«Román tomó el sobre con desgana y comprobó que, en efecto, procedía de tan solo unos días atrás, según indicaba el matasellos.
La carta iba dirigida a su padre. La dirección original, la antigua de Barcelona, estaba tachada, y alguien había escrito la de Sevilla en su lugar. El periodista le dio la vuelta al sobre y leyó el remite:
David Simón».
David Simón es el nombre con el que él firma todos sus artículos desde que la bomba lo dejó con la pierna izquierda casi inservible. Entonces pasó a ser periodista freelance, más investigador que reportero, y comenzó a usar ese nombre como homenaje a su abuelo, David Simón, asesinado en Auschwitz. La carta, escrita por el matrimonio formado por sus abuelos a su hijo Ferrán, tiene fecha de diciembre de 1942, y en ella cuentan que están en un refugio de montaña cerca de la frontera entre Francia y España esperando el momento de volver a Barcelona. El sobre en el que llegó la carta era moderno y tenía matasellos de Foix, en efecto, muy cerca de la frontera.
«—Tal vez los detuvieran en la frontera y, posteriormente, los mandaran al campo de concentración.
—Sí, pero no coincide con lo que nos decía la tía Talia: que a los abuelos y a su socio los arrestaron en París, en el Velódromo de Invierno, como a miles de judíos. Desde allí los enviaron a Auschwitz. Eso era lo que repetía, ¿te acuerdas?».
El lector ya se ha encontrado con David Simón porque la novela empieza en París en 1942, en un estudio de Montmartre. Allí han encontrado refugio David Simón su esposa, Isabel, y su socio, Roger. David tiene una joyería en Barcelona y hace más de dos años salieron en un viaje de negocios a Amberes para comprar unos diamantes. La invasión de Bélgica y de Francia por los nazis los ha perseguido y ahora esperan en ese estudio a que les consigan los papeles para poder viajar a España donde quedó Ferrán, su hijo de ocho años. Pero no parece que la suerte les vaya a acompañar mucho más, suponiendo que les haya acompañado hasta ahora, y asistimos a su detención por parte de los gendarmes. A partir de ahí la historia familiar asegura que fueron retenidos en el Velódromo de Invierno y posteriormente llevados a Auschwitz y ejecutados.
Averiguar qué había pasado en realidad con sus abuelos es la nueva ilusión por vivir que recuperará Román a partir de ese momento. Román se trasladará a Foix, visitará el museo del que podría haber salido la carta y tirando de los diversos hilos que se irá encontrando, terminará por dirigirse a Andorra. Allí descubrirá que hay mucha gente con muchas cosas que ocultar. Del presente, pero también del pasado; delitos propios, pero también ajenos. Una trama de corrupción criminal que hunde sus raíces en el contrabando histórico de la zona y en el paso de personas que buscaban refugio en España huyendo de los nazis.
«Durante la guerra me refiero a la mundial, no a la española hubo gente que pasaba de Francia a Andorra y a España a refugiados, pilotos aliados, judíos, etcétera. La mayoría eran héroes que arriesgaban su vida en la frontera para ayudar a quienes huían. Unos lo hacían por altruismo, otros cobraban grandes sumas por el servicio. Siempre hay quien se aprovecha de las desgracias ajenas. Piense en la actualidad, las mafias que lucran con la inmigración. En aquellos días terribles para Europa, aquí en los Pirineos, en Andorra, no fue diferente: hubo canallas que, tras cobrar cuantiosas cantidades, saqueaban a sus clientes, los dejaban tirados en la montaña o, peor todavía, se los entregaban a los nazis por más dinero. Así cobraban el doble y, para silenciarlos, los asesinaban».
En la narración del presente, es la especulación del terreno la que enriquece a gente con pocos escrúpulos. Las estaciones de esquí y los servicios accesorios producen mucho dinero, pero las tierras dedicadas al ganado y la agricultura impiden el avance voraz de las mismas. Cuando el dinero no es suficiente acicate para hacerse con las tierras ajenas, la extorsión y la amenaza pueden conseguirlas.
Pasado y presente se van mezclando y, al inicio de cada una de las ocho partes, tituladas con el nombre de un personaje, se nos lleva, en cursiva y con distinto tipo de letra, a seguir las vicisitudes de los Simón y de Roger desde que son detenidos en París hasta enterarnos de lo que pudo suceder para que en 1942 enviaran a su hijo una carta, desde algún lugar cercano a la frontera, que tardó casi ochenta años en llegar a su destino.
Con todos esos temas y muchos personajes peculiares e interesantes de los que no he hablado, el autor monta una trama muy crítica con algunas prácticas del presente y muy ilustrativa de un pasado que no por conocido hay que relegar a los desvanes de la historia. Y digo que es un pasado conocido aunque soy consciente de que cada vez más gente ignora muchas cosas de aquellos años terribles o las recuerda de forma torticera e interesada tratando de blanquear y dar buen olor a unos hechos que no admiten ni blancura ni perfumes.
La novela tiene un ritmo que va in crescendo. La tensión se va incrementando tanto en los hechos del pasado como en los del presente. Si ya sabemos que en aquella huida de los Simón desde la Francia ocupada hacia España el final tiene que ser trágico, en el plácido entorno de una estación de esquí en pleno verano en la actualidad, en los paisajes idílicos de los Pirineos, se va acumulando una violencia que termina por estallar y es que algunos acontecimientos tienen sus raíces en el pasado, pero sus ramas se extienden hasta el presente.
Fernando de Cea sabe contar historias, sabe hacerlas interesantes y adictivas, sabe tocar los temas con perspicacia y analizarlos con solvencia. Esvástica de hielo se sale un tanto de lo negro y policíaco a lo que el autor nos tiene acostumbrados para viajar a un pasado en el que se aventura por primera vez (al menos en los libros que le he leído), pero su aventura ha sido totalmente satisfactoria. Al menos a mí me ha dejado totalmente satisfecha, incluso creo que la narración de las vivencias de los Simón en 1942 me ha atraído más que la parte de la actualidad, con ser ésta trepidante y muy dinámica. Una novela recomendable, fácil de leer, pero que aporta información muy valiosa y críticas muy necesarias.
Quiero resaltar que la novela tiene muchas referencias a libros y películas. Las hay explícitas, pero también hay guiños ocultos que hay que descubrir. Imagino que algunos se me habrán escapado, pero siendo Fernando de Cea crítico de cine cuando algún personaje llama a los nazis malditos bastardos, al menos en dos ocasiones, no se puede achacar a la casualidad, ahí hay un homenaje al que me sumo con entusiasmo.
Libros de Fernando de Cea leídos con año de lectura entre paréntesis y enlace a las reseñas respectivas:
"Cenizas para un blues" (2025)
"Esvástica de hielo" (2025)
Una historia terrible que no hay que dejar de contar porque, efectivamente, ahora parece que se tiende a blanquear y se distorsionan muchos episodios. Me ha gustado mucho lo que cuentas sobre esta novela, Rosa, tanto la trama del periodista de guerra como la antigua y la conexión que debe haber entre ellas. Además por lo que dices engancha enseguida y tiene buen ritmo. Muy buena recomendación. Un beso.
ResponderEliminarDesde quienes niegan el Holocausto hasta quienes consideran que Franco fue el mejor estadista español de la historia, hay toda una caterva de ignorantes (o interesados que se aprovechan de ellos) que tratan de vender una historia falsa y es una falsedad perversa en un país que aún tiene muchas deudas que solventar con las víctimas de un bando. Sé que en el otro también las hubo (victimarios era lo qu8e sobraba en ambas partes), pero sus deudas están perfectamente pagadas y su recuerdo, homenajeado.
EliminarUn beso.
Por mucho que se haya escrito sobre la segunda guerra mundial y los horrores nazis, como bien dices, nunca se acaba de conocer hechos y detalles que complementan o suplementan lo conocido. Esa prospección en la que se sumerge el protagonista de esta novela seguro que da para mucho a la hora de recapacitar sobre el pasado.
ResponderEliminarUn beso.
Se tratan muchos temas interesantes en la novela, tanto sobre los nazis y el holocausto como sobre la posguerra española, los que ayudaban a pasar la frontera (tanto los generosos como los interesados o los directamente criminales), la corrupción actual, la especulación salvaje... Muy recomendable en cualquier caso.
EliminarUn beso.
Muchas gracias por tan completa, bien estructurada, interesante y estupendamente escrita reseña.
ResponderEliminarAbrazos!
Gracias a ti siempre, Fernando. Descubrirte con aquella trilogía, Negra y recortada, ha sido una de las mejores cosas literariamente hablando que me ha sucedido.
EliminarUn beso.