisis para solidarizarse con los españoles que consideraba que lo estaban pasando tan mal como ellos mismos en Grecia.
Como no todo pueden ser desgracias, por su buen hacer en este caso, a Jaritos le llega el ascenso por el que lleva suspirando años. Un ascenso tan deseado que Adrianí, su mujer, no puede contener las lágrimas al enterarse. "Adrianí estalló de alegría. Mi propio entusiasmo se convirtió en emoción al darme cuenta de lo mucho que mi mujer deseaba mi promoción, aunque nunca hubiera expresado ninguna queja, sino que fingía indiferencia al respecto".
Título del libro: La hora de los hipócritas
Autor: Petros Márkaris
Nacionalidad: Grecia
Nacionalidad: Grecia
Título original: Η εποχή της υποκρισίας
Traducción: Ersi Marina Samará Spiliotopulu
Editorial: Tusquets
Año de publicación: 202'
Año de publicación original: 2019
Nº de páginas: 352
"Los aborígenes". Juan Luis Arsuaga.
Aunque ponga el título resumido, ya se ve en la portada y en la ficha que adjunto al final que el título completo es Los aborígenes: la alimentación en la evolución humana. Y de eso trata este libro en el que Juan Luis Arsuaga, con la vena didáctica que lo caracteriza y su innegables dotes de comunicador, nos va llevando paso a paso por las innovaciones que, en lo que a dieta se refiere, fueron surgiendo en nuestros antepasados hasta llegar a conformar lo que somos hoy en día: animales omnívoros con una dieta basada en los glúcidos, que requiere diariamente un aporte de proteínas animales y vegetales y de grasas, muchas de las cuales, tan solo están en los animales.
El crecimiento en tamaño del cerebro y el combustible necesario para hacerlo funcionar solo es posible gracias a una dieta muy rica en calorías y esa dieta requiere alimentos muy energéticos como el tuétano de los huesos y otras sustancias grasas de origen animal.
Pero además hay otra causa para hacer a nuestros ancestros carnívoros. "[...] además del cerebro, hay otro órgano que le resulta muy costoso al organismo en términos de consumo de energía. Más que de un órgano, como es el cerebro, se trata en realidad de un sistema: el sistema digestivo. Si se pudiera reducir su participación en el gasto metabólico, se ahorraría mucha energía, que quedaría disponible para invertir en otra parte: el cerebro, por ejemplo". Acortar el tubo digestivo ahorraría mucho en términos de calorías que quedarían disponibles para el cerebro y el sistema nervioso en general. Pero para acortar el tubo digestivo hay que tener una dieta carnívora o al menos omnívora. Los herbívoros, hoy y siempre tienen larguísimos tubos digestivos a lo largo de los cuales se va digiriendo la sustancia más indigesta de la naturaleza: la fibra. Esa fibra que es la base de una alimentación herbívora y que nosotros somos incapaces de asimilar.
También nos introduce Arsuaga en un tiempo más reciente. Si la ingestión de tuétano por parte de nuestros antepasados carroñeros empezó hace cerca de dos millones años, mucho más tarde, hace unos diez mil años (aunque varía mucho según los lugares) se dio otra revolución en la dieta de los humanos, ya de nuestra propia especie. Con el Neolítico, viene la domesticación de animales y la agricultura, y el hombre se libera de los designios de la Naturaleza. Ya no depende de lo que encuentre sino que él mismo es capaz de producir su alimento según sus necesidades.
También se nos habla del salto de África a Europa que nuestros antepasados, los de nuestra misma especie, dieron hace unos cincuenta mil años y de las dificultades que se encontraron al cambiar las condiciones ambientales del continente que estaban colonizando con respecto a las africanas a las que se habían adaptado. Y de su encuentro con unos primos hermanos que habían evolucionado en Europa y por aquí seguían: los neanderthales. "La humanidad moderna llegó a Europa hace unos 40 000 años, como vimos, y reemplazó por completo a los neanderthales. Pero los cromañones que vivieron desde entonces en Europa no fueron a su vez reemplazados por los agricultores y pastores neolíticos. [...] la mayor parte de los genes de los habitantes de los poblados neolíticos europeos eran los de los viejos habitantes paleolíticos del continente, que simplemente habían cambiado de economía. [...] Nosotros somos los aborígenes".
Otro libro de Juan Luis Arsuaga que recomiendo. La historia de cómo a lo largo de millones de años, un grupo de primates evolucionó para convertirse en nosotros, es una de las aventuras más apasionantes que conozco.
Título del libro: Los aborígenes: la alimentación en la evolución humana
Autor: Juan Luis Arsuaga
Nacionalidad: España
Editorial: RBA
Nacionalidad: España
Editorial: RBA
Año de publicación: 2002
Año de publicación original: 2002
Nº de páginas: 176
Muy buenas recomendaciones, Rosa. Me quedo, sobre todo, con el de Arsuaga. Es apasionante siempre todo lo que cuenta y el modo en que lo hace. Besos y buena semana.
ResponderEliminarArsuaga es insuperable en evolución humana como divulgador que posee además una capacidad literaria casi poética. Los hay que profundizan más, pero ya quedan relegados a un público científico. Arsuaga, siendo riguroso, es muy asequible.
EliminarUn beso.
¡Hola! ¡Madre mía, leídos 13 de la misma saga!!! Creo que yo soy incapaz de conseguir algo así, a lo máximo que llegado es a cuatro de una misma saga, no sé porqué no soy capaz de seguir aunque me guste mucho la serie, luego lo voy dejando y dejando y me olvido. Pero tampoco me extraña mucho que sea con Márkaris, al que, aunque no le he leído, le conozco y me han hablado mucho de sus libros. Fíjate que el de McIlnney me atrae mucho, hasta que he leído que es saga, entiendo que este es el primero ¿verdad? No sé..., a pesar de ello me fascina lo que has contado, ya veré
ResponderEliminarBesos
Los libros de Jaritos, como los de Brunetti, son muy fáciles de leer. Son muy críticos con las sociedades en las que se ambuenran, Grecia y Venecia, y yo creo que los autores pretenden que esa crítica llegue a cualquier tipo de público con lo que construyen obras muy fáciles de leer, entretenidas, pero con mucha miga. De verdad que se leen muy bien y se pueden abandonar cuando se quiera.
EliminarEl de McIlney es formidable. Todo un descubrimiento. Son tres y el tercero no lo he encontrado en castellano. Igual tampoco he buscado mucho. Pero, aunque no sigas la trilogía, conocer al autor con este primero merece la pena.
Un beso.
No he leído nada de Markáris aún, pero lo tengo muy pendiente, pero no sé si llegaré en algún momento a leer todos los libros de las serie. La primera novela es muy tentadora también, no conocía a su autor. Y sobre el tercer libro, aunque no es un género que suela leer, lo cuentas tan bien que me has tentado.
ResponderEliminarBesotes!!!
Con Márkaris merece la pena empezar y conocer al personaje y el ambiente de luego ya se sigue o no, según la impresión de cada uno.
EliminarLos ensayos sobre evolución humana son de los que más me gustan, junto con los de física e historia. Arsuaga tiene de bueno que está a la altura de todo tipo de público.
Un beso.
Hola. He flipado con el primero. No soy del género pero cuando me lo ponen con consistencia y me aportan algo más que el simple caso a resolver, consiguen llamar mi atención. Una pena que sean tres, pero miraré y si los encuentro todos me apunto.
ResponderEliminarDe Márkaris iba a leer algo cuando vino a mi ciudad pero al final no pudo ser. Por otro lado, si no me planteo la de Connolly, que me chifla, esta menos, trece y además demasiado realista.
El ensayo parece muy interesante y llamativo aunque me conformo con que me lo cuenten en vez de leerlo.
Besos
Ay, John Connolly. He leído creo que siete. A mí me desconcierta un poco por esa parte sobrenatural y fantástica que en cada nueva entrega me parecía que iba a más.
EliminarMcIlvaney, para mí, es una pasada. Ha sido todo un descubrimiento. El segundo se puede conseguir. El tercero no lo he encontrado en castellano, pero con leer el primero, y el segundo si procede, creo que me sentiré feliz.
Un beso.
Pues no los conocía ninguno de los tres. Me tienta el primero pero ya ver trilogía me agobia un poco.
ResponderEliminarUn beso
Yo he leído Laidlaw y puede que lea el segundo. El tercero no lo encuentro en español. No obstante., e aunque solo leyera el primero, merece la pena porque es algo que me ha sorprendido mucho. Todo un descubrimiento que recomiendo.
EliminarUn beso.
Hola.
ResponderEliminarMe llama la atención el primero, conjuga muchos elementos de mi interés, tomo buena nota.
Muy feliz jueves.
Creo que es el mejor de este Tres eran tres. Te lo recomiendo sin dudar. Todo un personaje.
EliminarUn beso.
Me encantan y seducen las tres propuestas. Las dos primeras porque pertenecesn a uno de mis géneros favoritos y la última porque, dada mi formación e interés científico, la evolución humana es un tema que me apasiona, si bien debo reconocer, mea culpa, que no le dedico el tiempo necesario, pues siempre aparece una novela de ficción que se cuela en mi lista de propósitos. La última adquisición que he hecho, con Arsuaga como coautor, gracias a tu reseña, ha sido La vida contada por un sapiens a un neanderthal y sigue en la pila de los no leidos. Algún día le llegará el turno, je,je.
ResponderEliminarUn beso.
Para mí leer a Arsuaga es tan apasionante como leer la mejor novela negra. Entiendo que es cuestión mía, pero así es.
EliminarLas dos policíacas que traigo aquí son muy distintas. La segunda, muy sencilla y fácil de leer; con mucha crítica, pero muy evidente. (aun así muy buena. la primera es otra cosa totalmente distinta. Más compleja, menos evidente. Todo un descubrimiento.
Un beso.
Hola Rosa, vas como un bólido leyendo, yo este mes estoy un poco atrancada también porque estoy con varios tochos a la vez, espero poder terminar los todos. A Markaris lo tengo un poco abandonado, pero he leído varios de la serie, tendré que retomarlo. Besinos.
ResponderEliminarSí que estoy leyendo mucho. Últimamente los libros que caen en mis manos, casualmente, son poco extensos y eso hace que lea más cantidad. Estoy dejando algunos sin hacer reseña (por primera vez en varios años) porque no me da tiempo.
EliminarAunque en cualquier momento leo yo también tochos (estoy ahora con uno de más de 600 páginas) y disminuyen mucho los libros leídos.
Un beso.
Me ha llamado mucho la atención las citas y el diálogo que nos dejas de Laidlaw. Creo que podría gustarme. Me desanima un poco el que sea parte de una serie o trilogía, pero quién sabe.
ResponderEliminarArsuaga siempre es una opción estupenda para aprender y disfrutar. Tengo esa temática muy abandonada en cuanto a lecturas se refiere. Debería retomarla.
Besos
Laidlaw ha sido un gran descubrimiento que puede que pase a ser una de mis mejores lecturas de este año. No importa si no se leen más de la trilogía. Este termina perfectamente sin necesidad de más.
EliminarArsuaga es una apuesta segura para quien le guste el tema. Aunque reconozco que desde que dejé de trabajar y ya no necesito ponerme al día para las clases, si no fuera porque me los regala mi hijo igual lo había dejado. Ahora ya me he picado y espero no dejarlo.
Un beso.
¡Hola, Rosa! Jo, qué ronda tan apetecible: novela negra y Arsuaga. No se me ocurre un mejor plan lector para esta Semana Santa. Un abrazo!
ResponderEliminarPues habrá que disfrutar de la lectura en esta Semana Santa, porque de viajes y procesiones poco vamos a dusfrutar.
EliminarSon propuestas interesantes y entretenidas. Poco más se puede pedir.
Un beso.
Hola Rosa. No conozco ni uno... La verdad es que me llama la atención el segundo pero si hay entregas previas, ya voy tarde. Me decanto entonces por el primero, que me gusta lo que cuentas de él. Besos
ResponderEliminarEl primero es el mejor, aunque comparar con el de Arsuaga es imposible. Digamos que es de lo mejor que he leído últimamente en novela. Creo que descubrirlo merece la pena.
EliminarUn beso.
De los tres que nos traes, me apetece sobre todo el segundo, "La hora de los idiotas", de modo que he tomado nota, aunque no descarto leer el primero también.
ResponderEliminarBuen fin de semana
Besos
ja ja, La hora de los hipócritas, aunque los "malos" sean El Ejército nacional de Idiotas. Es una serie muy interesante y muy fácil de leer, además de entretenida. Para estos tiempos, de lo mejor.
EliminarUn beso.