"La postal" Anne Berest

«Mi madre se entera, pues, de que es judía, ese día, en el año 1950, en el patio de la escuela. Eso es. Así sucedió. Brutalmente y sin explicación. La piedra que recibió se parece a la que le tiraron a Myriam, a la misma edad, unos niños polacos de Lodz, cuando fue por primera vez a visitar a sus primos. 
El año 1925 tampoco estaba tan lejos de 1950. 
Para los chicos de Céreste, como para los de Lodz, como, igualmente, para los de París de 2019, aquello solo era una ocurrencia. Un insulto como cualquier otro, uno de tantos que se oyen en un patio de recreo. Pero para Myriam, Lélia, Clara supuso, cada vez, una interrogación»

Myriam, Lélia, Anne, Clara. Anne es la que lo cuenta. Nieta de Myriam, hija de Lélia, madre de Clara. Cuatro generaciones de mujeres judías para las que el judaísmo nunca tuvo mayor trascendencia. Hasta que empezó a tenerla.

El 6 de enero de 2003, Lélia recibió una postal por correo. La postal iba a su dirección, pero dirigida a M. Bouveris, o lo que es lo mismo, Myriam Bouveris, su madre muerta hacía ya ocho años. La postal era una imagen ya antigua de la Ópera Garnier de París y en el reverso, cuatro nombres, uno debajo de otro:
Ephraïm. 
Emma. 
Noémie. 
Jacques. 

Los dos primeros eran los padres de Myriam, abuelos maternos, por tanto, de Lélia. Los dos últimos eran hermanos de Myriam, tíos de Lélia. Los cuatro murieron en Auschwitz en 1942. Así es que a la lista de mujeres de esas cuatro generaciones podemos añadir una más: Emma, Myriam, Lélia, Anne, Clara. 

Tras las primeras preguntas obligadas  quién ha enviado la postal, por qué, por qué a Myriam, que ya ha muerto, a una dirección en la que nunca vivió −, «mis padres guardaron la postal en un cajón y nunca volvimos a hablar de ella. Yo tenía entonces veinticuatro años[...] Borré de mi memoria el recuerdo de la postal, sin por ello abandonar la idea de que un día tendría que interrogar a mi madre sobre la historia de nuestra familia. Pero iba pasando el tiempo y nunca me paraba a hacerlo. 
Hasta diez años después, cuando estaba a punto de dar a luz»

De manera que es en 2013, a punto de ser madre de Clara, cuando Anne Berest, la hija de Lélia, se decide a preguntar a su madre y a escribir esta historia basada en la realidad de su familia. La primera parte de La postal o Libro I, titulado Tierras prometidas, se basa en las averiguaciones que ya había hecho Lélia sobre sus antepasados. Toda esta parte, casi la mitad del libro, me ha resultado apasionante. En ella se remonta a 1918 para contar cómo Ephraïm, que pertenecía a una familia judía de Moscú, llegó a casarse con Emma, una judía de familia polaca. «Siendo muy joven aún, Ephraïm Rabinovitch rompe con la religión de sus padres. De adolescente se afilia al Partido Socialista Revolucionario y declara a sus padres que no cree en Dios. Como provocación, hace todo lo que les está prohibido a los judíos en Yom Kipur: fuma cigarrillos, se afeita, bebe y come».   Y cuando se casa con Emma, aunque por complacerla consiente en hacerlo en la sinagoga, decide que nunca vivirán como una familia judía. 

Curiosamente, el primer exilio de Ephraïm  no es por judío sino por socialista revolucionario. Quién iba a decir que tras la revolución socialista en Rusia un socialista fuera perseguido y tuviera que huir. Pero así fue. Los bolcheviques perseguían a los mencheviques y esa era la corriente de Ephraïm. De manera que, primero por estar en el lado perdedor de los revolucionarios y luego ya por ser judío, Ephraïm recorrió medio mundo  antes de instalarse en París. Letonia, Polonia, Palestina. Sus hijos son de donde estaba la familia cuando les tocó nacer. Myriam, en Moscú; Noémie, en Riga; Jacques, en Palestina.

En Francia terminará su periplo. Al menos el realizado voluntariamente, porque de allí será arrancado a la fuerza con Emma en 1942 hacia Auschwitz. Meses antes habían tenido que hacer el mismo viaje Noémie y Jacques. La patria de la igualdad, la libertad y la fraternidad, como todas las demás, encuentra enemigos en los que verter todas sus frustraciones en cuanto se le da la oportunidad. Ningún país ha estado libre de antisemitismo. Puede que aún no lo estén. Incluso unos judíos se sentían superiores y con más derechos que otros.  «Yo nací en París, mis padres nacieron en París. Todo el mundo nos quería. Antes de que vosotros, los extranjeros, vinierais a invadirnos» le dice a Myriam un joven judío.

Tras estas memorias de su familia que Lélia había investigado, el resto de las pesquisas para averiguar quién, y por qué, ha enviado la postal correrán a cargo de Anne. El Libro II, Recuerdos de una niña judía
sin sinagoga, nos cuenta los recuerdos de Anne, su actitud actual frente al judaísmo y su relación con George, también judío, pero más practicante y más conocedor de las tradiciones religiosas. Han pasado otros seis años, los que tiene su hija Clara, cuando la condición de judía vuelve a golpear a Anne. 

—Abuela, ¿eres judía?  
—Sí, soy judía. 
—¿Y el abuelo también? 
—Ah, no, él no. 
—Ah, ¿y mamá también es judía? 
—Sí. 
—Entonces ¿yo también? 
—Sí, tú también. 
—Eso me parecía. 
—Pero ¿por qué pones esa cara, cariño? 
—Me disgusta mucho lo que me dices. 
—Pero ¿por qué? 
—Porque en la escuela no gustan mucho los judíos. 

Esta conversación entre Clara y su abuela Lélia, es el detonante para que Anne resucite la historia de la postal y se dedique a investigar para dar con el porqué de la misma. 

El tercer libro, Los nombres, es muy corto y en él se ven unas cartas entre Anne y su hermana Claire. Curiosamente, Anne tiene como segundo nombre Myriam y Claire, Noémie. «Caí en que, al nacer, nuestros padres nos pusieron a ambas un segundo nombre hebreo. Nombres ocultos. Yo soy Myriam y tú eres Noémie. Somos las hermanas Berest, pero en nuestro interior somos también las hermanas Rabinovitch. Yo soy la que sobrevive. Y tú la que no sobrevive»

Anne Berest

En el Libro IV y último, Myriam, lo que nos cuenta Anne Berest es la historia de Myriam, la superviviente del Holocausto, una vez separada por la fuerza de sus padres y hermanos. Lo contará con sus propios recuerdos de su abuela, con los recuerdos de Lélia y con los testimonios que va consiguiendo de cuantos pudieron conocerla. 

Completa así una historia conmovedora y real basada en su propia familia, una historia que no nos es desconocida. A poco que hayamos leído sobre esa época histórica nos hemos encontrado con muchas similares. Los que me conocéis un poco por mis reseñas sabéis que procuro leer mucho sobre la Segunda Guerra Mundial, las atrocidades del Holocausto, la Guerra Civil y la represión posterior... Hace años escribí en mi reseña de Paradero desconocido «Procuro leer acerca de esos episodios históricos de estúpida e injustificable crueldad por parte del ser humano, de difícil encaje en mi inteligencia y en lo que debería ser, aunque sea todo lo contrario, la lógica de la historia. Intento entender, aunque sé que es imposible. Hay cosas que nunca llegarán a ser inteligibles, pero, al menos, intento intuirlas; que las dudas y el estupor vayan siendo menores cada vez». La historia de los Rabinovitch, como todas las de los exterminados en el Holocausto, plantea muchas preguntas, no ofrece respuestas, pero nos va haciendo un poco más sabios, un poco más intolerantes con la atrocidad.

La postal me ha parecido una novela sorprendente, emotiva, muy interesante en lo que cuenta y con una estructura que me ha gustado mucho. Además me he llevado alguna sorpresa pues, si bien no conocía a Anne Berest como novelista, sí que han salido nombres que me son familiares y he visto que la autora tiene ascendentes de origen español. Pero ya me he extendido bastante. Si alguien quiere saber a qué me refiero que lo mire en la Wikipedia. O mucho mejor, que se lea La postal

Título del libro: La postal
Autora: Anne Berest
Nacionalidad: Francia
Título original: La carte postale
Traducción: María Lydia Vázquez Jiménez
Editorial: Lumen
Año de publicación: 2022
Año de publicación original: 2021
Nº de páginas: 528

Comentarios

  1. Esta historia ya me había llamado la atención y la tenía anotada. El tema me interesa mucho y después de leer tu reseña sé que me va a gustar. Estupenda recomendación, Rosa. Un beso y gracias.

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    1. No la dejes pasar. Es una novela interesante, con su punto de intriga, muy bien escrita y que cuenta una historia dura, pero muy atarctiva.
      Un beso.

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  2. Los avatares y desgracias sufridas por los judíos no dejan de conmover a quien se interesa por esa parte cruel de nuestra historia hasta cierto punto reciente. Y si lo que se cuenta es fruto de unos hechos reales que conoce de primera mano el autor, o la autora en este caso, resulta, si cabe, todavía más emotivo.
    Un beso.

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    1. Los hachos aquí narrados son conocidos por la madre de la autora, hija de Ephraïm y Emma y por la propia autora. La madre de la autora Lélia, ha investigado todo lo relativo a su familia desde antes de que ella naciera, antes de que sus padres se casaran. Toda la peripecia de Moscú a París de la familia fue investigado por Lélia. Anne investigará lo sucedido después de que sus bisabuelos fueran deportados, lo que sucedió con Myriam, su abuela y quién y por qué envió la postal. Entre madre e hija nos cuentan una apasionante historia, que te recomiendo sin dudar.
      Un beso.

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  3. Buenos días, Rosa.

    Me parece muy interesante todo lo que nos cuentas de este libro. Yo también tuve una época en la que leía todo lo que encontraba acerca de la Segunda Guerra Mundial. Últimamente tengo esta temática un poco olvidada, pero no del todo, algún día la retomaré. Nunca deben olvidarse las historias de todas aquellas gentes que vivieron el Holocausto y sus consecuencias.

    Un abrazo y feliz inicio de semana!!

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    1. Yo no he dejado de leer sobre el tema, pero es que cada vez se escribe más sobre él y con menos de interés. hace un rato en un blog de estos que cuentan las novedades para el próximo mes, he visto cuatro novelas con temática nazi de un total de dieciséis. Creo que un veinticinco por cien es más que sospechoso. El tema está de moda y yo jamás me había visto tan indecisas a la hora de si leer o no leer sobre él o mejor dicho, qué leer y qué dejar. Yo no es que olvide la temática, es que cada vez que empiezo un libro siento que me arriesgo a tener que abandonarlo. menos mal que el instinto casi siempre me acompaña. Esta creo que te gustará.
      Un beso.

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  4. Hola Rosa, a mi las historias de la II Guerra Mundial y el Holocausto me cuesta leerlas, cuando se relatan con demasiados detalles las atrocidades cometidas contra los judíos, porque lo paso mal, si me gustan las historias familiares y de búsqueda de identidad. Tal vez con esta me anime, que parece tener más de lo segundo que de lo primero. Besos.

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    1. En esta no se detallan esas atrocidades que se cometieron. Es más bien el relato de unas vidas y los contratiempos que vivieron debido a la época y a su condición de judíos, pero no entra a describir barbaridades. Creo que la leerás sin problemas y la disfrutarás.
      Un beso.

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  5. Es cierto que, si se piensa bien, ningún país se ha librado del antisemitismo. Una de esas cosas ilógicas de las que, como dices, no nos cansamos de leer para encontrarles la lógica, aunque sigan siendo ilógicas. Y es que uno puede heredar el judaísmo como quien hereda un apellido, pero, bueno (o malo), así somos los seres humanos cometiendo atrocidades históricas.
    El libro me parece super interesante, tanto por esa parte de investigación familiar como por el contexto histórico generacional de esa familia, del que creo que, por mucho que se lea, nunca se leerá suficiente.
    Besos

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    1. El ser humano siempre tiende a buscarse un otro, lo que se llama la otredad. Tan solo en épocas de crisis esa otredad se manifiesta con desprecio que se materializa de múltiples formas. Ese judío nacido en Francia Junto a sus padres que echa la culpa de la persecución a los judíos llegados recientemente, es la prueba palpable de lo que digo. Hay que tener alguien a quien echar la culpa de lo que nos sucede, en quien verter nuestras frustraciones. Incomprensiblemente, los judíos ha servido desde antiguo a la otredad de casi todos en Europa.
      Creo que este libro te gustará.
      Un beso.

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  6. Muy interesante el proceso de creación de este libro. Una postal que desentierra el pasado y que reconstruye una vida en tránsito. Esa parte donde en el mismo bando se producen "sub-bandos", y que se puede aplicar a cualquier ideología o conflicto, me parece un terreno muy interesante para ser explorado. Me ha encantado como has moldeado la reseña.
    Besos, Rosa.

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    1. Ha sido una reseña un tanto complicada por cuanto lo es la estructura de la novela. No resulta complicada de leer, pero a la hora de escribir sobre ella sí que surgen dificultades al querer dar una idea de la misma. En todo caso confirmo que es una novela muy interesante y que recomiendo a cualquiera que le interese el tema mínimamente.
      Un beso.

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  7. Muy pero que muy interesante todo lo que nos cuentas de este libro. Tomo muy buena nota, que es un tema sobre el que me gusta leer.
    Besotes!!!

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    1. Perdona, pero te acabo de sacar del spam... Ya veo que dejaste otro comentario pensando que habías olvidado dar a publicar o algo así. A mí me pasa bastante pensar que no le he dado a publicar y lo que debe de pasar es que muchas veces, estaré en spam.
      Un beso.

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    2. Pues sí que pensaba que no había publicado al final. Perdona por ser pesadita....
      Besotes!!!

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    3. Nada que perdonar. Encima de que mi Blogger te manda a spam. Ya lo siento. Suelo mirarlo, pero algún día se me pasa.

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  8. ¡Hola Rosa!
    a mi también me parece interesante esta novela que por cierto desconocía. Tenía curiosidad por saber si era novedad o una novela publicada hace tiempo y he comprobado que es de este año, de hecho se ha lanzado en septiembre. Hace tiempo leía mucho sobre estos temas, el nazismo, el antisemitismo, pero fíjate que con los dura que soy para con las lecturas en general, ese tema no sé porque me suele doler, quizás porque me pasa como a ti, que no comprendo, aunque ni siquiera lo intento porque creo que no hay explicación alguna que valga. No comprendo tanta crueldad, a veces me cuesta entender el mundo y a las personas. Hace tiempo que no leo sobre ello y no tengo claro que vaya a leer esta novela porque saber que está basada además en hechos reales, seguro que la hace más dura todavía. Ya veré...
    Un beso

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    1. Es curioso lo que siento, porque, por un lado, como dices, no puede haber explicación para esas atrocidades, pero, por otro, algo tiene que explicar que la gente se llegue a comportar así. Sobre todo porque no hablamos de un pueblo inculto, atrasado en un ambiente cerrado, sin acceso a los más mínimos elementos de cultura y civilización. No, hablamos de los alemanes, uno de los pueblos más cultos de Europa con una literatura, música, ópera, pintura... etc. de lo más avanzado. Y yo necesito entender cómo parte de ese pueblo pudo hacer lo que hizo. Quiero decir que no es el crimen de Puerto Hurraco o el de los salvajes y viscerales hermanos de As bestas, tan de moda ahora. No, era uno de los pueblos más cultos y civilizados de la culta y civilizada Europa. Y siempre siento que algo se me escapa, pero por más que indago, no doy con ello.
      Un beso.

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  9. Tema sobre el que me gusta mucho leer, así que hago caso de tu recomendación y tarde o temprano leeré esta novela.
    Besotes!!!

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    1. Espero que te guste y que la disfrutes tanto como yo. Si te gusta el tema, creo que esta novela es de las buenas.
      Un beso.

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  10. Hola, Rosa. Yo creo que nunca pasé por esa etapa de leer mucho sobre el tema porque lo paso tan mal, que prefiero esquivarlo. Siempre estoy con el dilema de cuántas historias al respecto son necesarias pero también es cierto que todos los escritores tienen derecho a contar la historia que quieran contar así que supongo que no acabará nunca. Es imposible de entender o encontrarle algo de lógica a lo que pasó, puedes entender que antes de empezar la guerra hubiera gente apoyando al líder pero lo que pasó luego ya se escapa a toda lógica.
    Tampoco es que no lea absolutamente nada del tema pero muy escogido. De este me gusta la estructura y las diferentes épocas. Me lo tengo que pensar.
    Besos

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    1. Yo entiendo que cada uno tenga derecho a contar su historia, y si la cuentan bien tanto mejor. Anne Berest cuenta una historia sumamente interesante, sin cargar las tintas en elementos escabrosos, ni tan siquiera cuando los momentos así podrían requerirlos. Lo malo es que hoy hay mucha gente que escribe novelas con esa temática por moda, por interés editorial, porque vende bien. Y hay cada bodrio que yo me ando con mucho cuidadín a la hora de decidir lo que leo y lo que no. Se corre el riesgo de perderse cosas muy interesantes, pero la verdad es que el instinto pocas veces me engaña (alguna sí; ya he abandonado alguna novela sobre el tema), y en este caso, ha sido un acierto pleno.
      Un beso.

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  11. Al ser unas memorias no descarto leerlas algún día pero por ahora, después de leer Los Effinger, me he quedado saturada.
    Un besote.

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    1. La verdad es que no tiene casi nada que ver con Los Effinger. Tiene que ver el contexto histórico, pero las historias son muy diferentes y la forma de estar escritas las novelas, también. Aunque entiendo que te apetezca otro tipo de libro. la verdad es que yo las he leído muy seguidas, pero no me había dado cuenta.
      Un beso.

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  12. Hola Rosa, me encanta lo que cuentas de este libro. Empecé a leer tu reseña y me sentí muy intrigada con esa postal. No conocía el libro, así que te agradezco el descubrimiento. Besos

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    1. Es un libro muy interesante, muy bien escrito y con una estructura que me ha gustado mucho. Merece la pena. Te lo recomiendo.
      Un beso.

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  13. Hay unanimidad en lo maravillosa que es esta novela. La tengo más que apuntada y espero hacerle hueco en este año que empieza en unas horas.
    Besos

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    1. Perdona el retraso en responder, pero termino se sacar tu comentario de spam. Con el lío de las fiestas llevaba unos días sin revisarlo.
      No dejes de leer La postal. La unanimidad esta vez es merecida. Te gustará.
      Un beso.

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