"Aunque todo se acabe" Miguel Pasquau Liaño

«Cuántas  historias  singulares se habrán perdido para siempre, sepultadas en la memoria callada de los muertos; cuántas se han quedado reducidas a un enigma más, como una cruz en la cuneta de una carretera secundaria, o los restos de un barco que ya no dicen nada porque se los tragó la ballena del tiempo y los depositó allí donde nadie podría entenderlo. El olvido es voraz como un océano, y el recuerdo, un pequeño archipiélago, una protesta de islotes que fueron las cumbres de un continente hundido. Pero el capricho de una ola puede traer a tu orilla un vestigio, una secuela, una pregunta grande. ¿Qué puedes hacer, entonces, si te alcanzan y te hacen sospechar que tú formas parte de la respuesta? Tienes que ir al rescate. De mi padre supe siempre dos cosas: que era español y que lo mataron por equivocación. Durante mucho tiempo bastó con eso y con los pocos recuerdos reales y luminosos que guardaba, que eran como instantáneas sobre una sombra alargada. El más nítido, el que siempre asoma cuando oigo la palabra "padre", es estar subida en sus hombros para tocar lo inalcanzable: el techo, o las ramas de un árbol. Eso ha sido y es para mí mi padre: alguien que alguna vez me aupó y que luego no estaba».

Así empieza Aunque todo se acabe. Así empieza Galia Lenoir en 2021 a contarnos la historia de su padre. Aunque ella pronto dejará el protagonismo y  dará voces a otros, porque Galia, en realidad, no conoció a su padre. Murió cuando ella era muy pequeña. Murió incluso muchos años antes de que ella naciera porque Martín Godoy murió dos veces. Galia no sabe nada de eso. Su curiosidad ha sido leve hasta ahora. Ni ella misma entiende cómo ha podido pasar tanto tiempo sin preguntar, cómo nadie le contó, cómo pudo conformarse con lo poco que sabía «con imágenes sueltas, «como un mosaico roto que hubiese olvidado su dibujo». Hasta que encontró documentos, fotografías, expedientes policiales, un tratado sobre Camus... y ya no pudo seguir ignorando. Tuvo que buscar información y a partir de diversos testigos unir los fragmentos y completar la historia de su padre. 

Entre amigos, enemigos, conocidos y Gabrielle Lenoir, la madre de Galia, ésta irá conociendo y nos hará partícipes de la historia de su padre, nieto de anarquista fusilado en 1939 e hijo de miliciano que murió en la cárcel tras la guerra. Martín se educó en las Escuelas Profesionales de la Sagrada Familia en Úbeda, SAFA. Allí, educado por Jesuitas, aprendió a repudiar la injusticia, a convivir con la pobreza, a practicar la generosidad con quien más la necesita de manera desinteresada, no por afán de ganar el cielo o la aprobación de Dios «No entiendo la virtud de la resignación cuando se trata de las víctimas: su dignidad —y su derecho— es la rebeldía, y la caridad no está para hacer mejor al que la ejercita».  Así, con consignas religiosas, pero con su propio matiz, se educó un niño, después joven; primero alumno de las escuelas, después profesor en las mismas, un niño que se fue convirtiendo en un antifranquista convencido y fue ese carácter de antifranquista el que le llevó a París en 1969.

Su estancia en París estuvo marcada por su amor con Gabrielle y su lucha antifranquista. Sus acciones para influir en la política española, su acción para torcer la sentencia del Proceso de Burgos consiguiendo el indulto de las penas de muerte, su multitudinaria, pero secreta, peregrinación a Santiago soltando pasquines contra el régimen «Al terminar la misa, cuando los tiraboleiros empezaron a alzar el botafumeiro y a elevarlo por las naves del crucero al tiempo que el órgano central llenaba el templo de música, miles y miles de papeletas cayeron desde la tribuna de las naves laterales como una lluvia blanca espectacular con los mensajes que habían sido escritos a mano por otros tantos miles de personas: "Democracia", "Santiago y abre España", y "Fin a la dictadura militar", fueron los mensajes más repetidos»

Después, el funeral de un amigo lo traerá de nuevo a España y ya no podrá volver a salir del país. No, al menos vivo, porque podrá hacerlo después de su muerte, de su primera muerte. Y es que Aunque todo se acabe es una novela difícil de catalogar. Tiene Historia, tiene amor, tiene un relato de traiciones, espías y dobles agentes que bien podría permitir su catalogación como novela de suspense o thriller, pero es mucho más que todo eso. 

Aunque todo se acabe es la historia de un hombre que, desde la religión, hizo suyas las causas de los más desfavorecidos. Su antifranquismo no era político, sino social si es que ambas cosas pueden separarse. Lo que para la mayoría de los cristianos es caridad o generosidad para él era Justicia y no podía apartarse de ello. 

«Si dijera «Martín era bueno», no estaría mintiendo, pero lo justo es decir que Martín creía en el bien. Sé que a él le agradaría oír esto. No es el halago de una virtud, sino el diagnóstico de una enfermedad, la de la atracción por los abismos. Porque ahí es donde aparece el drama, y esto lo he comprendido hace poco tiempo: el bien y la bondad pueden tocarse, pero solo si se acercan al extremo. Y en el extremo no está el cielo, sino el vértigo. En el límite del bien es donde crecen las flores del mal. Martín creía en el bien beligerante, y por eso vivió y murió en la frontera».

Miguel Pasquau Liaño

Hay tanta Historia en esta historia que cuesta saber qué es verdad y qué, ficción. Aunque el autor nos lo dice en sus aclaraciones finales. «Esta novela es una novela. Se enreda e infiltra en acontecimientos históricos que marcaron una época, y les añade hipótesis. Las hipótesis, dice Borges, no tienen la obligación de ser ciertas: les basta con ser interesantes». Y desde luego, yo no puedo negar que esta historia formada por hipótesis sea interesante. Me ha atrapado desde el principio. La mezcla de acontecimientos históricos de una época que conocí de adolescente, la década de los setenta, con la historia novelesca e inventada de Martín me ha tenido pegada a las páginas del libro. Viajar de Úbeda a París, Madrid, Bahía Blanca en Argentina o Buenos Aires (también la más terrible historia de Argentina la veremos reflejada), me ha resultado apasionante. Como me lo ha resultado la intriga que se esconde tras esas dos muertes, y las traiciones que se concitan a su alrededor. 

La mezcla de realidad y ficción se hace con cierta osadía que no ha dejado de resultarme inverosímil en algún momento, pero como también dice el autor al final del libro «Como es una novela, no importa demasiado qué fue cabalmente cierto, y qué no. Que la copla de Carlos Cano, la dedicatoria de Cortázar, el poema inédito de Lorca, el libro clandestino de los maestros de SAFA, la peregrinación subversiva a Santiago o el concierto de Harrison junto con Moustaki en París sean veraces, es algo que cada lector puede averiguar. Y si alguien encuentra alguna razón más verosímil que la que aquí se desvela sobre la conmutación de las condenas a pena de muerte impuestas en el Proceso de Burgos, o sobre la detención de los sindicalistas en el Proceso 1001, está en su derecho de formularla, con igualdad de armas».

Termino con una cita que pone de manifiesto que el final del franquismo tal vez dejó heridas cerradas, pero en falso, sin sanear, pasó las páginas, pero sin leerlas y eso solo deja heridas que supuran e historias que se ignoran.

«Teníamos la ira de la libertad, y nos impusieron la libertad sin ira, la dócil, la resignada, la del mal menor. Teníamos razón, pero quizás no supimos gestionarla, o no fuimos capaces de ver que la gente, en España, necesitaba perdonarse, olvidar, y sobre todo creerse que el suelo era firme y podía volverse a empezar, y cerró los ojos y los sentidos para no ver ni sentir los agujeros y los campos de minas que quedaron sin desactivar para actuar con efecto retardado. Ahora estamos viendo las consecuencias, que nos dan la razón, demasiado tarde».

Título del libro: Aunque todo se acabe
Autor: Miguel Pasquau Liaño
Nacionalidad: España
Editorial: Miguel Sánchez
Año de publicación: 2021
Año de publicación original: 2021
Nº de páginas: 604

Comentarios

  1. Me encanta, Rosa. Me gusta muchísimo lo que cuentas sobre esta novela, esa mezcla de géneros y "ese algo más" que dices que tiene y que se intuye por los fragmentos que entresacas. La época y el personaje son muy atractivos, también la forma de enredarse a la realidad y confundirla con la ficción. Estupenda recomendación. Un beso y gracias.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pues si te animas, ojalá disfrutes del libro tanto como yo. Además está muy bien escrito.
      Un beso.

      Eliminar
  2. Buenas tardes, Rosa.

    No, las heridas de este país no están cerradas. Solo hay que leer las noticias para darse cuenta de ello. Como quiera que sea, esta novela parece muy diferente, con respecto a las que tratan esta temática. Y, aunque no es lo que yo suelo leer, el autor me ha despertado mucha curiosidad con sus palabras. creo que es el tipo de persona a la que me gustaría escuchar en persona, y conversar.

    Un abrazo, Rosa, y muchas gracias por tu interesante reseña!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pues si te animas, espero que te guste. Es una novela un tanto decimonónica en el sentido de que se recrea en largos párrafos, detalladas descripciones... una forma de narrar que a mí me encanta y creo que a ti también, pero que en estos días de tanta prisa y tanto gusto por la inmediatez, se estila poco. Nada complicado en la literatura de Miguel Pasquau que, por otra parte, se lee con mucha facilidad y su esfuerzo le habrá costado hacerlo sencillo. Además, al menos a mí, me ha enganchado desde la primera línea.
      Un beso y gracias a ti por tu visita y tu comentario.

      Eliminar
  3. Como país tenemos un problema: no queremos que las heridas se cierren del todo. Desde hace 200 o 300 años nos hemos dividido en dos grupos antagónicos que nos zancadilleamos continuamente. No nos reconocemos en algo común los 47 millones (¿quizás el fútbol? Pues casi casi eso es lo único y no siempre, Dios), siempre estamos buscando e insistiendo en lo que nos diferencia. Decía Ortega que en España lo centrífugo prima sobre lo centrípeto. Lo decía con pesar al hablar de la España invertebrada (1925 o por ahí). Pues ahí seguimos paralizados, perennes. Ya te digo tenemos un grave problema. ¿Cómo solucionarlo? ¡Ah!, si yo lo supiera, no sería yo (ja, ja...).
    Tomo nota del título, aunque, confieso, 604 páginas son un porrón de páginas.
    Se ve por tu reseña que has disfrutado con la novela y eso me acerca a leerla, pero no sé, no sé, esos cientos de páginas...
    Un beso grande, Rosa

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Y por más que leo y leo tratando de averiguar de dónde viene esa característica que nos diferencia del resto de nuestros vecinos europeos, no logro dar con el misterio. la cosa viene muy de lejos ciertamente, pero el origen se pierde o es que yo no lo encuentro. la verdad es que a mí las novelas largas, como sabes, nunca me han asustado, pero es que esta la leí en cuatro días. me enganchó desde el principio y me resultó de lo más amena y entretenida. Además de muy bien escrita.
      Un beso.

      Eliminar
  4. Confieso que eso de que haya cosas que resulten inverosímiles (aunque, por lo que comentas, son solo cosas puntuales) me echa un poco para atrás, no en el sentido de que no sean reales sino en el que no hagan convincente esta ficción. Aun así, parece una novela interesante, una ficción que cuenta mucha verdad y mucha historia, la cual, efectivamente, aún está por superar.
    Besos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. A mí no me ha molestado esa falta de verosimilitud en algunos detalles. Viendo lo inverosímil que resulta a veces la realidad, tampoco soy yo muy exigente con ese asunto, salvo que me chirríe en exceso, cosa que no ha sucedido en este caso. En todo caso, me ha parecido que merece la pena y la he leído muy enganchada.
      Un beso.

      Eliminar
  5. ¡Hola! La mezcla entre lo que es real y la ficción, es lo que más me atrae. Debo confesar que cuando vi la cantidad de páginas me desanimó un poco, pero siento que es una novela que vale la pena leer. Gracias por tan buena reseña. ¡Un beso!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Me ha resultado tan entretenida que no he notado el exceso de páginas, aunque eso no deja de ser subjetivo. Yo creo que merece la pena.
      Un beso.

      Eliminar
  6. Hola Rosa, me gusta la mezcla de géneros y toda La Historia y las historias que se esconden tras esas dos muertes, y la búsqueda de la hija sobre quién fue su padre. A las novelas siempre se les puede perdonar la inverosimilitud siempre que no afecten a la historia que se cuenta.
    A mi el número de páginas no me preocupa, si lo que se cuenta me atrae y me convence, me da lo mismo cien que mil, así que me la llevo apuntada. Besos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Yo casi prefiero que los libros tengan muchas páginas. Mis libros favoritos son todos muy extensos. Éste me pilló desde el principio, desde que la hija cuenta cómo empezó a interesarse por todo lo relativo a su padre. Luego ya los distintos personajes empiezan a contar la historia y se me hizo apasionante.
      Un beso.

      Eliminar
  7. ¡Hola!
    me encantan las historias donde se mezclan realidades y ficciones. Que interesante todo lo que cuentas, no conocía para nada este libro, aunque veo por ahí arriba que son mas de seiscientas páginas, ufff, eso me cha para atras. Que cierto eso de que el antifranquismo político y social pueden separarse y me encanta esta frase "Lo que para la mayoría de los cristianos es caridad o generosidad para él era Justicia y no podía apartarse de ello". Creo que puede ser muy curiosa la historia de este hombre que murió dos veces. Me la apunto
    Un beso

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Es una historia realmente curiosa que mezcla, además de realidad y ficción, varios géneros. Tiene hasta su parte negra y de espionaje, pero dada la trama, no resulta extraño. Al menos a mí no me lo resultó.
      Es una historia que me ha sorprendido porque no tenía ni idea hasta que no la recomendaron para la tertulia del instituto, la abordé con cierta prevención y, finalmente, ha resultado todo un descubrimiento y un gran disfrute.
      Un beso.

      Eliminar
  8. ¡Hola, Rosa!
    No he leído al autor, la cubierta de este libro ya me había llamado la atención al verla por la web, me parece que es muy sugerente y junto al título ya deja entrever la esencia de la novela.
    Esos años de la historia española siempre me han interesado, sin duda fueron de gran trascendencia político-social por la etapa final del franquismo y el convulso período de la Transición.
    Me interesa lo que nos cuentas en tu reseña, como venezolana considero que las historias siempre deben ser contadas, el silencio no ayuda a curar las profundas heridas del pasado, ni previene las fuertes inquietudes de las siguientes generaciones que heredan la carga inconsciente del sufrimiento de sus padres y de sus abuelos. La memoria histórica constituye un camino para esclarecer, reclamar y dignificar porque lamentablemente ese tipo de heridas suelen supurar bastante y por ende tardan en curarse. Así que me llevo apuntada tu sugerencia, a pesar de las 604 página, ja, ja, ja.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. La década de los setenta y los ochenta son años apasionantes en la historia de España. No sé si se hicieron bien las cosas. Igual fue lo mejor y nos libramos de otro golpe militar, pero creo, como digo en la entrada, que las heridas se cerraron en falso, se promovió el olvido, se mutiló la memoria y ahora nos encontramos con un país cada vez más dividido, las cunetas llenas de muertos (y no solo metafóricamente) y la sensación de algunos de que la Transición se dejó muchas cosas en el camino.
      La historia venezolana, sobre todo en las últimas décadas también es bastante convulsa. Quiero leer en breve La hija de la española que tanto recomendó Marian. A ver si en breve me pongo con ella.
      Creo que este tipo de novelas como Aunque todo se acabe son necesarias y ésta además es sumamente entretenida y de las que enganchan.
      Un beso.

      Eliminar
  9. Me descubres novela y me atrae muchísimo por la historia que cuenta y por los años en los que se desarrolla. Ays, esas heridas que parece que nadie quiere cerrar. Parece interesar que sigan abiertas para muchos, por desgracia. Y nunca se van a curar...
    Besotes!!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Este país no tiene remedio. La división viene de lejos y me temo que irá muy lejos. la novela es muy interesante y a mí me resultó de lo más entretenida. Ojalá la disfrutes si por fin te animas.
      Un beso.

      Eliminar
  10. Ahora mismo estoy embebido en dos lecturas pareadas. Una sobre la posguerra y otra del mismísimo año de su comienzo. De hecho se titula 36, así de simple el título.
    Por ello creo que, aunque me tientes, este lo dejo pasar entre otras razones por la que dice juan Carlos. El porrón de páginas en las que se nos describen todos esos años de frustración individual y colectiva y esa libertad sin ira que dejaba hacer a los de siempre las mismas tropelías.
    Besos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. No da la vida para todo así es que entiendo que dejes esta novela si además estás inmerso en otras dos de la misma época o similar. Imagino que 36 es la de Jerónimo Tristante. la tengo anotada en mi lista. A ver si le llega su hora.
      Un beso.

      Eliminar

Publicar un comentario

Con tus comentarios reflexionamos, debatimos y aprendemos más.

Lo más visto en el blog este mes

"Mujer en punto cero" Nawal El Saadawi

"La amiga estupenda" Elena Ferrante

"La caída de Madrid" Rafael Chirbes

"Tan poca vida" Hanya Yanagihara

"La sombra del cardo" Aki Shimazaki.

"El imán y la brújula" Juan Ramón Biedma

"La ciudad y sus muros inciertos" Haruki Murakami

"La trenza" Laetitia Colombani

"Las maldiciones" Claudia Piñeiro

Dos clásicos de amor y desamor.