"Heaven" Mieko Kawakami

Un día de finales de abril, al abrir el plumier, encontré un papel doblado muy pequeño, metido en vertical entre los lápices.

Lo desplegué. Habían escrito con un portaminas:

«Somos iguales».

Los trazos eran finos, menudos como espinitas de pescado. No ponía nada más. [...] 

Aquella fue la única vez que metieron la carta en el plumier; a partir de entonces las fijaron con cinta adhesiva dentro del pupitre, en un sitio donde pudiera descubrirlas con solo meter la mano. Fueron llegando una tras otra, poco a poco. Cada vez que encontraba una, sentía escalofríos por todo el cuerpo y miraba a mi alrededor, alerta, pero me daba la sensación de que no había nadie pendiente de mis reacciones. No sabía cómo debía comportarme y eso me producía una ansiedad horrorosa.


No sabremos el nombre del narrador de Heaven, un adolescente de catorce años estrábico y con serios problemas de visión, problemas que comparto, pero que, afortunadamente, nunca me supusieron problemas de burla o acoso en el colegio, sino una gran curiosidad por parte de mis compañeras que se traducía en preguntas y proposición de actos que yo era incapaz de realizar para regocijo de todas. En mi caso el diagnóstico fue ojo vago, pero la traducción en la vida práctica era la misma. «A los contornos que distinguía el ojo izquierdo, se sobreponían las formas vagas e imprecisas del ojo derecho, y el resultado era que todo se me aparecía borroso y doble. Mirara lo que mirase, todo lo veía plano, sin profundidad; no tenía sentido de las distancias ni siquiera para tocar algo que se encontraba justo delante de mí».

Como ejemplo: cuando servimos agua en un vaso, tenemos que mirar el vaso desde arriba y ver su contorno, si lo miramos de frente, no sabemos si el agua cae en el vaso, delante o detrás. Ya sé que resulta curioso, pero es lo que hay. Nunca me había encontrado con nadie que padeciera el mismo problema visual que yo verlo tan bien descrito me ha encantado. 

Pero vale ya de hablar de mi triste vida y mis problemas, porque hemos venido a hablar del libro. Un libro que cuenta los problemas, mucho mayores, de dos adolescentes, el narrador y Kojima, la chica que le deja las notas en el pupitre. Él nunca se ha fijado en ella, más allá de saber que tampoco es la chica más popular de la clase. 

«Kojima era bajita, de piel morena, muy callada. Siempre llevaba la blusa llena de arrugas; su uniforme se veía muy raído y siempre daba la impresión de que inclinaba el cuerpo hacia un lado. Tenía una espesa mata de pelo negrísimo, tan duro que las puntas le salían disparadas en todas direcciones. Bajo la nariz le crecía una pelusa que parecía suciedad: siempre le tomaban el pelo a causa de eso y las niñas de clase se metían con ella por pobre y por sucia».

Pero de momento, el chico no sabe quién le puede estar dejando las notas. Su suspicacia y sus dudas son lógicas pues no sabe si será una nueva broma de sus acosadores. Y aun a pesar de las sospechas, ahora ya no solo le atenaza la angustia cada mañana al llegar a clase, ahora también está la expectativa de una nueva carta. «Aunque tenía muy claro que podía ser una trampa, en las notas había algo que me daba, no sé por qué razón, algo de confianza en medio de la incertidumbre»

Finalmente, en una carta su misterioso mensajero le propone una cita. El joven se debate entre las ganas de conocer al escritor de esas cartas que le han dado una esperanza y una pequeña ilusión y el miedo a ser de nuevo víctima de los acosadores. ¿Qué pesadillas pueden visitar a un chico de catorce años que sabe que cada día un grupo de compañeros habrá ideado una nueva ofensa, una nueva humillación, una violencia que no sabe cuándo puede dar con sus huesos en el hospital? ¿Qué puertas a la esperanza abre la posibilidad de encontrar otra persona que lo comprenda y con la que poder establecer una amistad que nunca ha tenido? ¿Qué dudas deben mortificar a quien se debate entre el miedo a nuevas y peores torturas y la ilusión de encontrar un alma gemela?

«[...] allí me estarían esperando los de Ninomiya y me las harían pasar canutas, aún peor que de costumbre. Cuando yo apareciera, con la cabeza llena de expectativas por lo de las cartas, ellos me atraparían y me harían alguna jugarreta nueva. Lo único que conseguiría sería empeorar todavía más las cosas, seguro. Eso era lo que pensaba.
Pero no podía dejarlo correr».

Y de esa forma el narrador y Kojima empezaron a conocerse y a compartir sus horrores. Nunca se hablaban en clase. Lo último que querrían es que sus respectivos acosadores supieran que eran amigos, pero comenzaron a compartir paseos, citas, más cartas ahora recíprocas... Y así supo cada uno lo que le preocupaba al otro. Kojima añora a su padre y una vida familiar que la arrope y la acompañe. El narrador tiene una buena vida, una madre que le quiere y se preocupa por él, pero su estrabismo hace que no le guste asomarse al espejo. Ambos sueñan con un día en que todo aquello esté lejos, pero falta tanto...

Kojima trata de ver un sentido en el maltrato «[...] todo esto tiene un sentido concreto. Estoy segura de que, al final, después de aguantarlo, nos esperarán unos lugares o unas situaciones a las que jamás habríamos llegado sin pasar por todo esto»

Mieko Kawakami

Heaven es una historia extraña. Con descripciones muy duras en algunos momentos, con reflexiones muy esclarecedoras de la distinta posición que muestran ante la vida las distintas personas, con diálogos muy tiernos. Una historia que por momentos me ha descolocado y por momentos me ha fascinado, en la que tal vez lo menos importante es sentir la angustia del chico ante la próxima vuelta al colegio tras las vacaciones de verano, «A medida que se acercaba septiembre, mes en el que empezaban las clases, eran más las anomalías que me iban apareciendo por todo el cuerpo». En la que lo más importante quizás se esconde en palabras y pensamientos más crípticos en medio de lo que no es una simple historia de acoso escolar.

«De clase, tú y yo somos los únicos que no tenemos realmente nada que ver con ellos. Tú, hace un rato... No, no ha sido solo hace un rato, sino todo el tiempo hasta ahora... Pues eso, al ver cómo aguantabas que te dieran patadas, que te hicieran lo que les daba la gana, al verte a ti, he tenido la sensación de que se deshacían un montón de nudos muy liados. No sé explicarme bien, pero me ha dado la impresión de que todo se volvía muy fácil de entender. En esta situación, tu manera de hacer las cosas es la única correcta».

Eso le dice Kojima.

«—Así que no esperes nada de estas mentiras estúpidas. Eres tú quien tiene que protegerse a sí mismo. No hay otra.
—Y si... yo... —dije soltando pequeñas bocanadas de aire para ir aclarándome las ideas de la cabeza—, ¿y si yo te dijera que te voy a matar?
—Pues si puedes matarme, hazlo —respondió Momose en el acto—. Harás lo que seas capaz de hacer. Puedes hacer lo que quieras. Nadie tiene derecho a impedírtelo. Pero el caso es: ¿por qué tú, a pesar de haber tenido un móvil y un montón de oportunidades, no nos has matado ya a alguno de nosotros? A mí, sin ir más lejos. O a cualquiera de ellos».

Y ese diálogo lo mantiene con Momose, un curioso personaje del que aún no he hablado.. 

Lo dicho, mucho más que una novela sobre el acoso escolar. Pero una novela muy recomendable.

Este libro participa en el Reto Autores de la A a la Z que organiza el blog  Lecturápolis. Con él relleno la letra K.

Título del libro: Heaven
Autora: Mieko Kawakami
Nacionalidad: 
Japón
Título original: ヘヴン, Hevun
Traducción: Lourdes Porta Fuentes
Editorial: Seix Barral
Año de publicación: 2023
Año de publicación original: 2009
Nº de páginas: 288

Comentarios

  1. Espinoso asunto el de las perturbaciones en entornos de estudio, desapaciblemente muy de actualidad con la porquería de sociedad que existe cuajada de egoísmos. Son dramas reales. Por mi parte de literatura japonesa soy a piñón fijo: Y ya anticuado (🤣🤣🤣🤣🤣🤣🤣🤣🤣) como todo lo mío, porque -eso sí, están en mi inmensa biblioteca que ocupa toda una pared del salón de arriba a abajo-los único volúmenes que poseo, son de Edogawa Rampo, El Poe japonés (que es como se le conocía; de hecho su nombre literario es la aliteración dicha por un japonés cuando pronuncia "Edgar Allan Poe" [¡Poe es uno de mis maestros, poseo toda su obra tanto en prosa como verso y es referente esencial incluso en mi vida!] Es complicado de encontrar pero se puede) De todas formas, cuando trabajo la poesía, sí que leo asuntos orientales como colecciones de Tankas, haikus y un largo etcétera e incluso compongo, pero mediatizado por mi pasión macabra. Para acabar comentarte, que aunque escribas poco de manera personal (según he leído en tu respuesta en el anterior post de tu bitácora) no dejes de hacerlo porque, gracias a nutrirte bien de cultura, tú POSEES POTENCIAL.
    ¡Feliz Fin de Enero esta semana!💎

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    1. A mí la literatura japonesa me da un poco de pereza, aunque he de decir que salvo un par de cosas, todo lo que he leído me ha gustado bastante. Igual es que voy a cosas escogidas que ya se partida me interesan.
      Esta novela es muy interesante porque trata d tema del acoso de una forma distinta a la habitual.
      Un abrazo.

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  2. Los autores japoneses es cierto que dejan muchas veces una sensación de extrañeza pero muy hipnótica también en la forma de contar. Eso es lo que me sugiere este libro. Una historia más allá del acoso que parece muy especial. Lo tengo en cuenta, Rosa. Me ha encantado la reseña.

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    1. Dos culturas tan diferentes es normal que se dejen una a la otra una cierta sensación de extrañeza. Desde luego, la historia va más allá de lo que es el acoso.
      Un beso.

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  3. Al margen del acoso escolar, que debe ser el centro alrededor del que gira el grueso de la novela, supongo que lo más relevante de esta historia es la amistad que surge entre dos personas que comparten un mismo problema y que son incomprendidas por los demás. Es algo comprobable que las malas experiencias compartidas por varios individuos, les une más que cualquier otra cosa gracias a ese vínculo que se ha establecido como protección ante el peligro.
    Me parece una novela interesante y no sé si el hecho de haber sido escrita por una autora japonesa, le da una perspectiva distinta, según la cultura oriental, a problemas que nos son conocidos y cotidianos.
    Un beso.

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    1. También a mí me queda la duda de si ese punto especial se debe al hecho de ser japonesa la autora o sencillamente a que le ha querido dar un toque distinto y original.
      Sea como sea, la historia resulta peculiar y muy interesante.
      Un beso.

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  4. Hoy en día hay una cierta fascinación por lo oriental y en especial por las corrientes que nos llegan de Japón. Sobre todo en la nuevas generaciones: comida, literatura, moda, etc, parecen copar sus preferencias. Respecto a la novela se siente muy intensa en como se desarrolla esa amistad en principio prohibida. La delicadeza de la autora seguro que ayuda a engancharse con la trama. Gracias por -en mi caso- presentarnos a esta escritora.
    Un beso, Rosa.

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    1. De hecho, esta autora me vino recomendada por mi hijo que es un forofo de la cultura japonesa, ya sabes, consumidor de mangas desde los diez años. A mí no es lo que más me atrae ni en cine ni en literatura, aunque tengo que reconocer que casi todo lo japonés que he leído me ha gustado por lo que no entiendo esa prevención que sigo teniendo hacia ello. Esta novela merece la pena.
      Un beso.

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  5. Buenas tardes, Rosa.
    Es alucinante cuando empatizamos por algún motivo con la historia que leemos, ¿verdad?. Sin embargo, el tema que analiza esta novela siempre me ha preocupado. El acoso escolar es uno de los problemas sociales que más tristeza me producen. No sé si leeré este título o no, pero tomo nota de tus impresiones por si me cruzo con él en el futuro.

    Un abrazo, y feliz comienzo de semana!!

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    1. Buen día, Undine.
      Como profesora que he sido, el acoso siempre me ha producido una gran desazón porque siempre veía situaciones por todas partes y yo creo que era mi obsesión por eso de que los profesores no suelen enterarse que me hacía ver fantasmas. Los chicos, los agresores por supuesto, pero también los agredidos, suelen tener buen cuidado en que no se note y me daba mucho miedo mirar a mi clase y pensar que entre ellos se podía dar el caso y yo estar en la inopia.
      Un beso.

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  6. ¡Hola Rosa!
    entiendo que cuando en un libro te encuentras con algún problema que uno tiene o ha tenido, bien descrito, pues te sientes identificado y es un plus bonito e importante. A mi me ha pasado que incluso alguna novela me ha ayudado muchísimo con algún problema, incluso a superarlo, curioso el poder sanador de lis libros
    No sé si recuerdas que yo leí esta novela y me encantó, suscribo todo lo que cuentas sobre ella, una novela brutal muchas veces, pero brutal brutal, pero ya sabes que a mi la brutalidad en la ficción me gusta (no siempre) y como a ti me ha fascinado la historia.
    Mi personaje preferido, al que no he olvidado nada a pesar del tiempo que pasó desde que la leí es Kojima, super peculiar y esa extraña amistad forjada en la empatía mutua entre esos dos adolescente me encantó, todo eso aderezado de la típica escritura oriental, pues ya sabes...
    Me pareció un retrato muy exhaustivo del acoso escolar, pero como tú dices, no es lo único que aporta la novela, todos esos pensamientos, reflexiones y análisis de los sentimientos de los que lo padecen, es como exponerlo desde otros puntos de vista, el de los acosados
    Los diálogos entre ellos me parecieron increíbles, se me quedó muy grabada la que mantuvo con el villano de la novela, Momose, no se si sabes a que conversación me refiero, esa en el que se lo encuentra al salir del hospital y que reflexionan sobre la aceptación y la ausencia de rebeldía frente a las humillaciones sufridas.
    Me alegra mucho coincidir contigo, solemos hacerlo en nuestros gustos, muchas veces.
    Para que veas y te animes a leer mas a autores orientales, que se que te dan pereza, pero luego sueles disfrutarlos
    Un beso.

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    1. La verdad es que mi problema visual o tengo muy asumido. Lo padezco desde siempre. Me lo diagnosticaron a los tres años y o no se sabía cómo solucionarlo entonces o no tiene solución. En mi caso, desde luego no la ha habido. De hecho, yo no me enteré de cuál era en realidad el problema hasta que estudiando antropología en la facultad, salió el asunto de la visión estereoscópica de los primates y dije, «anda coño, yo no puedo tener de eso». Entonces entendí por qué era tan patosa en el monte y por qué echaba el agua fuera cuando me servía en un vaso... Vamos, que me ha encantado encontrar ese problema mío tan bien explicado.
      La novela es magnífica. Pone dos personajes víctimas de acoso, uno por causas propias, por una serie de comportamientos voluntarios (me parece de lo más tierno esa actitud de Kojima tratando de hacer un homenaje a su padre), y el otro, por un defecto del que no es culpable.
      la conversación con Momose la recuerdo perfectamente. Me dejó sobrecogida el pensamiento del chaval, aunque no sé si sería la misma conversación de haberla tenido con un matón como él dispuesto a machacarle. Él no participa, pero viene a ser el ideólogo del grupo.
      Pero ya hablando del libro. Como digo, me ha gustado mucho porque creo que va más allá del acoso y muestra muchas más cosas. Podría haberme extendido mucho, pero tampoco me gusta hacer entradas excesivamente largas. Ya me parece que, sin querer, las hago bastantes extensas.
      Un beso.

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  7. Hola Rosa, aunque me gusta la literatura japonesa no he leído nada de la autora. Miedo por lo que nos cuentas es una novela muy interesante no solo por el tema del acoso, sino por la historia de amistad que se fragua entre el narrador y Kojima; en estas novelas intimistas me gusta además el narrador en primera persona, porque creo que facilita que lo entendemos mejor y empaticemos con él. Yo también tengo problemas de visión, en mi caso una miopía muy acusada, que ahora tengo incorporada a mí vida y no me limita para nada, pero que cuando era cria si que me dio más de un quebradero de cabeza, de ahí que comprenda al protagonista. Besos.

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    1. Creo que yo tuve mucha suerte. Iba con gafas de culo de vaso y un ojo tapado,pero no recuerdo haber tenido ningún problema de burla o acoso.
      La novela está muy bien y a poco que te guste la literatura japonesa, te tiene que gustar mucho. A mí me ha gustado y lo japonés no es algo que me entusiasme.
      Un beso.

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  8. Tuve mi momento de literatura japonesa hace muchos (muchísimos) años y del todo pasé al nada, ni recuerdo la última vez que me animé, pero lo cierto es que me llama la atención esta novela, no hay vez que no pase por aquí que no convenzas de algo y siempre aciertas así que me lo llevo anotado.
    Besos.

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    1. Tampoco a mí me entusiasma la literatura japonesa. No leo mucha y la cosa es que cuando la leo me suele gustar. Esta novela es interesante y trata el tema de una forma poco convencional. Ojalá te guste.
      Un beso.

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  9. Qué sensación tan maravillosa encontrar traducidas en palabras sensaciones o experiencias que no sabemos muy bien como expresar, ¿verdad?
    En la novela ya me había fijado cuando la reseñó Marian, pero ahora tú me has picado mucho la curiosidad con toda esa extrañeza y descoloque te ha provocado esta historia que va más allá del acoso escolar ,y también con el personaje de Momose. Hace bastante, además, que no leo literatura japonesa. Habrá que ponerle remedio.
    Besos

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    1. Es maravillosa por extraña. No es un padecimiento que deba de ser muy común, pero ya verlo descrito en una novela...
      Yo creo que es una historia que te gustará. Será una buena manera de volver a la literatura japonesa si hace tiempo que no la frecuentas. Ya nos contarás.
      Un beso.

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  10. No puedo con la literatura japonesa, me supera, aunque me ha gustado lo que has escrito sobre esta novela y esa nueva perspectiva del acoso escolar envuelta en sensibilidad.

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    1. Yo lucho contra ese rechazo que también me ataca, pero lo consigo a veces y la verdad es que cuando lo hago, lo disfruto.
      Un beso.

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  11. Japón es una cultura curiosísima. A mí siempre me parecía -vista desde aquí, claro- una sociedad muy occidentalizada, americanizada sobre todo; sin embargo luego por amigos que han vivido y trabajado allí, mi percepción ha ido cambiando: son muy suyos, tienen un sentido de su identidad que sobrepasa cualquier idea preconcebida.
    Sobre soportar el sufrimiento, el maltrato, Japón parece favorecerlo como via de entrada a la edad adulta, a un mejor empleo o a cual

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    1. [se me ha publicado el comentario sin esperar a que yo se lo mandase. Así que prosigo donde lo dejé] quier mejora en el mundo laboral. Sobre las mujeres también he visto conductas contradictorias: por un lado las niñas o chicas tipo manga se muestran vivas, activas e independientes, pero por otro hay mensajes que nos muestran a una mujer supeditada al varón, sumisa y tal. No sé, es una sociedad que no acabo de conocer en su totalidad (ja, ja...) y me temo que como turista -así sería como la viviese por unos días- no se puede penetrar en ella debidamente.
      No sabía yo que habías tenido un ojo vago. Mi hijo también lo tuvo, pero ya me gustaría que ahora que de niño no tiene nada leyese tanto como lees tú (je, je...).
      Un beso, Rosa

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    2. Lo de que se publiquen los comentarios sin permiso me pasa a menudo y da mucha rabia.
      Tuve y tengo ojo vago. Sigo con un pequeño estrabismo que apenas se nota, pero sigo sin tener visión estereoscópica por lo que no puedo ver más que en dos dimensiones. ¿le pasa lo mismo a tu hijo?
      Respecto a la cultura japonesa creo que esa diferencia entre su cultura y la nuestra es lo que me aleja un poco de su literatura y hace que me dé tanta pereza. Por otra parte, no sé si es esa diferente forma de ver la vida la que hace que el tema del acoso escolar esté tratado de una forma muy original y distinta que me ha hecho la lectura muy interesante.
      Un beso.

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  12. Pues me resulta muy atractiva esta propuesta que nos traes hoy. Qué pena que la vuelta al colegio cause tanto miedo, tanta angustia... Un problema, el del acoso escolar que parece no tener solución por más empeño que pongamos.
    Besotes!!!

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    1. Sí, una cosa que debería ser esperada con ilusión por el reencuentro con los amigos y compañeros para algunos chicos es un trauma ante el encuentro con sus torturadores. Yo tampoco le veo fácil solución. Creo que, en muchos casos (ya sé que no en todos) habría que empezar por educar a los padres, pero eso no sé a quién corresponde. Tal vez deberían seguir el consejo de mi admirado Alexis Ravelo: ¡Lean, carajo!
      Un beso.

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  13. ¡Hola, Rosa!
    Veo que sí le otorgaste prioridad a este libro y me ha encantado conocer tu opinión sobre "Heaven".
    Una novela que me pareció muy bien escrita, cruel pero hermosa y que me emocionó mucho, tal como dices, una historia que descoloca y fascina al mismo tiempo.
    Kojima me atrapó, es un personaje tan intrigante y con una filosofía de vida tan bien definida, y sí que enternece su solidaridad con el padre y su amistad con el narrador.
    No tengo mucho tiempo incursionando en la literatura oriental, creo que llevo apenas unos diez libros leídos, este me ha gustado mucho, me alegra saber que tú también lo has disfrutado un montón ;)
    Besos.

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    1. Es que es una novela con una gran sensibilidad y que trata el tema con un enfoque muy distinto. Yo soy mucho de diálogos largos y que muevan a la reflexión, que te dejen un tanto descolocada y tengas que pensar para recolocarte y este libro es ideal para ello.
      No soy muy amante de la literatura oriental como sabes, pero hay veces en que me gusta mucho. Ésta ha sido una de esas veces. Os agradezco mucho a ti y a Marian la recomendación.
      Un beso.

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  14. Rosa, te alabo la disciplina y el ingenio, encontrar un libro de un autor que empiece por K tiene miga. A mí me viene a la mente Kafka y me pongo de los nervios porque ese señor me saca de mis casillas.
    Tengo yo atravesados a los escritores/as nipones, no les pillo el punto, siempre le hecho la culpa a la traducción que debe de ser complicadísima y por eso no disfruto con sus lecturas.
    Lo mismo me animo con este, ya veremos porque tengo mogollón en la sala de espera y la mayoría son "culpa tuya" ;)
    Oye, que no sabía yo de tu ojo vago. Yo tuve una compañera en el colegio con el mismo problema.
    Un besote.

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    1. No creas que lo he leído para el reto. eso viene más adelante cuando me van faltando letras por rellenar y pasa el tiempo. Ahora tan solo leo lo que toca y relleno las letras correspondientes. este libro me vino primero por mi hijo que me recomendó a la autora y luego por reseñas que leí. Ya sabes que yo tampoco soy muy fan de la literatura japonesa, pero veo reseñas que me tientan y a veces caigo en la tentación. Lo bueno es que no suelo arrepentirme.
      Un beso.

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  15. ¡Hola, Rosa! Caramba, parece que la cosa va de tuertos hoy, ja, ja, ja... En mi caso, hace unos diez años se me desarrolló un hemangioma en la mácula de mi ojo derecho y con ello perdí la visión central. Así que llenar un vaso de agua si no me pongo bien puesto es misión imposible abocada al desastre.
    La novela, en realidad, la ficción oriental cada vez me atrae más porque percibo que no está tan encadenada a lo políticamente correcto como le ocurre a la occidental. Se nota mucho y consigue con ello que las historias me resulten más creativas, valientes y sorprendentes. Precisamente, ahora estoy con Tres asesinos de Kotaro Isaka, fantástica. Un abrazo!!

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    1. Ja, ja, pues sí que estamos buenos. Imagino que al no tener visión central en el ojo derecho tu problema es similar al mío y al del protagonista: solo vemos con un ojo y eso nos impide la visión en tres dimensiones con lo que vemos izquierda y derecha, así como encima y debajo del vaso. Lo malo es ver detrás y delante del vaso y ahí es cuando el agua (o el vino) sale por peteneras.
      Yo no puedo decir que no me guste la literatura oriental. De hecho hay autores que me fascinan y atrapan como Aki Simazaki. En novela negra he leído cosas muy buenas como La chica de Kyushu de Seicho Matsumoto, que seguro que conoces. No, no es que no me guste, es que me da mucha pereza, tal vez por lo ajena que me es su cultura o por un simple prejuicio tonto que trato de superar.
      Un beso.

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  16. Buen libro para el reto. Ay Rosa, me ha parecido muy tierno y tan curioso (sí) lo que cuentas de ti. En fin, todos tenemos nuestras cosas. En cuanto al libro, si te ha descolocado, a veces, pues no sé qué decirte. A mí me da rabia que me pase eso, por lo tanto, no sé si me animaré. Besos

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    1. Es que a mí me gusta que los libros me descoloquen. A ver si me entiendes, que me descoloquen, como éste, en el sentido de que hay conversaciones con planteamientos sumamente curiosos y puntos de vista ante la situación de acoso muy inesperados.
      Lo de mi vista es algo que forma parte de mí y que tengo tan asumido como el resto tiene asumido ver con normalidad. Lo que me ha hecho pensar es que jamás sentí que ese defecto fuera cauda de burla por parte de mis compañeras de colegio. ¿Es porque era otra época? ¿Éramos realmente distintos hace cincuenta años?
      Un beso.

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  17. Hola. La verdad es que no había conocido a nadie con este problema hasta que lo tuvo el hijo de una amiga, actualmente se trata con botox y le va bastante bien aunque no lo resuelve del todo.
    El tema del acoso escolar no me gusta para leer novelas, me agobia y no lo paso bien. Este libro ya lo bi en el blog de Marian y aunque me lo apunté, no le encuentro el momento.
    Lo que sí es un punto muy a favor de la autora es que retrate el problema de forma realista y no solo para usarlo de excusa argumental.
    Besos

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    1. El tema del acoso está tratado de forma muy curiosa y original. No sé si porque es así o por ser la autora japonesa, tan distinta de nosotros.
      ¿Botox para el estrabismo? No lo había oído nunca. Lo que seguro que no se puede corregir con botox es el ojo vago y la imposibilidad de ver en tres dimensiones. Seguiré viendo el mundo plano. Estoy tan acostumbrada que no lo noto.
      Un beso.

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