"Lluvia fina" Luis Landero

Siempre he pensado que hay gente débil que vive a base de absorber fortalezas ajenas; gente vulnerable, sensible, sufriente; gente a la que no se puede herir con verdades absolutas o sinceridades crueles. Los fuertes los protegen, les crean un mundo a la medida de sus debilidades, sirven de contenedor de todo lo que les preocupa, intentan mantenerlos a flote y poco a poco van sumiéndose en el cansancio, sucumbiendo a la desilusión, perdiendo su fortaleza en el titánico empeño de evitar que se ahogue ese ser débil que patalea y se revuelve  amenazando con hundirlos a ambos en las profundidades. 

Algo similar le sucede a Aurora con la familia de Gabriel, su marido. Porque además de ser fuerte tiene algo que la hace merecedora de las más íntimas confianzas. "¿Qué habrá en Aurora que despierta enseguida la confianza de la gente y las ganas de sincerarse con ella y de contarle fragmentos antológicos de su vida, secretos que acaso el narrador no ha revelado nunca a nadie? Pero a ella sí. A ella todos le cuentan, todos la quieren, todos le agradecen su comprensión, su manera tan dulce, tan consoladora de escuchar". Desde que se casó con Gabriel, las hermanas de este, Sonia y Andrea, y la madre la han tomado como recipiente de todas las  frustraciones y los resentimientos que arrastran desde la infancia. Y son muchos, porque parece que la felicidad y el equilibrio era patrimonio de los hombres de la familia. El padre y Gabriel. Pero el padre murió pronto dejando a las niños huérfanos con 12, 10 y 7 años respectivamente. La casa se hundió en la tristeza. Nadie les volvió a contar las historias de su ilustre antepasado el Gran Pentapolín, llamado Gabriel, como el pequeño de la familia, nadie volvería a llevar a Andrea al zoo y a montarse con ella en un camello. 

Bajo la tutela de una madre severa, poco dada a las risas y caricias, las niñas se vieron expulsadas del paraíso de la infancia para entrar en una triste edad adulta muy alejada de todas sus aspiraciones y esperanzas. "Clausurada aquella época hecha de juegos y de ensueños, ahora comenzaba otra, les vino a decir: la de ver cómo entre todos se las ingeniaban para salir adelante [...] Y a esa aventura, a esa nueva épica, se entregaron desde el primer momento. Como le gustaba decir a Andrea, salieron huyendo hacia el futuro como una estampida de ganado que agita los cencerros".

Tan solo Gabriel seguía siendo feliz. Con su infancia sostenida por las tres mujeres, con su cochecito rojo y su vaquero de plástico con los que jugaba con la dedicación de quien desempeña un oficio, parecía que había nacido para ser feliz. Según sus hermanas, ya había nacido filósofo y estoico. Y le quieren mucho, por supuesto, pero las suspicacias, las deudas sin cobrar que tienen acumuladas contra él desde la infancia, no se les han olvidado y entre quejas y reproches, como sin querer, no dejan de sugerir "siempre bajo la protección y la coartada de la sinceridad, que acaso Gabriel no era lo que parecía, no del todo, sino que había en él como un fondo de falsedad, de artificio, e incluso de impostura".

Ahora, con motivo del ochenta cumpleaños de la madre, Gabriel ha decidido celebrar una fiesta para que vuelvan a reunirse todos juntos. Una tarea peligrosa de la que Aurora intenta disuadirle. Pretende que se lo piense, que no marque el teléfono de Sonia y después el de Andrea para comunicarles sus proyectos, que lo consulte con la almohada. Y es que hace diez años que la familia no se reúne, desde una cena de Navidad en la que Andrea dejó salir todos los demonios que arrastra y "ya desatada, perdió el control y se puso a injuriarlos a voces, a Gabriel y a la madre. Los llamó egoístas, asquerosos, déspotas, cabrones, que le habían arruinado la vida entre los dos, y lo mismo a Sonia, y la señaló con el dedo como si descubriese un punto insólito en el horizonte, porque los dos eran seres destructivos".

La novela se desarrolla sobre todo a base de las conversaciones de las dos hermanas, que hablan con Gabriel o con Aurora, o entre la propia pareja. Conversaciones que dan cuenta de otras conversaciones, mezclándose una y otra, la que tiene lugar y la que en ella se cuenta, con una continuidad que despista, pero muy poco porque el autor con su facilidad narrativa no deja que nos perdamos en la palabrería de las hermanas, la atención resignada de Aurora, y el optimismo un poco bobalicón de Gabriel.

Se van desgranando episodios antiguos o más recientes, afrentas reales o imaginadas, resentimientos que se tienen guardados desde hace tanto que se han enquistado y salen a relucir cuando menos se espera. Historias que cada uno ve a su manera e interpreta de modo distinto e incluso inverso. Sonia y Andrea se sienten agraviadas por Gabriel. Sienten que siempre ha sido el favorito de la madre, el que recibió todas las ventajas de las que carecieron ellas. El resentimiento destila en todas sus conversaciones. "A Gabriel lo querían y lo admiraban mucho, desde luego, eso ante todo, pero una vez proclamado solemnemente este principio, no tardaban en intercalar aquí y allá un comentario reticente, una frase que en el camino se desmayaba arrepentida y dejaba en el silencio el eco de un reproche, un episodio trivial aunque ambiguo o extrañamente revelador".

Pero no solo contra Gabriel se dirigen las palabras de las hermanas. Entre ellas también hay agravios, malentendidos, deudas impagadas que envenenan la relación. Y las dos tienen reproches hacia la madre a la que juzgan la causante de todos sus fracasos en la vida, y la madre... lo ve todo de otra manera y lo disculpa todo con el pretexto de que tenía que salir adelante. 

Muchas cosas se descubrirán en estas conversaciones cruzadas que se inician a partir de la iniciativa de la fiesta de cumpleaños. Secretos de familia que llevan años encerrados se liberarán y empezarán a recorrer los cables del teléfono entre una y otra casa dejando al descubierto muchas cosas que Aurora hubiera preferido no saber nunca.

Y es que Aurora también tiene sus secretos y no desea ser la depositaria de los ajenos. Finalmente también Aurora hablará. Dejará de ser el recipiente en que se vierten las quejas ajenas y empezará a lanzar sus propias quejas, al lector, al aire, a sí misma. Ella no hará partícipes a sus cuñadas ni a su suegra, ni siquiera a Gabriel, de las muchas desilusiones, de los engaños y desengaños que también ella sufre y ha sufrido. Aurora también tiene su historia, aunque no haga a nadie partícipe de ella, aunque la guarde tras un muro de silencio, ese silencio piadoso que los demás no le conceden y es que Aurora "sabe con certeza que los relatos no son inocentes, no del todo inocentes, y que no es verdad que a las palabras se las lleve tan fácilmente el viento. No es verdad. Todo cuanto se dice queda ya dicho para siempre, y solo con la muerte se consuma por completo el olvido y se logra el silencio y, con él, la paz definitiva". 


Luis Landero
Hacía mucho que no leía un libro de Luis Landero. Lo conocí hace muchos años con "Caballeros de fortuna" que curiosamente leí antes que su primera novela, "Juegos de la edad tardía". Después fui leyendo todos sus libros según los publicaba hasta que me empecé a agobiar con sus ambientes deprimentes y sus grises personajes, y me vi de pronto sin ganas de comprar el siguiente y así son ya dos las novelas que me he saltado y además hay una autobiografía que me está llamando con insistencia. Le pondré remedio al abandono, porque con esta "Lluvia fina" me he reconciliado con Landero. Me he vuelto a sentir a gusto en su mundo, que ya no es tan tétrico, aunque sigue siendo pesimista, y he visto que este autor, que escribe de maravilla, aún tiene muchas cosas que decirme.

Título del libro: Lluvia fina
Autor: Luis Landero
Editorial: Tusquets
Año de publicación: 2019
Año de publicación original: 2019
Nº de páginas: 272

Comentarios

  1. Hola.
    Otro libro a la lista porque me gusta Luis Landero, tiene un pesimismo qu enegancha. Son historias familiares duras, un poco tipo a la peli Agosto, de esas que son duras peor necesitas saber más.
    Muy feliz semana y una reseña estupenda, como siempre.

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    1. La historia familiar es alucinante, la verdad. No he visto "Agosto" (o si la he visto se me ha olvidado, cosa que no me extrañaría nada), pero podría quedarse en mantillas ante esta historia dura y retorcida. Muy recomendable.
      Un beso.

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  2. Tus primeras líneas sobre esas personas más vulnerables, débiles, que van absorbiendo las energías de aquellos más fuertes que los protegen, me parecen muy brillantes, valoraciones propias de una persona que sabe mirar las cosas con profundidad, Rosa.

    El párrafo que seleccionas, y que empieza y acaba:

    “Clausurada aquella época hecha de juegos y de ensueños (…) salieron huyendo hacia el futuro como como una estampida de ganado que agita los cencerros”

    Lo encuentro impresionante, evocador e inquietante desde la perspectiva lectora del padre que soy ahora, pero también del niño que fui…

    Los niños llegan a la edad adulta arrastrando muchas cosas que jamás nadie llega a sospechar, ni incluso ellos siendo ya mayores, aunque luego puedan salir a la superficie como los restos de un naufragio y uno empieza a atar cabos.

    Son ese tipos de frases magníficas por las que merece la pena leer un libro, pensarlas y ponderarlas con la vida que tiene uno mismo, ese es un don valioso que nos ofrece la literatura.

    Me gustó mucho “El balcón en invierno”, una novela autobiográfica bellísima, escrita con esa prosa sencilla e intimista que tan bien domina Landero, es la única obra que he leído del él.

    Creo que el pesimismo, la “grisura” de la vida, siempre han sido las pulsiones más fuertes para escribir, crear literatura, que el optimismo vital, y que la satisfacción de estar aquí. Parece que la literatura es una larga historia de la insatisfacción humana, del conflicto, aunque hay excepciones claro.

    Me ha encantado reencontrarme con Landero a través de tu mirada. Tienes razón, escribe de maravilla, y tú lo cuentas del mismo modo.
    Beso.

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    1. No he leído "El balcón de invierno" es la autobiografía a la que me refiero, como habrás supuesto.
      Yo he leído muchos libros de Landero. "Juegos de la edad tardía" es muy bueno y fue todo un fenómeno en su época. Tanto eco mediático tuvo que me dio mal fario y tardé unos años en leerlo. Por eso leí antes "Caballeros de fortuna". Ambas son muy buenas.
      Lo que me agobió no fue el pesimismo exactamente, sino la grisura de sus personajes. Ese vendedor que va de pueblo en pueblo, de ciudad en ciudad, solo, en pensiones de mala muerte tristes como una tumba; o ese oficinista con una vida monótona hasta el tedio más absoluto. Tal vez alguno de sus libros me pilló en mal momento y me dio mal rollo, pero creo que me he curado.
      Esta novela tiene frases impresionantes, como habrás visto y cuenta una historia de amor/odio y rencores que sin ser espectacular (salvo en algún detalle), sorprende porque da muestra de lo que se puede esconder en las relaciones familiares y en el amor que se les presupone. Habrá que empezar a presuponer también algo de odio.
      Por lo que se refiere a esas personas débiles que comento, las he conocido. Viven de los demás como parásitos, sin darse cuenta casi y creyéndose con derecho a que todos les protejan de su propia debilidad. La pobre Aurora me ha parecido que carga con todas las debilidades ajenas.
      Un beso.

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  3. No he leído nada de Luis Landero, pero esta novela que reseñas hoy no quiero dejarla pasar porque me ha parecido muy interesante. Me encantan los secretos de familia que van aflorando como sin querer, de forma inocente al principio, pero que acaban provocando verdaderos huracanes entre los miembros de esa familia.

    Entiendo muy bien lo que dices acerca de haberte distanciado del autor por sus argumentos y ambientes en exceso tristes. Ya lo hemos dicho muchas veces, aparte de que una historia esté bien o mal escrita, de que nos guste más o nos guste menos, es importante que llegue en el momento adecuado a nuestra vida. Yo estoy segura de que algunas novelas que no me gustan es porque no las estoy leyendo en buen momento.

    Me ha encantado tu forma de contarnos acerca de "Lluvia fina", Rosa. Como siempre es un gustazo leerte :)

    ¡Un beso de lunes!

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    1. Pues secretos familiares hay varios y van saliendo poco a poco, pero aparte del interés que eso tiene, lo que más me ha gustado es la forma de escribir y las reflexiones que acompañan a esos secretos.
      Creo que, como bien dices, algún libro del autor me pilló en mal momento. Realmente no es la tristeza ni el pesimismo lo que me puede alejar de un autor. En este caso era más bien la grisura y las vidas anodinas de algunos personajes que me causaban un atisbo de depresión, pero ahora empiezo a pensar que me gustaría releer los libros del autor para entender por qué me alejé de él.
      Creo que esta novela te gustará. Además, a pesar de los episodios duros que cuenta, resulta muy entretenida. El morbo de indagar en las vidas ajenas es lo que tiene. A veces pienso que me gusta leer por mi vena cotilla. 😂
      Un beso.

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  4. Hola!

    Cuánta realidad veo en este libro! Me han venido tantas personas a la cabeza y tantas familias con problemas similares... Me gustó mucho la reseña, queda apuntado, aunque creo que he de elegir bien su momento. Este tipo de situaciones me provocan cierta impotencia y como veo que está escrito con bastante realismo, más aún. No conocía al autor, me lo has descubierto.

    Un saludito.

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    1. Algunos de los problemas de esta familia son especialmente intensos, pero es cierto que hay muchísimas familias que cada vez que se reúnen tienen que tener mucho cuidado para no tocar temas sensibles y terminar como el rosario de la aurora. Aun así, no siempre es posible, se terminan tocando los temas que no se debe y las familias terminan divididas. Lo peor es cuando ni siquiera se habla de las cosas, pero igual llegan las suspicacias y los resentimientos y se rompe con miembros de la familia por no saber hablar y pedir o dar explicaciones. Muy complicadas las relaciones familiares.
      Es un muy buen autor que te recomiendo.
      Un beso.

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  5. Hola, Rosa. Pues de Landero yo sólo he leído "El balcón en invierno" y me encantó. Este también lo tenía en mente y más ahora después de tu reseña. Besos.

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    1. "El balcón de invierno" lo tengo yo muy apuntado. Veo que por aquí a todo el mundo que lo ha leído le ha gustado. Espero no tardar mucho en ponerme con él.
      Un beso

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  6. Vaya, una nueva de Landero y con tu garantía, ¿qué más puedo añadir? Me alegra que siga teniendo cosas que contarnos y se haya desecho de su grisura, en esta época necesito uno algo de optimismo.
    Un abrazo.

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    1. Optimismo no es precisamente lo que destila esta novela, pero al menos sus personajes están más coloreados que algunos de los que nos tenía acostumbrados a encontrar en sus libros.
      Yo me alegro de haberle redescubierto.
      Un beso.

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  7. Hola Rosa, no he leído nada del autor, pero creo que esta novela me podría gustar bastante por todo lo que explicas. Me gusta cuando las historias tienen las rencillas familiares como la base del desarrollo. También parece que los personajes son el punto fuerte.
    Tomo nota. Un besito guapa!

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    1. Seguro que te gustaría esta novela. Los personajes son muy buenos, quiero decir que están muy bien descritos y se los llega a conocer y casi a saber cómo van a reaccionar. Sí, es una novela de personajes y de situaciones duras que han vivido, han imaginado o han creado. Una muy interesante reflexión sobre la familia y los recuerdos.
      Un beso.

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  8. Una historia de familia donde siempre hay resentimientos, palabras mal dichas o mal interpretadas, y secretos que al esconderse solo generan más malestar.
    No he leído nada de Landero, puede que empiece con esta novela que nos traes.
    Un beso.
    P.D. ¿Realmente crees que la gente que absorbe la fortaleza de los demás, es débil? Yo pienso que no, ese tipo de personas se aprovechan de los demás impostando una debilidad que en realidad no es tal.

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    1. Empiezo por la post data: creo que en esas personas su debilidad es su fuerza. Es una estrategia evolutiva, lo que no sé es si es estable (ya sabes, por lo de estrategias evolutivamente estables), aunque debe de serlo porque esas personas florecen por doquier.
      Respecto al autor y la novela, creo que no es su mejor obra (siendo muy buena), pero sí es de las que menos agobio y monotonía transmiten, aunque me quedan dos por leer (tres si contamos la autobiografía, que debe de estar muy novelada). Puede ser una buena novela para empezar con el autor.
      Un beso.

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  9. Yo hubiera titulado esta novela "La caja de Pandora", jeje. El detonante que hace explotar todas esas pasiones, rencillas, celos y reproches reprimidos me recuerda mucho a "Agosto", una película basada en una obra teatral (transcurre alrededor de una mesa a la que se ha reunido hijos, hermanos y sobrinos tras el entierro del cabeza de familia), protagonizada por Meryl Streep y Julia Roberts, entre otros actores y actrices. Y es que en todas las familias pueden salir a relucir esas rencillas reprimidas durante años, esos trapos sucios que salen a la luz durante una reunión familiar que debería ser motivo de celebración, de reafirmación de los vínculos o de entierro del hacha de guerra para fumar la pipa de la paz.
    Así pues, no me parece un argumento muy original (me suenan otros casos muy parecidos a este) pero, si está bien llevado, todavía puede dar para mucho y hacer disfrutar al lector.
    Un beso.

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    1. No me sonaba haber visto "Agosto" pero a medida que vais diciendo cosas me va sonando más. Empiezo a pensar que sí que la he visto y lo he olvidado.
      Es cierto que así resumido el tema no resulta muy original, pero la originalidad está en la forma de contarlo y ahí, si que resulta especial, con esas conversaciones que hablan de otras conversaciones.
      De todas formas, original o no, es de esos temas que no han conseguido cansarme.
      Un beso.

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  10. No he leído nada de Luis Landero así que esta lectura ha sido como un modo de descubrimiento del autor. En cierta manera también la temática me ha recordado a la película Agosto y la verdad es que son novelas o películas que tienes que estar bastante receptivo para no abandonarlas a mitad de camino. Lógicamente esto es una opinión personal.
    Estupenda tu reseña Rosa, haces muy fácil la lectura.
    Besos.

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    1. Pues yo, tanto en películas como en libros, jamás tengo tentaciones de abandonar. Son temas que me gustan mucho y me interesan.
      Tengo que ver "Agosto" y descubrir si ya la he visto o no.
      Un beso y gracias por tus palabras.

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  11. Ando liadisimo estos últimas semanas y no vengo a esta casa todo lo que quisiera. Yo me he saltado tres novelas de Luis Landero y un poco por los mismos motivos que tú. Pero me has convencido a volver con ésta. Creo no obstante que es un gran escritor y su ópera prima (que tampoco fue mi primera lectura de él) es maravillosa. Gracias.
    Saludos.

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    1. Conozco a más gente que le ha pasado. Los ambientes y personajes del autor pueden ser muy deprimentes. Esta historia es distinta. Ahora quiero retomar lo que me he perdido. Releer todo Landero, con mi lista de pendientes, me parece excesivo, aunque ganas no me faltan.
      Un beso.

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  12. Aunque nos dices que esta historia es menos pesimista que otras anteriores, no me animo ahora mismo. No me apetece sumergirme en ello, ya tengo suficiente con la realidad.
    Un beso ;)

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    1. Hay momentos para cada lectura y cada uno sabe cuál es el suyo. La realidad es más dura que cualquier novela lo que pasa es que la dureza, como en las novelas, no lo es para todos por igual y algunos se ven mimados y otros maltratados por esa realidad.
      Un beso.

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  13. No sé si yo calificaría de sensibles y vulnerables a las personas que describes en tu primer párrafo, que también. Me refiero a que creo que más que eso lo que las define es que sienten siempre que el mundo está contra ellas y no ven más allá de su problemas, ni saben relativizarlos, ni se paran a pensar en la persona en la que constantemente arrojan sus quejas sin darse cuenta de que ella también necesita a veces apoyo y consuelo (culpa también de ella por no quejarse, claro; hay quien se queja de más y quien se queja de menos). Yo a ese tipo de personas las llamo chupópteras porque te chupan la energía positiva y, aunque no las considero malas personas, alguna he tenido en mi vida.
    Yendo a la novela, ya la tenía apuntada. Me encanta Landero. Lo descubrí con las memorias que quieres leer, El balcón en Invierno, y este año he leído Juegos de la edad tardía. Es curioso porque al leer la sinopsis de esta novela pensé en El balcón en invierno pero sin embargo en tu reseña no veo demasiadas similitudes.
    Es cierto que aunque un autor nos guste puede llegar a cansarnos. Me alegro de que el reencuentro haya sido feliz.
    Besos

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    1. Las califico de sensibles y vulnerables en el sentido de que tienen la piel muy fina y todo les causa heridas. Por supuesto que son parásitos que viven de chupar energías ajenas. Y egocéntricas porque, como has señalado muy bien, solo ven sus mundo plagado de problemas y afrentas. No son malas personas o no lo son por eso precisamente, pero son muy tóxicas para todos los que las rodean y las sostienen.
      Yo también me alegro de haber recuperado a Landero. A ver si me pongo al día con la autobiografía y las dos novelas queme quedan. Me gustaría releer alguno, pero no sé si me decidiré.
      Un beso.

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