"Los quehaceres de un zángano" Fernando Morote

Cuando Ediciones Erradícame me ofreció leer este libro, enseguida me llamó la atención su sugerente y curioso título, pero no sabía que más sugerente y curioso iba a ser el libro.
Con "Los quehaceres de un zángano" una no sabe muy bien si está leyendo un conjunto de relatos y poemas, la autobiografía de un autor, el relato de unos hechos o una novela sin más, aunque antes de terminar la lectura, ya empieza una a sospechar que de todo ello hay un poco.
El protagonista de esta historia es Federico Barrionuevo, un personaje cuya vida, en episodios salteados, se va mezclando con los relatos y poemas de los que se supone que él mismo es el autor. Empiezo a leer y si un relato me interesa, el siguiente aún me atrae más. La poesía no tanto, porque no soy muy amante del género, pero enseguida me doy cuenta de que los poemas son enormemente provocadores, nada convencionales, pura revulsión:

"¿Qué es el hombre?
Un pedazo de carne.
¿Qué es la mujer?
Otro pedazo de carne.
¿Qué es el amor? 
Carne montada.
¿Nada más?
Nada más".

Son escasos, también es cierto, porque lo que más abunda es la prosa. Cuentos que nos hablan de sexo, de jóvenes enfrentados a la autoridad por fumar... lo que no se debe fumar y de autoridades que hacen la vista gorda a cambio de algún favor; nos hablan de Mamerto y Priscila, de Metrónomo y Leydú; nos cuentan las maravillas que ofrece un día de verano en las playas limeñas, o de un niño que sorprende a los héroes de la patria en una juerga nocturna de alcohol, drogas y mujeres, porque como le dice Francisco Bolognesi, el militar que murió con honra durante la Guerra del Pacífico, "Está bien tomar las cosas de la vida con responsabilidad, pero sin hacerse dramas. Cuando las asumimos muy gravemente se nos vuelven demasiado pesadas, nos hartan y terminamos por detestarlas".
Al principio, me desoriento un poco. Los relatos (lo que luego sé que son relatos) bien podían ser la narración de la vida del protagonista (sé que existe por la nota del editor), pero veo que de uno a otro, no se mantienen nombres ni, por tanto, personajes. No me importa la desorientación; en este tipo de libros me tomo la lectura como una tarea detectivesca. Indago, miro, releo, descarto, asiento hasta que la situación se abre ante mí y me siento doblemente satisfecha porque ya puedo dejarme llevar por la lectura cuyo secreto he desentrañado, y por haberlo desentrañado. Si la novela es buena esto no tarda en suceder. En esta sucede enseguida porque me doy cuenta de que la biografía del personaje se distingue del resto por la sangría tanto a izquierda como a derecha. No está contada de forma lineal, pero eso ya no es más que una cuestión de andar atenta a ciertos datos para recomponer los hechos y ajustarlos en la casilla del tiempo que les corresponde. ¡Ah, cómo disfruto participando en las obras cuando los autores tienen a bien permitírmelo!
Poco a poco, la vida del protagonista va prevaleciendo sobre los relatos y cada vez va ocupando más espacio. Nos sorprenden algunos detalles de su vida familiar y de la composición de su familia "Cómo has crecido hijito - me decían - Te pareces tanto a tu hermano Enrique. Yo solo sonreía. Pero si Enrique no es mi hermano de verdad››, decía para mí mismo". Hermanos de verdad y hermanos que no lo son; mamá Marina y mamá Julia; papá Alfredo y papá Teodoro. Tendremos que leer y encajar piezas; ir imaginando e intuyendo, aunque al final todo se nos revelará a la vez que a Federico y seremos capaces de poner orden a sus complejas circunstancias familiares.
La primera parte del libro consta de estos fragmentos de la vida de Federico que se intercalan con sus relatos y poemas. Lo veremos niño, haciendo la comunión, sufriendo un terremoto, rodeado de padres y hermanos con sus papás y sus mamás que poco pueden imaginarse, viendo a aquel niño, lo que vendrá en un futuro, "Las madres no sospechan en absoluto del futuro de sus hijos. Qué iban a imaginarse nuestras madres, mientras nos cambiaban los pañales, que a los veinticinco años íbamos a emborracharnos en las esquinas y a drogarnos delante de todo el mundo". Aunque tampoco hubiera sido un gran alarde de imaginación sabiendo que apuraba desde niño los restos de las copas y fumaba marihuana para espantar el miedo a algunos profesores. 
Y un nuevo relato o un poema interrumpe la vida de Federico, pero no nos importa porque igual nos engancha y, mientras lo leemos, nos olvidamos de que nuestro narrador y protagonista ha quedado escondido para dar protagonismo a su cuento.
Lo veremos pasar la adolescencia y enfrentarse al examen de admisión a la Universidad y fracasando, y así todo pudiendo ingresar por esas carambolas del destino que a veces se ponen de parte de quien planean machacar más adelante.
Y lo veremos joven, casi aún adolescente, tan enganchado que a veces tiene que vomitar para poder seguir consumiendo; tan metido en el mundo de las drogas que teme que terminen con él. Y lo veremos tratando de desengancharse y de empezar a escribir y de dejarlo todo para dedicarse a la escritura...
La primera parte del libro se titula "Iventario personal" y eso es exactamente, un inventario de escritos y vivencias en el que el autor se nos da a conocer y, como dice la nota del traductor, "nos pone en antecedentes". Luego viene la segunda parte, titulada "Hasta que el matrimonio nos separe". 
Esta segunda parte está escrita a base de las entradas de un diario personal del protagonista y las cartas que le envía a su enamorada, Valentina. Mediante esas cartas y diarios seremos testigos del nacimiento del amor entre Federico y Valentina y de todo su desarrollo, en la distancia primero, y más tarde en la convivencia. Pero lo más importante, desde mi punto de vista es que en esta segunda parte también veremos la pelea del personaje por abrirse camino en el mundo de la literatura. Quiere publicar dos libros: uno de poemas titulado "Poesía Metal-Mecánica" ("Por qué Poesía Metal-Mecánica››? Porque normalmente la metal-mecánica no tiene nada que ver con la poesía y lo que yo escribo tampoco")  y otro de prosa titulado "El arte de cagar parado" ("Itinerario de El arte de cagar parado››. Otros comienzan a desarrollar un cuento intrascendente y terminan escribiendo una novela famosa.Yo concibo lo que se supone será un libro capital y termina reducido a una modesta crónica periodística. El arte de cagar parado›› es un título que solo se lo aceptan a Bukowski [...] Por eso El arte de cagar parado›› se convirtió hace tiempo en Los quehaceres de un zángano››".
Fernando Morote
Y es que, a la vez que todo lo demás, es como si se nos fuera contando la gestación del libro que tenemos entre manos. La ilusión del autor/personaje por abrirse camino en el mundo de la literatura, su desengaño que le lleva a dejar la escritura durante diez años y su, finalmente, decisión de publicar... pero es mejor que dejemos que el propio autor, Fernando Morote, nos lo cuente en la entrevista publicada en "Periódicos irreverentes". 
"El libro original en realidad se titulaba “El arte de cagar parado” y contenía además de relatos, algunos poemas y un conjunto de textos breves que mezclaba la crítica social con el juego literario. Era una obra escrita en diferentes tonos, empleando variedad de formatos, cuyo objetivo era ofrecer una propuesta dinámica y divertida. Ya que el título produjo en su momento reacciones desfavorables entre los editores que evaluaron el material, busqué otro que describiera igualmente las incongruencias planteadas y así fue como apareció “Los quehaceres de un zángano”. [...] Tras un período de 10 años, en los que estuve dedicado a otras actividades, retomé el proyecto y lo reconstruí por completo. [...] Una mañana, incluso, desperté sintiendo que tenía entre manos una cantidad de cartas y diarios personales (con los cuales planeaba escribir otros libros en el futuro) que podía incorporar como una segunda parte de la historia que quería contar".
Y así nace esta propuesta fresca y original, muy bien escrita, que por momentos me recuerda al mejor Bryce Echenique, el de "La vida exagerada de Martín Romaña" por supuesto ("Pasé dos días en cama, con fiebre, padeciendo un estreñimiento atroz que me hizo delirar" nadie que haya leído las peripecias de Martín Romaña puede haber olvidado su antológico estreñimiento), pero también el de "Un mundo para Julius" o "No me esperen en abril". 
Tal vez sea el toque peruano, pero no basta con eso; una novela tiene que estar muy bien escrita para, por muy peruana que sea, traerte a la cabeza a maestros como Bryce Echenique o el mismísimo Vargas Llosa. Fernando Morote, conmigo, lo ha conseguido.



Comentarios

  1. El titulo es muy llamativo y esa mezcla de historias aunque creo que me puedes descolocar también se presenta original.
    Me apunto el libro.
    Un beso

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Hola! ¡Bienvenida de nuevo! Tanto el título como la estructura de la novela son muy originales y la verdad es que las historias me atraparon desde el principio, aun antes de haber descubierto "la historia" de Federico, y es que para más inri acababa de dejar un libro que me estaba matando de desconcierto y de tedio. De repente este me hizo reconciliarme con la lectura diaria cuyo gusto estaba perdiendo.
      Un beso.

      Eliminar
  2. Me gusta como escribes y lo que escribes saludos desde donde yo te leo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias por tus palabras. me imagino que me sigues leyendo desde Miami. ¿O estás de vacaciones en algún lugar más fresquito?
      Un beso.

      Eliminar
    2. Sigo en Miami
      Mis vacaciones son diarias y simples
      sin avión o aeropuertos..
      Tranquila y en balance sigo mis dias
      Gracias Querida por compartir tus letras con las mías

      Eliminar
    3. Qué es el hombre?
      Un pedazo de carne.
      ¿Qué es la mujer?
      Otro pedazo de carne.
      ¿Qué es el amor?
      Carne montada.
      ¿Nada más?
      Nada más"

      Qué genial!!!!

      Eliminar
    4. ¿Verdad? Me pareció alucinante y sumamente ingenioso.
      Un beso.

      Eliminar
  3. El título desde luego es curioso; al principio me dije "este libro me va a venir como anillo al dedo" (je, je...). Luego parece que es un título alternativo porque el que el autor queriq era otro tipo los de Bukowski (je, je...). Veo que te ha gustado porque te ha hecho participar en él. A mi también me gusta mucho que me dejen colaborar en la ¿lectoescritura? No me gusta que me lo den todo trillado, me gusta que jueguen conmigo al despiste y tras un tiempo ncontrar el truco del relato. ¡Qué gozada cuando esto ocurre! Sí, quizás, a la novela le vaya bien el título elegido dado que a zánganos como yo nos va a hacer trabajar un poquito.
    Buena reseña, Rosa. Me ha gustado conocer esta obra gracias a ti. Un beso

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Es el tercer libro que leo de esta editorial y los tres me han gustado mucho. Y ya sabes que no tengo problemas en dejar a medias los que no me gustan y negarme a hacer reseñas 😜.
      Me atrajo el título y mucho más el contenido. Y, a medida que iba leyendo, las relaciones del personaje con el autor que, por cierto, tiene publicado un libro de poesía que se titula Poesía Metal-Mecánica, igual que Federico. Creo que Federico y Fernando son, en gran medida, una misma persona.
      Un beso.

      Eliminar
  4. Presiento que el personaje va a salir de un tipo de adicción para meterse en otra.
    Creo que la manera narrativa que propone el autor es la mar de original, aunque no me llama la atención la obra a pesar de tu recomendación y tu positiva reseña.
    Creo que esta la dejo pasar.
    Besos agradecidos por tus presentaciones de libro.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Acaba únicamente con la adicción a escribir cosas un tanto raras para las que le cuesta mucho encontrar la manera de publicar, aunque es cierto que para llegar hasta allí tuvo que pasar varias fases de desintoxicación. Esa parte no sé hasta qué punto puede ser autobiográfica y tampoco me importa demasiado.
      Veo que con esta novela no te he convencido. A ver con la próxima.
      Un beso.

      Eliminar
  5. Hola Rosa qué interesante este libro, autor y lo que ha entretejido a lo largo de su vida para que no le dejen "cagar parado" agusto. No es trivialidad por mi parte, es que esta cuestión me ha llamado la atención. Considero que el mundo editorial influye totalmente en el título ( o me lo parece) que ha elegido el autor. Evidentemente el titulo de los quehaceres del zángano, es muy llamativo, al igual en que esa mezcla (poemas, relatos y su propia vida). Te vas a convertir poco a poco en una referencia de las editoriales. Genia. Un beso

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias por tus palabras Eme, pero no te creas, también he dejado colgada a alguna editorial porque el libro no me ha gustado. Pero he de decir que los libros de Erradícame han sido todos notables.
      Este es muy curioso y es cierto que ya el título atrae, aunque "El arte de cagar parado" es de lo más sugerente también. Cierto que es un poco escatológico y podría espantar a algún lector cosa que las editoriales para nada desean. En fin, con "Los quehaceres de un zángano" quedó y a mí me ha encantado.
      Un beso.

      Eliminar
  6. Qué original, me recuerda un poco a Roberto Bolaño. Una editorial, además, con cosillas interesantes. Me lo apunto.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Bienvenido, Gerardo! ¿Bien tus vacaciones? Espero que sí.
      Todos los libros de esta editorial han resultado muy buenos. Este, como ves, muy apetecible.
      Espero que te guste.
      Un beso.

      Eliminar
  7. Hola Rosa.
    Qué original, no sé si apuntármelo o no porque tengo una lista inmensa pero la punta es buena.
    Besos y feliz finde.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Ay, las listas! No hay que hacerles mucho caso y que vayan engordando...
      Yo también la tengo a reventar.
      Un beso.

      Eliminar
  8. este ya lo habia leído! besitos! gracias por tu excelente aporte!

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Con tus comentarios reflexionamos, debatimos y aprendemos más.

Lo más visto en el blog este mes

"La buena letra" Rafael Chirbes

"Tan poca vida" Hanya Yanagihara

"Mujer en punto cero" Nawal El Saadawi

"Santander 1936" Álvaro Pombo

"Golpe de gracia" Dennis Lehane

Tres eran tres 33

"Prometeo americano" Kai Bird & Martin J, Sherwin

"La sal de todos los olvidos" Yasmina Khadra

"La mala costumbre" Alana S. Portero

"El final del affaire" Graham Greene