"Un bien relativo" Teresa Cardona
«Los dedos del tendero saltaban sobre las teclas de la caja registradora arrancando un pitido mientras colocaba la mano izquierda posesivamente encima de cada producto a cobrar. La lista era larga, y Conchita ya había renunciado a la Nocilla y el yogur, pero la harina, la leche, el pan de molde, los huevos y el aceite hacían aumentar el tamaño del papelito que surgía impreso.
—1.254, guapa.
La niña enrojeció hasta la raíz del pelo, sintió la cara arder y los ojos llenarse de lágrimas.
—Solo tengo un billete de 1.000, ¿le importa que le pague el resto mañana? —susurró».
¿Qué tiene que ver esta escena de Madrid en 1980 con la aparición del cadáver de una monja en San Lorenzo de El Escorial en 2015? ¿Cómo se pueden enlazar la investigación policial que llevan a cabo la teniente Karen Blecker y el brigada Cano de la Guardia Civil con la vida de una familia de clase baja sometida a todo tipo de carencias treinta y cinco años antes?
Eso es lo que el lector tendrá que ir averiguando a medida que avanza en la lectura de Un bien relativo. Como ya sucediera con su libro anterior, Los dos lados, dos historias, una del pasado y otra del presente (2015 en este caso;) se irán alternando en los diferentes capítulos sin relación aparente. Aparente digo, porque como es lógico el lector sabe que ambas historias se van a encontrar antes o después. No tarda mucho en este caso en establecerse la relación. Lo que tarda en aparecer en 1980 la hermana Lucía, la misma monja que aparece muerta en 2015.
Aparentemente la muerte puede haber sido consecuencia de una caída. «Se preguntó si lo que la hizo caer había sido un accidente, o a lo mejor un infarto. Había unas raíces en el suelo que sobresalían en el camino como las venas en las manos de las personas mayores, podría haberse tropezado con ellas y caído sobre la piedra. Era un peñasco de media altura rematado con una cresta que hizo a Karen pensar en los sílex prehistóricos. También la podían haber empujado, claro, se dijo. Pero se preguntó: ¿quién querría matar a una monja?».
Poco a poco se va imponiendo la hipótesis del asesinato a partir del examen forense que encuentra que «El golpe es muy profundo y la velocidad de la caída tuvo que ser incrementada por un impulso. Habría podido ir corriendo y tropezar». O alguien podría haberla empujado. La investigación hará que la teniente Karen Blecker cambie su pregunta y quién querría matar a una monja se transforma en «qué podía haber hecho una monja para que quisieran asesinarla».
Las claves se irán dando en los capítulos ambientados en 1980. Allí veremos a Conchita, una niña de quince años obligada a atender a sus hermanos mientras su madre trabaja. Cuidado que compagina con sus estudios en los que destaca como alumna brillante. Inmaculada, la madre, limpia casas por horas y Conchita se ocupa de sus cuatro hermanos hasta que la madre vuelve a casa al final de la tarde. Ambas mujeres, Conchita ya lo es a su temprana edad porque a la fuerza ha madurado antes de tiempo, se tienen que enfrentar a las estrecheces económicas. «—¿Ya estamos otra vez? —dijo el tendero levantando la voz—. ¡Y eso que ni siquiera estamos a fin de mes! Y dime, ¿voy a tener que esperar para cobrar hasta que tu madre entre el sueldo?».
En la casa hay un padre, pero su llegada solo causa temor en los niños y en la madre. Con lo único con lo que contribuye es con golpes y malos tratos. El dinero se lo deja en la taberna. Y los golpes a veces son tan contundentes que dejan a la madre sin poder entrar el sueldo durante varios días.
También en 1980 conoceremos a familias muy distintas de esta. Si Conchita y su familia viven en Carabanchel, los Arsuaga, Enrique y Adela, viven en el barrio de Salamanca y para ellos trabaja Inmaculada entre otras familias. También las peripecias de los Arsuaga y de sus amigos, los de Beamonte, las iremos viendo. Vidas muy distintas las vividas en Carabanchel y en el barrio de Salamanca, pero ninguna libre de problemas y de sinsabores, aunque los de los ricos se solucionan con mucha más facilidad que los de los pobres.
Un acierto que veo en la novela es que no enfrenta a las clases pudientes con las clases bajas desde el punto de vista del explotador y el explotado. No hay explotadores, los ricos se comportan con sus criados con respeto y hasta con generosidad, y tal vez eso hace que las diferencias entre ellos sean más palpables. La culpa no viene del hecho de ser ricos y maltratar a los pobres, sino del hecho de creer que esa diferencia está establecida de manera natural por Dios o por la Historia y que la caridad y el buen trato a los inferiores bastan para compensar la desigualdad y justificarla.
Teresa Cardona |
Si en Los dos lados, la autora reflexionaba sobre esos puntos de vista distintos que todo asunto, desde los toros hasta la religión, pueden plantear, en Un bien relativo se analizan algunos comportamientos que, con el pretexto de hacer el bien, incurrieron en delitos muy graves, porque no siempre el bien es igual para todos y porque el bien no se puede imponer a la fuerza y sin dar opción de elegir. No voy a entrar en el meollo del tema que trata el libro porque es algo que se debe ir descubriendo a medida que se avanza en la lectura. Solo diré que la novela me ha resultado muy entretenida y que no dejo de recomendarla a pesar de que las pegas que le puse a Los dos lados, siguen presentes en Un bien relativo
Curiosamente, esta segunda novela de la serie es anterior cronológicamente a la primera. Si en Los dos lados el presente se configura en 2016, en Un bien relativo lo hace en 2015. También esta segunda novela está escrita con anterioridad. No importa. Se leen perfectamente en cualquier orden. Si alguien tiene interés en saber la razón por la que se han publicado de esta forma, en la entrevista que Marta Marne, en su podcast Hora de la muerte, le hace a Teresa Cardona esta lo explica muy bien.
Título del libro: Un bien relativo
Autora: Teresa Cardona
Nacionalidad: España
Nacionalidad: España
Editorial: Siruela
Año de publicación: 2022
Año de publicación original: 2022
Nº de páginas: 440
Pues así, de pronto, me parece un tema muy interesante, a la par que intrigante. La descripción del modo de vida y problemas cotidianos de dos familias socialmente antagónicas y el suspense que se desprende del supuesto asesinato de una monja, da pie a que el lector se pregunte qué relación puede tener ambos hechos aparentemente inconexos. Me gusta que dos cosas que en pirncipio no tienen nada en común, acaben confluyendo para que todas las piezas del puzle encajen. En cuanto a pegas, creo que, si no todas, muchas novelas que nos han gustado, tienen algún punto débil. Lo importante en tales casos, es que la impresión general y sobre todo la satisfacción final sea positiva. Yo cada vez busco más una lectura entretenida y una historia bien contada a grandes obras de profundo calado. Será que me estoy haciendo viejo, je, je.
ResponderEliminarUn beso.
A mí también me gustan mucho las historias en las que dos tramas, aparentemente sin relación, van confluyendo. Es un estilo que está de moda y se ven muchas novelas que lo practican, pero no impide que me siga gustando. Y sí es cierto que pocas novelas podrían escapar sin pegas, algunas las menciono porque me salen más de ojo, pero como dices no quita para que esta novela me haya dejado muy buena impresión global y que crea que merece la pena. Una autora recién descubierta que me ha gustado.
EliminarUn beso.
¡Hola, Rosa! Una novela que tu reseña me la ha hecho apetecible. Me gustan las tramas que relativizan conceptos como el Bien y el Mal dejando al lector la labor de posicionarse o reflexionar. Y si además hay una trama negrocriminal, mejor que mejor.
ResponderEliminarEs curioso, pero alguna vez, comentando mi opinión sobre algunos jefes adinerados y el clasismo, he comentado que para ellos éramos como los perros, eran cariñosos, amables y simpáticos, como lo serían como una mascota. Ellos en su lugar y el resto en el suyo. También he conocido tipejos del lado de abajo, por supuesto. Y es que la bondad o la maldad es algo que no conoce de clases sociales, sino de personas. Muy atrayente lectura. Un abrazo!!
Exactamente eso parece en la novela. Los señores se portan bien con los criados, son amables, pero un poco como yo con mi gato. Hay mucha condescendencia, se ve que se sienten superiores y tienen un sentimiento de caridad hacia los menos favorecidos. Tan solo hay una señora que me parece que se pone más al nivel de la sirvienta. Ese buen trato y esa amabilidad con la que tratan a Inmaculada pone más en relieve la diferencia entre ambas clases sociales de lo que lo haría un trato vejatorio, pues eso lo veríamos como miseria y maldad personal y de esta forma, resalta la miseria y maldad de un modelo social. No sé si me explico o me he liado, ja, ja.
EliminarEn esta novela hay reflexiones interesantes sobre lo que es bueno para unos o para otros. El bien como algo subjetivo y si a veces el mal aparente es mejor o peor. En fin, no quiero destripar nada y el meollo de la cuestión, el tema de fondo, ha quedado sin desvelar y así debe seguir.
Un beso.
Por un lado me parece interesante lo que nos cuentas pero por otro las sagas. Besos
ResponderEliminarPuedes leer cualquiera de los dos libros y olvidarte de que son serie. Se disfruta igual.
EliminarUn beso.
Hola Rosa. Tengo la sensación de que la historia de los 80 me iba a gustar mucho más. Me gusta el estilo de la autora, se me ha hecho un nudo con el primer pasaje. La única traba que le pondría es la del padre, es que las novelas donde hay violencia en la familia se me hacen duras. No las tengo todas conmigo. Me lo voy a pensar.
ResponderEliminarBesos
Las escenas de violencia con el padre son mínimas. Es más lo que se deja intuir que lo que se cuenta. Otro acierto de la autora. Tampoco es ese el tema principal. Como le digo a David más arriba, el tema verdadero de la novela no lo he desvelado. Si te animas finalmente espero que te guste.
EliminarUn beso.
Sí es curioso eso de que esta, la segunda, sea anterior en el tiempo, no es algo habitual. A pesar de ser una serie (me echa para atras que vayan a haber mas), me resulta atractiva, cualquiera de las dos, aunque voy a ver las pegas esas que siguen habiendo. Eso que dices de que se analizan comportamientos que pretendiendo hacer el bien incurren en graves delitos, pues ya sabes que me llama.
ResponderEliminarPero que sea serie..., no sé
Igual me animo
Un beso
Como le digo a Rocío, puedes leer una o las dos y en el orden que quieras. De momento, nada te impide olvidarte de que son una serie. De hecho, como comento esta es anterior en la cronología de la trama y en el orden de escritura y no se nota con respecto a la anterior que leí. Creo que te gustaría este libro. En este sí que creo que nos pondríamos de acuerdo, ja, ja.
EliminarUn beso.
Hala, otra que me apunto. Cada vez que te visito raro es que no me lleve algo. Me parece interesante, pero ahora tengo un dilema: leer primero Los dos lados o Un bien relativo. Ya sé que dices que da igual, pero saber que están conectadas... Aunque si esta se escribió antes... Pero eso nada tiene que ver que yo también hago cosas parecidas cuando escribo (y no pretendo, ni mucho menos) compararme con la autora. En fin, me haré con los dos libros y ya veré.
ResponderEliminarGracias por la reseña, Rosa. Me pones en contacto con historias que, sin ti, no me percataría de su existencia.
Un besote.
Da igual cuál leas antes, aunque si pretendes leer las dos, yo empezaría por esta que es anterior en escritura y en trama. Pero es que yo soy maniática con las series. La única conexión es por las vidas privadas de los dos guardias civiles, aunque en esta novela escrita antes, esas vidas apenas se tratan por lo que tiene poca repercusión en lo que se cuenta en Los dos lados donde sí se habla más de los problemas de ambos personajes. Creo que disfrutarás con ellas.
EliminarUn beso.
Sí que parece amena y muy interesante y el hecho de que no desveles el tema de fondo de la novela genera mucha expectación. La apunto. Me ha gustado mucho tu reseña y el título también es muy acertado, ¿verdad? Un beso, Rosa y buen finde.
ResponderEliminarSeguro que la novela te gusta más que mi reseña. Los títulos de las novelas de Tersa Cardona siempre son acertados. En esta historia reflexiona sobre el mal que se quiere hacer pasar por bien y la verdad es que resulta muy interesante.
EliminarUn beso.
Hola Rosa, tengo apuntada Los dos lados por tu reseña y ahora me apunto también está. Me llama que puedan leerse con independencia, aunque yo soy bastante maniática con eso de leer las series en orden. Me gustan las historias contadas en dos tiempos y me has dejado con mucha curiosidad por saber cual es el tema de fondo del que no nos hablas. Besos.
ResponderEliminarPues las dos novelas de Teresa Cardona son dos historias contadas en dos tiempos. Si, como yo, eres maniática y te gusta leer las series en orden, empieza por Un bien relativo. El hecho de que se publicara después tiene que ver más con cuestiones editoriales y de un premio, que con cuestiones literarias, pero está escrita antes y la trama es anterior. Aunque te recomiendo que no dejes tampoco Los dos lados.
EliminarUn beso.
Ya sabes que también me ha gustado mucho, no es la novela perfecta (¿alguna lo es?), pero me gusta cómo Teresa Cardona plantea temas peliagudos envolviéndolos en una trama de investigación. Eso sí, si tengo que elegir, me quedo con Los dos lados.
ResponderEliminarBesos.
Yo no sé con cuál me quedaría. Creo que con Un bien relativo. El tema de fondo me resulta más interesante, aunque eso son gustos personales lógicamente. Ambas novelas plantean reflexiones curiosas y temas peliagudos, como bien dices.
EliminarUn beso.
Vaya es una escritora a descubrir sin duda, y me apetece sumergrime en algo así, de ese estilo, me mantendrá entretenida en estos momentos, de modo que tomo nota y como da igual leer una o otra, pues me intentaré hacer con las dos y así las leo.
ResponderEliminarMuchas gracias Rosa por esta reseña tan interesante.
Un beso.
Desde luego, te va a entretener. Son dos novelas que enganchan y que además plantean temas muy interesantes.
EliminarUn beso.
Me llaman más la atención los capítulos ambientados en el pasado. También me atrae que no se traten las diferencias sociales de esa manera tan simplista que es hacer de ello una historia de buenos y malos, así como ese indagar en ese otro clasicismo que es sentirse por encima del otro e intentar hacer el bien desde ese estrado de superioridad. Ese bien muchas veces puede hacer más mal que bien, y me pica la curiosidad de saber hacia dónde va esta novela en este sentido. No obstante, con tanto pendiente y siendo sincera, veo poco probable que la lea.
ResponderEliminarBesos
Entiendo que prefieras leer otras cosas con tanto como hay pendiente y teniendo en cuenta que no es un género que te guste especialmente.
EliminarNo hay malos, malos, aunque se tenga muy claro cuáles son los comportamientos negativos por más que algún personaje trate de hacerlos pasar por buenos. Lo que expresa el título, un bien relativo. Y no deja de serlo para algunas personas, por más que lo juzguemos con cierta moralina e hipocresía.
Un beso.
Pues me atrae mucho los temas que trata pero la duda que tengo es si se va a quedar la cosa en estos dos libros o va a haber más libros. Entonces me daría algo de pereza...
ResponderEliminarBesotes!!!
Es probable que haya más entregas, pero puedes leer alguno de estos libros y ya ves si te apetece seguir o no. Son novelas bastante independientes que se pueden leer sin seguir un orden.
EliminarUn beso.
35 años antes, Rosa, no 25 (ja, ja...). Bueno, ahora ya me centro en la reseña. Como vengo de dejar un comentario a Marian en la reseña que ha hecho sobre el libro de Alejandro Palomas, lo primero que me viene a la cabeza es que la tal monja asesinada era una abusadora de la pobre niña Conchita. ¿He acertado? No lo creo, pero es lo que tendría yo en la cabeza durante la lectura.
ResponderEliminarNada he leído de Cristina Cardona, aunque creo haber visto reseñado algún libro suyo en alguna revista o suplemento literario de algún periódico.
Tiene algún defecto, según dices, aunque eso no es óbice para leerla. En fin, ya me lo pensaré porque tiempo, tiempo, creo que no voy a tener.
Un beso
Madre mía, ahora mismo lo corrijo. Ya no sabe una ni restar.
EliminarPues no, no va por ahí lo que la monja ha hecho para que alguien quiera matarla. Eso ni relativizando hasta el extremo puede llegar a ser un bien.
El libro tiene alguna pega, pero que, como dices, tampoco es para desechar la lectura. Aunque la falta de tiempo puede ser más determinante a la hora de leerlo o no.
Un beso.
Hola. Rosa. Tengo muchas ganas de leer este libro y conocer las letras de la autora. Mil gracias por tus impresiones que como siempre me tientan muchísimo. Me he comprado este libro y el anterior.
ResponderEliminarBesos y felices lecturas.
Seguro que disfrutas con la lectura de estos dos libros. Entretenidos e interesantes. Y compaginando dos tiempos, cosa que cada vez me gusta más. Ya nos contarás.
EliminarUn beso.