"Nadie en esta tierra" Víctor del Árbol

Dos son los protagonistas de esta novela. El primero aparece ya en el prólogo y se cuenta a sí mismo. Nos habla de sí mismo en primera persona. «No soy yo quien debería contar esta historia. Pero soy el que puede contarla.

No tengo un nombre que vosotros podáis conocer y eso debería tranquilizaros; lo que no se nombra no existe. [...] Probablemente algunos sintáis la tentación de convertirme en un monstruo [...] Pero lo cierto es que no soy un monstruo que vive en el bosque ni soy una presencia en la niebla de vuestras pesadillas; soy humano, lo atestiguan mis cicatrices, y vivo entre vosotros. Sencillamente, las personas como yo existen y aunque cerréis los ojos y os tapéis los oídos, no voy a desaparecer. Será mejor que lo aceptéis».

No llegaremos a saber su nombre, pero sí sus obras. Tomará la palabra de tanto en tanto, un poco en cada capítulo, generalmente al final, para dirigirse a los demás personajes, sobre todo, al otro protagonista.

Julián Leal es un inspector de policía en Barcelona. Su vida está llegando a su fin. Un cáncer de riñón está terminando con él. No se puede decir que a Julián Leal le sonría la vida. Ha dejado en coma a un preeminente hombre de la ciudad por razones que no ha explicado a nadie, pero que el lector irá sabiendo. «Él no había pedido encontrar en su buzón aquella nota ni la grabación que la acompañaba. Esas imágenes borrosas y cuarteadas habían abierto las puertas del infierno, le habían arruinado la vida y le habían mostrado, de manera aterradora, su verdadero rostro». Las puertas del infierno se abrieron ante él con esa grabación. Tal vez por eso ha ido a Galicia, a la casa en la que vivió sus primeros once años de vida, donde comenzó el infierno cuyas puertas acaban de abrirse. Y es que la historia de Julián empezó a torcerse hace muchos años. La historia de Julián la irá conociendo el lector a medida que el propio Julián la recuerda. 

En ese viaje a Galicia Julián visita la que fuera su casa, o mejor dicho las ruinas que quedaron de su casa tras el incendio. Y visita a sus amigos de hace tantos años, de hace treinta años que es el tiempo transcurrido desde que Julián, con once, se fue a vivir a Barcelona con una tía materna. Los amigos han seguido diferentes modos de vida, pero todos siguen en el pueblo. La muerte de una de esas amigas mientras él está en la zona, le pondrá en el punto de mira de la policía y del comisario Heredia de Barcelona. Los resentimientos son capaces de esperar años para verse resarcidos y Heredia «se la tenía jurada al inspector Leal desde hacía años».

El lector ya sabe quién es el asesino porque él mismo lo confiesa. Es ese narrador anónimo en primera persona que no desvela su identidad, pero que está omnipresente a lo largo de toda la novela. Y será el autor de más crímenes porque esa amiga de la infancia no será la única en ser asesinada en los días siguientes, y cada vez la culpa de Julián parecerá más clara hasta hacer dudar incluso a Virginia, su compañera en la policía hasta que fue expedientado, y que ahora trabaja con otro compañero, Soria, con el que no simpatiza y que sospecha que es un espía que la vigila de parte de Heredia.

Veremos cómo el pasado de Julián se mezcla con el presente, cómo personajes que tenía olvidados salen de la bruma para recordarle unos hechos acaecidos en su infancia que iremos conociendo a medida que avanza la historia. También conoceremos la evolución del asesino sin rostro ni nombre, un personaje que va tomando protagonismo y deja de ser un simple narrador para formar parte directa de la trama., un personaje al que el encuentro con Julián Leal le va a suponer todo un revulsivo.

«[...] cuando la vida se presenta con su brutal simplicidad nos muestra que no tenemos nada especial, que no estamos llamados a cumplir un destino heroico. [...] Es duro reconocer que al morir solo dejaremos un hueco en las filas humanas que será cubierto sin demora por otros. Esa verdad empuja a algunos a la desesperación, a la locura, al suicidio y a la negación. He conocido a otros que consagraron sus días a la fantasía de un dios, de una religión o de un ideal, mientras que la mayoría se conforma con lo que les toca: una vida anodina, un pasar de un año al siguiente sin sobresaltos. Y a eso lo llaman felicidad.

Hay, sin embargo, unos pocos elegidos, no más de un puñado en cada generación, que al comprender que nada de lo que sintamos, digamos o hagamos importa, se sienten realmente liberados. [...]  Somos libres para descubrir de qué pasta estamos hechos.

Julián Leal era una de esas personas. Él lo cambió todo.

Antes de conocerle, yo era quien era, lo aceptaba, y no pretendía ser otra cosa. A los trece años maté a la primera de mis víctimas. Podría justificarme diciendo que se lo merecía, como todos los que vendrían después, pero el merecimiento es subjetivo».

Víctor del Árbol

Con Víctor del Árbol tengo sentimientos encontrados. Desde La víspera de casi todo, he leído cada libro que ha publicado y algunos de los anteriores. Me enganchan, me entretienen mucho, pero a casi todos los he  encontrado peros. Ninguno me había convencido al cien por cien hasta llegar al anterior, El hijo del padre, en cuya reseña señalo «Me alegro mucho de haber vuelto a leer a Víctor del Árbol. Ahora sí puedo asegurar que lo seguiré leyendo».  Con Nadie en esta tierra, vuelve a confirmar esa sensación. Es una novela con una trama compleja que engancha y que el autor desarrolla con la suficiente habilidad como para que se haga sencillo seguirla. El personaje que habla en primera persona me ha resultado muy interesante y de él ha dicho Víctor del Árbol en una entrevista a El País «En mi cabeza está seguir con el sicario. Porque creo que tiene más que contar. No es un malo que tiene cosas buenas, este tipo de personajes de las series que te dan cosas para que empatices con ellos. No. Este tío tiene que ser un hijo de puta incontestable y aun así tienes que empatizar con él. Hablar de la fascinación por el mal me parece un ejercicio interesante». Habrá que seguir a ese sicario.

Dejo aquí debajo los enlaces a las entradas sobre las otras novelas de Víctor del Árbol que he leído.

La víspera de casi todo

Un millón de gotas

El peso de los muertos

Por encima de la lluvia

Antes de los años terribles

El hijo del padre

Este libro participa en el Reto Autores de la A a la Z que organiza el blog  Lecturápolis. Con él relleno la letra A.

Título del libro: Nadie en esta tierra

Autor: Víctor del Árbol
Nacionalidad: España

Editorial: Destino

Año de publicación: 2023

Año de publicación original: 2023

Nº de páginas: 440