"Vinieron como golondrinas" William Maxwell

Cuando la Gran Guerra estaba en su apogeo, una tremenda epidemia se extendió por el mundo. Llegó a todos los rincones del planeta excepto a la Antártida. La guerra y el movimiento de tropas lo hicieron posible en una época en que aún no había turismo ni había nacido ese ansia por moverse y visitar todos los lugares (sobre todo los de moda) que nos acomete ahora.
Entre cincuenta y cien millones de personas murieron en el mundo a causa de la gripe española... la gripe española que se inició en un campamento militar en Estados Unidos, concretamente en Kansas, y que llegó a España cuando ya en Estados Unidos, además de Francia, Italia e Inglaterra, contaban los muertos por centenares. 
Pero estos países estaban en guerra. Su preocupación prioritaria, en lo que a propaganda se refiere, los tenía más preocupados por ocultar a sus poblaciones un desastre más, bastante había con los soldados muertos en combate, la hambruna de la población civil y las epidemias típicas de un estado de guerra. Nadie se quiso hacer eco de la nueva y extraña enfermedad que diezmaba soldados y que pronto llegó a la población civil. Tuvo que llegar a España, país neutral, para que salieran noticias en los medios de comunicación con lo que nos quedamos con el discutible honor de ser los primeros en anunciar el acontecimiento y de ser sospechosos de haber sido la fuente de la infección. Eso además de pagar el tributo de 300 000 muertos de los ocho millones de infectados, casi la mistad de la población española en aquellos momentos: veinte millones.
Cuando les cuento esto a mis alumnos, todavía se indignan. La adolescencia no entiende de injusticias ni aunque cien años de historia hayan convertido esta (porque injusticia fue) en un simple dato histórico. 
Esta no es una novela sobre la gripe española, aunque sí habla de la enfermedad y sí tiene la enfermedad su papel importante en la historia, y lo tiene desde antes de escribirse, desde muchos años antes, porque la madre del autor murió de gripe española cuando él tenía 10 años, en 1918, como la madre del personaje. Tal vez en ese instante comenzó a formarse en la mente del escritor, de manera inconsciente, el germen de "Vinieron como golondrinas".
Esta es la historia de una familia de clase media en el Medio Oeste americano, concretamente en Logan, Illinois. Una familia feliz compuesta por los padres, Elizabeth y James, y sus dos hijos, Robert y Bunny. Ella es ama de casa y es el centro alrededor del cual orbita el resto, aunque alguno no lo sepa o quiera ignorarlo. 
Peter Morison, a quien todos llaman Bunny, tiene ocho años cuando se despierta esa mañana, es una mañana de otoño como cualquier otra, la mañana del segundo domingo de noviembre de 1918. Un día más para estrenar y vivir. "Estaba lloviendo.
Afuera, las ramas del tilo subían y bajaban con el viento, subían y bajaban, y las hojas de noviembre caían. Bunny se volvió, apoyándose sobre el pequeño y rígido cuerpo de Araminta Culpepper". Araminta es su muñeca, una india papoose que ya solo comparte sus noches desde que se le considera demasiado mayor para jugar con ella; durante el día reposa colgada del cabecero de la cama.

La noticia del armisticio en el Chicago Daily Tribune

Es el segundo domingo de noviembre. Él no lo sabe, pero ese domingo será un día histórico, porque las vísperas de los días históricos también se convierten en históricas: son siempre los últimos días de algo, y este 10 de noviembre de 1918 es el último día de una guerra que dura ya más de cuatro años en Europa, aunque Estados Unidos tan solo hace un año que se involucró en ella. El 10 de noviembre es la víspera del 11 de noviembre y el 11 de noviembre de 1018 se firmó el armisticio que puso fin a la Gran Guerra.
Lo que Bunny no puede imaginar en ese día lluvioso y triste, en esa víspera que es la víspera de muchas cosas, mientras su padre lee en el periódico noticias inquietantes "¿Qué es la gripe española?… ¿Es algo nuevo?… ¿Procede de España? [...] Pese a que la presente epidemia se llama “gripe española”, no hay razón alguna para pensar que se haya originado en España. Varios investigadores que han estudiado el asunto creen que la epidemia procede de Oriente"; lo que no imaginará a la mañana siguiente, cuando en el desayuno le anuncien el fin de la guerra, es que para su familia ha comenzado la peor etapa, la que determinará todo el resto de su infancia, la que recordará toda su vida. 
Bunny enferma la misma mañana del armisticio. En el plazo de un mes o poco más habrá enfermado toda la familia. Todos sobrevivirán a la enfermedad excepto la madre.
"Vinieron como golondrinas" está organizada en tres libros titulados respectivamente, Bunny, Robert y James. Ellos y el bebé recién nacido son los supervivientes de esta historia. Cada uno nos irá contando una parte de ese mes que transcurre entre noviembre y diciembre de 1918, un mes como otro cualquiera, un mes a partir del cual nada volverá a ser lo mismo. 

Enfermeras voluntarias 

En el primer libro, Bunny se nos muestra como lo que es, un niño para el que su madre es el centro de su vida. "Había cumplido ocho años el agosto pasado, pero aún parecía incapaz de valerse por sí mismo y volvía a ella una y otra vez, para que le tranquilizara [...] Si su madre no estaba, si estaba arriba en su cuarto, o abajo en la cocina, explicando a Sophie cómo tenía que hacer la comida, a Bunny le parecía que nada era real, ni estaba vivo". Su madre le defiende de Robert y le conforta ante la severidad de su padre. Le abraza, le mima y le rodea de calor y ternura. Mientras su padre lee noticias sobre la gripe, él oye estornudar a su madre y teme por ella.
El segundo libro está narrado por Robert. Ya tiene trece años y empieza a sentirse mayor. Su actitud hacia la familia es de un desapego un tanto altanero y autosuficiente. Se muestra desafecto, poco dado a efusiones cariñosas y, a la vez, se siente protector de los miembros que él percibe como más débiles en la familia: Bunny y su madre.
El lado más oscuro le toca al padre. Él cuenta los hechos a partir del fallecimiento de la madre, por lo que solo por él sabremos directamente los sentimientos que tal hecho produce en los miembros de la familia. Los sentimientos de esos otros personajes, los hijos, pero también las hermanas de Elizabeth, los sabremos indirectamente, por lo que ella significaba para ellos viva y por todo lo que les faltará con su ausencia.
"Vinieron como golondrinas" es una historia llena de cosas sencillas, de acontecimientos cotidianos, de recuerdos entrañables; es la sencillez de la vida que tiene que continuar a pesar de la complejidad y el dolor de algunos sucesos. Los juegos de un niño en un domingo lluvioso de otoño; la ansiedad de un adolescente ante el cierre del colegio y la prohibición de salir de casa por miedo al contagio; la perplejidad de un hombre que se encuentra solo ante responsabilidades familiares que, hasta ahora recaían sobre otros hombros. 
Es la cotidianidad de la vida que viene a ser interrumpida por otra cotidianidad de orden superior, porque ¿hay algo más cotidiano en el transcurrir de la existencia que la enfermedad y la muerte? Aunque a cada uno, en nuestra vida limitada y estrecha, nos parezcan hechos extraordinarios, son solo una parte más del complejo (y tan sencillo) ejercicio que es vivir. 
Y ante esos hechos, otra cotidianidad acontece: un hombre que se pregunta cómo podrá salir adelante, qué hacer con sus hijos ahora que su mujer no está, a qué tía o familiar encomendar su cuidado. 
Nunca sabemos el punto de vista de la madre. Tampoco sabemos, como ya se ha apuntado, lo que los niños sienten ante su muerte; ellos dejan de hablar antes, esa parte queda en manos de James porque tal vez es el más preparado para enfrentarse a ella. Tal vez el autor no quiso enfrentarse al hecho de volver a sentir todo aquello, de ponerse en el lugar del niño que era él cuando falleció su propia madre y prefirió ver los hechos más terribles desde otros ojos distintos de los propios, unos ojos con los que él no contempló la realidad tantos años atrás.
William Maxwell
William Maxwell trabajó como editor literario en la prestigiosa revista neoyorkina The New Yorker. Allí editó a muchos escritores que adquirirían gran fama, mucha más que él desde luego: John Updike, J.D. Salinger, Isaac Bashevish Singer, Vladimir Nabokov (por citar solo a los que he leído; hay otros que conozco solo de nombre). En 1980 consiguió uno de los premios más prestigiosos de Estados Unidos: el American Book Award, por su novela "Adiós, hasta mañana" que espero traer pronto a este blog.
Y, para terminar, quiero añadir una cita de otro autor que sufrió también las consecuencias de la mal llamada "gripe española". En este caso se trata de Anthony Burges, el autor de la novela "La naranja mecánica", quien en su libro autobiográfico de relatos "El pequeño Wilson y el gran Dios", relata este terrible suceso: "A principios de 1919 mi padre, aún no licenciado, llegó a Carisbrook Street en uno de sus permisos [...] y encontró muertas a mi madre y a mi hermana. [...] Por lo visto yo cloqueaba en la cuna mientras mi madre y mi hermana yacían muertas en una cama en la misma habitación". 

Esta novela entra además en el II reto "Nos gustan los clásicos" por estar publicada antes de 1990, concretamente, "Vinieron con las golondrinas" es de 1937.



Comentarios

  1. Qué bien lo expresas y de qué forma tan bonita, Rosa: la muerte de los nuestros, por más extraordinaria que nos parezca, siempre es algo tan cotidiano como la propia vida. Partiendo de esa premisa, es extraño que haya tantísimas obras y tantos autores que traten, precisamente, de los sentimientos que nos acompañan en esas pérdidas. Y lo que es más importante, que a los lectores nos resulten tan interesantes, tan necesarias. Quizás es una forma de aprender a llevarlo, de mentalizarnos, de pretender entenderlo...

    Reflexiones aparte, creo que tanto el momento histórico como la historia en sí, son apasionantes. No dices sin los libros son muy extensos o no, pero tampoco creo que eso sea relevante para decidirse a leerlos.

    Me ha encantado la reseña, Rosa. Otro título más que va a mi lista de pendientes. Por intentarlo que no quede :))

    ¡Un beso grande de lunes!

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    1. Es que para nosotros, como digo, la pérdida de un ser querido es algo extraordinario (en el sentido de no ordinario) y trágico y de eso se encarga el arte, de expresar emociones (dolor entre ellas) mediante la obra, en este caso literaria.
      No es un libro muy extenso. Poco más de doscientas páginas, por lo que se lee muy bien y no da pereza abordarlo.
      Ojalá te guste.
      Un beso.

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  2. Para mí tu reseña es ya una historia completa, sin tres libros, Rosa.
    Recoges una profunda reflexión que, por desgracia, a todos nos atañe hoy o en un futuro.
    Quizás estás en lo cierto cuando dices que el autor no ha querido rememorar la muerte de su madre y así evita contar lo que se siente; es de suponer que algo así duele siempre.

    Por lo demás, cuánta razón tienes, ¡la adolescencia no entiende de injusticias! Yo también lo veo a diario.

    Un besazo, Rosa.

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    1. Creo que para el autor tenía que representar un trauma rememorar la muerte de Elizabeth desde la visión de los hijos, pues eso le haría ponerse en el mismo lugar que él estuvo. Quizás por eso, el relato de lo que sucede tras la muerte, lo cuenta el padre. Pero, claro, es solo algo que yo imagino y que igual no tiene nada que ver con la realidad.
      La muerte de los padre duele siempre, pero cuando es fuera del momento adecuado y afecta a niños para los que la madre es todo su mundo, tiene que ser algo que no me atrevo ni a intentar imaginar.
      Un beso.

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  3. Tremenda la anécdota final. Desde luego, una epidemia de esas dimensiones (¡casi el 50% de la población española infectada!) nos pone en un escenario casi apocalíptico. La vida sigue su curso pese a todo, el desconcierto es nuestro. Me gusta ese enfoque, Rosa. Me la apunto.
    Un abrazo.

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    1. Esa cita de Anthony Burges es de lo más duro y descarnado que he leído nunca.
      La vida no entiende de dolores o desconciertos, la vida transcurre y se cobra cada día su cuota de muerte porque solo con la muerte se renueva la vida, y eso sirve para los ecosistemas y para cada minúscula persona en particular. Lo que pasa es que las minúsculas personas nos damos demasiada importancia y no asumimos que somos contingentes (necesario solo es el alcalde, ja, ja).
      Una gran sencilla novela.
      Un beso.

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  4. Cómo te gusta leer sobre familias de clase media norteamericanas y qué poco me atrae a mí el tema. Me ha encantado lo bien que has explicado el origen del nombre "gripe española", más que ser una injusticia como tus adolescentes lo califican yo creo que es una muestra de cómo los medios de comunicación o la política manipulan la información para que se adapte a sus propios intereses.
    Gracias por tan buena reseña aunque estos me parece que no los apunto, pero nunca digas de este agua no beberé que ya sabes lo que me pasó con La uruguaya.
    Un besote.

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    1. Lo de la gripe española lo explico en clase todos los años. No veas como se ponen los alumnos. Es una historia muy representativa de como nos enteramos de lo que quieren que nos enteremos. Ahora con Internet, es más fácil saltarse los controles, pero en 1918...
      Lo norteamericano cada vez me tira más. Ahora estoy con dos. Tanto el diurno como el negro nocturno, son estadounidenses, densos y que requieren un pequeño esfuerzo, pero apasionantes.
      Lo que te pasó con "La uruguaya" te puede pasar con mis escritores de los USA. Prueba.
      Un beso.

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  5. Hola.
    Qué buena reseña has hecho, como siempre.
    No me veo ahora mismo para leer nada de la muerte de alguien cercano, tal vez por lo cotidiano que puede volverse que mueran los nuestros y lo duro que resulta asumirlo o tal vez simplemente porque aún estoy en fase de duelo, pero sí que me lo apunto para el futuro.

    La frase de Anthony Burges es terrible, llegar y encontrarse semejante panorama tiene que ser devastador.
    Besos.

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    1. Fíjate que, a pesar de todo, no resulta una novela excesivamente dura. Tal vez por la forma de estar contada la historia. Yo tampoco estoy en mi mejor momento. Estoy tratando de mentalizarme para un duelo y la verdad es que me asusta bastante pues aunque parece que está asumido, me temo que lo está mucho menos de lo que creo.
      La frase de Burges me resultó tan traumática que no pude resistirme a ponerla.
      Un beso.

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  6. No conocía la novela, pero me la llevo apuntada.
    Besos

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  7. Nos has llevado como sin querer al corazón de una tragedia para muchos desconocida.
    Todo parece haberlo eclipsado la mal llamada "Gran guerra" pero lo que ocasionó la gripe (Mal llamada española) fue de consecuencias catastróficas para gran parte de la humanidad, el colofón y el remate a todas esas vidas que ya de por sí arrebato el conflicto.Una gran reseña ¡Si señora! y tengo que aclarar: ¡Como todas!
    Un beso.

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    1. De hecho, la gripe mal llamada española, como dices, mató más gente que la Gran Guerra y que la Segunda Guerra Mundial, concretamente, entre cincuenta y cien millones de personas. En tiempo de guerra es difícil saber con exactitud las víctimas debidas a la epidemia, pero todo lo que he consultado pone los muertos por encima de cincuenta millones. La Primera Guerra mundial supuso diecisiete millones de muertos y la Segunda, unos sesenta. Estos datos no los quise poner en la reseña por no hacerla pesada.
      Y creo, como tú, que es una tragedia poco conocida sobre todo por los jóvenes.
      Yo recuerdo oír hablar en mi casa, a mis abuelos, de esta epidemia.
      Un beso.

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  8. confieso que lo tuve en mis manos y lo deje pero tras leerte a lo mejor le doy otra oportunidad! gracias por hacer esto siempre en mi! besitos!

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    1. Creo que deberías darle esa oportunidad. La merece.
      Un beso.

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  9. En cierta manera Rosa, es increíble como un nombre así (gripe española) estigmatizó durante tanto tiempo a nuestro país en ese aspecto. Hay un dato que a veces pasa desapercibido y es que en 1957 hubo una epidemia que mató a millones de personas y que fue un virus derivado de aquel de 1918. Me anima a leer la novela, tanto tu buena opinión como un número de páginas muy asequible. Besos.

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    1. Parece ser que el de 1957 fue una mutación del virus de la gripe aviar, mientras que el de 1918 fue una recombinación genética del de la gripe porcina y el de la humana.
      Me imagino que si se habla mucho más del de 1918 es porque mató a muchísima más gente. Sel de 1957 se calcula que dejó unos cinco millones de personas, diez veces menos que las estimaciones más optimistas del de 1918 (entre cincuenta y cien millones).
      Te animo a leer la novela porque es muy hermosa y llena de sensibilidad. Creo que podría tener una maravillosa película si alguien se decidiera a hacerla.
      Un beso.

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  10. Jo, Rosa. La novela será buena, pero es que tu reseña es casi un relato en sí misma. Transmites toda la emoción que la historia te ha provocado. España, lamentablemente, parece abonada al estigma. El caso de la Gripe española es parecido al de la Inquisición, que siendo terrible no fue la española la más sanguinaria. Pero bueno, imagino que en todas partes se arrastran cruces parecidas.
    Historias como las de esta novela nos deberían hacer valorar lo que tenemos en esta pequeña parte del mundo, cuando a según qué políticos se les llena la boca de que vivimos crisis humanitaria, de retroceso de libertades y demás tonterías yo pienso en la suerte que he tenido por no haber vivido ninguna guerra, por no haber pasado por una epidemia como esta o la peste, por no haber sufrido hambrunas... Un fuerte abrazo!!

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    1. Cierto lo que dices de la Inquisición, porque en Francia hizo también auténticas barbaridades.
      Es cierto que "en esta pequeña parte del mundo" como dices, se ha avanzado mucho en algunas cosas: no hay hambrunas, ni pestes, ni guerras, pero a poco que te desplaces hacia África, Oriente Próximo o Sudamérica, te puedes encontrar todo eso y cosas mucho peores.
      Respecto al retroceso de las libertades, creo que en el mundo occidental sí se está dando. Cuando te pueden meter en la cárcel por cantar un rap, cuya letra no gusta a alguien, cuando se esgrime para censurar que se vulneran los sentimientos (por cierto, nadie se preocupa cuando vulneran los míos; me da la sensación de que solo es un tipo de sentimientos el que no se puede vulnerar), todo eso me parece recortar las libertades y es que hay una ola de papanatismo en Estados Unidos y en Europa, que espero que pase pronto.
      Vaya rollo te he metido.
      Un beso.

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  11. He disfrutado leyendo esta reseña. Espero disfrutar igual leyendo esta novela, que describe el cambio dramático que se produce en una familia "normal" tras el fallecimiento de quien había sido hasta entonces el alma del hogar. El telón de fondo, con la mal llamada gripe española, se me antoja muy interesante por cuanto debe desvelar unos hechos hasta ahora poco conocidos. El hecho de que el autor se haya podido inspirar en su propia experiencia infantil debe darle un mayor realismo. Me gusta, además, la estructura de esta obra, con sus tres partes, cada una narrada por los distintos protagonistas de la historia y con distintos puntos de vista.
    Las guerra y las enfermedades siempre causan estragos, pero cuando van de la mano se convierten en algo todavía más atroz.
    Un abrazo, Rosa.

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    1. me imagino que de no haber sido por la guerra, la gripe no hubiera salido de Estados Unidos, pero el movimiento de tropas la extendió por el mundo y la baja salud de la gente por las necesidades de casi cuatro años de guerra, tampoco ayudaría al tener las defensas muy limitadas.
      Parece ser que debido a las celebraciones del armisticio, en 1919 hubo otro rebrote de la epidemia. La gente se abrazaba y besaba con la inconsciencia de la alegría y la emoción.
      Una preciosa novela que te recomiendo.
      Un beso.

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  12. Lo tengo en mi estantería de pendientes esperando su oportunidad, hace ya un tiempo, la verdad, y en esa misma edición del Asteroide. Sé que Maxwell es un magnífico narrador.

    Como te indican en varios comentarios, muy pertinente esa alusión a la gripe española, ampliando el contexto histórico que subyace en la novela como telón de fondo.

    Nada nuevo bajo el sol, en cuanto a manipular la información, el lenguaje, en definitiva la comunicación en época de guerra, extendiendo bulos (la gripe española), o creando un lenguaje belicista ad hoc para exaltar el patriotismo y alimentar la propaganda belicista… vemos que la moderna posverdad tiene ya un largo recorrido histórico, hechos que encontré muy bien reflejados en un estupendo ensayo; “Guerra y lenguaje” de Adan Kovacsics (Acantilado), muy recomendable.

    Me quedo con esta frase tuya, de las varias que tienes excelentes, que sintetiza la esencia del libro:

    “es una historia llena de cosas sencillas, de acontecimientos cotidianos,, de recuerdos entrañables; es la sencillez de la vida que tiene que continuar a pesar de la complejidad y el dolor de algunos sucesos.”

    Un abrazo, Rosa

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    1. No pensaba hablar tanto de la gripe, pero empecé y una cosa llevó a la otra. Hablo de la enfermedad todos los años en clase y eso hace que esté motivada y un poco informada. Luego me pareció que había sido buena idea extenderme un poco. Me gusta acompañar las reseñas con detalles que vayan más allá de la propia obra reseñada.
      Últimamente, he leído varias novelas (todas norteamericanas) que si una palabra las define es sencillez. No pasan grandes cosas, pero están llenas de vida, y de sentimientos y resultan apabullantes en su sentida austeridad. Me pasó con "La reina de las nieves" y con otra que aún no he publicado.
      Auténticas maravillas (me emociono y me temo que en muchas ocasiones, defraudo)
      Un beso.

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  13. Me encanta la temática, me lo llevo apuntado =)

    Besotes

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  14. Hola Rosa,
    Me alegro mucho de volver a leerte y más con esta reseña que me parece preciosa, y muy sentida. En la parte en la que dices recuerdos entrañables y que es la sencillez de la vida; bueno allí ya ha quedado apuntada. Ver a través de otros ojos y sentir gracias a ellos nos abre mundos emocionales que quizás desconozcamos, y eso nos humaniza.
    Un beso grande.

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    1. ¡¡Hola, Irene!! Cuánto tiempo sin saber de ti. Yo también me alegro mucho de volver a leerte. ¿Qué tal todo?. Espero que bien.
      La novela es muy recomendable, precisamente por su sencillez, quizás más por lo que calla, pero insinúa, que por lo que dice. Espero que te guste y que me cuentes tu opinión.
      Un beso.

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  15. Me tienta mucho esta novela por varias razones. Por el trasfondo histórico al que remiten el final de la Gran Guerra y esa terrible epidemia que fue la injustamente llamada gripe española que todavía hoy se recuerda cuando nos sentimos amenazados por alguna epidemia. Pero fundamentalmente lo que me atrae es el día a día, la cotidianidad y el cómo vive y siente esa familia la enfermedad que les azota y la muerte de la madre; cómo lo afrontan, cómo les influye. Me llama también la atención el que sea una novela narrada a tres voces. Pienso que eso siempre enriquece una historia al ofrecer distintos puntos de vista si bien es verdad que se corre el riesgo de que al lector le guste más una voz que otra. Vamos, que me has dejado cien por cien convencida de leerla. Anoto.
    Besos

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    1. La época es de las que a mí más me gustan. Es curioso porque estamos en un país en guerra y, sin embargo, se intuye y¡un vivir mucho más desahogado que el que había en España por la misma época a pesar de ser neutral. Se trata de una familia de clase media con una vida confortable. En España en esos mismos años creo que no había clase media o era casi testimonial.
      La sencillez impregna la novela; hay mucho que se intuye sin que llegue a hacerse explícito y, pasando pocas cosas (salvo la muerte de la madre, claro) hay mucha vida.
      Una delicia.
      Un beso.

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  16. Me apunto la novela, el título me parece una preciosidad y el argumento me ha encantado. A ver cuándo la leo, tengo tanto pendiente!!!
    No conocía la novela, así que mil gracias por hablar de ella!!
    Me ha gustado mucho tu reseña, tan bien detallada y aportando siempre conocimiento.
    Un besote guapa!!

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    1. Una hermosa novela desde el título hasta el final. Te gustará y como tampoco es muy extensa, la leerás en poco tiempo.
      Gracias por tus palabras.
      Un beso.

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  17. Hola Rosa, no se si leerás este comentario, creo que es el mejor lugar para dejarlo. Siguiendo tu recomendación he leído la novela, de hecho acabo de cerrarla. Miro su port ada y ese niño junto al agua, triste, solo. El título me resulta enigmático, quiero creer que es un encuentro con el mismo, el que fue, el autor, ese niño "volverán las oscuras golondrinas a su nido" no se si él volvió a ese hogar; pero he disfrutado tanto con ese niño, con su imaginación, su fantasía, cada sonido, cada pensamiento. El niño y el padre, uno abre la historia otro la cierra, cada uno a su manera. Los sentimientos y las emociones de dos edades, dos realidades diferentes. Es un texto maduro, capaz de saltar con la edad, el estado y el pensamiento de esos personajes tan diferentes ante unas circunstancias vivenciales de una familia, que no se ve, porque son ellos, solos y una madre que se conoce y está con el niño y desaparece para dar a conocer al padre. Me ha gustado mucho. Gracias. Un beso

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    1. Es maravillosa. Y tiene otra, "Adiós, hasta mañana", que, sin ser continuación, cuenta lo que pasó después. Te la recomiendo.
      Me alegro de que te haya gustado. Ya ver que he leído el comentario. A veces se me escapa alguno de estos que aparecen en reseñas antiguas, pero procuro estar al tanto para que no suceda.
      Un beso.

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