"Turileda" Pedro Saugar Segarra
«Una semana antes de su centenario, día más día menos, todos los hijos conocidos de Clemente Portocarrero Ayerbe de los Cobos Peñalvira recibieron un mensaje de su puño y letra ordenándoles presentarse tan señalada fecha en la finca familiar de Turileda "antes de la cena sin falta, si queréis ver un duro en el testamento". Alarmados e intrigados a partes iguales, tras confirmar por teléfono con su hermano pequeño Abel, el único que le aguantaba desde hacía años, que no había perdido el juicio, se pusieron de inmediato a la ardua faena de cambiar sus planes de Navidad sobre la marcha, fuera por el fatal imperativo de la sangre, fuera por la elevada probabilidad de ser la última ocasión de ver en vida a su progenitor, o por el riesgo, aún mayor, de que cumpliera su palabra. Conscientes todos ellos de que si Clemente nunca en su dilatada vida se había andado con chiquitas, acostumbrado a hacer de su capa un sayo de la mañana a la noche, a las puertas de la muerte todavía menos».
Clemente Portocarrero Ayerbe de los Cobos Peñalvira había nacido en la Nochebuena de 1912 rompiendo una maldición familiar. Las mujeres de los Portocarrero morían al dar a luz. Tras nacer él y su hermana Conchita sin más quebranto para su madre que el esperable tras sendos partos, parecería que la maldición había sido conjurada, pero no fue así exactamente y años después, aún más mujeres Portocarrero morirían de parto dejando en la descendencia de Clemente varios hijos e hijas con los más variopintos vínculos de sangre entre ellos, hermanos que solo lo eran de padre, hermanos que se creían de padre y no eran nada, conocidos que no se creían parientes y eran hermanos de padre. Tan solo los hijos conocidos estaban citados a la mesa de Nochebuena so pena de quedar excluidos de un testamento, que se esperaba abultado.
Los hijos conocidos de Clemente son seis, a saber y por orden: Baltasar, el hijo mayor nacido de la primera esposa; los tres mellizos nacidos a la vez (Telmo, un niño mellizo y Dulce y Sabina, dos niñas gemelas) y el pequeño Abel, nacidos de la segunda esposa; y un bastardo, Aníbal, reconocido cuando tenía trece años e invitado a pasar Nochebuenas y Sacramentos con la familia. Algunos llevan años sin verse, otros ni siquiera se conocen.
«Y es que no todos los días una solterona casi cincuentona se reencuentra con su hermano trillizo, al que desde que se separaron, tras lo de Sabina, apenas veía; y con su medio hermano mayor, al que jamás había visto, y que llevaba aislado del mundo en un monasterio casi cincuenta años; y con su medio hermano bastardo, al que solo veía de nochebuena en nochebuena; y con su hermano pequeño, el cual, a pesar de compartir la misma madre, o tal vez por ello (a sus ojos seguía marcado por el estigma de haber acabado con su vida), era para ella un completo desconocido. Por no hablar de un pueblo del que se desvinculó en las brumas de su juventud, cansada de ser "la hija del general", y que le recibía más de treinta años después de una forma tan increíblemente efusiva que parecía irreal, desarmándola».
La diferencia del tiempo en el que tiene lugar la infancia y juventud de los hijos, así como del padre, nos permite conocer la vida a lo largo de un siglo. Exactamente el siglo que está a punto de cumplir Clemente.
Los años de nacimiento de cada uno de ellos (Clemente, en 1912; Baltasar en, 1939; Aníbal, en 1951; los trillizos, en 1964 y Abel en los primeros ochenta) nos llevarán a distintos momentos históricos, a situaciones muy distintas en lo que afecta a la realidad de cada hermano según los tiempos. Baltasar en un convento, primero interno estudiando y luego dedicada su vida al silencio y la oración como cartujo. Aníbal viviendo en primera fila la Transición como miembro de la izquierda «Para compensar su rémora genética y acallar sus continuos reproches, Aníbal tuvo que lanzarse de cabeza al activismo[...] Desde afiliarse al naciente Partido del Trabajo de España, situado a la izquierda del comunista, a leer con más afán que entusiasmo El Libro Rojo de Mao». Finalmente terminaría como miembro destacado del PSOE. Los trillizos sumergidos en la Movida madrileña, en la que alguno se verá demasiado sumergido y se dejará arrastrar en sus eternas noches de música, sexo y drogas. Abel... bueno la historia de Abel, el único que se queda en Turileda, dejo que se descubra en la propia novela.
Pedro Saugar Segarra |
Pero a pesar de las diferencias debidas a la edad, el momento histórico y social y su condición de hijos más o menos queridos, legítimos o bastardos, siempre hubo una coincidencia en la que la mayoría iba cayendo sin ser consciente de ello: el sauce de los Portocarrero, al que iban a refugiar sus penas y frustraciones padre, hijos y algún otro personaje sin relación de sangre con la familia. «Cuando, ya de noche cerrada, localizaron a Aníbal bajo el mismo sauce llorón que había cobijado hacía diecisiete años a su medio hermano Baltasar y cuarenta y cinco a su padre, el anciano alguacil Pancracio, ya jubilado, no pudo dejar de señalar la coincidencia». El mismo sauce que años después, en el verano de 1980 cobijaría a Sabina tras contemplar algo que nunca debió ver.
Turileda es una historia llena de historias, de esas que empiezas a leer y ya no puedes soltar. Es de esas novelas que parece que estuvieran escritas para mí. Una inmensa saga familiar con viajes continuos del pasado al presente, con varias voces y varios focos, con secretos que se van desvelando, con personajes que se mezclan, aunque en principio pareciera que no había relación entre ellos, y es que aún no he hablado de Matías y Calamanda, los mochileros que llegaron a Turileda por primera vez en 1980. Volverían más adelante ya por separado.
Si la primera novela de Pedro Saugar Segarra, Operación Picasso, me entusiasmó, Turileda no ha quedado ni un milímetro por detrás. Las expectativas estaban altas y no ha habido la más mínima decepción. Es una novela extensa, de frases largas, de historias complejas, pero nada complicadas. Una novela para degustar con calma, para saber que mientras te sumerges en sus páginas el tiempo va a pasar a tu alrededor, pero tú sigues yendo y viniendo entre 1939 y 1912 o 1980 o 2012; pasando de Turileda a Cuenca y de Cuenca a Madrid; de la Guerra Civil a la Dictadura de Primo de Rivera o a la República; de la sublevación de Galán al asesinato de Calvo Sotelo; de Baltasar a los trillizos y de los trillizos a Aníbal o a Abel. Una novela para disfrutar y olvidarse del mundo.
Título del libro: Turileda
Autor: Pedro Saugar Segarra
Nacionalidad: España
Nacionalidad: España
Editorial: Ondina
Año de publicación: 2022
Año de publicación original: 2022
Nº de páginas: 592
Rosa, vas a acabar conmigo cuando mi lista de pendientes me estalle en la cara. He comenzado la reseña muy escéptica porque la cubierta me parece un horror y jamás me habría parado en este libro, pero conforme te iba leyendo... En fin! Uno más a la lista. Gracias por dármelo a conocer.
ResponderEliminarBesos.
Tampoco creo que yo me hubiera fijado en la portada, pero Pedro Saugar Segarra me cautivó totalmente con Operación Picasso y no podía dejar pasar su siguiente novela. No podría decir cuál me ha gustado más porque son muy distintas y difíciles de comparar. Las he disfrutado mucho las dos.
EliminarRespecto a las listas que estallan qué te voy a decir... ayer apunté tres. Hoy, de momento va bien la cosa. Nada por ahora.
Un beso.
La lectura de la introducción, e incluso más allá, me ha recordado el estilo de García Márquez. Una situación a todas luces extraña, por no decir estrafalaria, para seguir el mandato del patriarca. Y luego esa extensa familia, con sus peculiaridades de parentesco. Todo parece un tanto irreal, cercano al realismo mágico de aquel gran escritor. Quizá sea muy atrevida esta comparación, pero así me lo ha parecido.
ResponderEliminarUna historia, en definitiva, seductora. Me la apunto, aunque también me apunté para leer Operación PIcasso y todavía no lo he hecho.
Un beso.
Nada de atrevida la comparación. Yo misma la he visto clara, lo que pasa es que justo en mi reseña anterior también comparaba con Cien años de soledad y me dio cosa hacerlo de nuevo en esta. Pero sí, hay cosas que la pueden recordar, aunque es muy distinta y hay algo de magia, pero mucho más realismo. te recomiendo que leas ambas novelas del autor. Si no tienes prisa en acabar los libros y te gusta saborearlos con calma, son geniales.
EliminarUn beso.
Una novela en la que se combinan años, momentos y circunstancias, la verdad es muy interesante y si la has disfrutado estoy segura que a mi también, pero como la lista crece y además ahora busco lecturas más entretenidas pues la apunto pero es bastante probable que la lea mucho más adelante.
ResponderEliminarUn beso.
Es una novela muy entretenida y a pesar de ser larga, te envuelve de tal forma que te puede sacar por una hora o dos cada día de tus preocupaciones. Yo la leí de totalmente absorta en ella.
EliminarUn beso.
No sé si la cita con la que abres la entrada es el inicio de esta novela, pero de ser así (y de seguir), desde luego es para coger Turileda y no soltarla. Me ha pasado como a Josep Mª Panadés y como a ti según le confirmas, no he podido evitar pensar en García Márquez. Por algo se dice que el comienzo de Cien años de soledad es uno de los mejores comienzos de la literatura universal. Detecto además en la prosa de Pedro Saugar Segarra cierto toque de ironía que me encanta. La suya se ve una novela ambiciosa que se maneja en varios tiempos y que cuenta la historia de los diferentes miembros de esa familia a la vez que hace un buen recorrido por la historia de España durante el último siglo, pero por lo que comentas no se queda todo en una pretensión sino que llega a buen puerto. En fin, Rosa, me resulta una lectura muy apetecible y tomo buena nota de ella.
ResponderEliminarBesos
Sí, Lorena, ese es el irresistible comienzo de la novela que, en efecto, recuerda a Cien años de soledad por la enorme saga familiar y un cierto toque mágico, es una novela para los que no tenemos prisa, para los que disfrutamos leyendo un párrafo dos o tres veces hasta sacarle la esencia, para los que no tememos las idas y venidas por el tiempo y por el espacio y para los que no entendemos mayor placer que empezar una novela y sentir que, en adelante, cada vez que la sueltes, va a ser como despedirte de un amigo muy querido. Ese quedar deseando volver a encontrarte con él y aprovechar todas las oportunidades para hacerlo. Y sí, hay ironía, bastante ironía.
EliminarUn beso.
Buenas tardes, Rosa.
ResponderEliminarMe fascina el principio argumental de la novela. Pese a que toca temas familiares eternos, lo que nos has contado me parece del todo original. Sé que el autor es conocido y valorado por Operación Picasso, pero yo no lo he leído. Quizá me anime con esta otra novela que nos has analizado. Ya te contaré.
Un abrazo y, por si no nos cruzamos, te deseo muy Feliz Navidad!!
Tras leer el principio a mí me fue difícil soltar la novela de las manos, pero hay que hacerlo porque es larga y no se puede leer de una sentada. Afortunadamente, yo tampoco tengo mucho más que hacer y la verdad es que me he pegado verdaderos atracones. Si Operación Picasso me gustó, y mucho, Turileda no desmerece nada en absoluto.
EliminarUn beso y Feliz Navidad a ti también.
¡Ay, Rosa! Otra de esas sagas familiares que también a mi me encantan. No me da la vida ya, jeje, pero la tengo en cuenta porque me ha gustado muchísimo tu reseña y parece de esas historias que enganchan enseguida. Un beso y Feliz Navidad.
ResponderEliminarLarga y maravillosa saga familiar que además nos pasea por toda la España del siglo XX con numerosos referentes históricos, políticos y sociales. la historia engancha, vaya si engancha. Te la recomiendo.
EliminarUn beso y muy Feliz Navidad para ti también.
Hola Rosa, no he leído nada del autor y desde ahora me lo llevo apuntado. Como ya sabes me encantan las historias familiares y las que transitan entre el presente y el pasado, con un toque que me recuerda al realismo mágico, así que seguro que esta novela es de las mías. Besos y Felices fiestas.
ResponderEliminarSeguramente sí es de las tuyas. Tampoco les tienes miedo a las historias largas, con muchos personajes, con párrafos extensos, con muchos tiempos y varios focos, con mucha familia y secretos y... algo de magia. Ojalá te guste.
EliminarFeliz navidad y un beso.
¡Hola! Me gustan esas historias familiares, que enganchan desde la primera página, por lo que no dudo que disfrutaría mucho de esta lectura. Aprovecho para desearte una muy feliz navidad y que el próximo año, venga cargado de alegrías y muy buenas lecturas. ¡Un fuerte abrazo navideño a la distancia!
ResponderEliminarDisfrutarás con esta novela de una familia enorme, con muchas historias, y de un país que, en cuestión de historias, también tiene las suyas.
EliminarUn beso.