"Quédate conmigo" Elizabeth Strout
Oh, ya hace años de eso, pero una vez hubo un reverendo que vivía con su hija pequeña en un pueblecito del norte próximo al río Sabbanock, en el tramo donde el río es estrecho y los inviernos eran especialmente largos. El reverendo se llamaba Tyler Caskey y, durante un tiempo, su historia se contó en los pueblos que bordeaban el río e incluso en la costa, hasta que surgieron tantas versiones de ella que perdió su garra original, aunque, naturalmente, el mero paso del tiempo afecta al vigor de cualquier historia. No obstante, se dice que aún hay algunos habitantes del pueblo de West Annett que recuerdan con claridad los hechos acaecidos en los últimos meses del invierno de 1959. Y si les preguntáis con la suficiente paciencia, refrenando vuestra curiosidad, es probable que consigáis que os cuenten lo que aseguran conocer, si bien tendréis que ser vosotros los que juzguéis la fidelidad de sus relatos.
Tyler Caskey, pastor de la Iglesia Congregacionalista en West Annett, perdió a su mujer hace un año y ahora vive con su hija Katherine. La pequeña, Jeannie, vive con su abuela en Shirley Falls. Katherine, de cinco años, es una niña extraña y poco sociable que puede llegar a ser violenta. La muerte de su madre parece que la ha dejado hundida en una sensación de indefensión y vulnerabilidad que la hace estar siempre a la defensiva. Connie Hatch, la mujer que la congregación puso al servicio de la familia para ayudar durante el primer embarazo de Lauren, la recuerda «cuando aún hablaba y parloteaba con todos, pero sobre todo con la espléndida mujer voluptuosa que había sido su madre».
Sí, Connie Hatch recuerda la vida como era antes de que Lauren muriera. No le caía bien Laureen y ahora tampoco le cae bien Katherine. Fue una niña alegre y habladora, pero ahora es arisca y callada. Trata de animar al pastor diciéndole que lo superará.
«Y, sin embargo, había pasado un año y la niña que recogía bellotas bajo el sol vespertino, arrastrando los zapatos rojos nuevos por la grava (se los había comprado la semana anterior la tía Belle, quien había descubierto en una visita que Katherine iba vestida de una manera demasiado mísera para el nuevo y vasto mundo del jardín de infancia)…, esa niña apenas había dicho una palabra».
Pero con todo, donde más problemas va a dar Katherine es en el jardín de infancia donde es temida por sus compañeros y no muy apreciada por sus profesoras. Tyler no admite de buen grado las críticas hacia su hija mayor. Ni las críticas de que ambos son objeto por parte de su madre cuando viene a visitarlos los fines de semana acompañada de Jeannie, una niña que crece feliz y sin problemas alejada de la tristeza que envuelve a su padre y hermana. Claro que ella es muy pequeña como para añorar a su madre.
Tyler es un hombre muy apreciado por la comunidad. Buen orador, empático con los problemas de sus feligreses, culto (tan pronto cita a Pasteur como a Pascal), muy sensible. Aunque a veces todo lo externo le molesta. Es entonces cuando busca a Dios y todo lo que se interponga en esa búsqueda le molesta. Son esos momentos en que lo único que busca es «la llegada de la Sensación: el momento en el que cada destello de luz que acariciaba las ramas caídas de un sauce llorón, cada hálito de aire que doblaba los tallos de hierba hacia la hilera de manzanos, cada lluvia de hojas amarillas del ginkgo que caían al suelo con tan tierna y franca dulzura impregnaba al reverendo de la profunda e indefectible conciencia de la presencia de Dios».
Y es el miedo a perder esa Sensación lo que tal vez le hace ir alejándose de su alrededor, meterse cada vez más en sí mismo y en su familia, olvidar, e incluso considerar cargantes, las cuitas de sus feligreses. Perdida su mujer, su hija pequeña lejos y la mayor con problemas de comportamiento cada vez más palpables, no quiere perder también la Sensación.
En su ensimismamiento, empieza a perder la capacidad para escribir maravillosos sermones y aprenderlos de memoria, ofende a algunas personas y empieza a sufrir las consecuencias. Lo que antes era pasión incondicional por parte de sus fieles se torna en suspicacia y algunos rumores empiezan a circular. Tyler se desmorona ante nuestros ojos y ante los ojos de toda su congregación.
A la vez que vemos el presente de la situación de Tyler con su ascenso y caída en la intención de los habitantes del pueblo, toda la segunda parte de las tres de que consta Quédate conmigo nos llevará a rememorar su vida pasada y asistimos a su enamoramiento de Lauren, a pesar de la oposición de ambas familias que no ven al otro como la pareja ideal de su respectivo vástago. «En ese momento, mientras miraba por la ventana de la cocina, Tyler comprendió que el día de su boda reinaba –en ambos lados de la iglesia– el tácito convencimiento de que ambos se estaban casando por debajo de sus posibilidades». Y veremos su vida de casados y descubriremos algunas cosas del carácter de Lauren, de su vida y de su muerte.
También veremos la amistad que se va forjando entre Tyler y su asistenta, Connie. Ambos han perdido seres queridos y en el relato de los hechos se dan cuenta de que tienen en común más cosas de las que pensaban. Y nos meteremos en las casas de algunos de los feligreses para asistir a vidas más o menos felices, más o menos desgraciadas, más o menos disimuladas...
Quédate conmigo es la segunda novela que escribió Elizabeth Strout, tras Amy e Isabelle, una madre y una hija residentes en Shirley Falls. Como ya es habitual en la autora, en sus libros encontramos lugares y personajes que nos son conocidos. De Shirley Falls salieron también Los hermanos Burgues. También por allí pasaron Lucy Barton y su marido en su viaje de huida de la pandemia en Lucy y el mar. En Olive Kitteridge también se menciona al reverendo Tyler, padre de uno de los personajes que aparecen.
Y así podría seguir pasando de un libro a otro (lo he hecho y ha aparecido mucho más) y encontrando el maravilloso mundo que Elizabeth Strout ha construido con su obra. Nueve novelas (por fin todas leídas) que son todo un fresco que relata toda la vida de personajes y escenarios que se cruzan, se mezclan, se recuerdan de libro a libro. Por si no fuera suficiente con las preciosas historias que la autora nos cuenta, esa creación de un mundo completo y complejo a través de sus novelas la hace elevarse a la categoría de escritora imprescindible. Como siempre digo, si es que eso existe. Sí para mí.
Dejo aquí mis libros leídos de Elizabeth Strout en el orden de lectura y con el año de publicación original entre paréntesis:
Me llamo Lucy Barton (2016)
Amy e Isabelle (1998)
Olive Kitteridge (2008)
Luz de Febrero (2019)
Todo es posible (2017)
Los hermanos Burguess (2013)
Ay, William (2021)
Lucy y el mar (2022)
Título del libro: Quédate conmigo
Autora: Elizabeth Strout
Nacionalidad: Estados Unidos
Título original: Abide with me
Nacionalidad: Estados Unidos
Título original: Abide with me
Traducción: Rosa Pérez Pérez
Editorial: Duomo
Año de publicación: 2022
Año de publicación original: 2006
Nº de páginas: 336
¡Hola! No he leído ninguno de los libros de la autora, por lo que has despertado mi curiosidad. Este libro en particular, tiene una trama y ambientación que me atraen mucho. Me gusta que los personajes sean nombrados en sus otros libros, eso me recuerda al Sargento Lituma, personaje recurrente en las obras de Mario Vargas Llosa. Gracias por la reseña. ¡Besos!
ResponderEliminarLituma en los Andes. Cuánto me gustó esa novela. Y sí, leí algunas más en las que salía Lituma. A mí también me gusta mucho que se repitan personajes sin necesidad de que sea una serie. Elizabeth Strout es maestra en eso. Con sus libros ha creado todo un mundo en el que los personajes van y vienen en el tiempo y se mezclan y es genial.
EliminarUn beso.
Solo he leído de la autora Olive Kitteridge, que me gustó mucho pero no sé por qué, no he vuelto a leer nada suyo... Bueno, sí sé por qué, porque la lista de pendientes es tan larga que no hay manera de abarcar todo lo que se quiere leer. Y ahora me dejas con ganas. A ver si le llega su turno...
ResponderEliminarBesotes!!!
hay autores que, aunque gusten, se quedan en el camino por falta de tiempo, pero Elizabeth Strout me gusta demasiado para dejarla olvidada. Me pasa con algunos autores de los que no perdono ni una publicación. Otros, tienen que dejar paso a esos. Es una lástima porque cuando los ves te entran ganas de volver sobre ellos, pero se meten otras cosas por medio. No da para todo.
EliminarUn beso.
Me acabas de crear otra necesidad.
ResponderEliminarHace años, estaba viendo Pasapalabra con mi madre y un concursante dijo que lo que le gustaría comprar si ganaba el bote era tiempo. Pues eso quiero
Tiempo para leer y leer, y hacer todo lo que me gusta, sin obligaciones, jajaja.
Feliz miércoles.
Siempre dije que quería que me tocara la lotería para comprar tiempo. Tenía que tocarme mucho porque necesitaba dejar de trabajar. La gente me decía, que aunque no pudiera dejar de trabajar siempre venía bien que te tocara algo. Yo quería el tiempo que el dinero me podía dar y trabajando no me daba nada. Así que ya ves que te entiendo. Y sí, tiempo para leer y para viajar.
EliminarUn beso.
Buenos días, Rosa.
ResponderEliminarElizabeth Strout es uno de esos pendientes inadmisibles que tengo. Siempre he sentido curiosidad por sus novelas, y no entiendo por qué razón no me he puesto aún con ella. Tus reseñas suelen provocarme mala conciencia, porque me muestran todo lo que me queda interesante por leer. Tomo nota de Quédate conmigo.
Un abrazo, y gracias por la emotiva reseña!!
Hola Undine.
EliminarBueno, también tú les muchas cosas que yo ni siquiera conozco y me hacen ver lo mucho que me queda no ya por leer sino incluso por conocer.
Elizabeth Strout es una de mis imprescindibles. Ojalá te animes y te guste.
Un beso.
Se dice (y estoy totalmente de acuerdo) que una buena novela te tiene que engachar ya desde sus primeros párrafos. Si el texto que has encuadrado al principio de esta reseña es el inicio de la novela, ya me ha enganchado con solo leerlo. La historia que se cuenta invita a leerla entera, como supongo que ocurre con el resto de la bibliografía de esta autora. Por cierto, que no sabía que era la autora de Olivia Kitteridge, historia que vi convertida en serie televisiva, protagoniszada por la magnífica Frances McDormand, y que me encantó.
ResponderEliminarUn beso.
Olive Kitteridge, a quien yo también conocí por la serie antes de conocer a la autora, es protagonista de dos libros de Elizabeth Strout, pero se la menciona en algunos más, como sucede con el reverendo de esta novela y con Lucy Barton y con muchos más personajes.
Eliminares una autora de las que enganchan desde el principio como has podido ver. Anímate. Te dará muy buenos ratos.
Un ebso.
Hola, Rosa. Qué maravilla eso de interralacionar historias y personajes de un libro a otro. Realmente crea un universo propio, algo complicadísimo y muy especial. Solo he leído un par de sus novelas pero sí tengo intención de continuar con ella. Un beso y gracias por el recordatorio. Me ha encantado leerte.
ResponderEliminarHola, Rosa, había dejado un comentario hace un ratito pero parece que ha desaparecido. Te decía que me gusta mucho esa conexión que hace la autora ente historias y personajes en diferentes novelas, es algo muy complicado pero también muy especial. Solo he leído un par de ellas pero quería continuar y ahora tu reseña me lo recuerda. Me ha encantado leerte. Un beso.
ResponderEliminarHabía desaparecido porque blogger lo mandó a Spam. tengo que revisarlo cada poco.
EliminarSí, esa conexión entre un libro y otro es magnífica. Hace que se cree todo un mundo. Además salta en el tiempo y en Lucy y el mar, aparece el reverendo mencionado como padre de una Katherine ya adulta. Es genial ir uniendo unas historias con otras como si fuera un puzle.
Un beso.
Pues yo solo he leído ésta de la autora, pero la verdad que no me importará seguir descubriendo alguna más. Besos
ResponderEliminarPues puedes elegir porque tiene unas cuantas. El orden solo importa en Olive Kitteridge antes de Luz de febrero y Ay, William antes que Lucy y el mar. Por lo demás, a disfrutar.
EliminarUn beso.
Sí que es tentador ese universo literario de Elizabeth Strout en la que lugares y personajes van apareciendo en sus novelas con mayor o menor protagonismo en cada una de ellas.
ResponderEliminarMe voy a repetir un poco respecto a mis comentario en otras reseñas tuyas de otras novelas de la autora. Ya sabes que leí hace algunas años Me llamo Lucy Barton y que su lectura, aun no desagradándome, me dejó un poco fría. Te diré (como siempre) que creo que debería de darle otra oportunidad a esta escritora. Lo único que puedo decir diferente respecto a otros de mis comentarios es que creo que cada vez estoy más cerca de reencontrarme con ella y que, con tanto pendiente, ese futuro reencuentro difícilmente se produciría de no ser porque siempre consigues meterme con tus reseñas el gusanillo por leer a Elizabeth Strout.
Besos
Es curiosa la afinidad que mostramos en algunas lecturas y las diferencias que surgen en otras. Me llamo Lucy Barton fue mi primer encuentro con Elizabeth Strout y me dejó enganchada a la autora. La conocía sin saberlo porque había visto en TV Olive Kitteridge, pero ni sabía que estaba basada en una novela. No me atrevo a decirte que la autora te va a reconciliar con su obra porque, ante tan dispar opinión de Lucy Barton, a saber... Lo que te animaría es a probar. De abandonar siempre hay tiempo.
EliminarUn beso.
Hola Rosa, me encanta Elizabeth Strout, solo he leído dos de sus novelas, pero ha sido capaz de atraerme a su universo y estoy deseando volver. A ver si antes de que termine el año me animo con alguna de las que me faltan, que se l ya por adelantado que la voy a disfrutar mucho. Besos.
ResponderEliminarEs de esas autoras que son casi imprescindibles, aunque hay tanto para leer que a veces se va dilatando el encuentro con ella. Yo ya estoy al día. Y casi me da pena porque ahora dependo de lo que vaya publicando. Se acabó la ilusión de saber que tienes libros suyos esperando... hasta el próximo.
EliminarUn beso.
Sin duda alguna voy atrasadísima con esta autora. Hace tiempo empecé a leer el de Olive pero me aburrió aunque también es posible que no fuera el mejor momento. No la descarté del todo, y me gustan también los autores que crean su mundo propio y de ahí van sacando todas las historias porque cuando funciona es muy entretenido porque me gusta saber todos los chismes de todos los personajes. Este me llama la atención más que el famoso Lucy Barton. A ver si me decido.
ResponderEliminarBesos
A mí me han gustado todos mucho. Lucy Barton fue el primero que leí y me dejó enganchada. Lucy Barton y Olive Kitteridge son sus personajes más famosos y que protagonizan más libros (tres la primera y dos la segunda). Pero luego, todos sus personajes (los hermanos Burgess, Amy e Isabelle, el reverendo Tyler Caskey...) aparecen, aunque solo sea mencionados, en otros libros. Anímate aunque sea por darle otra oportunidad. Igual no es una autora para ti, pero igual descubres que te encanta. Nunca se sabe, tras un primer tropiezo, lo que puede pasar.
EliminarUn beso.
Hola, Rosa. Cuando salió la primera de Lucy Barton, todo el mundo hablaba tantas maravillas que corrí a comprarla. Pero ahí está, esperando turno, sin leerla. Me llama la atención ese universo que construye la autora, de tal manera que, casi no son novelas sin más, sino más bien, todo un compendio. En fin, yo no sé si llegaré a leer todas las novelas, como has hecho tú, pero creo que sí debería darle una oportunidad a Lucy. Besos
ResponderEliminarLucy es un personaje fantástico, tanto en su juventud de Me llamo Lucy Barton, como en su ancianidad en Lucy y el mar. Todo un mundo por descubrir que te recomiendo.
EliminarPor cierto, te acabo de rescatar de spam con algún otro comentario tuyo. he estado fuera y no he revisado el spam en una semana. ¡Tenia seis!
Un beso.
Todavía no he leído a Elizabeth Strout y, cada vez que paso por tu blog y me encandilas con las reseñas de sus títulos, pienso que debería hacerlo. Disculpa si ya te lo he preguntado con anterioridad (soy un despiste andante): ¿por qué título de la autora me recomiendas empezar? Mil gracias!
ResponderEliminarDepende del personaje quieras visitar. Para Lucy Barton, Me llamo Lucy Barton, después, Ay William y finalmente Lucy y el mar.
EliminarPara Olive Kitteridge, el del mismo título y luego, Luz de febrero.
Los otros, tienen otros protagonistas aunque se mencionen estas dos también.. Estoy deseando leer lo que opinas de esta autora. Anímate.
Un beso.
¡Hola, Rosa!
ResponderEliminarTal como te comenté, Elizabeth Strout es una autora que me llama mucho la atención y quiero leerla, acercarme a su prosa por esa riqueza de matices que noto en los pasajes que nos compartes en esta reseña y en la anterior. Ese mundo que ha construido y esos personajes que pasan de un libro a otro de una manera brillante. Creo que voy a empezar con "Me llamo Lucy Barton" y seguir la secuencia que me indicaste. Pueda que no sea ahora, ya que tengo varios títulos en mente que quisiera leer antes de que acabe el año, pero, ten la seguridad de que apuntada está ;)
Un beso.
Hola, Marianna. Es una alegría tenerte por mi blog.
EliminarElizabeth Strout es una autora que no debes dejar pasar porque creo que te va a proporcionar muy buenos ratos. Tu decisión de empezar por Me llamo Lucy Barton es muy acertada. Fue también mi inicio con la autora y me enganchó. Se puede decir que existe un «stroutverso» propio por el que se mueven sus personajes con total naturalidad. Éste está ambientado en 1959 y en Lucy y el mar, que lo está en 2020, aparece la niña que es aquí Katherine pero ya de adulta. Una maravilla como enlaza lugares y personajes. me imagino el dosier que tiene en su estudio para no liarse.
Un beso.