"Plenilunio" Antonio Muñoz Molina
De día y de noche iba por la ciudad buscando una mirada. Vivía nada más que para esa tarea, aunque intentara hacer otras cosas o fingiera que las hacía, solo miraba, espiaba los ojos de la gente, las caras de 1os desconocidos, de los camareros de los bares y los dependientes de las tiendas, las caras y las miradas de los detenidos en las fichas. El inspector buscaba la mirada de alguien que había visto algo demasiado monstruoso para ser suavizado o desdibujado por el olvido, unos ojos en los que tenía que perdurar algún rasgo o alguna consecuencia del crimen, unas pupilas en las que pudiera descubrirse la culpa sin vacilación, tan solo escrutándolas, igual que reconocen los médicos los signos de una enfermedad acercándoles una linterna diminuta. Se lo había dicho el padre Orduña, «busca sus ojos», y lo había mirado tan fijo que el inspector se estremeció ligeramente, casi como mucho tiempo atrás, aquellos ojos pequeños, miopes, fatigados, adivinadores, que lo reconocieron en cuanto el apareció en la Residencia, tan instantáneamente como el mismo, el inspector, debería reconocer al individuo a quien buscaba, o como el padre Orduña había reconocido en el hacía muchos años el desamparo, el rencor, la vergüenza y el hambre, incluso el odio, su odio constante y secreto al internado y a todo lo que había en él, y también al mundo exterior.
El cadáver Fátima, una niña de unos diez años, es encontrado en un parque pocas horas después de haber desaparecido tras salir a comprar una cartulina y unas ceras para un trabajo manual. La investigación recae en un inspector del que creo recordar que no llegamos a saber su nombre. Un inspector que se obsesiona con el caso y se pasea por la ciudad buscando una mirada que delate al asesino. Eso le ha dicho el padre Orduña: «la cara es el espejo del alma» y unos ojos que han visto algo tan monstruoso como la muerte de la niña por fuerza tienen que llevarlo impreso. Pero, por otra parte, el inspector no lo tiene muy claro porque está convencido de que hay seres que carecen de alma y, no obstante, sigue buscando en la mirada de los hombres.
«De día y de noche iba por la ciudad buscando una mirada. [...] El inspector buscaba la mirada de alguien que había visto algo demasiado monstruoso para ser suavizado o desdibujado por el olvido, unos ojos en los que tenía que perdurar algún rasgo o alguna consecuencia del crimen, unas pupilas en las que pudiera descubrirse la culpa sin vacilación, tan solo escrutándolas, igual que reconocen los médicos los signos de una enfermedad acercándoles una linterna diminuta».
Podría decirse que el inspector es el protagonista. Un inspector con un pasado en el Norte que deterioró su matrimonio, sin matarlo, y terminó con la salud mental de su esposa, ahora ingresada en una clínica. El inspector tiene un pasado y un presente que no pude dejar de lado a pesar de que el asesinato de la niña y todo y lo que traerá consigo ocupe casi todo su tiempo y sus pensamientos.
Pero hay más personajes, con tanta importancia al menos como el inspector, a los que sabremos que su pasado tiene un tanto hipotecado su presente. Está Susana, la maestra de la niña, una mujer atrapada desde hace quince años en un ambiente que no es el suyo, al que llegó siguiendo a un marido que pronto dimitió del papel de marido y de padre. Y en la ciudad se quedó Susana, aunque ya sin marido, para llegar a este momento en que la muerte de Fátima, su alumna favorita, y la marcha de su hijo que ha decidido vivir con su padre desde principio de curso, la pone ante una realidad que no se había atrevido a mirar de frente.
«Ahora, a los treinta y siete años, descubría cosas de sí misma que habían afectado mucho su vida sin que ella las hubiera comprendido o aceptado, y muchas veces ni siquiera percibido, por ejemplo el modo en que influían sobre ella los detalles menores [...] en invierno, en una de las mesas camilla de la sala de profesores, algunas maestras, durante el recreo, se tomaban un vaso de colacao con galletas que habían traído de casa envueltas en papel de aluminio, se abrigaban con las faldillas para recibir el calor del brasero eléctrico y mojaban las galletas en los vasos, y eso a ella le producía una desolación desde luego ridícula, pero muy intensa».
Y está Ferreras, el forense, un hombre solo y solitario que renunció a sus esperanzas de amor hace ya muchos años. Ferreras, tan obsesionado como el inspector en encontrar al asesino de la niña. Él ha descubierto sobre la mesa de autopsias todo el horror que Fátima vivió en sus últimos momentos. Él se consuela pensando que la asfixia y la falta de oxígeno le servirían de anestesia.
«Perdió el conocimiento al final —dijo el forense en voz baja, inclinado aún sobre ella, formulando para sí mismo o para la niña muerta una esperanza de orden privado, que no tenía que ver nada con su oficio ni con la presencia de los otros, ni siquiera con la justicia o el crimen, solo con la posible piedad final, con el alivio o la absolución de la muerte—. La falta de oxígeno le sirvió de anestesia».
También está el padre Orduña, un anciano sacerdote que vive en el caserón solitario de lo que fue un internado en el que se limpiaba a base de rezos y algún que otro golpe la mala entraña que los niños heredaron de sus padres, muertos o prisioneros tras la guerra. Fue considerado en su juventud cura comunista y se le llamó traidor. « Todavía queda gente en esta ciudad que me lo sigue llamando, no te imaginas como son. Decían que leía en misa panfletos comunistas, y sólo eran fragmentos de los evangelios y de las epístolas o los profetas».
Y está, por supuesto, el asesino. Aparece pronto. Joven, resentido con todo lo que la vida le ha puesto por delante, acomplejado desde las burlas que tuvo que sufrir de niño. No soporta nada de su vida, ni a sus padres, ni su trabajo. Y mucho menos ese malestar que le entra las noches de luna llena y que le impulsa, casi sin darse cuenta, a sacar una navaja del bolsillo y buscar dónde depositar su rabia y los efectos del alcohol.
Y hay más personajes. Y hay una ciudad pequeña que los atrapa entre sus calles, sus plazas, la estatua del héroe, el río y los olivos. Una ciudad, que bien podría ser la ciudad natal del autor, o Mágina si es que no vienen siendo lo mismo. Una ciudad sin nombre en la que al final todos han hablado con todos o tienen un amigo que vio, que supo, que conoció; en la que el anonimato es imposible y al mismo tiempo tenemos un asesino tal vez enfermo de anonimato, con una letal necesidad de trascendencia, de ser alguien conocido y reconocido.
En lo que a género negro y policial se refiere, ya casi lo hemos visto todo, pero en 1997, cuando Muñoz Molina publicó esta novela, aún nos quedaban muchas cosas por ver. O puede que esté hablando por mí misma y fuese yo la que tenía mucho por ver. Sea como sea, cuando leí la novela recién publicada, me sorprendió mucho. Se trata de una novela policíaca, sí, con mucho de novela negra, también. Y se trata de una novela reflexiva que pasa mucho tiempo, muchas páginas, metiéndonos en la vida, los recuerdos, los pensamientos de sus protagonistas. Por momentos nos olvidamos de que estamos inmersos en una investigación por asesinato y nos quedamos colgados de los problemas presentes y pasados de los personajes que configuran esta historia.
Leída casi veintisiete años después, no ha perdido ni un ápice de su interés y yo la he valorado más aún de lo que lo hice en 1997. Antonio Muñoz Molina me confirma que desde su primera novela, Beatus Ille, es un escritor de culto. En el mejor sentido.
Este libro participa en el Reto Autores de la A a la Z que organiza el blog Lecturápolis. Con él relleno la letra M.
Libros de Antonio Muñoz Molina que he leído con la fecha de lectura y relectura entre paréntesis.
El invierno en Lisboa (1990, 2002, 2015)
Beltenebros (1990)
El jinete polaco (1992, 2009)
Beatus ille (1993, 2009)
Los misterios de Madrid (1996)
Plenilunio (1997, 2024)
El dueño del secreto (1998)
Sefarad (2001)
Carlota Fainberg (2001)
El viento de la luna (2007)
La noche de los tiempos (2009)
En ausencia de Blanca (2010)
Todo lo que era sólido (2013)
Como la sombra que se va (2015)
Tus pasos en la escalera (2019)
Volver a dónde (2023)
No te veré morir (2023)
Hola Rosa, yo también la leí en su momento cuando se publicó y también me sorprendió, pienso que Muñoz Molina abrió un camino que han seguido muchos desde entonces, cosas que ahora son corrientes antes eran novedosas, y en eso me parece que el autor fue un pionero. En cuanto al argumento casi no lo recuerdo, porque mucho ha llovido desde entonces. Me la apunto para relectura. Gracias por traerla de nuevo a mí memoria. Besos.
ResponderEliminarYo hace tiempo que andaba pensando em la relectura de Plenilunio. Me daba la sensación de que no le había sacado todo el partido y así creo que fue. En 1997 ya no era una niña, pero era joven (tampoco mucho, ja, ja) y tenía mucho menos bagaje lector, sobre todo de novela negra y/o policial. Veintisiete años después, he decir que la he disfrutado más, la he entendido mejor y me ha parecido, como a ti, que fue pionera en muchas cosas que hoy vemos. Disfrutarás de la relectura. Seguro. También he vuelto a ver la película. No está mal.
EliminarUn beso.
Leí esta novela hace bastantes años (pero no tantos como tú) y recuerdo que me gustó mucho. La leí después de La noche de los tiempos y acabo de leer No te veré morir, que me ha gustado, pero no tanto como las dos anteriores. La próxima que quiero leer de este autor es El jinete polaco, pues recuerdo haber leído una crítica muy positiva. Bueno, el caso es que, como tantos hacía años desde que tuve ocasión de leer Plenilunio, aparte de haberme dejado un grato recuerdo, me había olvidado (¿cómo uno puede olvidarse de algo que le ha gustado?) un poco del argumento y gracias a esta reseña lo he rememorado y me ha devuelto el gusto que sení en su día.
ResponderEliminarMe asombra el número de obras que has leído de este autor. Ignoro cuántas ha publicado, pero me da la sensación que las has leído casi todas, je, je.
Un beso.
He leído casi todas sus obras. Me queda algún ensayo y algún libro de artículos. Es también de los que más he releído. Creo que es uno de los mejores escritores españoles de la segunda mitad del siglo XX, junto a Javier Marías y Enrique Vila-Matas.
EliminarCreo que disfrutarás mucho con El jinete polaco. Siempre he dicho que es el único Premio Planeta merecido desde hace muchos años. Puede que sea el que más me ha gustado del autor. No te veré morir a mí me ha parecido también de lo mejor que tiene. Es una historia maravillosa, maravillosamente construida y maravillosamente contada. Bueno, ya ves que soy una friki de Muñoz Molina. Pero es que me ha dado tanto literariamente hablando...
Un beso.
También pienso que Muñoz Molina fue uno de los que reabrió la novela policíaca en nuestro país. Plenilunio es una de las novelas que sientan las bases de esa renovación y casi se podría considerar un memorándum de las muchas novelas negras que le seguirían después. No recuerdo con mucho detalle la adaptación cinematográfica que se hizo de esta novela pero lo que recuerdo sí lo recuerdo en positivo valga la redundancia.
ResponderEliminarBesos y buen día, Rosa.
He vuelto a ver la película que ya había visto en 2000 cuando se estrenó. Me ha parecido muy digna y muy bien interpretada. Creo que el 5,8 de FilmAffinity es un poco escaso.
EliminarY sí, la novela creo que abrió caminos que después se han explorado mucho con mayor o menor fortuna. Es de esas novelas en las que llega un momento en que lo de menos es la investigación o la intriga por el crimen (de hecho conocemos al asesino y hasta sus motivaciones desde el principio) porque las vidas de los personajes nos arrastran sin remedio.
Un beso.
No sé si me confundo con alguna de otro autor, pero puede que en tiempos pasados la haya leído(además me suena tu planteamiento) he leído algunas cosas más del escritor, pero no me calaron; no las recuerdo y eso en mí es malo, porque quien me llega, lo tengo actualizado en mi mente, De otro lado, también te digo : ¡Tienes razón -al margen de mis extraños gustos-Muñoz Molina es un increíble escritor y además con seguidores que se cuentan por legiones! Me siento identificado con el inspector, yo también tuve un excelente pasado en El Norte.(pero como decía el camarero de "Irma La Dulce" ¡eso es otra historia")
ResponderEliminarEnhorabuena, Maja.🌿 (las hojas de roble son los actuales distintivos del organigrama de escalafón del CNP ¡olé por ellos!)
Me parece difícil leer algunas novelas de Antonio Muñoz Molina y olvidarlo. Tiene novelas tan maravillosas como El invierno en Lisboa o Beltenebros, por hablar solo de algunas de las más tempranas. Tampoco creo que sus seguidores se cuenten por legiones. Puede que entre los que somos de su edad o algo más jóvenes (y los mayores por supuesto) tenga más seguidores, pero entre la gente joven... No sé, igual me equivoco.
EliminarSi te suena la historia de Plenilunio puede que vieras la película cuando se estrenó en 2000.
No sabía lo de las hojas de roble en el escudo de la Policía Nacional. Menudo escudo más bonito tienen.
Un abrazo.
Muñoz Molina siempre es una apuesta segura, da igual el género que aborde o el tipo de historia. Tiene una manera muy especial de contar y reflexionar sobre las cosas, un tono muy personal y muy característico. También yo leí esta novela en su momento y me encantó (la trama personal, sobre todo). Me has despertado el gusanillo por recuperarla otra vez, la verdad. La adaptación al cine también fue bastante buena. Creo que era Miguel Ángel Solá quien interpretó al inspector y lo hizo con mucho acierto. Una recomendación fantástica traes hoy, Rosa. Un beso.
ResponderEliminarSí, Miguel Ángel Solá era el inspector y Juan Diego Botto, al asesino. La película no está mal y la he visto a gusto, por segunda vez, tras leer el libro.
EliminarEs un libro que merece una relectura si lo has leído hace mucho. Creo que en él el autor consiguió una novela negra y policial fantástica.
Un beso.
Es el único libro del autor que he leído. Y me gustó muchísimo, pero entre tanto pendiente, no me he vuelto a animar con él. Me dejas con ganas de releerlo, que también puede hacer más de veinte años que lo leí. Pero a ver si me animo también a leer otras novelas.
ResponderEliminarBesotes!!!
Hay demasiados libros y autores con los que una siente que tiene que animarse. Yo, desde que leí El invierno en Lisboa por primera vez y a continuación Beltenebros, ya me afilié al autor para siempre, sobre todo porque jamás me ha defraudado.
EliminarUn beso.
Yo con El jinete polaco terminé colapsada con el autor, sin gana ninguna de animarme de nuevo hasta que 30 años después me sedujo la cubierta de Note veré morir y aquí lo tengo esperando.
ResponderEliminarbesos.
El jinete polaco es una de mis novelas preferidas del autor. Fue la tercera que leí y si las dos anteriores me habían gustado esta me confirmó que hacía bien en seguir al autor hasta el fin del mundo. Espero que te guste No te veré morir. Es una gran novela desde mi punto de vista.
EliminarUn beso.
Este libro está en las estanterías de mis padres diciendo léeme y tu me has despertado la curiosidad. Lo que veo es que del autor, "El invierno en Lisboa" es el que más has releído. ¿Te gustó más que Plenilunio? No he leído nada todavía del autor y el que tengo más a mano es el de esta reseña. ¿Qué me aconsejas? Un beso Rosa.
ResponderEliminar¡¡Hola, Lourdes!! Qué alegría verte por aquí).
EliminarEl invierno en Lisboa me abrió los ojos a la literatura actual (actual en aquél momento, 1997). Hasta entonces solo leía autores del XIX y de la primera mitad del XX. Es una grandísima novela negra, pero tiene tantas que me han gustado tanto, que decir cuál es la preferida me resulta un poco difícil. Desde luego, Plenilunio, recién releído, es de los que considero mejores. Ojalá te animes con el autor y te guste.
Un beso.
Hola Rosa, me animo con el autor. Ya te digo Plenilunio lo tengo muy a mano. Vaya que se lo vaya coger prestado a mi madre. Jajajaja. Un beso
EliminarQué bien. Ya nos contarás. Más besos.
EliminarHola, Rosa. Esta es la primera novela que leí del autor hace ya mucho tiempo. No soy nada experta en novela negra pero diría que hace tiempo no era tan habitual encontrar novela negra que tuviera además chicha, es decir que hubiera personajes y tramas dramáticas tan desarrolladas.
ResponderEliminarLa verdad es que parece que casi es imposible sorprender.
Fíjate que yo metí al autor en el saco de la novela negra por esta lectura.
Recuerdo que me impactó mucho y que me tuvo enganchada de principio a fin para entender por qué. Y porque este señor escribe muy bien.
También vi la peli hace tiempo, sin más.
Besos
Yo creo que si no tiene chicha no puede ser novela negra. Será policial o thriller, sin más, pero la novela negra entiendo que se caracteriza (dentro de lo difícil que es distinguir en este campo) por mostrar las partes más crudas de la realidad del mundo en que vivimos.
EliminarEs cierto que en este género o subgénero, es difícil sorprender, pero en 1997, a mí al menos me sorprendió mucho ver que el asesino formaba parte de la trama y asistíamos a sus pensamientos y andanzas por la ciudad. También me sorprendió que se mostraran los pensamientos y las vidas pasadas de todos los personajes. Yo creo que con la excusa del crimen lo que hizo Muñoz Molina fue una novela de personajes y situaciones. Muy buena además.
No es un autor específico de novela negra, pero es cierto que las dos primeras novelas suyas que leí lo eran. Es un género que practica muy bien. Como todos por cierto.
Un beso.
¡Hola Rosa!
ResponderEliminarno he leído nada del autor aunque sus novelas se mueven bastante por la biblio, tienen lo que yo llamo "trasiego". Conozco Plenilunio, por supuesto, y no descarto leerla en algún momento. Curiosamente llevo tiempo desligada de la novela policiaca, ando enganchada a las novelas que yo llamo "realistas" de "como la vida misma", sin género determinado
Pero seguro que vuelvo al género en algún momento, suele ser mi salvación cuando estoy en plan abandonadora de libros sin conseguir engancharme a nada
Lo que tampoco creo que he hecho nunca es releer, a veces lo he pensado con algunas de esas novelas leídas en el pasado que me impactaron por determinadas causas, pero al final siempre me tiro a por novedades o autores actuales, no puedo evitarlo
Me alegro que tu relectura haya sido fructífera y la hayas vuelto a disfrutar, incluso bastante mas tantos años después
Un beso.
A esas novelas sin género yo las llamo narrativa general. Es que este año estoy intentando clasificar lo que leo por género para la entrada del 1 de enero de 2025 y cuando llego a esas van todas a narrativa general, ja, ja.
EliminarYo releo mucho. hay novelas a las que no puedo dejar de volver o de pensar que en algún momento volveré. pensar que nunca más voy a leerlas es como pensar que nunca vas a volver a ver a una persona muy querida. Hay mucho pendiente por leer y siempre lo habrá. Siempre digo que es como con los amigos. Hay mucha gente a la que nunca conoceremos, pero no dejamos a los amigos de siempre para conocer otros nuevos. Pues lo mismo me pasa con los libros, aunque, en este caso, sí que conozco muchos nuevos.
Respecto a lo de la novela negra, creo que Muñoz Molina tiene más novela de narrativa general (ja, ja) que negra. Me atrevería a recomendarte La noche de los tiempos.
Un beso.
¡Hola de nuevo! curiosa la forma de ver lo de las relecturas..., yo lo veo de otra manera, lo veo extrapolado a la gente y a amigos: "ya conozco a hay mucha gente, pero hay otra mucha gente a la que merece la pena conocer", algo así siento yo, no lo veo como no volver a verlos nunca mas, sino que a esos ya los conozco y quero conocer mas
Eliminar"Novela de narrativa general/novela realista", jaja, curiosa también las dos maneras de evocar el género ¿verdad?
¡Gracias por la recomendación! la tendré en cuenta
Mas besos
Si, por supuesto que hay más gente a la que conocer, pero no por ello se deja de volver a los antiguos amigos. Yo tengo que volver a algunos antiguos libros.
EliminarEs que es difícil clasificar esas historias realistas. En cine las clasifican como "drama", pero no me gusta mucho porque tiene ciertas connotaciones muy... dramáticas, ja , ja.
Ojalá la leas y nos cuentes.
Otro beso.
Buenos días, Rosa.
ResponderEliminarComparto contigo lo que comentas Muñoz Molina es un autor de culto, y todos los amantes del género negro deberían conocerlo. Yo lo hice después de ver la adaptación que hizo Pilar Miró de Beltenebros, una obra que me marcó. Apunto la que nos traes hoy. Muchas gracias por la estupenda reseña.
Un abrazo.
Muñoz Molina como Pérez-Reverte, son dos autores que han tenido muy mala suerte con sus adaptaciones al cine, pero curiosamente Pilar Miró fue la única que hizo dos maravillosas películas con libros suyos: Beltenebros, del primero y El maestro de esgrima, del segundo. Si te animas con esta novela espero que la disfrutes.
EliminarUn beso.
Bueno, pues esta es una novela negro-policiaca de las mías, de las de olvidarme de la investigación del crimen y dejarme perder en los problemas de los personajes.
ResponderEliminarTengo previsto volver a Muñoz Molina este año. Tengo otro título en mente para ello, pero me guardo este para más lejanos futuros encuentros.
Besos
Pues no lo dejes. Yo soy de la opinión de que Muñoz Molina siempre es una apuesta segura. Me encantará leer tus reseñas sobre él.
EliminarUn beso.
Qué gran autor, he ido a algunos encuentros con él y adoro sus libros
ResponderEliminarGracias por la reseña.
Uno de los mejores sin duda. Creo que he leído todas sus novelas y algunos ensayos y nunca me ha decepcionado. esta relectura ha sido muy buena. Creo que la primera vez no le saqué todo el jugo a esta historia.
EliminarUn beso.
Esta novela la tengo en la lista de espera desde hace años, no sé por qué la he dejado pendiente porque Muñoz Molina es un autor que me gusta. Ahora que leo tu reseña la pondré en la parrilla de salida, espero no demorar más su lectura.
ResponderEliminarUn beso.
Imagino que la dejaste por ser policíaca, ja, ja.
EliminarEs una novela notable que, al menos para mí, fue novedosa en su momento. Incluso creo que no la valoré lo suficiente porque me rompió los esquemas. Esta vez la he apreciado mucho más. No ha perdido nada con el paso del tiempo.
Un beso.
¡Hola, Rosa!
ResponderEliminarNo he leído aún al autor, lo llevo apuntado desde que vi su novela "No te veré morir" en la web de Casa del Libro, luego me encontré con tu reseña y reafirmó mis ganas de leerla.
Como ya sabrás, el género de "Plenilunio" se encuentra entre los que siempre me vienen bien, así que no descarto leer el libro y me alegra saber que has disfrutado mucho de esta vuelta a él, suelo pensar que crecemos en cada relectura.
Me ha gustado mucho tu teoría de volver a los amigos. En mi caso hay algunos libros que sí me gustaría releer, pero otros, especialmente los que me dieron la vuelta a la cabeza, no me atrevería a releerlos, pues anhelo conservar esa primera impresión que tanto me sedujo ;)
Un beso.
Otra teoría que tengo es que hay que enfrentarse a los desengaños, ja , ja. Si un libro que te gustó mucho en su momento te defrauda es algo que tienes que averiguar. Es doloroso, pero es la verdad y ya sabes lo que decía Serrat: Nunca es triste la verdad, lo que no tiene es remedio (es una de mis frases recurrentes; me encanta).
EliminarPlenilunio es una novela negro-policial, pero no es de esas que se leen abducida por la trama y por la intriga de saber quién es el asesino. Es de las que indagan en los personajes, en sus situaciones, en su historia previa... Es más negra que policial. Es muy buena.
Un beso.