"Una boda en Lyon" Stefan Zweig
«El 12 de noviembre de 1793 Barère proclamó en la Asamblea Nacional francesa aquel edicto fatal contra la traidora ciudad de Lyon, que al fin había sido tomada al asalto. Concluía con estas lapidarias palabras: "Lyon se opuso a la libertad. Lyon ya no existe". Los edificios de la levantisca ciudad, así lo exigió, debían ser derruidos, sus monumentos convertirse en cenizas y hasta su nombre desaparecer. Ocho días vaciló la Asamblea antes de aprobar una destrucción tan completa de la segunda ciudad más grande de Francia. E incluso después de haberlo firmado, Couthon, el comisario del Pueblo, convencido de la secreta conformidad de Robespierre, sólo puso en práctica aquella orden erostrática con indolencia». Tampoco es que la ciudad resultara destruida, tan solo una parte y diez años después, a instancias de Napoleón, se reconstruyó de nuevo todo lo destruido.
Una boda en Lyon es tan solo el primero y más extenso de los cuatro relatos que componen este volumen. En él nos encontramos en los sótanos del Ayuntamiento donde los condenados pasan su última noche antes de ser ajusticiados. Y es que la ciudad no solo paga su desafección con la destrucción de edificios sino que sus gentes, las que se enfrentaron a la República, son también encarceladas y ejecutadas.
«En lugar de la guillotina, "dudosa e insuficiente", los fusilamientos en masa y el fuego de metralla despachaban con una salva a cientos de condenados. [...] Ya hacía tiempo que el Ródano, que fluía alejándose de allí con rapidez, se ocupaba del trabajo—por lo general demasiado lento—de amortajar y dar sepultura a los cadáveres. Hacía tiempo que las cárceles no bastaban para la gran cantidad de sospechosos, de modo que los sótanos de los edificios públicos, de las escuelas y de los conventos se convirtieron en el lugar de residencia de los condenados. Por supuesto, en un lugar de residencia tan sólo fugaz, pues la guadaña seguía golpeando con precisión y rara vez la paja calentaba el mismo cuerpo durante más de una noche».
Y es en ese sótano, donde pasan su última noche los condenados, donde se van a encontrar dos jóvenes enamorados. Estaban prometidos, habían sido leídas las amonestaciones y fijado el día de la boda cuando el joven tuvo que huir al entrar en la ciudad las tropas de la Asamblea. Ahora los enamorados, que se creían separados para siempre, tienen la inmensa felicidad de saber que van a morir juntos. Tan solo algo empaña la alegría de la joven y es «el tener que presentarse junto a él ante Dios bajo un nombre extraño y no como su legítima esposa». Pero no hay nada que no se pueda conseguir con la ayuda de los demás y el propio empeño.
Podría parecer una historia de amor en tiempos difíciles y, sin dejar de serlo, es mucho más. La generosidad de los prisioneros en la víspera de su ejecución, olvidándose de sí mismos para conseguir hacer realidad el sueño de los enamorados, contrasta con el individualismo egoísta, pero comprensible, que se nos ha relatado un poco antes. «Los prisioneros miraron a los recién llegados sin la menor simpatía, pues algo tan extraño es muy propio de la naturaleza humana, que en cualquier parte se adapta a toda velocidad e incluso en las más precarias circunstancias se siente no sólo como si estuviera en su casa, sino también en su derecho. Así que, de manera instintiva, los que habían llegado antes consideraban ya aquella estancia mal ventilada y con olor a podrido, el saco de paja cubierto de moho, el espacio en torno al fuego, como si fueran de su propiedad, y cada uno de los recién llegados les parecía un intruso al que había que reducir».
En La caminata, segundo relato del libro, un hombre viaja de Judea a Jerusalén con idea de conocer al Maestro del que se cuentan milagros y otros prodigios. La población acoge estas noticias con optimismo pues «la nostalgia por el Salvador era apremiante y había madurado en el pueblo como una flor cuyo cáliz revienta». Nuestro protagonista es un joven piadosos que acoge en su casa a cuantos vienen con noticias del Redentor, de manera que no pudiendo aguantar más la necesidad de verlo por sí mismo se pone en marcha hacia Jerusalén.
Se nos contará el viaje del caminante con todas sus vicisitudes, el calor, el agotamiento, la falta de energía, las tentaciones que tendrá que superar por miedo a no llegar a tiempo. La prisa lo empuja, lo confunde, le hace pasar de largo y casi sin fijarse por lugares en los que podría encontrar respuesta a sus anhelos, pero sin detenerse camina hacia Jerusalén, sin dar importancia al prodigio de una colina cubierta de nubes de sangre.
Un ser humano inolvidable es la historia de un hombre efectivamente difícil de olvidar. «Sería desagradecido por mi parte olvidar al hombre que me enseñó dos de las cosas que resultan más difíciles en esta vida. En primer lugar, y partiendo de una absoluta libertad interior, a no someterse al más fuerte de los poderes de este mundo, el del dinero. Y en segundo lugar, a vivir entre nuestros semejantes sin crearse siquiera un solo enemigo». Así describe el narrador a Anton, un hombre singular donde los haya. Anton vive como diríamos hoy día a salto de mata. Hace trabajos para cualquiera que lo necesite en la ciudad, cualquier tipo de trabajo.
Anton solo cobra lo que necesita para subsistir un día y si ya ha ganado lo necesario para ese día trabajará gratis. Pero prometerá volver si algún día precisa algo. «[...] aquel hombre pequeño y singular, servicial y tan harapiento, había inventado él solo un sistema económico totalmente nuevo. Contaba con la honestidad de sus semejantes. En lugar de ingresar dinero en la caja de ahorros, prefería crearse en su entorno un crédito de obligaciones morales. Había invertido un pequeño capital en bienes por así decir intangibles».
La historia de Anton es la historia de un ser humano feliz y libre. Y es la historia de las reflexiones que ese ser humano provoca en el narrador, otro ser humano feliz y capaz de aprender de las experiencias ajenas.
«Si todo el mundo confiara en los demás, no habría policía, ni juicios, ni cárceles… ni dinero. ¿No sería mejor, [...] que todos viviéramos como aquel hombre, que siempre lo daba todo y, sin embargo, tan sólo tomaba lo que le resultaba absolutamente necesario?
Durante muchos años no he vuelto a saber nada de Anton. Pero apenas puedo imaginar a nadie por quien haya que preocuparse menos. Dios no le abandonará nunca. Y lo que es aún más raro: tampoco lo harán sus semejantes».
El último relato, Dos solitarios, es la historia de dos seres que no encuentran su sitio entre sus semejantes. Mientras sus compañeros de la fábrica forman a la salida «una ancha y oscura corriente» en la que todos se mueven a la vez compartiendo risas y la alegría del trabajo terminado, ellos van solos, cada uno por su lado. Él, cojo; ella, tan fea que la llaman «la birriosa Jula» desde muy niña. Ambos apartados del resto como esas aguas que se quedan encharcadas por el camino, sustraídas al discurrir de la corriente que las abandona a su suerte. No hay piedad por el distinto, por el débil, por el que no alcanza a seguir el paso de la mayoría. Pero ese día, el que cuenta el relato, ambos charcos solitarios encontrarán una vía de comunicación y mezclarán su soledad mediante las confidencias.
Cuatro relatos escritos independientemente en distintos años (véase la ficha del libro más abajo), cuatro relatos que probablemente el autor no unió en su mente y tan solo esta edición ha puesto juntos. Puede que no tengan mucho en común, como lo tienen los relatos escritos para ser publicados juntos en un volumen, pero todos muestran la gran sensibilidad del autor, su maestría para hablarnos del alma humana, su predisposición a la empatía y su forma prodigiosa de analizar las situaciones y transmitir, con muy pocas palabras, todo un universo de sentimientos.
Este libro lo he leído como recomendación del blog Libros que hay que leer, de Laky. Dicha recomendación me llegó a través del Reto Serendipia Recomienda 2022. Si queréis saber cuáles son las otras dos que he elegido podéis verlo en esta entrada de mi blog.
Este libro también participa en el Reto Escritores de la A a la Z que organiza el blog Lecturápolis. Con él relleno la letra Z.
Título del libro: Una boda en Lyon, La caminata, Un ser humano inolvidable, Dos solitarios
Autor: Stefan Zweig
Nacionalidad: Austria
Título original: Die Hochzeit von Lyon, Die Wanderung, Ein mensch den man nicht vergisst, Zwei Einsame.
Nacionalidad: Austria
Título original: Die Hochzeit von Lyon, Die Wanderung, Ein mensch den man nicht vergisst, Zwei Einsame.
Traducción: Berta Vías Mahou
Editorial: Acantilado
Año de publicación: 2020
Año de publicación original: 1927, 1904, 1948, 1901
Nº de páginas: 35, 16, 17, 12 (80 en total)
Hola, Rosa. Pues también "Una boda en Lyon" es otro de los libros que yo había elegido dentro del reto Serendipia (lo estamos haciendo muy parecido). Todavía no lo he leído pero Zweig nunca defrauda. Sensibilidad y maestría, como tú dices en la reseña, y una tremenda humanidad siempre en todas sus historias.
ResponderEliminarApostar por Zweig es siempre garantía de éxito. La verdad es que el libro se lee en una tarde porque es sumamente cortito, pero yo leí un relato cada día para hacerlo durar. Como bien dices, nunca defrauda.
EliminarUn beso.
¡Hola!
ResponderEliminarya sabes, yo ni relatos ni retos (prefiero ir a mi bola sin compromisos lectores que cumplir), aunque si tuviera que leer relatos de algún autor podría elegir perfectamente a Zweig, porque seguro que como estos son buenos, escribe muy bien (también se me ocurre que podría elegir a Murakami o a Oates, pero habiendo tanto que leer...
Me alegra que estés disfrutando tanto del reto como de los libros elegidos
Un beso
Yo he empezado a disfrutar de los relatos no hace mucho. Los compagino con novelas y leo uno o dos cada día. he descubierto en los últimos tiempos que la línea entre relato y novela a veces es muy tenue y libros que se nos venden como novela bien podrían ser calificados de relatos y viceversa. Los de Oates son maravillosos por ejemplo. pero te entiendo perfectamente porque durante muchos años me ha pasado.
EliminarRespecto al reto, solo me apunto a retos sencillos y que me permitan conocer cosas que de otra forma no habría leído.
Un beso.
¡Hola Rosa!
ResponderEliminarSin duda este autor para mí es un maestro, escribe increíblemente bien. He leído algún relato corto suyo y tengo pendiente leer más cosas, así que gracias por compartir esta antología, la mayoría tienen muy buena pinta.
¡besotes!
Pues tienes donde escoger porque tiene obra publicada (y traducida) para estar leyendo meses. la verdad es que nunca defrauda.
EliminarUn beso.
Hola Rosa!! Me has picado la curiosidad por este título, creo podría estar muy bien. Tomo buena nota de tus impresiones lectoras. ¡Estupenda reseña! Besos!!
ResponderEliminarRealmente está muy bien y se lee en una tarde. te lo recomiendo.
EliminarUn beso.
¡Hola! Me encantan los libros de relatos y qué mejor si son escritos por Stefan Zweig, un escritor con una pluma maravillosa, que espero muchos se animen a leer. Gracias por la reseña y espero tengas una muy buena semana. ¡Besos!
ResponderEliminarZweig da igual lo que escriba, relatos, biografías, ensayos, novelas o autobiografía. Siempre le da un toque a todo que hace que leerlo sea un placer y se saquen muchas conclusiones interesantes. La verdad es que no tiene desperdicio como se suele decir.
EliminarUn beso y feliz semana también para ti.
Desconocía esta recopilación de relatos. Un libro más de Stefan Zweig que tengo que leer. Las cuatro historias, tan distintas entre sí, me llaman poderosamente la atención, como el resto de las novelas de este autor que he leído, un autor que no me ha defraudado jamás.
ResponderEliminarUn beso.
Ni creo que nos defraude. Nunca había leído narraciones tan cortas de Zweig, pero me han gustado mucho las historias y la forma de contarlas. Y tiene tanto para leer...
EliminarUn beso.
Veo que ya estás lanzada en el Reto Serendipia recomienda. Yo aún estoy ahí sin elegir mis lecturas.
ResponderEliminarStefan Zweig es ¡Stefan Zweig! Con esto está todo dicho.
Me fijo en el relato primero y reflexiono sobre cómo el Estado francés -la República- se defendió sin complejo alguno del levantamiento de Lyon contra el orden establecido. En este criterio crecimos, pero los hechos no siempre confirman los principios aprendidos. Bueno, son otros tiempos y estamos en otro lugar (jae, je...)
Un beso, amiga
La represión sobre Lyon debió de ser terrible, pero bueno ya sabemos que en todas partes lo fue. La guillotina trabajó duramente durante años. Creo que le debemos mucho a la Revolución francesa (siempre digo en broma que no se le corta la cabeza a un rey en vano), pero también creo que fue excesivamente sangrienta.
EliminarUn libro muy recomendable que se lee en cuatro ratitos, uno por relato.
Un beso.
Mi querida Rosa,
ResponderEliminarEstoy totalmente de acuerdo contigo en que no es una historia de amor como pueda parecer, es mucho más, tanto más que habría que leer la obra varias veces en la vida para ir descubriendo más cosas de ella; de hecho es lo que me ha pasado a mí. La leí hace tiempo, pero no era mío el libro y tuve que devolverlo en dos días, lo leí muy rápido y solo me quedé con el sótano, la pareja...fue no hace mucho, y con este mismo ejemplar, cuando en una relectura más sosegada y con el paso de los años he descubierto lo maravillosa que es la historia y la delicadeza de la narrativa ante una historia así. Lo que hacen los años.
Estupendísima reseña.
Besitos.
El mismo ejemplar no, que no te he quitado nada, jajajaja, edición.
EliminarComo siempre digo, nunca se lee dos veces el mismo libro por mucho que se relea. Las historia de Zweig son todas muy profundas y tienen tantos matices que me ha costado hacer una reseña no excesivamente larga. Me venían tantas cosas a la cabeza de cada relato que tuve que forzarme y no dejarme llevar. Los cuatro son muy buenos, pero ese primero es de una delicadeza que emociona.
EliminarUn beso.
Zweig siempre es un acierto. Describe tan bien, como indicas, el alma humana. Es capaz de reflejar tan bien los sentimientos, las emociones... Este libro lo leí el año pasado y disfrute de todas y cada una de sus historias.
ResponderEliminarBesotes!!!
Leyendo a Stefan Zweig siempre me he preguntado qué clase de ser humano debía ser. Sus historias rezuman todo tipo de buenos sentimientos y buenas actitudes. Si como escritor era muy perspicaz al analizar a las personas, como persona tenía que ser también excepcional. Un gusto leerle como siempre.
EliminarUn beso.
No soy lectora de relatos, siempre lo digo, pero si con un autor podría hacer una excepción sería con Zweig porque con él nunca se falla.
ResponderEliminarBesos.
Sí. Da igual lo que escriba, novela larga o corta o relatos como en este caso. Siempre te cautiva y te convence.
EliminarUn beso.
Qué bien captaba Zweig el alma, los sentimientos. Sus personajes son siempre excelentes por eso. De los cuatro relatos, precisamente el de la boda es el que menos me atrae por lo duro de la situación. Pero igualmente Zweig es de esos autores que nunca decepcionan así que este sigue en la lista junto con los demás que me faltan.
ResponderEliminarBesos
Me han gustado mucho los cuatro relatos, pero el que menos, ha sido La caminata. Ambientado en los días y momentos que rodearon la crucifixión de Jesús, me ha resultado muy lejano en el tiempo, pero aún así nos enfrenta a una situación terrible como es la de no ver las cosas que tanto deseamos cuando las tenemos delante.
EliminarEn mi lista hay decenas de libros de Zweig y sigo descubriendo otros nuevos cada poco.
Un beso.
Buenas tardes, Rosa:
ResponderEliminarHemos elegido las dos el mismo libro para el reto de Mónica :) No es mi título favorito de Zweig, pero igualmente me gustó mucho leerlo, tiene su espíritu. Si tuviera que escoger uno de los relatos, creo queme decantaría por Un ser humano inolvidable, es el que más me encaja con su autor.
Un abrazo y enhorabuena por tu estupenda reseña!!
Hemos elegido el mismo libro y coincidimos también en el favorito. Ese ser inolvidable que es Anton me ha cautivado totalmente. Qué maravillosa forma de vivir y de ser útil a los demás. Y tienes razón, encaja muy bien con lo que el autor manifiesta de su personalidad. Es el relato, de los cuatro del libro, que más cosas dice de cómo era Stefan Zweig, de la excepcionalidad de su forma de ser.
EliminarUn beso y muchas gracias por tus palabras.
Hola, Rosa.
ResponderEliminarSolo por como has terminado la reseña, ya merece la pena leerlo.
Sentimientos, empatía y hablarnos del alma humana.
Lo tendré muy en cuenta, a parte que por lo que se ve, se lee más rápido de lo que uno querría.
Un beso.
Se lee muy rápido porque son ochenta páginas, varias de ellas vacías o solo con un título. Pero es increíble la cantidad de cosas que puede decir Zweig en tan pocas páginas. Si hay un autor imprescindible, que lo dudo, él sería mi primer candidato.
EliminarUn beso.
Desconocía este título de Zweig. Supongo que, aunque muchos me suenen, con una obra tan extensa como la suya es normal no alcanzar a todo.
ResponderEliminarEs cierto que se ven cuatro relatos muy diferentes entre sí. El que más me llama la atención es el que da título a la recopilación por ese contrate entre la historia de los dos protagonistas con el contexto de egoísmo imperante en el que se desarrolla la misma. Pero también me causa mucha curiosidad el personaje de Un ser humano inolvidable.
Besos
Yo cada poco descubro nuevos títulos de Zweig de los que no tenía ni idea. Una boda en Lyon está muy bien. Es una historia hermosa de generosidad y amor en una época en que no eran sentimientos muy extendidos. No en balde se ha llamado a esos dos años, época del terror, Terreur. Pero Un ser humano inolvidable es mi favorito. Un personaje, bueno dos porque el narrador también es magnífico, encantador y que da mucho que pensar.
EliminarUn beso.
Hola.
ResponderEliminarPues apuntado, me gusta intercalar relatos entre las novelas
Mil gracias por la reseña y feliz tarde.
Gracias a ti. Estos cuatro relatos de leen sin sentir (en lo que al tiempo se refiere porque sentir, se siente de todo) y son muy buenos.
EliminarEstoy un poco hartita de Blogger. Acabo de rescatar este comentario de los spam. Cada dos días o así lo miro y siempre hay alguno.
Un beso.
Me cuesta leer relatos, pero he disfrutado leyendo a algunos autores muy reconocidos en ese ámbito (Chejov, Cortázar..) y bueno, no descarto este, me consta que el autor es también de esos que merece mucho la pena leer (me sabe mal no haber leído aún nada de él, con tanto que tiene publicado y con lo bien que hablan de sus obras...). Este suena interesante. Un abrazo.
ResponderEliminarMe atrevo a decirte que si no has leído nada del autor empieces por alguna de sus novelas más extensas (no lo son mucho) como carta de una desconocida o Veinticuatro horas en la vida de una mujer. Creo que son mucho más representativas del autor. Aunque la verdad es que cualquier cosa suya es buena y satisface.
EliminarYo voy entrado cada vez más en los relatos y es que últimamente los he leído tan buenos...
Un beso.