"Dios no vive en la Habana" Yasmina Khadra
Cualquiera que siga mi blog sabe que Yasmina Khadra es uno de los escritores que se repiten en él. En sus libros, los lugares de ambientación, la temática e incluso el género, varían bastante, pero todos suelen tener cosas en común: terrorismo, países árabes, gobernantes corruptos, fundamentalismo religioso... Esta novela se sale de todo eso y nos traslada a la Cuba de los últimos años de Fidel, la Cuba de las privatizaciones, la que está saliendo de lo que comenzó como un sueño y que, por obra de propios o extraños, terminó por convertirse en una pesadilla. Eso sí, una pesadilla caribeña, con sol, arroz con fréjoles negros y sones de mambo, charanga y bachata. Un país en el que una vez hubo una revolución que quería justicia para todos y terminar con la opresión y la pobreza; pero un país que merece para el protagonista de esta historia la comparación con el tranvía verde que lleva años "inmovilizado por una avería, como ilustración de lo que son las ideologías. Un bromista lo bautizó «La Revolución». Su impertinencia le costó una larga estancia en prisión".
Cuba empieza a despertar sin saber, tal vez, que lo que le depara la vigilia puede ser peor que los peores sueños.
Juan del Monte Jonava es un cantante que cada noche actúa en el Buena Vista Café, un local que ha vivido sus distintas épocas a la par que toda la isla. Primero fue el Buena Vista Palace en el que se solazaban los "derrochadores de Cicinnnati"; los que brindaban con Batista, se repartían con él las ganancias de sus negocios y tenían al país como su salón de baile, su prostíbulo particular y el casino donde invertir sus ganancias sin la correspondiente contribución al erario público al norte del Golfo. Con la Revolución, el Bella Vista se vio rebajado a la categoría de café proletario, con su arquitectura tan deslumbrante como decadente y un público, sobre todo de turistas maduros, que acude cada noche para aplaudir a Juan, apodado Don Fuego por su habilidad para incendiar el ánimo y las pasiones en aquellos cabarets en los que actúa.
Ahora el Bella Vista está a punto de conocer otra etapa que puede que vuelva a parecerse a la primera. Ha sido comprado por una señora de Miami. Las nuevas privatizaciones que se van produciendo en la isla han alcanzado también al Bella Vista y todos sus empleados se van a quedar sin trabajo. Cuando Juan recibe la noticia, justo el último día antes de que el café cierre para empezar las obras de restauración, siente que le roban el futuro y hasta el pasado.
"- El Buena Vista es un bien estatal, es patrimonio nacional...
- Todos pertenecemos al Estado, Juan. Nuestras casas, nuestras carreras, nuestras preocupaciones, nuestro dinero, nuestros perros, nuestras esposas y nuestras putas, hasta las cuerdas con las que nos ahorcarán algún día. Y cuando el Estado decide prescindir de nosotros está en su derecho".
Lo que a Juan más le duele e indigna, no es el hecho de quedarse sin el sueldo que el trabajo supone. La idea con la que no puede reconciliarse es la de estar sin actuar, porque si no canta se muere, porque no puede soportar el pensar que el reguetón, una música "escandalosa y degenerada", una música "para comemierdas" suplante la rumba y el son y las melodías que siempre han sido el orgullo de Cuba y de los cubanos y que él interpreta con éxito y mucho arte.
Las ofertas de hoteles y salas de fiestas que Juan pensaba que le lloverían a Don Fuego dado su prestigio no terminan de llegar y los pocos trabajos que le surgen son de telonero o sustituto por una noche.
La vida personal de Juan tampoco es algo que vaya a consolarle de sus frustraciones artísticas y profesionales. Separado de su mujer, vive en casa de su hermana Serena, una especie de refugio para toda clase de desposeídos donde se hacinan hijos, cuñados, primos e incluso Ricardo, el hijo de dieciocho años de Juan que, aunque casi no se habla con su padre, ha preferido vivir allí antes que con su madre y su hermana, Isabel.
Once personas en total, a las que pronto se sumará Mayensi. ¿Que quién es Mayensi? Pues Mayensi es el sonido y la furia de esta historia; es el amor y la desesperación; es como una ninfa que sale de las aguas para volver a hundirse en ellas y volver a resurgir, y en cada momento despertará o matará las últimas ilusiones de Juan, trayendo y llevando todo un mundo de pasión y esperanza en el brillo de sus ojos verdes. Mayensi es como una fuerza de la naturaleza. En estado salvaje como son las fuerzas de la naturaleza. "No quiero que me besen los pies. Quiero seguir mi camino sin que nadie me persiga, aislarme en alguna parte sin que me molesten, y cuando algo no me interesa, no quiero que me acosen o me insulten, o que me pongan la mano encima".
Juan cae rendido de amor ante Mayensi. Se erige en su protector primero y en su salvador después; en su padre y en su amante. Por ella está dispuesto a todo; con ella descubre que tiene un corazón además de una voz, y que si su voz es capaz de emitir las más bellas notas, su corazón es capaz de latir con "la más bella de las percusiones". Por ella está dispuesto a renunciar incluso a la música.
Y todo ello en una Cuba que va despertando del letargo revolucionario al suave desengaño del aperturismo. Un país en el que las fiestas más glamurosas y espectaculares de lujo y despilfarro, conviven con la mera superviviencia, con una burocracia tan férrea que para entrar en la Habana cualquier cubano de otro lugar necesita un permiso.
Cuba y Juan sueñan su sueño de redención, pero ningún sueño dura más de lo que se tarda en despertar. Cómo despertará Cuba, aún no lo sabemos. Juan despierta para darse cuenta de que "cuanto más bello es el sueño, mas cruel es la farsa, que los deseos más piadosos suelen acabar en abdicación, y que las cosas de la vida, aunque no tengan por qué conllevar una moral, siempre acarrean un lamento".
Yasmina Khadra se sale de los parámetros a los que nos tiene acostumbrados y construye una novela con ritmo de son, guaracha y salsa; a golpe de caribe y trópico, nos regala una novela sobre la Habana, con el sabor inconfundible del ron y el puerco con arroz blanco; con sus taxis de los años cincuenta remendados con piezas de cualquier cosa sacadas de cualquier sitio; con sus palacios coloniales que se caen en pedazos, descascarillándose de moho y tiempo.
Un Yasmina Khadra alejado de los ambientes que le conocemos, pero sin alejarse demasiado de lo que realmente es la seña de identidad de sus personajes: el ansia por salir a la superficie por encima de todo, en las situaciones más difíciles, aquellas que se empeñan en mostrase mas aptas para la muerte que para la vida, pero en las que siempre terminamos por encontrar, en medio del caos que tan bien sabe narrar, la más pertinaz (tal vez la más ingenua) de las esperanzas.
Cuba no es más que un trocito del mundo, como Argelia, como Afganistán, como Palestina, como Israel, como Irak, como Siria. Trocitos de ese mundo en el que, en las palabras rotundas y llenas de sabiduría del autor, "la paz equivale a un paro técnico de las finanzas internacionales; para ellas, las guerras son un espacio vital en el que encuentran la dinámica para seguir alimentándose". Yasmina Khadra es mucho Yasmina Khadra.
Por si a alguien le interesa, dejo aquí los enlaces a las otras tres novelas del autor reseñadas en el blog:
"Los corderos del señor"
"A qué esperan los monos"
"La última noche del Rais"
Cuba empieza a despertar sin saber, tal vez, que lo que le depara la vigilia puede ser peor que los peores sueños.
Juan del Monte Jonava es un cantante que cada noche actúa en el Buena Vista Café, un local que ha vivido sus distintas épocas a la par que toda la isla. Primero fue el Buena Vista Palace en el que se solazaban los "derrochadores de Cicinnnati"; los que brindaban con Batista, se repartían con él las ganancias de sus negocios y tenían al país como su salón de baile, su prostíbulo particular y el casino donde invertir sus ganancias sin la correspondiente contribución al erario público al norte del Golfo. Con la Revolución, el Bella Vista se vio rebajado a la categoría de café proletario, con su arquitectura tan deslumbrante como decadente y un público, sobre todo de turistas maduros, que acude cada noche para aplaudir a Juan, apodado Don Fuego por su habilidad para incendiar el ánimo y las pasiones en aquellos cabarets en los que actúa.
Ahora el Bella Vista está a punto de conocer otra etapa que puede que vuelva a parecerse a la primera. Ha sido comprado por una señora de Miami. Las nuevas privatizaciones que se van produciendo en la isla han alcanzado también al Bella Vista y todos sus empleados se van a quedar sin trabajo. Cuando Juan recibe la noticia, justo el último día antes de que el café cierre para empezar las obras de restauración, siente que le roban el futuro y hasta el pasado.
"- El Buena Vista es un bien estatal, es patrimonio nacional...
- Todos pertenecemos al Estado, Juan. Nuestras casas, nuestras carreras, nuestras preocupaciones, nuestro dinero, nuestros perros, nuestras esposas y nuestras putas, hasta las cuerdas con las que nos ahorcarán algún día. Y cuando el Estado decide prescindir de nosotros está en su derecho".
Lo que a Juan más le duele e indigna, no es el hecho de quedarse sin el sueldo que el trabajo supone. La idea con la que no puede reconciliarse es la de estar sin actuar, porque si no canta se muere, porque no puede soportar el pensar que el reguetón, una música "escandalosa y degenerada", una música "para comemierdas" suplante la rumba y el son y las melodías que siempre han sido el orgullo de Cuba y de los cubanos y que él interpreta con éxito y mucho arte.
Septeto Santiaguero. |
La vida personal de Juan tampoco es algo que vaya a consolarle de sus frustraciones artísticas y profesionales. Separado de su mujer, vive en casa de su hermana Serena, una especie de refugio para toda clase de desposeídos donde se hacinan hijos, cuñados, primos e incluso Ricardo, el hijo de dieciocho años de Juan que, aunque casi no se habla con su padre, ha preferido vivir allí antes que con su madre y su hermana, Isabel.
Once personas en total, a las que pronto se sumará Mayensi. ¿Que quién es Mayensi? Pues Mayensi es el sonido y la furia de esta historia; es el amor y la desesperación; es como una ninfa que sale de las aguas para volver a hundirse en ellas y volver a resurgir, y en cada momento despertará o matará las últimas ilusiones de Juan, trayendo y llevando todo un mundo de pasión y esperanza en el brillo de sus ojos verdes. Mayensi es como una fuerza de la naturaleza. En estado salvaje como son las fuerzas de la naturaleza. "No quiero que me besen los pies. Quiero seguir mi camino sin que nadie me persiga, aislarme en alguna parte sin que me molesten, y cuando algo no me interesa, no quiero que me acosen o me insulten, o que me pongan la mano encima".
Juan cae rendido de amor ante Mayensi. Se erige en su protector primero y en su salvador después; en su padre y en su amante. Por ella está dispuesto a todo; con ella descubre que tiene un corazón además de una voz, y que si su voz es capaz de emitir las más bellas notas, su corazón es capaz de latir con "la más bella de las percusiones". Por ella está dispuesto a renunciar incluso a la música.
Y todo ello en una Cuba que va despertando del letargo revolucionario al suave desengaño del aperturismo. Un país en el que las fiestas más glamurosas y espectaculares de lujo y despilfarro, conviven con la mera superviviencia, con una burocracia tan férrea que para entrar en la Habana cualquier cubano de otro lugar necesita un permiso.
Cuba y Juan sueñan su sueño de redención, pero ningún sueño dura más de lo que se tarda en despertar. Cómo despertará Cuba, aún no lo sabemos. Juan despierta para darse cuenta de que "cuanto más bello es el sueño, mas cruel es la farsa, que los deseos más piadosos suelen acabar en abdicación, y que las cosas de la vida, aunque no tengan por qué conllevar una moral, siempre acarrean un lamento".
Yasmina Khadra |
Un Yasmina Khadra alejado de los ambientes que le conocemos, pero sin alejarse demasiado de lo que realmente es la seña de identidad de sus personajes: el ansia por salir a la superficie por encima de todo, en las situaciones más difíciles, aquellas que se empeñan en mostrase mas aptas para la muerte que para la vida, pero en las que siempre terminamos por encontrar, en medio del caos que tan bien sabe narrar, la más pertinaz (tal vez la más ingenua) de las esperanzas.
Cuba no es más que un trocito del mundo, como Argelia, como Afganistán, como Palestina, como Israel, como Irak, como Siria. Trocitos de ese mundo en el que, en las palabras rotundas y llenas de sabiduría del autor, "la paz equivale a un paro técnico de las finanzas internacionales; para ellas, las guerras son un espacio vital en el que encuentran la dinámica para seguir alimentándose". Yasmina Khadra es mucho Yasmina Khadra.
Por si a alguien le interesa, dejo aquí los enlaces a las otras tres novelas del autor reseñadas en el blog:
"Los corderos del señor"
"A qué esperan los monos"
"La última noche del Rais"
Aun no he leído nada de este autor precisamente porque la temática de sus novelas no me atraen. Me niego a leer nada sobre el fundamentalismo religioso o el terrorismo, lo siento. Esta novela centrada en la Cuba de las privatizaciones tampoco es que me llame mucho, por eso la dejo pasar. Besos
ResponderEliminarEs curiosa la diferencia de gustos e intereses entre personas muy lectoras. Y es maravillosa esa variedad, esa falta de uniformidad que demuestra. Para mí, es un escritor del que hace muchos años que no me pierdo nada precisamente porque sus temas me parecen muy interesantes. No pierdo la esperanza de llegar a entender algo de estos temas incomprensibles a base de libros y cine.
EliminarUn beso.
Qué terrible esa última cita que nos dejas y qué tristemente cierta.
ResponderEliminarDe Yasmina Khadra solo he leído una novela y hace ya años. Supongo que ya es hora de que repita con él.
Besos
A mí me resulta irresistible. Cada libro suyo que sale, termina en mi biblioteca. Lo leo desde hace unos veinte años y jamás me ha decepcionado. Tiene novelas mucho mejores que esta, pero esta ya es muy buena. Solo leer su biografía y ver lo que ha vivido y de lo que ha tenido que huir, ya hace que apetezca leerlo.
EliminarMe gustan sobre todo sus novelas ambientadas en los países árabes: Afganistán, Irak, Argelia. Se ve que lo conoce muy bien.
Un beso.
Descubrí a este autor con El atentado, un libro que me impactó muchísimo. Luego leí A qué esperan los monos gracias a la reseña que escribiste en su día y me gustó también mucho.
ResponderEliminarAhora me apunto esta que traes, tengo curiosidad por saber cómo el argelino Khadra cuenta cosas de La Habana. Como me pondré con ella en breve he pasado de puntillas por tu reseña para llegar "virgen" a su argumento. Cuando la termine te volveré a leer más detalladamente.
Un beso.
Y si tienen tiempo y ganas, yo te recomiendo "Las golondrinas de Kabul" y "Las sirenas de Bagdad". Son muy buenas.
EliminarDespués de las que has leído, esta te puede parecer una novela menor, pero como dices, es muy interesante ver al autor argelino bailando a ritmo se son cubano.
Ya me contarás.
Un beso.
No he leído nada de este autor, pero no me llama mucho la temática, a pesar de tus buenas recomendaciones.
ResponderEliminarBesos
Para mí es de lo mejor, pero entiendo que no a todo el mundo le van a interesar esos temas.
EliminarUn beso.
Hola, es magnífico leerte y poder aprender sobre tantos autores distintos y con temáticas tan diferentes ambientadas en épocas distintas. En el caso de hoy, y sin haber leído nada de él, me gusta cuando un autor consigue ambientar una obra de manera tan especial. En el caso de Cuba además y aunque sea de manera novelada, se puede introducir a modo de ensayo toda la situación sociopolítica desde Batista hasta nuestros días y proyectar como entiendo que proyecta, una luz de esperanza para sus ciudadanos.
ResponderEliminarBesos Rosa y gracias por tu trabajo.
no sé si hay mucha esperanza en esta novela, Miguel. La verdad es que, a pesar de la alegría y el buen rollo caribeño es una historia bastante dura que de nuevo, como todas las del autor, vuelve a poner de manifiesto lo injusto que es este mundo y lo mal repartido que está todo incluso en países que quisieron se el paradigma de la igualdad y la justicia. Pero aun así, es una historia de amor hermosa.
EliminarUn beso.
Uno de los motivos por los que me entusiasma la literatura es permitirme explorar otros escenarios distantes a mi realidad; el mundo árabe desde dentro, la Cuba que retrata Y. Khadra, en este caso, el fundamentalismo religioso (tema que me interesa bastante)… mi curiosidad me lleva a meterme en multitud de fregados (literariamente hablando). Al final me pasa lo que a ti, necesito comprender más allá de mi entorno inmediato, porque allí hay claves determinantes que esclarecen lo que nos es más cercano.
ResponderEliminarNo he leído a Y. Khadra, pero solo por esa frase suya que has escogido, rotunda y sabia, como dices, es un escritor que tendré muy en cuenta.
Cuba fue una revolución de grandes ideales que se topó con la cruda realidad del poder férreo y hermético, pues cuando toda la suerte de un pueblo, sus recursos, su futuro en definitiva, está en manos de un único dirigente, sin una oposición parlamentaria efectiva… el experimento termina “haciendo aguas”.
Por cierto, una magnífica novela sobre la mujer árabe y su opresión por el fundamentalismo religioso es “Dios muere a orillas del Nilo”, de la egipcia Nawal El Saadawi, si no lo has leído te lo recomiendo.
Un abrazo, Rosa ;)
Lo que siempre me preguntaré es por qué la Revolución Cubana terminó como terminó. Si no hubiera sido por el bloqueo estadounidense y la necesidad de volverse hacis la Unión Soviética para abastecerse de todo lo necesario ¿hubiera acaso discurrido por caminos más amables y hubiéramos visto un marxismo más parecido a lo que Marx decía? ¿Hubiéramos tenido un socialismo de corte caribeño y desenfadado en lugar de, otra vez, el estricto y ceñudo de las estepas rusas? la desgracia es que existió el bloqueo y esas preguntas se quedarán sin respuesta.
EliminarEs un autor que te recomiendo mucho. Acerca del fundamentalismo "Lo que sueñan los lobos" y "El atentado", pero cualquiera de sus novelas es muy buena.
Gracias por tu recomendación. La apunto ya.
Un beso.
En este caso dudo un poco pero tus reseñas son tan buenas que siempre me acaba apeteciendo.
ResponderEliminarBesos y feliz tarde.
Pues es un autor muy bueno, aunque entiendo que no se puede leer todo lo que de bueno hay por el mundo.
EliminarUn beso.
Caramba, este autor si que lo desconocía por completo. Desde luego, tu reseña invita a corregir ese hueco. Un fuerte abrazo!!
ResponderEliminarPues también le da al género negro, por hablar de un género que nos mucho a ti y a mí. Tiene incluso una trilogía, "La trilogía de Argel", con el comisario Llob como protagonista, y en muchas de sus novelas, incluso en esta que hoy traigo aquí, hay tintes negros o policiales.
EliminarMuy recomendable.
Un beso.
Solo he leído suyo "El atentado" que me pareció magnifica. Esta que reseñas parece interesante y muy diferente porque a Khadra lo identificó siempre con problemáticas árabes. Que salga de su zona de confort me hace esta novela muy apetecible.
ResponderEliminarUna magnífica reseña, amiga mía, como ya es costumbre en ti.
Un beso
Yo creo que "El atentado" es su novela más impactante y he visto no hace mucho una película basada en la novela que está muy bien también.
EliminarCualquier novela del autor merece mucho la pena. No me voy a repetir, pero en respuestas a comentarios anteriores he mencionado las que me parecen más interesantes.
Lo de salirse de su zona de confort es la segunda vez que se lo veo hacer. Tiene una novela titulada "La ecuación de la vida" que transcurre en el África subsahariana y trata de esos grupos controlados por señores de la guerra y que es muy buena también. Aunque a mí cuando más me gusta es cuando se mete de lleno en lo que más conoce: el mundo árabe y la cultura musulmana, pero es que son temas que me fascinan hace mucho tiempo.
Un beso.
Yo lei hace unos años trilogia de Argel y me gustó, luego no he vuelto al autor, pero no descarto hacerlo y con esta novela que no conocia. Besinos.
ResponderEliminarCon esta o con otra, yo creo que merece una vuelta a su literatura. La "Trilogía de Argel" me gustó mucho, pero a pesar de ser yo una enamorada del género, prefiero otras novelas suyas.
EliminarUn beso.
Es inevitable que den muchas, muchísimas ganas de conocer al autor y título del que nos hablas con tanto entusiasmo.
ResponderEliminar¡Ya está cerrada mi lista de escritores para octubre!, dos de ellos por recomendación tuya, incluida a Yasmina Khadra.
Las editoriales deberían darte una 10º como mínimo Rosa ;) pues tu entusiasmo cuando lees algo que te gusta y lo expones es extraordinario.
Ay, Tara, cuánto me alegro de servirte de guía para tus lecturas. Al menos mi blog sirve de algo práctico.
EliminarYasmina Khadra es un autor muy a tener en cuenta y, aunque buena, esta novela no es de las mejores que tiene.
Lo que me hubiera gustado de las editoriales es que me hubieran quitado de trabajar hace años, ja, ja, pero ahora solo les pido que publiquen muy buenos libros para seguir leyendo. Por lo demás, prefiero mi independencia a la hora de leer y reseñar.
Un beso, guapa y gracias por tus palabras.
¡Ahh por el nombre creí que era una autora!
EliminarPués si no es el mejor, por favor Rosa, recomiéndame un título de él que consideres bueno para estrenarme.
Sí, todos lo creímos al principio. Es el seudónimo con el que empezó a escribir para evitar represalias. Un militar argelino en los años noventa, escribiendo contra todo lo divino y lo humano podía recibir leña por un lado y por otro.
EliminarYo te recomendaría "El atentado" para empezar, luego para seguir en comentarios anteriores recomiendo varios más.
Un beso.
Hola Rosa,
ResponderEliminarSiempre haces que las reseñas sean atractivas, y a uno le entren muchas ganas de leer. Eres una motivadora nata para ello, ;) Pero creo que en este caso el argumento no me atrae lo suficiente y no se sumará a la larga lista de lecturas pendientes.
Un beso.
Pues también es bueno que no se apunte todo lo que se ve por los blogs. Yo, muchas veces, me alegro de ver cosas que no me atraen lo suficiente. Está bien dejar descansar un poco la pobre y famosa lista. Aunque es un autor tan bueno...
EliminarUn beso.
Eso es trampa, acabas de lanzar un anzuelo con la última frase y los puntos suspensivos, ja, ja, ja.
EliminarAhora, ¿cómo voy a negarme? Está bien, recomendación apuntada.
Muchos besos Rosa, y feliz domingo.
Ja, ja, trampa total. Es que me gusta tanto el autor... pero no empieces por esta novela, que no es de las mejores (aunque me ha gustado mucho). Tiene otras mucho más representativas. En comentarios anteriores cito varias.
Eliminar