"El libro del sepulturero" Oliver Pötzsch
Ambientado en Viena en 1893, El libro del sepulturero es una novela que tiene el encanto y la sordidez de la época. Ciudades recorridas por coches tirados por caballos; barrios con calles sin asfaltar que se llenaban de barro en cuanto caian dos gotas de agua; una investigación policial carente de todos esos medios a los que hoy estamos tan acostumbrados: cámaras, ADN, ubicaciones por GPS... Pero también era el momento en que todo eso estaba cambiando. Como el propio autor nos dice en su nota final «[...] es una novela policíaca ambientada en una época que supuso el inicio de muchas cosas que hoy todavía determinan nuestras vidas, sobre todo en el ámbito tecnológico: el teléfono, la electricidad, el automóvil, la fotografía, el cine… Y todas ellas surgieron a un ritmo vertiginoso al que no todo el mundo supo adaptarse».
Es también una época en la que el gusto por el espiritismo, la creencia en vampiros y otros seres de ultratumba, y la preocupación por la muerte aparente estaban a la orden del día. En la novela tienen mucha importancia el Cementerio Central de Viena, escenario fundamental de la historia, y uno de sus sepultureros, Augustin Rothmayer. Este está escribiendo un libro, El almanaque del sepulturero, en el que estudia todo lo relacionado con la putrefacción, la muerte aparente, etc.
Cada capítulo empieza con un pasaje de este almanaque estremecedor, pero muy documentado para la época. «Probablemente no haya en la vida humana condición más temida que la de la muerte aparente. Este estado puede tener distintas causas: ahogo o ahorcamiento, soterramiento en minas o avalanchas, pero también envenenamiento, tétanos o fiebre muy alta. Son frecuentes los relatos acerca de personas que, debido a una muerte aparente, han sido enterradas vivas. En ellos se habla de golpes en la tapa del ataúd o gritos de desesperación en el cementerio. Algunos de los enterrados han sido exhumados posteriormente y hallados en posturas extrañas, como si hubieran intentado liberarse con todas sus fuerzas antes de morir».
El caso policial consiste en la aparición, en el parque del Prater, de varios cadáveres de jóvenes asesinadas y con una estaca insertada en la vagina con una inquietante leyenda grabada Domine, salva me. Leopold von Herzfeldt se encontrará en medio de la investigación sin que nadie le haya invitado ni desee tenerle cerca. Recién llagado de Graz donde había trabajado para el fiscal Hans Gross y de donde huye por algún turbio asunto que iremos sabiendo poco a poco, Leopold no es bien recibido en la comisaría de Viena. Su mentor, Gross, es un firme partidario de emplear la ciencia en la investigación criminal y de introducir la criminalística en la Universidad. Pero tanto avance no es bien recibido por sus compañeros.
El joven inspector llevará a cabo esta investigación a la vez que otra que le surgió en el Cementerio Central y en la que encuentra la ayuda del sepulturero, Augustine, con el que irá simpatizando cada vez más. Y es que, tras el intento del robo de un cadáver, el sepulturero descubre que éste fue enterrado vivo.
«—¡Qué muerte tan terrible!
—No se preocupe por la cara de terror, el aspecto de un cadáver es fruto de la casualidad. He visto ahorcados que eran la viva imagen de Blancanieves. Es mucho más interesante esto de aquí. —Augustin Rothmayer levantó el brazo derecho del muerto, cuya rigidez ya había remitido—. Mire las uñas.
—Están… están destrozadas. —Leo se inclinó para observar los dedos y vio costras de sangre en las yemas. La otra mano también presentaba las mismas heridas. Tenía astillas de madera clavadas en lo que le quedaba de las uñas».
Posteriormente se llegará a la conclusión de que el supuesto suicidio del muerto en cuestión, que no es otro que Bernhard Strauss, hermano bastardo de Johan Strauss hijo, pudo ser un asesinato.
Ambas historias las va llevado Leopold a la par. La de los asesinatos de las jóvenes, un tanto en secreto porque se le ha prohibido expresamente, inmiscuirse en el trabajo del inspector jefe Paul Leinkirchner, policía encargado del caso que, además del mal inicio que tuvo con Leopold von Herzfeldt, cuyas ideas avanzadas no comparte, tampoco simpatiza con él dado que Leopold es alemán y judío. En sus pesquisas Leopold solo cuenta con un joven policía, Andreas Jost, y con una telefonista de la comisaría con aspiraciones investigadoras, Julia Wolf. Además de Augustine, por supuesto.
La historia es entretenida y como digo tiene el encanto de la época, la espléndida ambientación en la Viena del cambio de siglo y una trama que engancha y que tiene su interés, pero el final me ha decepcionado. Lo he encontrado simple y muy manido. Tampoco me ha gustado que se tomen personajes históricos y se los haga protagonistas de hechos que nunca cometieron y que pueden constituir una sombra en su reputación. Se aclara en la nota final del autor, pero ¿qué pasa si no se lee dicha nota?
*«Y ya que hablamos de ficción y realidad: tanto .................. como ............... dirigieron realmente la Oficina de Seguridad de Viena (Wiener Sicherheitsbüro) en aquella época, pero, por supuesto, ................. nunca participó en ninguna reunión de pedófilos y se jubiló de forma voluntaria en 1893. Johann Strauss (padre) tuvo varios hijos ilegítimos fruto de su relación con la modista de sombreros Emelie Trampusch, pero Bernhard es invención mía. También me he tomado otras licencias, como con las descripciones del Palacio del Archiduque o determinados detalles del Cementerio Central».
Y digo yo, si se les van a adjudicar hechos que no cometieron, y hechos delictivos además, ¿no era mejor poner personajes ficticios?
*Las líneas de puntos sustituyen nombres, por si se pudiera producir el destripe de algún detalle.
¡Hola, Rosa! Una novela que me interesa muchísimo ya que, justamente, estoy leyendo mucho de esos inicios de la criminología para el blog y mucho tuvo que ver en concreto ese juez vienés, Hans Gross que publicó esa especie de manual de buenas prácticas para la investigación de un crimen. De hecho, esa publicación fue diría la justa frontera entre lo antiguo y lo moderno, mezclando cosas tan obvias hoy día como es la inspección ocular de la escena del crimen, con otras supersticiones como obligar a que las acusadas de brujas entraran de espaldas en el juzgado. Será estupendo leer una ficción de ese contexto. Un abrazo!!
ResponderEliminarEse libro escrito por Hans Gross, aparece en la novela como un libro que Leopold le presta a su compañero, Andreas Jost, el único junto con Julia que cree en la ciencia de lo criminal. El libro del sepulturero, es una novela que entretiene y si estás documentándote sobre esos inicios, te vendrá de maravilla. Además está muy bien ambientada. Pero el final... y esos personajes históricos cometiendo (o siendo sospechosos de cometer) tropelías que jamás cometieron... Si la lees, me gustaría saber tu opinión.
EliminarUn beso.
Buenos días Rosa.
ResponderEliminarLlevo un mes excaso con este libro en mente. Lo he oído nombrar en alguna publicación e incluso alguna noticia he leído con respecto a él; será pura casualidad supongo, que ahora lo reseñes tú, pero con ello ya me has dado motivos para leerlo. Lo único el final, que dices que es muy manido y esperable. Me imagino que no será causa suficiente para disuadirme de hacerlo. En todo caso, gracias poor tus indicaciones a navegantes.
Besos.
Más que casualidad es que, como dices, se lee mucho sobre la novela y, me he dejado tentar. No es la novela del año, pero está bien ambientada y resulta entretenida. Creo que te gustará.
EliminarUn beso.
Hola, Rosa. Más que la trama policíaca lo que me gusta de esta historia es la ambientación en esa Viena de fin de siglo con tantos cambios en el horizonte. No había oído hablar de la novela y parece entretenida aunque se desinfle al final, como dices. Coincido también en lo de los personajes históricos, mejor hubiera sido nombres ficticios...
ResponderEliminarEs que la ambientación, tanto temporal como espacial es lo mejor de la novela. La trama criminal no está mal, aunque el final no me haya gustado especialmente, pero lo que me ha atraído sobre todo ha sido lo otro. Esa investigación policial en la que pelean lo tradicional y lo moderno.
EliminarUn beso.
Hola. Si la lista de lecturas pendientes es larga, la de viajes, ni te cuento. Y Viena está, sobre todo por el casco antiguo y porque imagino una ciudad de cuento.
ResponderEliminarPor eso las historias ambientadas ahí tienen puntos extra. También el misterio y la época en la que la tecnología no ayudaba tanto y tenían que ser más ingeniosos y hábiles incluso para resolver los casos.
Lo de la muerte aparente les traía por la calle la amargura y no me extraña. Recuerdo haber visto en un Cuarto Milenio y alguna peli lo de la campankra en la tumba para que el muerto pudiera usarla en ese caso.
Así que todo pintaba muy bien hasta que has llegado al final. Me importa muchísimo eso así que me lo ahorro. Con ese tipo de finales termino cabreada y con la sensación de que me han tomado el pelo. Qué manera de desaprovechar un buen trabajo.
Lo de inventarse crímenes y luego imputárselos a personajes reales y quedarse tan ancho me parece el colmo. Es como su quisiera usarlo como cebo. Que sí que luego nos deja la nota pero a mi entender el daño está hecho.
Además, como bien dices, muchas veces esas cosas ni las leemos.
Muy mal.
Besos
Estuve en Viena hace mucho tiempo, pero como venía de Praga (eso sí que es un cuento de hadas total) y encima llovia, ni me sorprendió tanto. Tendría que volver.
EliminarVeo que los temas y la ambientación te gustaría y pienso que igual el final también te gustaba a ti y por mi culpa te la pierdes. Yo soy muy caprichosa con los finales y puede ser que el que no me guste a mí a otra persona le encante. Decide tú misma.
Un beso.
¡Hola!
ResponderEliminarpues me pasa como a Norah, que en principio, según te leía pensaba que era para mi, también me gusta la ambientación en Viena (no la conozco tampoco) y la época, pero claro, que al final no te haya convencido y te haya decepcionado..., pues entonces va a ser que no, que no mola llevo. Entiendo lo que dices de los personajes, no se entiende algo así ¿que necesidad de inventarse cosas sobre unos personajes que son reales? Como dices, para eso mejor te lo inventas todo ¿no?
Yo sí leo los prólogos, epílogos y notas, pero existe el riesgo de que alguien la nota final no la lea, y se quede pensando que lo que ha leído es real y no es plan...
Pues eso, que este no me lo llevo. Una pena que no fuera redondo
Besos
Pues te digo como a Norah que la novela tiene unos temas muy interesantes y curiosos, los informes del sepulturero son geniales y la trama criminal está bien. Y por supuesto, la ambientación es muy buena. El final no me convenció, pero igual a ti te gusta.
EliminarUn beso.
Pues me llamaba mucho este libro, sobre todo por su ambientación, pero con lo que dices del final y con ese mal uso de personajes históricos... Pues me parece que lo voy a dejar pasar, que mis pendientes lo agradecen.
ResponderEliminarBesotes!!!
Tampoco quisiera yo disuadir a nadie. La ambientación se disfruta mucho y el final quién sabe si seré yo la única a la que no le gusta.
EliminarUn beso.
Me gustan mucho las novelas policíacas ambientadas en épocas pretèritas, como en este caso. El círculo del alba, mi última lectura de este género y con parecida localización cronológica, me gustó por tal motivo. Lo que no me gusta es que, después de todo el recorrido lector, el desenlace me resulte decepcionante, como admites que te ha ocurrido con esta novela. Y tampoco me parece bien que se utilicen personajes reales a los que se les endosa comportamientos y actos inventados y no precisamente ejemplares. Así que me entran serias dudas sobre la conveniencia de leer esta obra, a pesar de lo atractiva que me resulta su trama.
ResponderEliminarUn beso.
La novela merece la pena y mi opinión sobre ese final no deja de ser muy subjetiva. Si la trama, la época y el lugar te resultan atractivos la disfrutarás y hasta puede que el final no te disguste tanto. Lo de atribuir cosas malas a personajes reales, no tiene remedio. Eso es así.
EliminarUn beso.
Hola Rosa, estoy leyendo muchas reseñas de esta novela últimamente, en general está teniendo muy buenas opiniones. Lo que más me llama es La ambientación, porque me gustan mucho las historias de investigación antes del boom de la tecnología. Pero ese final que te ha decepcionado y las libertades (para mal) que se toma con personajes históricos me echa un poco para atrás, no digo que no vaya a leerla si se cruza en mi camino, pero no le daré prioridad. Besos.
ResponderEliminarCreo que ya solo por la ambientación merece la pena El libro del sepulturero. Que el final me haya decepcionado tampoco debería disuadir a nadie. Si se cruza en tu camino,espero que te guste.
EliminarUn beso.
Las tramas policiales ya sabes que no me van mucho, pero, aun así, la ambientación de esta novela es realmente tentadora. Lástima que no te convenciera el final. Respecto a lo que comentas del uso de personajes reales, si bien es cierto que me gusta el juego de mezclar realidad y ficción, no es menos cierto que resulta cuestionable eso de adjudicar hechos delictivos a personas que existieron en realidad y que no los cometieron, por mucho que se aclare al final del libro.
ResponderEliminarBesos
Bien sabes que a mí también me gusta la mezcla de realidad y ficción y no me importa que a personajes reales se les adjufiquen hechos en los que nunca participaron, pero si esos hechos son delitos de lo más reprobable, entonces ya me empieza a parecer un exceso.
EliminarLa ambientación es muy buena. Al menos yo me sentí muy metida en aquella Viena de 1893.
Un beso.
Buenas tardes, Rosa.
ResponderEliminarLa novela tenía una pinta estupenda para seducirme, lástima que al final te haya decepcionado.
Con respecto a lo que comentas sobre tomar personajes de la realidad para adjudicarles acciones que jamás hicieron, es una herramienta literaria y cinematográfica que siempre me ha molestado. No me parece oportuno juguetear con la historia y crear confusión a quienes se interesan por ella.
Por fin una novela que dejo pasar.
Un abrazo y muchas gracias por tu estupenda reseña!!
A mí no me importa mucho que se kes adjudiquen hechos neutros, sin importancia histórica y sobre todo sin carga ética negativa. Siempre que se novela sobre la historia, se adjudican hechos más o menos ficticios y es algo con lo que se cuenta, pero lo menos que puede pedirse es que no se altere la historia, ni se difame la memoria de los personajes.
EliminarUn beso.
Me gustan los escenarios. Conozco Viena y Praga. Me gustó más Praga que Viena. Pero este libro, Rosa, con esas licencias, creo que no. Es que una cosa es que un autor cambie un pelín la historia y otra que se la invente directamente. Hay mucho por leer. Con este no me animo. Besos
ResponderEliminarA mí también me gustó mucho más Praga que Viena. De hecho, creo que Viena me hubiera gustado más de ni haberla visitado justo después de pasar cinco días idílicos en Praga. Me resultó un tanto decepcionante. Además esperaba más de Viena que de Praga y fue toda una sorpresa.
EliminarLa novela no es histórica, pero la adjudicación de ciertos hechos a personajes que sí lo son resulta un poco osada.
Un beso.
A mí me pasó exactamente lo que a ti, Rosa. El inicio me enganchó enseguida y la ambientación tan buena me encandiló. Pero según avanzaba la historia había cosas que no me terminaban de convencer, como eso de poner a Johan Strauss de "posible" pederasta, inventarse un hermanastro (aunque los tuvo ninguno coincide con el que sale en esta novela) y cosas así.
ResponderEliminarSoy de la misma opinión, si se va a inventar algo es mejor no recurrir a personajes históricos porque queda... mal.
El final Disney acabó de chafarme la historia (solo le faltó poner música de violines y que apareciera por ahí algún unicornio rosa bajo un arcoiris).
En fin, una lectura prescindible.
Besos.
Sí, salvo que es entretenida y la ambientación muy buena, el resto resulta predecible y esas personas históricas a las que se les adjudican hechos delictivos terminan por hacer que la historia pierda mucho. Y sí, el final muy predecible en lo policial y un tanto ñoño en lo personal.
EliminarUn beso.