"Personas decentes" Leonardo Padura
«Reynaldo Quevedo, o Quevedo a secas, como se le conoció, había sido en los oscuros años de la década de 1970 la encarnación del Maligno para los medios artísticos del país. Poeta mediocre, con algún grado militar menor, pertenecía al sector de los intransigentes políticos y a la horda de los enfermos de ese odio voraz que engendran la envidia y los fundamentalismos y cuyos efectos se multiplican desde el pedestal del poder. Estalinista confeso, de personalidad oscura y agazapada, había sido escogido por su vocación de inquisidor y tal vez por su maldad genéticamente codificada como la cabeza rectora del proceso de persecución, hostigamiento y marginación que sufrieron demasiados escritores y artistas cubanos durante los años en que ejerció su compacto reinado».
Ahora Reynaldo Quevedo ha aparecido muerto. Asesinado y mutilado. De su casa han desaparecido algunos cuadros «obras de los pintores a los que persiguió, censuró, les jodió la existencia». Estamos en 2016 y el viaje de Obama a Cuba es inminente, así como el de los Rolling Stones y el desfile de Chanel, y Manuel Palacios, antiguo colega de Mario Conde en la policía, pide ayuda a su antiguo compañero y amigo para que le ayude a resolver el caso, pues con ambas visitas históricas él está ocupado con otros menesteres. Y no es que Conde ande sobrado de tiempo. O no quiere desperdiciar el poco que le queda.
Su negocio de compra venta de libros cada vez funciona peor y ahora su viejo socio en el mismo le ha ofrecido un trabajo en el bar restaurante del que es copropietario. Se llama La dulce vida y se ha puesto de moda entre turistas y nuevos ricos. Mario tiene que vigilar que el local esté libre de droga y camellos.
«—Del carajo —susurró el Conde—. Cuando yo era policía no había...
—Deja esa trova, men, que ya me la sé. De eso hace mil años. Ahora esto es otro país y tú lo sabes, no te hagas el zonzo. Cuando tú eras fiana, ¿cuántos turistas había en Cuba? Cinco —se respondió a sí mismo Yoyi—. Un búlgaro, un checo y tres hermanos soviéticos... Es lo que te dije, ahora se mueve la plata y detrás de la plata viene la candela. Creo que ya hay más putas que semáforos en La Habana... Y putos también, que no vamos a discriminar».
Así es que Conde trabaja allí cada noche. Además necesita tiempo para estar con su novia, Tamara, a punto de viajar a Italia donde están su hermana, su hijo y su nieto. El viaje es por tiempo indefinido que bien podría convertirse en definitivo. Además Mario está escribiendo una novela basada en unos papeles que encontró.
No obstante, Conde no puede negarle ese favor a su amigo. También la curiosidad por saber lo sucedido con Quevedo le impulsa a ayudar a Manolo Palacios. La investigación del asesinato nos llevará de viaje por las cloacas de una revolución que reprimió y censuró toda manifestación artística con la más leve sospecha de desafección. «A la mayoría de los condenados, como le pasó al Marqués, los encausaron públicamente, en un teatro o un salón lleno de otros acusados y de fiscales. Humillación multiplicada... A otros los sancionaban sin que nadie se dignara siquiera a leerles las causas de su condena: te estigmatizaban y ya, sin explicaciones pero con rigor... De un día para otro te dejaban sin trabajo, sin poder exhibir o publicar nada, sin que hablaran de ti, ya nadie te dirigía la palabra. Casi como si no existieras...».
Nos llevará también a conocer la situación actual en Cuba y La Habana, una situación ante la que Mario Conde se siente poco esperanzado a pesar de Obama, los Rolling Stones y el desfile de Chanel. «Deja que pase esta ventolera y tú verás como vuelven a apretar las clavijas. Es como los huracanes tropicales: pasan, joden, y luego se van, se pierden... Tú lo sabes: el dinero es bueno, pero el control es mejor. Y el dinero puede faltar, muchas veces ha faltado, pero el control no».
Pero mezclada con la historia de Mario Conde y su investigación, en capítulos alternos y titulados (los de Conde sólo llevan número), conoceremos la historia que nos narra, esta vez en primera persona, otro policía, el teniente Saborit. Esta historia está ambientada en 1910. Si en 2016 Cuba está alborotada y esperanzada por el viaje de Obama, entonces era otro acontecimiento el que tenía al país alborotado y, esta vez, desesperanzado. El cometa Halley se aproximaba a la Tierra y se creía que iba a estrellarse contra ella. «¿Tienen la menor idea de cómo se vive cuando sabes, con perversa precisión científica, el día en que se acabará el mundo y tú, por supuesto, te esfumarás con él?».
Arturo Saborit está también inmerso en un caso. Una prostituta ha aparecido troceada en bolsas de plástico. No tardará en aparecer una segunda. Saborit ha conocido a uno de los proxenetas, además de político, más famosos de La Habana, Alberto Yarini y Ponce de León. Contra todo pronóstico, éste lo va distinguiendo cada vez más con su amistad y Saborit lo irá apreciando y mostrándole la lealtad propia de un amigo fiel.
«Un año después de aquel encuentro con Alberto Yarini en El Cosmopolita, cuando ya nadie hablaba del cometa, puedo decir que yo era alguien en La Habana. Porque en pocos meses me había convertido en un amigo cercano y hasta correligionario político de ese mismo Alberto Yarini y había sido ascendido a inspector policial, con méritos reconocidos por mi labor en la dilucidación de dos tremebundos crímenes que mucho alteraron la vida de la capital. Esas tres condiciones (amigo, correligionario, y reconocido oficial de la policía) fueron las que, la malhadada noche del 21 de noviembre de 1910, hicieron que yo estuviera en el sitio donde no debía estar, donde no tendría que haber estado y asesiné a un hombre».
Así nos adelanta Saborit, nada más empezar la novela, la influencia que Yarini tuvo en su vida. Pero antes de esa noche de noviembre de 1910, Saborit nos llevará de la mano por el barrio más deprimido de La Habana. San Isidro era un barrio cercano al puerto, lleno de almacenes, tabernas y garitos de todo tipo que albergaba también tahúres, proxenetas y prostitutas. Allí, supuestamente, de manera oficial, se confinaba la zona de tolerancia de la ciudad. Conoceremos esos prostíbulos, a las mujeres que viven o trabajan en ellos y las rencillas entre los distintos proxenetas. Pero también visitaremos otras zonas más selectas, reuniones de políticos, rivalidades de partidos, y sabremos por qué La Habana era conocida como la Niza de América.
Leonardo Padura |
Dos interesantes novelas en una. La décima entrega de Mario Conde vuelve a mezclar una trama policíaca protagonizada por el detective, con una trama histórica que en este caso está representada por la propia novela que Mario Conde escribe. Como ya sucedió en Herejes la Historia se va abriendo paso entre las investigaciones del detective cubano para dejarnos historias apasionantes.
Personas decentes nos muestra dos momentos apasionantes de la Historia de Cuba. En 1910 el país bien podía considerarse la Niza del Caribe. Recién liberada del dominio español había caído en el más sutil y sofisticado dominio de Estados Unidos que había convertido la isla en su casino y prostíbulo particulares. En 2016 con Fidel Castro separado del poder y próxima su muerte (tendría lugar en noviembre), y la Revolución tratando de mostrar su cara más abierta y amable, de nuevo los turistas se convierten en los dueños de los locales de moda y de la economía isleña. No es de extrañar el pesimismo de Conde «Porque aunque la Historia a veces se revuelve y da saltos inesperados a un lado o a otro, lo más jodido, como decía José José, es que la Historia no se acaba nunca, pero mientras transcurre va dejando lecciones que deben ser leídas. ¿Fatalismo, pesimismo, desconfianza? Solo un poco de cada ingrediente y mucho de mala experiencia... histórica».
Otras novelas leídas de Leonardo Padura en orden de lectura:
"Adiós Hemingway" (Mario Conde VI)
"Pasado perfecto" (Mario Conde I)
"Vientos de Cuaresma" (Mario Conde II)
"Herejes" (Mario Conde VIII)
"Máscaras" (Mario Conde III)
"Personas decentes" (Mario Conde X)
Título del libro: Personas decentes
Autor: Leonardo Padura
Nacionalidad: Cuba
Nacionalidad: Cuba
Editorial: Tusquets
Año de publicación: 2022
Año de publicación original: 2022
Nº de páginas: 448
Hola.
ResponderEliminarEs un libro que tengo en mi lista. Tardé en empezar con Padura, mi hijo insistió ya que fue a un par de encuentros con él y la verdad es que es muy bueno.
Muy feliz día.
Yo empecé hace mucho, cuando publicó El hombre que amaba a los perros, y ya nunca lo he dejado. es magnífico.
EliminarUn beso.
Muy interesante otro a la lista. Gracias Rosa. Feliz semana. Un beso
ResponderEliminarNo sé si alegrarme de hacer crecer tu lista, pero esta novela merece la pena. la he disfutado mucho.
EliminarUn beso.
Hola Rosa, hacía tiempo que no aparecía por aquí y, al ver el libro que comentabas, me apetecía recordar de qué trataba.
ResponderEliminarNo está mal, pero me gustó tanto el anterior “Como polvo en el viento”, que éste (ahora puedo acentuar 😛), me ha resultado más del montón. Eso si, me ha dado mucha pena ver lo mal que siguen las cosas por allí.
De todas formas, sigo siendo fiel al autor y espero la próxima publicación. Un beso
Pues fíjate que a mí creo que éste (qué maravilla poder acentuar con corrección, en efecto) me ha gustado tanto como Como polvo en el viento. La historia de 1910 que se mete por medio me ha parecido genial y la de 2016 da una idea tremenda, pero me temo que muy real de lo que ha sido la vida en la isla para algunas personas. Creo que ambas novelas se complementan y me queda por leer una de las últimas, La transparencia del tiempo, que quizás las complemente a su vez. Y, por supuesto, esperando lo siguiente.
EliminarUn beso.
Realmente la historia de Cuba es una de las más apasionantes de este siglo. Pero me interesa especialmente ese relato en el entorno del año 2016 en el que se produjeron muchos movimientos sociales. Nunca he leído a Padura pero desde luego he escuchado la excelencia de su prosa y para muestra los botones que nos has dejado. La reseña en sí misma es magnífica Rosa. Muchos besos.
ResponderEliminarCreo que tienes que leer a Padura ya. Escribe muy bien y mezcla la ficción con la realidad de una forma que envuelve y atrapa. El hombre que amaba a los perros fue mi primera lecturasuya, en 2010 y quedé enganchada para siempre. Creo que sigue siendo mi favorito.
EliminarUn beso y gracias por tus palabras.
La historia de Cuba siempre es atractiva, pero de este autor leí Herejes, que tuvo partes que me encantaron y otras en la que me costó seguir. Así que tengo mis dudas esta vez. Por un lado contagias tu entusiasmo pero por otro, recuerdo mi experiencia y me digo que no tengo que elevar mis expectativas.
ResponderEliminarBesotes!!
Yo con Padura nunca he tenido sensaciones ambiguas. me gusta y me atrapa de principio a fin. Suele mezclar historias ficticias con historias reales, pero me gustan tanto las unas como las otras. Desde luego, cada una percibe las lecturas de distinta manera y seguro que tu experiencia es mejor para ti que mi entusiasmo. A ver si te animas a repetir con Padura y mejoran tus impresiones.
EliminarUn beso.
Buenas tardes, Rosa.
ResponderEliminarNo he leído nada de Padura, pero todo el mundo habla bien de sus obras. La que nos traes hoy me ha parecido singular por su principio argumental, y las dos líneas temporales que trabaja. Tomo nota de esta novela, e intentaré leerla más adelante, si el tiempo y la vida me lo permiten.
Un abrazo y gracias por traer siempre temas interesantes con las novelas que lees!!
No hay tiempo para todo, desde luego, pero novelas como esta o El hombre que amaba a los perros, merecen dedicarles parte de él. Al menos si, como en mi caso, lo policial y negro forma pate de mis lecturas imprescindibles.
EliminarUn beso.
Ojalá las lecciones que deja la historia fuesen más leídas.
ResponderEliminarMe gustaría leer algo más de Padura en algún momento, pero, a pesar de que el contexto y la parte histórica me parecen muy interesantes, dudo que sea esta novela. Me inclino más por El hombre que amaba a los perros, que aún lo tengo pendiente.
Besos
Creo que El hombre que amaba a los perros te ha de gustar mucho. También en ella mezcla ficción y realidad, pero lo hace de una forma que con la ficción contribuye a sacarle más partido a la realidad. Es uno de esos libros que siempre estoy pensando en releer y que cualquier día caerá.
EliminarUn beso.
Una reseña estupenda para una historia muy atractiva, desde luego. La trama cubana me parece interesantísima, resulta muy evocador pensar en esa Cuba de principio de siglo y muy triste lo que luego sucedería. No he leído a Padura (¡ay!) pero ya lo tenía en mente. Un beso, Rosa.
ResponderEliminarNo dejes a Padura. Es un autor muy interesante, sobre todo cuando mezcla realidad y ficción. Creo que merece la pena.
EliminarUn beso.
Hola Rosa, ¡ Cuanto tiempo hace que no leo nada de Padura!. Y mira que me ha gustado todo lo que he leído, pero no se por que lo he ido dejando atrás, y eso que cuando asistí al encuentro de los clubes de lectura de Gijon con el autor, con motivo de los Premios Princesa de Asturias, me prometí ir leyendo toda su obra, pero ni con esas, mis lecturas me van llevando por otros rumbos.. Me apunto esta, a ver si este año vuelvo al autor. Gracias por recordármelo. Besos.
ResponderEliminarEso me pasa a mí con muchos autores. me gustan mucho, pero van llegando otros y otras cosas que me interesan y como no hay tiempo para todo, algo se va quedando atrás y a veces son los viejos amigos y conocidos que quedan postergados por otros más recientes. No dejes de leer esta novela. me ha parecido fantástica.
EliminarUn beso.
Hola, Rosa. Qué alegría encontrar tu reseña sobre este libro, me lo compré cuando lo publicaron ya que me gusta mucho este escritor y personaje pero por tiempo y no por ganas todavía no he podido leerlo. Me animas a adelantarlo. Gracias.
ResponderEliminarBesos y felices lecturas.
Si te gusta Padura, seguro que este libro te gustará. Yo ha sido uno de los que más he disfrutado. Am bas historias, pero sobre todo la de 1910, me han atrapado desde el principio. me alegro de haberte dado el empujón para leerlo. Yo también lo tengo prácticamente desde que salió.
EliminarUn beso.
Yo tampoco leí nada de Padura y parece por tu reseña que merece la pena,... y es que la historia de Cuba es muy interesante y los peronajes que describes están llenos de matices. Tomo nota.
ResponderEliminarSi te gusta la historia de Cuba, Padura es otra buena forma de acercarte a ella. esta novela, Herejes, Como polvo en el viento y El hombre que amaba a los perros, mi favorita,creo que te gustarán.
EliminarUn beso.
Hola ,Rosa. A veces no puedo ser más tonta. Como estabas mentando personajes reales como Obama y hechos históricos, al llegar a Mario Conde, pensé en el de aquí, el que estuvo en la cárcel. Luego ya me di cuenta que no.
ResponderEliminarEn fin, que una vez me centré,sí, me gusta, la Historia de América en general me atrae, tanto del norte como el sur, y si encima hay buenas historias de complemento, ya me han ganado.
Me apunto esta que además nunca he leído nada del autor.
Besos
La primera vez que oí hablar de este Mario Conde yo también pensaba que era el "nuestro". Nada más lejos de la realidad. Este Mario Conde es un personaje entrañable, amigo de sus amigos, nada proclive a enriquecerse estafando a los demás, sino todo lo contrario. Un buen hombre un tanto desesperanzado. Te gustará esta novela y creo que también Herejes, Como polvo en el viento y El hombre que amaba a los perros. Son las que más hechos históricos mezclan con la ficción, aunque en cualquiera de sus novelas la realidad cubana de las distintas épocas se percibe muy bien.
EliminarUn beso.
En primer lugar disculpa mi ausencia durante tus últimas reseñas, pero he estado tan fastidiado física y mentalmente que no me sentía con fuerzas para pasarme a leer los blogs que sigo. Ahora, ya casi restablecido por completo, ya soy capaz de leer y escribir, je, je.
ResponderEliminarUna novela muy interesante la que hoy nos presentas. Cuba ha sido y seguirá siendo el centro de atención para los que nos hemos interesado por su historia y su devenir politico y social. Y además introduce hechos detectivescos que siempre son un aliciente añadido para los que nos gustan las novelas policíacas.
No sé si todavía tengo la mente un poco espesa, pero la mezcla de tantos casos y personajes asociados, con saltos temporales, me ha resultado un tanto cofusa. Seguramente, la lectura de esta novela, que parece estar bien estructurada, resulte mucho más aclaratoria.
Un beso.
Me alegro de que ya estés mejor. No hay nada que disculpar. Lo de los blogs, tanto como autor como en calidad de lector, es una afición no una obligación.
EliminarLa historia de Cuba es cierto que a algunos nos ha tenido pendientes de su devenir. Un ensayo marxista en pleno Caribe era algo demasiado tentador. Por desgracia ha resultado ser igual que el resto de intentos. Aunque aquí nos queda la duda de si de no haber existido el embargo estadounidense la cosa hubiera transcurrido más al margen de la URSS, como Fidel pretendía en un principio.
Las novelas de Padura, sobre todo esta última y las tres que menciono en el comentario de Norah y de Baile del Norte, muestran esa historia de maravilla, sobre todo Como polvo... Y lo mejor, por parte de gente que apoyó y creyó en la revolución. Te las recomiendo.
Un beso.
Hola Rosa, apuntado lo tengo ya para estas próximas vacaciones. Nos traes siempre muy interesantes reseñas, muchas gracias.
ResponderEliminarEs un autor que desconozco, pero ya empezaré hacerlo.
Un abrazo.
Desde que comencé a leerlo con El hombre que amaba a los perros me cautivó totalmente. Espero que disfrutes mucho con este libro estas vacaciones y que Padura se convierta en uno de esos escritores a los que sigas.
EliminarUn beso y muchas gracias por tus palabras.
¡Hola, Rosa! Padura es sin duda un valor seguro. Esta todavía no la he leído pero veo que tiene su habitual estilo. ¡Ay! La Historia es cíclica. Más de una vez he pensado que el problema de la vida es que sus pequeñas historias no terminan en un The End glorioso que dé sentido a lo visto o leído. Las historias siguen, evolucionan, involucionan, se diluyen... Y al final, más o menos, todo siempre se repite per secula seculorum. Estupenda reseña. Un abrazo
ResponderEliminarNo hay sentencia más falsa que esa que dice que los que desconocen su historia están condenados a repetirla. Da igual porque por mucho que se conozca, se repite una y otra vez Lo que sí es cierto es que nadie escarmienta en cabeza ajena y siempre se piensa que esta vez va a ser diferente, pero siempre es lo mismo: error tras error se va construyendo la historia humana.
EliminarEsta es una gran novela en el estilo de Padura.
Un beso.
Hola Rosa, tengo en casa algunos títulos de Padura sin leer. La historia que recoge este libro, con esa Cuba que a mí me resulta tan interesante, me parece atractiva. Pero prefiero leer antes los libros que tengo en casa del autor. Esto de acumular por acumular, sin leer, no me parece bien. Besos
ResponderEliminarAy, Marisa, recien te acabo de sacar de spam. Todos los libros de Padura me gustan. En todos se ve la situación de Cuba y otros episodios históricos muy interesantes. Yo sí acumulo tres o cuatro sin leer, pero sé que caerán antes o después.
EliminarUn beso.
¡Hola! No conocía este libro, pero no sé que hacer, porque hay cosas que me llaman la atención y otras que no tanto, pero bueno me lo apunto para más adelante. Genial reseña como siempre, un abrazo :)
ResponderEliminarGracias por tus palabras me alegro de que e guste la reseña y espero que te animes y lo disfrutes.
EliminarUn beso.