"Dicen" Susana Sánchez Aríns
«vengo de una familia edificada en rabia, porque el declive que vivía no era merecido. si no fuese por el tío manuel, portarís sería nuestro, si no fuese por aquella pelea, tendríamos domingos y parientes, si no fuese por la guerra, viviría en redondela.
ay, si no fuese…
el tío manuel aparece en la desamparada foto de familia que conservaba mi abuela. el tío manuel era uno de sus hermanos mayores y ella, la más pequeña. eran trece, sin contar los muertos. por eso, en la fotografía, mi abuela, que está a los pies de mi bisabuelo, solo tiene dos añitos. el tío manuel aparece recto y tieso en una de las esquinas del papel. aunque mis bisabuelos están sentados en el centro de la imagen, como en un trono real, quien preside el cuadro es el tío manuel. porque tiene porte. y realza esa presencia majestuosa con traje blanco y sombrero blanco y zapatos blancos. como si fuese un indiano. el resto de hermanos y hermanas, hasta trece, sin contar los muertos, e incluso mis bisabuelos, en su trono real, parecen los criados pobres del tío manuel, los caseros que le aran los campos, las lavanderas que le clarean la ropa prístina, las amas de cría que amamantaron a mi abuela.
siempre al servicio del señor».
«Si fue malo con los de casa cómo sería con los de fuera». Dice Susana Sánchez Aríns que esa es la frase con la se criaron en su familia. Esa frase, con muchas variantes, se repite a lo largo de la novela en muchas ocasiones. Es como un mantra adjudicado a un coro, al modo de las tragedias griegas «si había sido así de malo con su padre, por qué no lo iba a ser con este otro», «si había sido así de malo con la familia, por qué no lo iba a ser con esta vecina». Y es que el tío Manuel fue muy malo.
Empieza Dicen hablando de la familia de la autora. Sus bisabuelos tuvieron trece hijos, sin contar los muertos. Entre ellos estaba la abuela Gloria, el tío Manuel, la tía Ubaldina, el tío Ramón que era el falangista bueno, porque el tío Manuel era el falangista malo. Era muy malo. Dice Susana Sánchez Arins que lo que el tío Manuel había hecho a la familia todos lo sabían, lo que no terminaban de saber era lo que había hecho a los de fuera. Poco más fueron sabiendo del tío Manuel: que fue alcalde, que era falangista y llevaba pistola, que nadie quería hablar de él. El resto es un dicen continuo, un dicen que va conformando una historia de la represión.
Pero empieza la novela contando la historia de su familia, de los bisabuelos paternos que emigraron del interior a la costa. Ni siquiera sabe muy bien el porqué de esa emigración.
«versión 1 (más extravagante y agitanada): un día, el bisabuelo fue a la feria a cambados y cuando regresó, mandó empaquetarlo todo porque había comprado tierras cerca del mar, porque decían que daban mejores huertas y frutales.
versión 2 (más sensata y tediosa): al viejo le entró el mal del pecho. vendió todo en cervaña y compró tierras nuevas, cerca del mar, para poder ir a tomar
las aguas a la isla de Toxa más a menudo, porque decían que eran buenas y que harían que tosiera menos y que no se ahogara en espasmos diafragmáticos [...]
versión 3 (quién sabe si la última): el viejo era zapatero. iba a las ferias grandes, y en su cobertizo arreglaba suelas, reponía correas, intentaba renovar zuecos gastados. en una de esas ferias, escuchó hablar de portarís».
Nos habla de cómo era Portarís que tenía un ferrado por cada día del año y donde no había comida sin dos curas a la mesa por lo menos. Nos habla de los trece hijos, sin contar a los muertos, que tuvieron sus bisabuelos, entre ellos la abuela Gloria; de cómo el tío Manuel se portó con sus padres y sus hermanos (si fue malo con los de casa...). Esa parte en que se nos habla de la familia tiene la magia de la historia en sí, la que se nos cuenta, y de la forma en la que está contada. Es única y a la vez recuerda novelas mágicas como Cien años de soledad, novelas con familias mágicas en las que hay buenos y malos, víctimas y victimarios (aunque no recuerdo en la novela de García Márquez a nadie tan malo como el tío Manuel). Y es que enseguida van apareciendo los dicen y se pasa a contar lo que hizo Manuel con los de fuera. Y entonces viene la historia de la represión.
Nada que se pueda rastrear en los archivos. Nada queda de las tropelías que dicen, que hizo Manuel y que incluyen acusar en falso a su cuñado, el marido de la abuela Gloria, el abuelo Ramiro de la autora, para que lo encarcelaran y así tener a Gloria a su merced y poder quedarse con todo lo suyo. Nada figura en los archivos porque «siempre se dice que la historia la escriben los vencedores, pero también es cierto que la inescriben. y así, el tío manuel, que era malo y fue malo, solo permanece en los registros de la historia local como alcalde de su pueblo durante unos años». La historia la escriben y la inescriben los vencedores, pero nunca consiguen alterarla, y junto a los escritos están los dichos y nada pueden hacer los vencedores frente a lo que dicen los dichos, por más que el miedo los adelgace y los amortigüe
Susana Sánchez Arins |
Leí Dicen, libro del que no tenía ni idea, para la tertulia literaria del instituto que este curso hemos recuperado tras la pandemia. Un tertuliana se había puesto en contacto con la autora y esta tuvo la amabilidad de enviar unas palabras hablando de la novela. Tal vez lo mejor sea que la deje hablar a ella de su propia obra:
«Cuando alguien me pide que resuma la trama siempre digo lo mismo: creo que un tío abuelo mío fue un asesino. Y el impacto no está en la palabra asesino, o no solo, sino en ese “creo”. Dicen está narrado desde la incertidumbre, desde la inseguridad. Desde el no saber, ciudadanía del siglo XXI, si lo que se nos cuenta de la guerra ocurrió o no así».
«[...] me parece importante que los protagonistas no tengan grandes nombres. No hay francos ni queipos del llano ni azañas. La dureza de la guerra y de la posguerra están narradas desde lo íntimo, lo pequeño. Ni siquiera el malo pertenece al grupo de los grandes malos. Es un malo insignificante cuyo daño en otras personas aparentemente insignificantes muestra con claridad las marcas que la violencia de esos años dejó en nuestras comunidades».
«Siempre creí que nunca llegaría a buena escritora porque mi mirada está contaminada por la tele y el cine. Ahora veo que esa cultura pop es la que hace el libro diferente, construido con secuencias en vez de capítulos, acompañado como en un collage, de músicas y fotos y poesía y recortes de periódico».
Dicen es una novela buena que se hace mejor con el recuerdo. Es una novela diferente, no por lo que cuenta, ya hemos leído mucho sobre la represión, hay mucho que contar y mucho que leer, nunca sobra. La originalidad de la novela está en la forma. A base de secuencias como ella dice, secuencias cortas que son como disparos en medio del alma, nos va narrando lo que dicen de el tío Manuel porque se ha empeñado en que no queden en el anonimato ni la persona ni sus actos por mucho que los vencedores hayan borrado de los archivos, que no de la historia, sus crímenes y solo hayan escrito su particular versión de la heroicidad.
«[...] hay personas que se empeñan en no haber sido, en no haber existido, en no haber vivido. muere quien podía hablar de ellas, quien podía contar sus vidas y hechos. y rastreamos archivos y bibliotecas, mostradores de notarías, cajones con viejas cartas, hemerotecas de periódicos que en un tiempo fueron, rumores al aire de tabernas y no damos con esa gente. no quisieron tener vida, no quisieron memoria. entonces, ¿por qué escribimos sobre ellas? porque no son dignas del anonimato. porque sí vivieron sus vidas y otras gentes las padecieron. porque causaron dolor y terror, miedo y muerte. porque fueron malas. y poderosas».
Mi ordenador tiene la fea costumbre de no poner las mayúsculas cuando le da la gana, pero en esta ocasión no ha sido culpa suya. En Dicen la autora ha suprimido totalmente las mayúsculas. También de esto dio una explicación para la tertulia. No quería poner en mayúsculas nombres como Franco, Mola o Alzamiento. No me convence. Si se quitan todas las mayúsculas no destaca la minúscula de franco, mola o alzamiento nacional. Hubiera sido mejor dejar las mayúsculas para que esas minúsculas destaquen en toda su pequeñez moral y su miseria histórica.
Título del libro: Dicen
Autor: Susana Sánchez Aríns
Nacionalidad: España
Título original: Seique
Nacionalidad: España
Título original: Seique
Traducción: Susana Sánchez Aríns (del gallego)
Editorial: Deconatus
Año de publicación: 2019
Año de publicación original: 2015
Nº de páginas: 169
Hola Rosa!! Muy buena sugerencia lectora, no lo conocía y no me importaría darle una oportunidad. ¡Genial reseña y gracias por tu recomendación! Besos!!
ResponderEliminarSeguro que lo disfrutas. Es un libro distinto y sorprendente.
EliminarUn beso.
Tomo nota del título y de la autora. Si os funcionó bien en vuestra tertulia, también funcionará bien en la mía, me imagino.
ResponderEliminarSobre lo de las mayúsculas, coincido contigo. La explicación me parece un poco chorradita.
Un beso
¡Uy! Cómo me ocurre tantas veces cuando estoy fuera de casa y comento por la tableta, se me olvidó identificarme. Soy Juan Carlos Galán.
EliminarJa, ja, imaginaba que eras tú, por lo de la tertulia literaria. No dejéis de leer este libro. A pesar de las mayúsculas, es muy interesante y creo que en vuestra tertulia daría juego igual que en la nuestra. La autora incluso nos dijo que si no fuera por que ese día estaba muy liada, se hubiera podido comunicar con nosotros mediante videoconferencia.
EliminarUn beso.
Ay no sé, Rosa. En esta ocasión, y aunque me gustan la historias familiares, no me veo con este libro. Y fíjate que la frase inicial tampoco la tengo muy clara. Hay gente que es muy buena con los de fuera, pero un demonio con los de dentro de casa. Besos
ResponderEliminarEso es cierto, no siempre ser malo con los de dentro significa ser malo con los de fuera. Y recuerdo al respecto, lo que comentaba Miguel Ángel Oeste de las amistades maravillosas que tenía su padre. Pero son comentarios que se hacen y que en la familia de la autora debían de ser una constante.
EliminarUn beso.
¡Hola!
ResponderEliminaryo tampoco me veo con este libro, ya me conoces. Lo primero que llamó mi atención al leer tu primer párrafo escogido es lo de las mayúsculas. Con la primera pensé que igual se te había pasado (aunque es raro porque suele ser copia-pega), pero luego ya vi que era así, que se había pasado por completo de las mayúsculas. Entiendo sus argumentos, los de la autora, pero sinceramente, además de casi hacer daño cuando se lee (soy muy estricta con lo de las faltas de ortografía) estoy de acuerdo contigo en que hubiera sido mejor dejarlas por lo que dices. Aunque es cierto que se puede tomar como una peculiaridad más de la narración, esa originalidad en la forma, como algo distinto. Por cierto, muy chula la expresión "como disparos en medio del alma" (no me queda claro si es tuyo o de la autora)
Me alegra que hayas hecho este descubrimiento y de esa recuperación de la tertulia de tu instituto que la pandemia echó por tierra
Un beso
Esa expresión es mía. Todo lo que son citas aparece en distinto color. En rojo, las citas literales del libro en cuestión; en azul, citas de entrevistas al autor, prólogo y citas en general sobre el libro o el autor, pero que no sean de lo que es la obra reseñada. Todo lo que sale en negro es mío.
EliminarDespués de alguna pega más que le puse a la novela y que luego he visto que no no tenía mucho fundamento, la única que me queda es la de las mayúsculas, pero imagino que para mucha gente no tendrá tanta importancia. Yo es que también soy muy maniática con la corrección ortográfica. A pesar de que muchas veces me falte alguna mayúscula. Ya digo que mi ordenador las suprime a discreción y si voy deprisa y no repaso, se me escapa alguna.
Un beso.
Tremenda la historia y tremendas las palabras de la autora, esa incertidumbre y ese desconcierto frente a la historia familiar. Muy original también la forma de contar, parece. Tomo nota, Rosa. Gracias por la recomendación. La veo muy interesante.
ResponderEliminarSí, la autora cuando quiso saber más se dio cuenta de que no tenía nada más que rumores. Con ellos ha hecho una obra magnífica que no dudo en recomendar.
EliminarUn beso.
Pues el argumento me tienta y parece original en la forma de contar, pero el tema ese de las mayúsculas me echa para atrás. Me chirría mucho...
ResponderEliminarBesotes!!!
Yo no dejaría de leerla por lo de las mayúsculas si el resto te atrae. No me hubiera gustado perdérmela solo por ese detalle. Creo que a pesar de ello, merece la pena.
EliminarUn beso.
Hola, Rosa. Sorprende la historia y la narración, y por eso me atrae a pesar de no estar anímicamente bien para leer este libro me tienta. Ah, y estoy de acuerdo contigo con el tema de las mayúsculas.
ResponderEliminarBesos y felices lecturas.
Sí que sorprende la novela. El tema sobre la guerra civil y la represión no es nuevo, pero la forma de contarlo lo es, y mucho. A base de escenas cortas, pocos capítulos completan una página, de palabras puestas en boca de distintos vecinos y testigos, se va conformando la historia del tío Manuel. Y sí que era malo.
EliminarUn beso.
Buenas tardes, Rosa.
ResponderEliminarParece un libro diferente. Pese a no gustarme leer sobre nuestra historia reciente, lo singular de este título me ha llamado la atención. Me lo apunto para esta próxima temporada. Muchas gracias por tu extraordinaria reseña!!.
Un abrazo y feliz comienzo de semana!!
A mí en cambio me gusta mucho la historia de España durante el siglo XX. este libro tiene mucho de singular por lo que creo que podría gustarte.
EliminarUn beso.
Hola Rosa, ya sabes que me gustan las historias familiares y esta me llama especialmente porque, aunque se hable de la familia de la autora, puede ser la de cualquiera de nosotros y de nuestros parientes, que lucharon en uno u otro bando, que se portaron decentemente o no tanto cualquiera que fueran sus ideas políticas. Que protegieron o se vengaron. Me la llevo apuntada. Que bien que hayáis recuperado la lentilla literaria!. Se disfruta y se aprende mucho. Besos.
ResponderEliminarLa tertulia ya se recuperó en octubre, pero por distintos motivos no pude asistir ni ese mes ni en noviembre. Ha sido muy agradable recuperar esa vieja costumbre.
EliminarLa novela seguro que te gusta. la parte en la que cuenta cosas más de la familia es la que más me gustó. la otra, la que se centra más en la represión, me gustó mucho también, pero es que la familia es mágica con todas sus miserias y sus grandezas.
Un beso.
lo mejor del mundo para vos❤️❤️
ResponderEliminarNo tenía ni idea de esta novela y me has dejado totalmente entregada a ella. Son muchas las cosas que me gustan de todo lo que nos cuentas, por no decir todas, pero lo que más es que se haga mejor con el recuerdo. Pura debilidad es la mía con esas lecturas que dejan un poso y que, conforme pasa el tiempo, no dejan de crecer y crecer. Me la llevo, cómo no?
ResponderEliminarBesos.
Espero que te guste. es una novela curiosa y original, si no en el contenido (que puede que también), sí en la forma. Las pocas pegas que le puese, tras lo que hablamos en la tertulia y lo que me fue quedando en el recuerdo, terminaron por resultar inconsistentes. Ya nos contarás.
EliminarUn beso.
Hola.
ResponderEliminarQué interesante, no conocía la novela y como dices, hay mucho que leer y escribir sobre la represión. Y concuerdo contigo en el tema de las mayúsculas, con suprimirlas en esos nombres es suficiente.
Muy feliz día y aprovecho para felicitarte las fiestas.
Cualquier cosa sobre el tema escrita desde la honradez y la sinceridad es bienvenida para mí y este libro cuenta recuerdos, recuerdos de la propia autora, de sus familiares o de esos testigos que a su vez recuerdan y dicen...
EliminarUn beso y felices fiestas también para ti.
Hola ,Rosa. Esta historia no es para mí. No me llama la atención y creo que me resultaría una historia incómoda de leer. Lo de las mayúsculas me parece una "tontería ", con todos los respetos a la autora, quiero decir, que si queremos que no se olviden ciertas cosas pues hay que ponerles nombres, no sé. Es como quitarlos de los libros de texto, una barbarie solo concebida para generar analfabetos.
ResponderEliminarPor cierto, respecto respecto lo de qué no hará a los de fuera si trata mal a su familia creo que hay gente que hace eso, sin llegar al extremo del tío Manuel pero que habiendo confianza, son peores que con los de fuera.
Hay que reconocer que la novela plantea cosas interesantes.
Besos
Bueno, ella no quería suprimir ciertos nombres, solo quitarles solemnidad e importancia suprimiendo sus mayúsculas y optó por suprimirlas todas. Yo hubiera dejado las demás para que resaltara más la falta concreta de esas. En fin, son distintas formas de ver las cosas.
EliminarNo creo que sea una novela con la que se sufra mucho. La forma de contar las cosas hace que se asuman bien y sin excesivo trauma. Hasta tiene algún destello de humor.
Un beso.
Muy bueno
ResponderEliminarMuchas gracias. Me alegro de que te haya gustado.
EliminarEstoy bastante de acuerdo con la autora de esta novela en que, en esa afirmación de creo que mi tío abuelo fue un asesino, casi mortifica más el creo que la condición de asesino. La incertidumbre puede ser un runrún que carcome.
ResponderEliminarRespecto a la ausencia de mayúsculas en toda la narración, pues no sé. A mí este tipo de licencias (en este caso ortográficas) me parecen bien cuando de alguna manera se alían con la historia y aportan algo a la narración. Pero cuando, como en este caso, parece que no aportan nada, me parece más un intento de originalidad o de destacar de alguna manera entra la ingente cantidad de libros publicados continuamente que otra cosa. Además, por lo que comentas, parece que el estilo de Susana Sánchez Aríns es suficientemente fresco y atrayente para no tener que recurrir a este tipo de cosas. Interesante también lo que comenta de integrar esa cultura pop a su literatura. Me parece acertado, así la hace más suya y, además, toda obra es de algún modo producto de su época.
Bueno, sin mayúsculas o con ellas, la novela se ve interesante.
Besos
Es cierto que la novela es interesante y con un estilo muy fresco y original, y no necesitaría acudir al hecho de suprimir las mayúsculas. Respeto totalmente, faltaría más, la explicación que da la autora para este hecho, aunque no la pueda compartir. Sea como sea, la novela me gustó mucho y creo que tú también la disfrutarías. No es que cuente nada nuevo, porque de la represión franquista en los lugares que quedaron bajo su poder tras el golpe militar, se ha escrito mucho, pero esa forma de contarlo y ese tratar de indagar en un antepasado resulta de lo más novedoso. Ese "creo" que trata de convertirse en certeza y lo único que tiene para ello es un "dicen", resulta de lo más literario.
EliminarUn beso.